Datos técnicos:
Título: Estudio en escarlata.
Título original: A study in scarlet.
Edición inicial: noviembre/1887.
Autor: Arthur Conan Doyle.
Traductor: A. Lázaro Ros.
Editorial: Anaya Infantil y Juvenil.
1ª edición: 30/05/2012.
ISBN: B009511040.
Nº
pág.: 192.
Sinopsis:
Es
esta la novela en que Conan Doyle dio a conocer al inmortal detective
Sherlock Holmes, y al doctor Watson, su no menos genial narrador. Un
cadáver hallado en extrañas circunstancias pone en marcha los
reflejos deductivos de Holmes, mientras la policía oficial se pierde
en divagaciones equivocadas o arresta a inocentes ciudadanos. Un
nuevo asesinato parece complicar la historia, pero a Holmes se la
aclara. Nuestro detective no sólo encuentra al asesino, sino que
intuye la historia turbulenta que lo motiva: la de otros asesinatos
ocurridos treinta años atrás y cuyos ecos llegan al presente,
historia que constituye una segunda novela tan apasionante como la
primera. [Edición anotada, con presentación y apéndice]
Opinión
Personal:
Hasta
la fecha, solo conocía al mítico y carismático personaje de
Sherlock Holmes y su inseparable acompañante Watson a través de las
series que se basan, sobre todo, en sus aventuras, algunas de ellas
magníficamente adaptadas a nuestros tiempos. Pero fue a raíz de la
lectura del pastiche de Ana María Trigo, El secreto de la caja de
sándalo (reseña), el que me ayudó a decidirme por afrontar a través de la
pluma de Conan Doyle de, al menos, las cuatro primeras novelas
protagonizadas por este singular detective, que de él mismo da al
lector una definición suya en el segundo capítulo de la novela que
es la carta de presentación de uno de los detectives literarios que
más encandila a los lectores: «Tengo
una profesión propia mía. Me imagino que soy el único en el mundo
que la profesa. Soy detective consultor, y usted verá si entiende lo
que significa».
Estudio
en escarlata
es una novela corta narrada en primera persona por el doctor Watson,
como si del biógrafo oficial de Sherlock Holmes se tratara, por la
forma en la que trata a este personaje a lo largo de los capítulos,
presentándose él como un mero espectador privilegiado que tiene el
honor de acompañar al peculiar detective asesor, tomando parte
directa en algún momento de la narración sólo si se lo pide el
propio Holmes. Aunque en este primer caso de Sherlock Holmes habrá
también un narrador omnisciente en la segunda parte de la trama, que
tal y como empieza parece que no guarda relación con lo sucedido en
la primera. A medida que avanza la narración el lector sacará sus
propias conclusiones en relación con esta parte de la novela,
preguntándose incluso si realmente era necesario trasladarse hasta
Estados Unidos para conocer lo que había sucedido entre los mormones
que se habían trasladado hasta el ancho valle de Utah para
encontrar allí su tierra prometida. En mi modesta opinión, a parte de
encontrarme con un giro sorprendente en el desarrollo de la trama,
Conan Doyle ofrece unos episodios que dan luz a lo sucedido en la
primera parte, independientemente de las conclusiones a las que llegó
Sherlock Holmes en esta su primera aparición como detective asesor,
como él mismo se define. En este sentido, me sorprendió la prosa
impecable de Conan Doyle en este tramo de la novela, en la que se
refleja un marcado trasfondo histórico, a lo que hay que añadir la
magnífica traducción de A. Lázaro Ros. El estilo narrativo
empleado por el doctor Watson en la primera parte de la novela, y los
capítulos finales en los que se resuelve definitivamente el caso, es
directo, con el empleo de un lenguaje sencillo y propio de la
sociedad victoriana.
Los
dos primeros capítulos sirven al lector para conocer a ambos
personajes y los motivos que les llevan a mantener esa relación que
se irá estrechando con el paso de las historias que compartirán, y
de las que el doctor Watson dará cumplida cuenta al lector. Son dos
personajes bien definidos por Conan Doyle, tanto en el aspecto físico
como en el psicológico: quizás sea este último el que más atraiga
la atención del lector, sobre todo por las particularidades que
hacen del famoso detective un peculiar personaje, pues Watson se
quedará sorprendido y se preguntará en más de una ocasión por el
cambio tan radical que se produce en el carácter de quien a partir
de ahora será su compañero de residencia, en una de las direcciones
más conocidas de la Literatura, como es el 221B de Baker Street, en
Londres. También Watson se preguntará cómo llega a las
conclusiones que tanto le sorprenden, como ya ocurre en el momento en
el que son presentados en el laboratorio en el que trabajaba en sus
experimentos; aunque no tardará en comprender esa característica
que tanto lo diferencia de los demás personajes que le rodean,
porque es precisamente el motivo por el cual es requerido por
Scotland Yard para que les ayude en los casos que requieren su
inestimable colaboración. Y es que el lector se dará pronto cuenta
de que Homes va un paso por delante de quienes se dedican a
investigar los horrendos crímenes que tienen lugar en la capital
británica. Aunque también desde un primer momento, estas singulares
características de Holmes harán que tengamos desde un primer
momento una opinión que nos invita más bien al rechazo, por su
carácter engreído y porque da la sensación de que mira al resto de
los mortales por encima del hombro. Pero está claro que esto a
nuestro protagonista poco le importa, porque el genial escritor
británico sabía que esta era la forma con la que atraer al lector
para que se interesase por cómo resolvía los casos en los que
requerían sus servicios; aunque también tiene sus defectos, como él mismo reconoce.
