jueves, 20 de febrero de 2020

A la luz del vino, de Carlos Ollo Razquin.





















Datos técnicos:


Título: A la luz del vino.
Autor: Carlos Ollo Razquin.
Editorial: Erein.
1ª edición: mayo/2018.
Encuadernación: rústica con solapas.
ISBN: 978-84-9109-273-5.
Idioma: español.
Nº. pág.: 256.


Sinopsis:


La enología está de moda, hay una eclosión en todo lo que le rodea: la reivindicación de la identidad vinícola (suelo, clima, planta de la vid), la renovación y fundación de nuevas bodegas, la ampliación de mercados, pero, sobre todo, la importancia adquirida por los enólogos, el factor humano.
El accidente mortal del enólogo del Señorío de Otazu lleva al inspector Villatuerta y al subinspector Javier Erro hasta Etxauri. Mientras, la agente Nerea se verá envuelta en una complicada investigación sobre narcotráfico. Los caminos de los Villatuerta y Javier Erro vuelven a juntarse con el trasfondo del mundo del vino, en que quizá no sea oro todo lo que reluce. Los tres policías tendrán que dejar de lado, una vez más sus diferencias personales para resolver ambos casos.


Opinión Personal:


En diciembre de 2019 reseñé la novela de Carlos Ollo, ¿Quién con fuego? (reseña), en la que el lector se encuentra por primera vez con el inspector Faustino Villatuerta, el subinspector Javier Erro y la agente Nerea,  personajes que dan mucho juego a a la novela citada al principio de este párrafo,  y vuelven a darlo en esta nueva entrega. Esta novela me gustó, sobre todo, porque tiene el atractivo de que una de las dos líneas temporales transcurre en la Guerra Civil Española. En esa reseña comentaba que me interesaba leer A la luz del vino para comprobar la evolución del estilo narrativo del autor, y también por constatar cómo intercalaba en la trama todo lo relacionado con el mundo del vino. En lo que se refiere a la evolución del estilo narrativo del escritor pamplonés tengo que recalcar que, en esta ocasión, el narrador omnisciente consiguió que no perdiera interés todo lo que sucedía a lo largo de los capítulos, porque su relato no se me hizo tan distante como en el título antes mencionado. Y también me gustó cómo instruía al lector sobre todo lo que tiene que ver con la producción vinícola, porque el autor tenía claro cuáles eran los episodios apropiados para facilitar la información necesaria, porque guardaba relación con lo que sucedía en cada uno de ellos.
  (Señorío de Otazu-Etxarri-Navarra)
A la luz del vino es una novela que capta la atención del lector  desde las primeras páginas, porque el narrador omnisciente presenta en pequeñas dosis tanto a los principales personajes que tienen un papel destacado a lo largo del desarrollo de la trama, como los episodios que van a dar lugar a la investigación que llevan a cabo los miembros de la Policía Nacional para esclarecer lo sucedido desde que se les avisa de la muerte del enólogo Tomás Aguerri en la bodega del Señorío de Otazu, en Etxarri. Este Señorío de Otazu existe y es un personaje más de la novela, por lo que las descripciones que se realizan sobre sus instalaciones invitan al lector a realizar una visita a la que la web Turismo Navarra menciona como «la bodega más septentrional de España en elaboración de   vino tinto y uno de los vinos de pago oficiales (máxima categoría para un viñedo y su vino)». Aunque el lector se encontrará también con otra línea de investigación policial, y que tiene su foco de atención en la población de Burlada -en donde me dio la sensación de que me encontraba con escenas un tanto repetitivas-, población en la que los miembros de la Policía Nacional, Los Arcos y Nerea Villatuerta, están haciendo un seguimiento a dos sospechosos de estar relacionados con el narcotráfico; sin embargo, estos dos policías mantienen algunos diálogos chispeantes, que incluso me levantaron alguna sonrisa.

Carlos Ollo construye una trama policial de corte clásico, como lo podrá comprobar el lector a lo largo de las dos líneas de investigación citadas en el párrafo anterior. Distribuye de una forma muy dosificada las pistas que le ofrece el narrador omnisciente para que intente averiguar quién o quienes están detrás de los episodios que originan las pesquisas realizadas por los miembros de la Policía Nacional; incluso le invita a que se pregunte si hay alguna relación entre esos episodios, por la forma en la que se van presentando al lector lo que sucede en cada uno de ellos. En este sentido, diría que el narrador sabe mantener el interés por lo que sucede en su relato en todo momento, por la continua intriga que suscita a la hora de presentar los episodios clave que ocultan la identidad de quienes los protagonizan, y le incita a que esté atento a lo que sucede en los siguientes capítulos por si descubre alguna pista que le ayude a identificarlos. A lo que acabo de comentar hay que añadir varios giros que sorprenderán al lector y que, como digo en estos casos, redoblan su interés por conocer lo que sucede a medida que el desenlace está próximo. El lector se encontrará también con que recibe una información más directa sobre algunos personajes en relación con la investigación realizada por los policías, lo que le hace jugar con ventaja, y así puede sacar sus propias conclusiones sobre la implicación que pueden tener estos personajes en la investigación policial que se lleva a cabo.
(Valle Etxarri-Navarra)
La trama de A la luz del vino es muy real, porque bien pudiera figurar en las páginas de sucesos de los medios de comunicación. Una realidad que se percibe no solo porque los episodios que se relatan tienen lugar en un tiempo concreto, que se especifica con fecha y hora al comienzo de cada capítulo, sino también por la localización espacial en la que se desarrollan, y el perfil de los personajes que en ellos intervienen, todos ellos muy creíbles y que por su forma de actuar y pensar parecen cobrar vida propia. En este sentido, diría que el lector se encuentra con unos personajes estereotipados, por las características que definen tanto a los policías como a los personajes investigados. A los personajes ya conocidos en la anterior novela que protagonizan, hay que añadir otros nuevos, con los que el lector se familiarizará a lo largo de los capítulos, si bien la información que guarda una relación más directa con las líneas de investigación que siguen los policías la recibe en los episodios que el narrador considera más adecuado para desvelarlos, al igual que las relaciones personales entre los personajes. En este sentido, al igual que ya me sucedió en la labor de vigilancia llevada a cabo en Burlada, me resultaron un tanto reiterativas algunas escenas protagonizadas por el inspector Faustino Villatuerta, bien en sus intervalos laborales o ya fuera de su jornada laboral. Y es que Carlos Ollo traza una historia de personajes cuyas vidas se entrecruzan en algunos episodios de las novela. En este sentido, y a la hora de conocer mejor a los principales y otros secundarios que desempeñan un papel relevante, es preferible leer antes ¿Quién con fuego?, si bien se puede afrontar de forma independiente la lectura de A la luz del vino, porque su trama es autoconclusiva. El autor solo se refiere a episodios que afectan a algunos de los personajes ya conocidos a través de notas a pie de página que guardan relación con la primera novela que protagonizan.

