viernes, 29 de noviembre de 2024

Reseña El visitador. La geografía del dolor, de José Antonio Fortuny.


 








Datos técnicos:




Título: El visitador.

Autor: José Antonio Fortuny.

Editorial: Letrame.

1ª edición: Marzo/2024.

Encuadernación: Tapa blanda con solapas.

ISBN: 978-84-1181-927-5.

Idioma: Español.

Nº páginas: 268.





Sinopsis:





En 1772, en una convulsa Europa, un noble inglés llamado John Howard abandona la comodidad de su mansión y se embarca en un frenético viaje por toda Europa. Pretende mejorar las condiciones de vida de las prisiones y recintos hospitalarios, lugares en los que los abusos y epidemias arrasan con las esperanzas de salir con vida de allí.
Acompañan a Howard en esta cruzada su sirviente, Thomasson, y una enigmática mujer, Camille.No tardarán en darse cuenta de que les siguen; son muchos los enemigos del noble interesados en que la expedición fracase.
Entre los viajeros se desatarán las sospechas y la tensión, y, conforme las relaciones entre ellos se vayan estrechando, también eclosionarán las palpitaciones sentimentales, confusas, perturbadoras y difíciles de dominar.
Durante el trayecto, los expedicionarios sufrirán los rigores del tiempo y sortearán múltiples peligros; conocerán a personajes ilustres como Diderot o Mozart, que les insuflarán optimismo, pero también serán testigos de lo peor de la condición humana.
Tal cúmulo de vivencias los transformará, derribará estructuras internas y dilatará la percepción de sí mismos y del mundo.
Conforme el coche de caballos se abra paso, las carcajadas de los adversarios de Howard, de los custodios del orden establecido, enmudecerán, y el temor aguijoneará tantas miradas perplejas: ¿conseguirá un hombre cambiar los cimientos de la sociedad?




Opinión Personal:




Me llevé una gratísima sorpresa con la lectura de esta novela de ficción histórica que hoy reseño y no dudo en recomendar, El visitador (la geografía del dolor), de José Antonio Fortuny. De este escritor mahonés leí y reseñé en 2014 Alehop, una comedia de humor negro que me gustó mucho y levanta más de una risa a lo largo de los capítulos que la conforman. Una gratísima sorpresa, porque el autor muestra un muy buen hacer literario y ofrece al lector la oportunidad de disfrutar de una trama bien construida, consistente, y protagonizada por un personaje histórico que no deja indiferente, porque fue uno de los primeros que lucho por los derechos humanos, preocupado porque los menos favorecidos de la sociedad -en este caso, los presos y los enfermos hospitalizados-  tuvieran una atención digna, privándose de disfrutar de una vida tranquila en sus propiedades como un noble británico más.

(John Howard)
Estoy seguro que la gran mayoría de los lectores desconocen la labor realizada por el 
filántropo inglés John Howard, uno de los primeros defensores de los derechos humanos, y muy preocupado por el estado de las prisiones de su país,  pero sobre todo , preocupado por el trato de los presos,  la mayoría de los cuales permanecían retenidos porque no podían pagar su propia A  al carcelero, como se podrá S en el primer capítulo de esta novela.  A lo largo de los 40 capítulos en los que se estructura el desarrollo de la trama, el autor refleja el interés mostrado por el protagonista durante su También viaje por Europa, visitando cárceles y tomando nota de lo que veía y le pudiera interesar para ayudar a mejorar las condiciones de las prisiones que ya inspeccionó y sugerirles soluciones a los alcaides de las que visitaba.  También se resalta en varios episodios su preocupación por las condiciones en las que eran atendidos los enfermos en los hospitales, haciendo hincapié en la labor que desempeñan los lazaretosporque entiende que su instalación es fundamental para evitar la propagación de enfermedades contagiosas o sospechosas de serlo.

Sin duda alguna, José Antonio Fortuny tuvo muy en cuenta el gran potencial que le ofrece este filántropo, consciente de que su gran humanidad le permite planificar y desarrollar una trama en la que incide en lo mejor y lo peor del ser humano. A lo que acabo de comentar hay que añadir el carácter didáctico que se observa en varios tramos de El visitador. En mi opinión, entiendo que la información que ofrecen las dos voces narrativas incita a que el lector se interese por estos detalles que, en mi caso, atrajeron mucho mi atención. Incluso me dije que no sólo enriquecía el relato ya de por si muy atractivo, sino que tmbién ayuda a conferirle un gran realismo a la historia que protagoniza John Howard, en la que se percibe el rigor documental, por lo que surte el efecto de que se realiza un viaje literario imaginario al último tercio del siglo XVIII.

