Datos
técnicos:
Título: A
la luz del vino.
Autor:
Carlos Ollo Razquin.
Editorial:
Erein.
1ª
edición: mayo/2018.
Encuadernación:
rústica con solapas.
ISBN:
978-84-9109-273-5.
Idioma:
español.
Nº. pág.:
256.
Sinopsis:
La
enología está de moda, hay una eclosión en todo lo que le rodea:
la reivindicación de la identidad vinícola (suelo, clima, planta de
la vid), la renovación y fundación de nuevas bodegas, la ampliación
de mercados, pero, sobre todo, la importancia adquirida por los
enólogos, el factor humano.
El
accidente mortal del enólogo del Señorío de Otazu lleva al
inspector Villatuerta y al subinspector Javier Erro hasta Etxauri.
Mientras, la agente Nerea se verá envuelta en una complicada
investigación sobre narcotráfico. Los caminos de los Villatuerta y
Javier Erro vuelven a juntarse con el trasfondo del mundo del vino,
en que quizá no sea oro todo lo que reluce. Los tres policías
tendrán que dejar de lado, una vez más sus diferencias personales
para resolver ambos casos.
Opinión
Personal:
En
diciembre de 2019 reseñé la novela de Carlos Ollo, ¿Quién
con fuego? (reseña),
en la que el lector se encuentra por primera vez con el inspector
Faustino Villatuerta, el subinspector Javier Erro y la agente Nerea, personajes que dan mucho juego a a la novela citada al principio de este párrafo, y vuelven a darlo en
esta nueva entrega. Esta novela me gustó, sobre todo, porque tiene
el atractivo de que una de las dos líneas temporales transcurre en
la Guerra Civil Española. En esa reseña comentaba que me interesaba
leer A
la luz del vino
para comprobar la evolución del estilo narrativo del autor, y
también por constatar cómo intercalaba en la trama todo lo
relacionado con el mundo del vino. En lo que se refiere a la
evolución del estilo narrativo del escritor pamplonés tengo que
recalcar que, en esta ocasión, el narrador omnisciente consiguió que
no perdiera interés todo lo que sucedía a lo largo de los
capítulos, porque su relato no se me hizo tan distante como en el
título antes mencionado. Y también me gustó cómo instruía al
lector sobre todo lo que tiene que ver con la producción vinícola,
porque el autor tenía claro cuáles eran los episodios apropiados
para facilitar la información necesaria, porque guardaba relación
con lo que sucedía en cada uno de ellos.
(Señorío de Otazu-Etxarri-Navarra)
A la luz del vino es una novela que capta la atención del lector desde las primeras páginas, porque el narrador omnisciente presenta en pequeñas dosis tanto a los
principales personajes que tienen un papel destacado a lo largo del
desarrollo de la trama, como los episodios que van a dar lugar a la
investigación que llevan a cabo los miembros de la Policía Nacional
para esclarecer lo sucedido desde que se les avisa de la muerte del
enólogo Tomás Aguerri en la bodega del Señorío de Otazu, en
Etxarri. Este Señorío de Otazu existe y es un personaje más de la
novela, por lo que las descripciones que se realizan sobre sus
instalaciones invitan al lector a realizar una visita a la que la web
Turismo Navarra menciona como «la
bodega más septentrional de España en elaboración de vino tinto y
uno de los vinos de pago oficiales (máxima categoría para un viñedo
y su vino)».
Aunque el lector se encontrará también con otra línea de
investigación policial, y que tiene su foco de atención en la
población de Burlada -en donde me dio la sensación de que me
encontraba con escenas un tanto repetitivas-, población en la que
los miembros de la Policía Nacional, Los Arcos y Nerea Villatuerta,
están haciendo un seguimiento a dos sospechosos de estar
relacionados con el narcotráfico; sin embargo, estos dos policías
mantienen algunos diálogos chispeantes, que incluso me levantaron
alguna sonrisa.
Carlos
Ollo construye una trama policial de corte clásico, como lo podrá
comprobar el lector a lo largo de las dos líneas de investigación
citadas en el párrafo anterior. Distribuye de una forma muy
dosificada las pistas que le ofrece el narrador omnisciente para que
intente averiguar quién o quienes están detrás de los episodios
que originan las pesquisas realizadas por los miembros de la Policía
Nacional; incluso le invita a que se pregunte si hay alguna relación
entre esos episodios, por la forma en la que se van presentando al
lector lo que sucede en cada uno de ellos. En este sentido, diría
que el narrador sabe mantener el interés por lo que sucede en su
relato en todo momento, por la continua intriga que suscita a la hora
de presentar los episodios clave que ocultan la identidad de quienes
los protagonizan, y le incita a que esté atento a lo que sucede en
los siguientes capítulos por si descubre alguna pista que le ayude a
identificarlos. A lo que acabo de comentar hay que añadir varios
giros que sorprenderán al lector y que, como digo en estos casos,
redoblan su interés por conocer lo que sucede a medida que el
desenlace está próximo. El lector se encontrará también con que
recibe una información más directa sobre algunos personajes en
relación con la investigación realizada por los policías, lo que
le hace jugar con ventaja, y así puede sacar sus propias
conclusiones sobre la implicación que pueden tener estos personajes
en la investigación policial que se lleva a cabo.