A la luz del vino es una novela bien escrita cuya lectura me resultó entretenida. Carlos Ollo utiliza un estilo directo y un lenguaje en el que el lector se encuentra con vocablos y expresiones propias del género negrocriminal, en el que autor intercala también vocablos propios del habla argentina en los dos sospechosos vigilados por su implicación con el narcotráfico. A través de los miembros del Cuerpo Nacional de Policía de la Comisaría de Pamplona, el lector se familiariza con el día a día de los agentes, sus relaciones personales y las rencillas que se producen entre ellos. Carlos Ollo ofrece en esta segunda entrega protagonizada por el inspector Faustino Villatuerta, el subinspector Javier Erro y la agente Nerea, el aliciente de que todo lo que guarda relación con el mundo del vino se desarrolla en una bodega que existe en la realidad y está ubicada en Etxauri, el Señorío de Otazu, a cuyo frente el escritor pamplonés pone en esta trama al bodeguero Miguel Ángel Lizaburu, un personaje que atrae la atención del lector desde sus primeras apariciones en escena, al igual que los dos trabajadores que son de su mayor confianza, Marcial Romero y su hijo Miguel, quienes buscaban una segunda oportunidad para enderezar sus vidas.



Biografía:



Carlos Ollo Razquin, licenciado en pedagogía por la Universidad de Navarra y en Neurorrehabvilitación por el Instituto Petö de Budapest (Hungría). Fruto de los años que vivió en Budapest, publicó El cuaderno húngaro (Meettok, 2014), en el que narra la vida cotidiana en la Europa del Este tras el telón de acero. En 2015 vio la luz ¿Quién con fuego? (Erein) novela policíaca en la que aparecen por primera vez el inspector Faustino Villatuerta, su hija la agente Nerea Villatuerta y el subinspector Javier Erro.
Ha trabajado como lector y traductor: Tanguy Viel. Paris-Brest (Acantilado 2011) Jean-Yves Jounnais. Artistas sin obra (Acantilado 2014) y actualmente es profesor de Educación Secundaria en un colegio de Pamplona.


Nota: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía del autor, tomados de la web de la editorial Erein. Imagen Bodega Señorío de Otazu, tomada de la web de Bodega Otazu. Imagen Valle Etxauri, tomada de la web de Wikiloc. Fragmento resaltado en el primer párrafo de esta reseña, tomado de la web Turismo Navarra.

9 comentarios:

  1. Vivo en una zona vinícola y desde luego, has despertado mi curiosidad por esta novela que no conocía.
    Besos

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  2. No conocía esta novela, pero no creo que me anime con ella, no termina de llamarme
    Besos

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  3. Coincido plenamente contigo Paco, sabes que a nosotros el autor nos gusta mucho y es asiduo nuestro blog; su forma sencilla, real, sin florituras, de contar sus historias, hacen las lecturas agradables y muy entretenidas.

    Muy buena reseña Paco.
    Besitos 💋💋💋

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  4. Veo que la segunda entrega policíaca de Carlos Ollo te ha gustado aún más que la primera, a pesar de estar ausente la época de la Guerra Civil.
    Las dos tramas que aparecen en esta novela resultan interesantes, tanto el narcotráfico, como el asesinato del viticultor. Conozco un poco el ambiente pues tenemos un amigo que también se dedica a esto del vino en la Rioja alavesa, cerca de Laguardia. Un poco más al sur que la novela.
    Un beso.

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  5. Hola Paco, pues no conocía al autor pero lo que cuentas me parece muy interesante, y aunque me llama más la atención la trama del asesinato del viticultor, por mi interés por la cultura del vino, la otra también está lograda. Me la apunto aunque intentaré leer antes la primera entrega que soy maniática de leer las series en orden. Besinos.

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  6. Hola.
    No conocía el libro y por el momento no creo que lo lea, tengo demasiados pendientes, pero gracias por la reseña.
    Nos leemos.

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  7. Me gusta la temática pero no estoy muy convencida del todo. Besos

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  8. Ya lo hemos hablado así que ya sabes que estoy de acuerdo con tus impresiones. La parte de la bodega me resultó muy interesante y me apunté el lugar como un posible futuro destino.
    Besos

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  9. Debería leer primero la primera entrega del inspector Villatuerta, pero parece una saga interesante. Un abrazo

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