jueves, 19 de diciembre de 2024

Reseña La flor del azafrán amarillo, de Laila Ibraihim.

 









Datos técnicos:




Título: La flor del azafrán amarillo.

Autora: Laila Ibrahim.

Editorial: Amazon Crossing.

1ª edición: Diciembre/2015.

ASSIN: B0143CU0X2.

Idioma: Español.

Nº páginas: 278.






Sinopsis:




«Mattie nunca fue del todo mía en realidad, y la conciencia de este hecho tenía que haberme colmado con la misma prontitud y certeza que la leche de sus senos. Pese a ser “posesión” de mi familia, pese a hallarse en el centro mismo de mi universo, sus afectos más profundos habitaban en otra parte. Por eso el consuelo de tenerla iba de la mano del miedo a perderla un día. La que sigue es nuestra historia».

En el instante de nacer, Lisbeth se ve apartada de su madre y queda a cargo de Mattie, una esclava a la que han separado de su propio hijo para que ejerza de ama de leche. Comienza así una relación intensa que conformará la vida de ambas durante décadas. Es Mattie, y no su familia, quien le enseña a disfrutar de las pequeñas cosas, quien le abre los ojos ante la injustica de la esclavitud, quien le enseña a amar incondicionalmente.

Pero ¿es posible que dos mujeres de origen tan dispar compartan semejante vínculo sin consecuencias? Este relato conmovedor de amor improbable sigue el viaje emprendido por cada una de ellas en busca de su propia libertad.





Opinión Personal:





La flor del azafrán amarillo, de la escritora estadounidense Laila Ibraim, tiene una trama muy atractiva y entretenida, basada en la esclavitud en Estados Unidos, tal y como se percibe en este país en el siglo XIX, sobre todo en los estados sureños. Unos estados sureños en los que, como sucede en el de Virginia, - «Todos los siervos llegados o traídos al país...que no fueran cristianos en su nación de origen...serán tenidos por esclavos. Todos los esclavos negros, mulatos o indios que habiten estos dominios...serán considerados bienes raíces». - (cap. 3), se amparan en la legislación aprobada por su Asamblea y la defienden para aprovecharse de una base legal que les respalda utilizar seres humanos traídos a la fuerza desde sus orígenes como mano de obra barata, comprados a negreros, como una propiedad más de entre sus posesiones. De hecho, defienden con vehemencia el bien que les hacen a los esclavos: «No le entra en la mollera lo que nosotros ofrecemos a los negros: una vida segura en sus necesidades fundamentales» (cap. 3).

(Ferrocarril Clandestino-USA, s. XIX)
Laila Ibrahim planifica y desarrolla una trama desde una perspectiva que no deja indiferente. Una trama que parte de las encorsetadas costumbres de la sociedad sureña de la época en la que se desarrolla: las madres de la alta sociedad virginiana del siglo XIX no aceptan tener que amamantar a sus hijos recién nacidos, y utilizan como nodriza alguna de sus esclavas, sobre todo si ya tienen hijos y están en edad de procrear, caso de Mattie, reclamada para que sea la ama de la hija de Ann Wainwright.

La flor del azafrán amarillo tiene un claro trasfondo histórico, cuya trama se desarrolla entre 1837 y 1859, poco antes de que estalle la guerra civil entre el ejército Unionista y el Confederado. Un trasfondo histórico que la autora refleja a lo largo de los capítulos en las situaciones que viven los personajes, que sirven para que la voz narrativa aclare lo que sucede, y que entiendo resultan interesantes para comprender la reacción de unos y otros en el hecho de turno, en donde no faltan alusiones a quienes tratan de conseguir la libertad, hartos de estar sometidos a jornadas inhumanas que realizan y el trato vejatorio que reciben en los ingenios azucareros o en las plantaciones de tabaco, como este es el caso, al igual que las consecuencias que se derivan de los riesgos que corren por alcanzarla, y que se puede comprobar en determinadas fases de esta novela.

La portada y el título suponen un gran atractivo para quienes se interesen por la historia que se adelanta en la atractiva sinopsis. La mano blanca de una niña agarra la negra de alguien por la que da a entender que siente aprecio, porque no duda en mantener una estrecha relación con una persona de diferente raza a la suya. Pero es que el título también incita a la intriga y lleva al lector a preguntarse qué relación puede tener con la historia de esta emotiva y conmovedora historia. Una vez que se suceden los 27 capítulos más el prólogo y el epílogo, indican que la autora tenía muy claro el significado que tiene, y que desempeña un papel trascendental en la trama.