En relación con lo que comento en los tres párrafos anteriores, el lector se encontrará con una trama que le mantendrá en vilo en todo momento. Ya en el primer episodio John Howard tiene sus más y sus menos tanto con el alcaide como con el carcelero de la prisión de Marshalsea, a quienes les hace ver el motivo de su visita al penal, lo que origina recelo por parte de los dos personajes. Pero será desde que embarca en Londres para iniciar su viaje por Europa con la misma finalidad donde se incrementa la sensación de inseguridad y desconfianza que se percibe a medida que se encadenan sus visitas. Y es que las reformas que pretende fomentar este filántropo tenía sus detractores, porque eran conscientes de que podía terminar con la corrupción que hay en las prisiones. Sensación que tiene en cuenta el autor para provocar todo tipo de situaciones en las que la intriga está muy presente. Situaciones que se originan no sólo ante quienes pretenden dinamitar su labor, sino también en el seno del pequeño grupo que conforman el sheriff de Bedford, su fiel servidor Thomasson y la misteriosa Camilla, a quien decide llevar en su viaje hasta Francia, tras escuchar las explicaciones que le relata sobre su desventura. Sin duda alguna, estos tres personajes tan dispares le dan mucho juego a la novela, se originan entre ellos una serie de situaciones en las están muy presentes el recelo, las disputas e incluso se sospecha que la traición, por lo que incitan al lector a preguntarse si terminarán juntos el viaje o bien se producirá algún episodio inesperado que ponga fin al sueño que persigue John Howard. Esto origina que se incremente el interés por lo que sucede en los capítulos finales, en los que me encontré con un desenlace que, en mi caso, supone un gran colofón para esta magnífica historia.

(Prisión Delle Stinche-Florencia-Italia)
La exquisita ambientación que se refleja a lo largo de los capítulos   ayuda al lector a que se familiarice  co el día a día de las ciudades que visitan, descrito con certera precisión por las dos voces narrativas, de tal forma que ofrece alguna nota a pie de página con la aclara el uso de determinadas prendas o utensilios que atraen su atención. Pero también el autor refleja los cambios sociales que se producen en esa época, como lo pone de manifiesto en el símil que se percibe en la descripción de las colinas de Montmartre: «los que no querían perder sus privilegios y los reformistas, los devotos y los desesperanzados, los ingenuos y los iluminados» (71).

José Antonio Fortuny perfila unos personajes creíbles, cercanos y diría que de carne y hueso, por su forma de ser y actuar, al igual que por sus sentimientos, emociones y sensaciones. Personajes con los que no tardé en empatizar, si bien fue Thomasson el que me resultó más lejano, pero cuya personalidad encontré muy creíble, desempeñando un papel que supone una nota discordante en relación con sus dos compañeros de viaje. Aunque también Camille tiene sus peculiaridades, por el contrapunto que, en un principio, supone con el visitador, lo que incita a estar muy pendiente de su evolución al tomar como referencia los debates que mantiene con el sheriff de Bredford. El autor sabe que la forma de que el lector esté muy pendiente de sus vicisitudes es describir la personalidad de estos tres personajes de forma dosificada, porque al desvelarse algunos secretos que ocultan influye en la relación que mantienen entre ellos, con lo que aguardan algunas sorpresas, sobre todo en lo referente a la misteriosa Camille y los motivos que le conducen a tomar parte en este viaje, el doloroso pasado de John Howard y el no menos inquietante de Thomasson y las razones que le incitan a actuar de forma sospechosa. A lo largo del viaje interactúan con naturalidad con personajes históricos y otros ficticios con los que protagonizan escenas atractivas, pero también tensas, caso del encuentro en Viena  del visitador con el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, José IIAnemas, sin olvidarme del interesante diálogo que mantienen con los  ilustrados Denis Diderot y Voltaire,  al igual que los emotivos episodios vividos en Constantinopla, con la hija del alcaide de la prisión de  Anemas como foco de atención por el papel que desempeña el visitador.

(Palacio imperial Hofburg-Viena-Austria)
El visitador es un magnífica novela, muy bien escrita, con un ritmo de lectura fluido, pese a que domina la narración frente al diálogo, aunque éstos son muy atractivos, no sólo por la información que se ofrece relacionada con el objetivo del viaje de John Howard, sino por la tensión que se percibe en algunos episodios tanto entre el filántropo y sus dos acompañantes, como con los personajes que interactúan por el camino.





Biografía:




José Antonio Fortuny nació en Mahón, en la isla de Menorca, una isla de belleza cristalina percibida también, a veces, como un muro muy limitante.

Su afición por escribir no se gestó por haber mostrado una precoz vocación literaria, sino por circunstancias de la vida que no aparecen en los cuentos color rosa: cuando tenía pocos meses de vida le diagnosticaron una grave enfermedad muscular degenerativa, que le ha ido paralizando todo el cuerpo. Al tener que pasar mucho tiempo en casa, comenzó a leer mucho y la lectura desembocó en su pasión por escribir. Actualmente, solo puede mover algunos dedos de una mano y escribe mediante un programa de voz.

Tarda muchos años en escribir una novela pero lleva tres. Nunca lo creyó posible. Escribe a diario, fundamentalmente para mantener la mente en forma y para compartir sentimientos y conocimientos con el mundo exterior. Escribir es un aliciente para levantarse de la cama y afrontar su día a día.


Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía del autor tomados de la web de la editorial Letrame. Imágenes de John Howard, de la prisión de Delle Stinche en Florencia y del Palacio de Hofborg tomadas de Wikipedia.  Fotografía del autor tomada de la web Trabalibros. 


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