viernes, 15 de noviembre de 2024

Reseña Tres malditos en Lay City, de Pablo Carnicero de la Cámara.

 












Datos técnicos:




Título: Tres malditos en Lay City.

Autor: Pablo Carnicero de la Cámara.

Autoeditado Amazon (enlace).

1ª edición: Octubre/2022.

ASIN: B0BFBV3LC3.

Libro formato digital.

Idioma: Español.

Nº páginas: 330.





Sinopsis:





Jason Morales decide aceptar el último caso en el que su difunto tío, un detective privado de Lay City, andaba involucrado. Pronto descubre que el nuevo mundo profesional que se abre ante él es mucho más duro y complicado de lo que pensaba.

Leroy Dickinson consigue salir de la cárcel antes de cumplir su condena gracias a las influencias de un viejo conocido. Pero nada es gratis, y debe aceptar el trabajo que el general le impone: encontrar el paradero de su hijo secuestrado. Para ello, debe adaptarse a un mundo completamente diferente del que estaba acostumbrado.

El teniente Justin Mallard fue en el pasado el mejor investigador de la policía de Lay City, pero ahora vive una vida tranquila y sedentaria al frente de la Brigada de Suicidios. Pero la visita de una enigmática mujer enciende la chispa que provoca su regreso a la investigación en activo.

Las vidas de estos tres hombres malditos se entrelazarán, a la vez que recorren las calles de Lay City, una ciudad que experimentará un cambio radical y que, al mismo tiempo, también modificará las almas de sus habitantes.






Opinión Personal:






Pablo Carnicero de la Cámara es un autor autoeditado cuya narrativa es sinónimo de entretenimiento y buen hacer literario. Tiene el aliciente de que no se encasilla en un género determinado, por lo que son varias las opciones que el lector tiene entre sus novelas para elegir por cuál decantarse, sobre todo si es la primera vez que decide acercarse a su creación literaria. Se encontrará con tramas bien construidas, con los giros necesarios para incrementar el interés por lo que le espera al o los protagonistas de turno y unos personajes trazados con rasgos certeros, creíbles y cercanos, con los que incita a meternos de pleno en la lectura de las historias que protagonizan.

De su variada producción literaria elegí, en esta ocasión, la novela negra Tres malditos en Lay City. Esta es la cuarta que leo de su autoría que se encuadra en el género literario al que me refiero en la línea anterior. En esta ocasión, me encontré con una trama negrocriminal de corte clásico; cómo digo en estos casos, es una novela negra genuina, en la que nada es lo que parece, la corrupción campea a sus anchas y los personajes transitan por la ciudad ficticia de Lay City, cerca de Los Ángeles, en el estado de California, en Estados Unidos.

En esta ocasión, el escritor arriacense se decanta por tres historias cortas cuyas tramas se desarrollan en la ciudad ficticia de Lay City. Una ciudad ficticia que es un personaje más, e incluso diría que ensombrece a quienes transitan por su callejero. Está descrita y trazada de tal forma que nos familiarizamos con las localizaciones en las que se desarrollan los episodios que protagoniza el elenco que conforma cada una de ellas. Al desarrollarse las tres historias en varios años, centrados en la década de los años 30 del siglo pasado, somos testigos de su evolución y de cómo cambia la población que cobija, o bien es trasladada a otras barriadas por los planes urbanísticos que la van transformando, en los que la especulación está a la orden del día.

Siéntese el lector a disfrutar de una obra escrita en blanco y negro -en el doble sentido de la expresión-, prepárese para inhalar tabaco estadounidense -en cigarrillo o en pipa, según el gusto-, que envicia el ambiente de quienes gustan relajarse con esta droga legal, aunque también tienen la opción de decantarse por la ilegal, que también la hay. Pero puede optar por levantar el ánimo con una confortable ambarina bebida espirituosa, sobre todo si hay una buena conversación de por medio, aunque también puede terminar como el rosario de la aurora, si los interlocutores deciden ponerse a la defensiva en un momento dado. Si quieren degustar un buen desayuno pásese por el Moby Dick Coffee, y Sandy le atenderá gustosamente, aunque puede correr el riesgo de que le interrumpa alguna mosca cojonera y le amargue la primera comida del día. Pero también se encontrará con elementos propios de la novela negra clásica, que beben de los cánones de los grandes maestros anglosajones del género, -en un episodio se cita a Conan Doyle- porque, a parte de encontrarse con historias en las que nada es lo que parece, también se va a encontrar con pistas falsas y un atractivo desenlace en el que se explica quién o quienes han cometido el delito de turno y los motivos que le indujeron a perpetrarlo.