El prólogo de esta novela es para enmarcar, por el alegato que hace la narradora sobre lo que significó para ella su relación con Mattie, la nodriza, quien lo fue todo para ella, pese a que era consciente del papel limitado que le correspondía a esta mujer por su condición de esclava. Un prólogo que sirve como adelanto a una historia en la que el amor incondicional está muy presente, porque «Es la historia de mi amor por Mattie y supongo que la de su amor por mi». Un amor que se manifiesta en cada uno de los capítulos por las vicisitudes que acompañan a ambos personajes. Unas vicisitudes que, sobre todo, marcan el ciclo vital de la joven Elizabeth Wainwright, y que le ayudan a defender una percepción muy diferente a la que tiene su familia sobre el mundo que le rodea, lo que provocará una serie de situaciones tensas en las que se teme por el futuro que elige la joven ingenua, dada la vehemencia con la que defiende sus principios.

(Orbelin, Ohio, USA)
Me ha gustado mucho la ambientación de la novela. Una ambientación en la que destaco el carácter costumbrista de las clases altas del valle en el que se desarrolla esta ficción, pero también de las pobres condiciones en las que viven los esclavos en las míseras cabañas que tienen por hogar. Entre los primeros me llamó la atención las reuniones sociales que mantienen, no sólo para resaltar ante los demás su poder adquisitivo, sino también para que sus vástagos comprendan cuál es el matrimonio que más les conviene para favorecer sus intereses. Entre los segundos, me atrajo la sencillez con la que viven su día a día, pese a las escasas o nulas pertenencias que poseen, aunque procuran ayudarse para que la vida les sea más llevadera, dentro de las extremas condiciones que les rodean. En ambos casos, el lector se encontrará con unas escenas descritas de forma breve y concisa, pero muy visuales, por lo que podemos imaginarnos cómo son las escenas que relata la voz narrativa.

Laila Ibrahim perfila unos personajes muy reales, creíbles, diría que de carne y hueso, y que representan a la sociedad estadounidense esclavista del siglo XIX. Personajes en los que se resaltan los rasgos psicológicos que los definen, al igual que sus sentimientos y emociones, que se manifiestan a flor de piel en los episodios más álgidos, sobre todo si la vida de alguno de ellos corre serio peligro, dadas las decisiones que se ven obligados a tomar en circunstancias que se presumen adversas.

Me gustó mucho La flor del azafrán amarillo. Laila Ibrahim desarrolla una historia conmovedora, cautivadora y sobrecogedora, que no deja indiferente, en el que describe con gran realismo lo que fue la esclavitud en el siglo XIX en Estados Unidos, en este caso en el estado sureño de Virginia. La novela se lee con interés y ritmo fluido y está escrita con un lenguaje sencillo pero cuidado, en la que resalto los ágiles y dinámicos diálogos que mantienen los personajes, a la par que describe con claridad y precisión unas escenas muy visuales, que ayudan a que nos podamos imaginar su desarrollo, al igual que los parajes por los que transitan.





Biografía:




El amor más allá de las diferencias, un tema complejo sobre el que Laila Ibrahim puede llamarse una experta. Su pasión por el ser humano comienza con sus estudios en Psicología y Desarrollo Infantil, que luego evolucionan hacia un postgrado en Desarrollo Humano que le permite profundizar en la teoría del apego desde la perspectiva multicultural. Su gran necesidad de estar en contacto con niños, le motiva a abrir su propia escuela.

Sus vivencias personales son pues, el bagaje que necesita para construir la historia de Mattie y Lisbeth, que publica bajo el nombre The Yellow Crocus (La flor del azafrán amarillo) y que, hoy en día, es una lectura recomendada en los Estados Unidos para conocer y comprender ese capítulo de la historia, el de la esclavitud, desde una perspectiva más humana.




Notas: Datos técnicos, sinopsis y biografía de la autora tomados de Amazon. Imagen del Ferrocarril Clandestino tomada de Wikipedia. Imagen de Orbelin (Ohio) tomada de la web The Cleveland Memory Project. 






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