(Valle Etxarri-Navarra)
A
la luz del vino
es una novela bien escrita cuya lectura me resultó entretenida. Carlos Ollo utiliza un estilo directo y un lenguaje en el que el lector se encuentra
con vocablos y expresiones propias del género negrocriminal, en el que autor intercala también vocablos propios del habla argentina en los dos sospechosos
vigilados por su implicación con el narcotráfico. A través de los
miembros del Cuerpo Nacional de Policía de la Comisaría de
Pamplona, el lector se familiariza con el día a día de los agentes,
sus relaciones personales y las rencillas que se producen entre
ellos. Carlos Ollo ofrece en esta segunda entrega protagonizada por
el inspector Faustino Villatuerta, el subinspector Javier Erro y la
agente Nerea, el aliciente de que todo lo que guarda relación con el
mundo del vino se desarrolla en una bodega que existe en la realidad
y está ubicada en Etxauri, el Señorío de Otazu, a cuyo frente el escritor pamplonés pone en esta trama al bodeguero Miguel Ángel Lizaburu, un personaje que atrae la
atención del lector desde sus primeras apariciones en escena, al
igual que los dos trabajadores que son de su mayor confianza, Marcial
Romero y su hijo Miguel, quienes buscaban una segunda oportunidad
para enderezar sus vidas.
Biografía:
Carlos
Ollo Razquin, licenciado en pedagogía por la Universidad de Navarra
y en Neurorrehabvilitación por el Instituto Petö de Budapest
(Hungría). Fruto de los años que vivió en Budapest, publicó El
cuaderno húngaro
(Meettok, 2014), en el que narra la vida cotidiana en la Europa del
Este tras el telón de acero. En 2015 vio la luz ¿Quién con fuego?
(Erein) novela policíaca en la que aparecen por primera vez el
inspector Faustino Villatuerta, su hija la agente Nerea Villatuerta y
el subinspector Javier Erro.
Ha
trabajado como lector y traductor: Tanguy
Viel.
Paris-Brest
(Acantilado 2011) Jean-Yves Jounnais. Artistas sin obra (Acantilado
2014) y actualmente es profesor de Educación Secundaria en un
colegio de Pamplona.
Nota: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía del autor, tomados de la web de la editorial Erein. Imagen Bodega Señorío de Otazu, tomada de la web de Bodega Otazu. Imagen Valle Etxauri, tomada de la web de Wikiloc. Fragmento resaltado en el primer párrafo de esta reseña, tomado de la web Turismo Navarra.
Vivo en una zona vinícola y desde luego, has despertado mi curiosidad por esta novela que no conocía.
ResponderEliminarBesos
No conocía esta novela, pero no creo que me anime con ella, no termina de llamarme
ResponderEliminarBesos
Coincido plenamente contigo Paco, sabes que a nosotros el autor nos gusta mucho y es asiduo nuestro blog; su forma sencilla, real, sin florituras, de contar sus historias, hacen las lecturas agradables y muy entretenidas.
ResponderEliminarMuy buena reseña Paco.
Besitos 💋💋💋
Veo que la segunda entrega policíaca de Carlos Ollo te ha gustado aún más que la primera, a pesar de estar ausente la época de la Guerra Civil.
ResponderEliminarLas dos tramas que aparecen en esta novela resultan interesantes, tanto el narcotráfico, como el asesinato del viticultor. Conozco un poco el ambiente pues tenemos un amigo que también se dedica a esto del vino en la Rioja alavesa, cerca de Laguardia. Un poco más al sur que la novela.
Un beso.
Hola Paco, pues no conocía al autor pero lo que cuentas me parece muy interesante, y aunque me llama más la atención la trama del asesinato del viticultor, por mi interés por la cultura del vino, la otra también está lograda. Me la apunto aunque intentaré leer antes la primera entrega que soy maniática de leer las series en orden. Besinos.
ResponderEliminarHola.
ResponderEliminarNo conocía el libro y por el momento no creo que lo lea, tengo demasiados pendientes, pero gracias por la reseña.
Nos leemos.
Me gusta la temática pero no estoy muy convencida del todo. Besos
ResponderEliminarYa lo hemos hablado así que ya sabes que estoy de acuerdo con tus impresiones. La parte de la bodega me resultó muy interesante y me apunté el lugar como un posible futuro destino.
ResponderEliminarBesos
Debería leer primero la primera entrega del inspector Villatuerta, pero parece una saga interesante. Un abrazo
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