Las tres novelas cortas desarrollan temas que, pese a que se ubican en años posteriores a la Gran Depresión y la Ley Seca son, por desgracia, muy actuales: la especulación urbanística ya mencionada en el párrafo anterior, la lacra que supone la corrupción policial y delitos que se esconden bajo apariencias engañosas. En la primera, el detective privado Jason Morales acepta la investigación de la muerte del dueño de una casa de empeño. En el segundo, el teniente Mallard está al frente de la eufemísticamente llamada Brigada de Homicidios de la policía de Lay City, y le encargan investigar el caso de Simon Robins, cerrado porque la policía lo archivó como suicidio. En el tercero, el capitán Leroy Jethro Dickinson recibe el encargo obligado de investigar la desaparición del hijo del general James Walker.

Los tres relatos me resultaron muy atractivos. Pablo Carnicero de la Cámara los planificó y desarrolló de tal forma que suscitó mi interés desde las primeras líneas. Y es que tal y como comienza cada uno de ellos se presume que la investigación va a provocar una serie de sorpresas que indican que al sabueso de turno no le va a ser nada fácil resolver unos hechos en los que se presiente que detrás de ellos se esconde algo turbio, por lo que incluso se intuye que puede poner en peligro la integridad física de alguno de los personajes. Cada historia gira en torno a un protagonista carismático, muy implicado en su trabajo, dado que el pasado que les acompaña les empuja a solicitar una segunda oportunidad y muestran a los demás que están capacitados para desempeñar el trabajo que les realizan, pese a que alguno de ellos da a entender que puede volver a los años turbios que lo llevaron por el mal camino.

El lector se encontrará con un elenco de personajes muy atractivos, diría que estereotipados, y que son un fiel reflejo de los que transitan por las novelas negras ambientadas en Estados Unidos en la primera mitad del siglo XX. A los tres protagonistas es mejor conocerlos en su salsa, porque las primeras dudas que les acompañan en los episodios iniciales sirven de espoleta para interesarse por la evolución de sus pesquisas pero, sobre todo, para estar muy pendiente de las decisiones que toman, sobre todo si tienen que hacer frente a alguien que les puede poner en un aprieto, conscientes de que tienen poder para que no sigan metiendo las narices donde no deben. Hay también varios personajes secundarios interesantes, como la viuda Esperanza Norris, el teniente Michael Watson, la periodista Lana Dartold, el detective privado Charles Marger o el jefe forense Edward James Adams, por el papel relevante que en las tres tramas, en las que algunos de ello repiten presencia. La presencia de estos personajes puede influir en la resolución de cada caso o incluso tratan de perjudicar la investigación.

Tres malditos en Lay City es una novela negra bien escrita, con un lenguaje sencillo pero cuidado, de ritmo ágil y adictiva, con atractivos y dinámicos diálogos, que incitan a estar muy pendiente de todo lo que sucede a lo largo de los capítulos que conforman las tres historias. Tres historias en las que están muy presentes la intriga, la corrupción, la especulación, el racismo y los crímenes encubiertos.



Notas: Datos técnicos, sinopsis y fotografía del autor tomados de Amazon. Biografía de Pablo Carnicero de la Cámara tomada de la web de Babelio. 


Biografía:





Apasionado de la literatura desde la infancia, gracias a El Señor de los Anillos, su carrera como escritor amateur comenzó tan pronto como finalizó la lectura del último libro de la trilogía de Tolkien, fascinado por el mundo de fantasía que se abría ante sus ojos. Compagina su pasión por la literatura con sus otras dos pasiones: el baloncesto y la historia, de forma que entre libros, pistas de baloncesto y ordenadores se puede hacer un rápido retrato de su personalidad: autodidacta, apasionado y a la vez arriesgado.

Se inicia como autor, con El Mundo de las Sombras, un marco en el que se ambientan sus cuatro primeras novelas publicadas: Inmortal, El Filo de la Espada, Tiempos Aciagos y Sangre Inmortal. Sin embargo no es hasta Diciembre del 2013 cuando publica su primera novela negra, “Un tipo casi normal en una situación casi anormal”, donde se aprecian influencias de Andrea Camilleri, Eduardo Mendoza e incluso algún trazo de Conan Doyle. Más adelante continuó con la novela negra “Decisión encadenada” para proseguir con la ficción histórica con“El secreto de los Dedos de Aignes” y “Operación “La sangre del diablo“, en una literatura muy alejada de la Fantasía, pero que le cautiva de igual manera, no buscando otra cosa más que entretener al lector con una lectura rápida, entretenida, fresca y apta para cualquier edad, sin más pretensiones.



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