Como siempre comento en muchas de las novelas que reseño, y partiendo de la portada y sinopsis de esta primera entrega de las obras protagonizadas por Sherlock Holmes, entiendo que es suficiente para que el lector se interese por el desarrollo de la trama que llevará a que este mítico y carismático personaje aclare el hallazgo en extrañas circunstancias de un cadáver en una casa deshabitada de Lauriston Gardens. Pero Holmes verá cómo sus cualidades son puestas a prueba tras el hallazgo de un segundo cadáver, lo que hace que la investigación sea más compleja, y que tanto los agentes de Scotland Yard como los lectores nos veamos desconcertados ante la presencia de pistas falsas que dificultan encontrar al culpable o culpables de ambos asesinatos: prueba de ello es la palabra que aparece escrita en sangre en una de las paredes de la sala en la que es encontrado el primer cadáver. Sin embargo la perseverancia de Sherlock Holmes y las cualidades deductivas que le definen no serán obstáculo para salir airoso en sus investigaciones. Esto llevará a que su minucioso trabajo ponga en entredicho a los agentes de la policía que tratan habitualmente con él, como son los inspectores Lestrade y Gregson, a quienes el lector conocerá por el trato que uno y otro reciben de Holmes, a quienes define como «lo mejorcito de un grupo de torpes». Aunque también Watson se sorprenderá de la peculiar colaboración que mantienen con él el joven Wiggins y la banda de pilluelos que serán los ojos y los oídos del detective en sus investigaciones.
Como siempre comento en muchas de las novelas que reseño, y partiendo de la portada y sinopsis de esta primera entrega de las obras protagonizadas por Sherlock Holmes, entiendo que es suficiente para que el lector se interese por el desarrollo de la trama que llevará a que este mítico y carismático personaje aclare el hallazgo en extrañas circunstancias de un cadáver en una casa deshabitada de Lauriston Gardens. Pero Holmes verá cómo sus cualidades son puestas a prueba tras el hallazgo de un segundo cadáver, lo que hace que la investigación sea más compleja, y que tanto los agentes de Scotland Yard como los lectores nos veamos desconcertados ante la presencia de pistas falsas que dificultan encontrar al culpable o culpables de ambos asesinatos: prueba de ello es la palabra que aparece escrita en sangre en una de las paredes de la sala en la que es encontrado el primer cadáver. Sin embargo la perseverancia de Sherlock Holmes y las cualidades deductivas que le definen no serán obstáculo para salir airoso en sus investigaciones. Esto llevará a que su minucioso trabajo ponga en entredicho a los agentes de la policía que tratan habitualmente con él, como son los inspectores Lestrade y Gregson, a quienes el lector conocerá por el trato que uno y otro reciben de Holmes, a quienes define como «lo mejorcito de un grupo de torpes». Aunque también Watson se sorprenderá de la peculiar colaboración que mantienen con él el joven Wiggins y la banda de pilluelos que serán los ojos y los oídos del detective en sus investigaciones.
Está
claro que disfruté con la lectura de Estudio
en escarlata,
en formato digital, aunque con una edición magníficamente preparada
por Anaya, con una interesante presentación de la obra de Arthur
Conan Doyle por Eduardo Torres-Dulce, y un atractivo Apéndice
titulado Holmes
en Monument Valley,
escrito a modo de relato por el mismo autor de la presentación, con
el director de cine John Ford como uno de los personajes que atraen
la atención del lector, escrito con sabor a clásico y que es un
gran colofón a la primera aparición de uno de los más grandes
detectives victorianos. El lector se encuentra también con una
edición anotada en la que es informado de una serie de datos que
pueden serle útiles para conocer mejor la época en la que se
desarrolla la trama y los lugares por los que se mueven los
personajes, y que atraen nuestra atención por el fresco victoriano
que muestra el autor a lo largo de los capítulos de esta novela.
Biografía:
Arthur
Conan Doyle nació en Edimburgo en 1859, en una familia donde casi
todos destacaban en alguna actividad artística. En su ciudad natal
se educó en una escuela pública y posteriormente pasó a un colegio
de jesuitas, donde conoció bien a los prosistas latinos y a los
clásicos ingleses, principalmente a Shakespeare. Posteriormente,
estudió Medicina en la Universidad de Edimburgo hasta 1881. En 1886
termina de escribir Estudio
en escarlata,
donde definía el personaje de Sherlock Holmes, quien protagonizaría
muchas de sus historias hasta 1926 ( El
signo de los cuatro,
El
sabueso de los Baskerville,
Las
aventuras de Sherlock Holmes...).
No obstante, Doyle también creó otros personajes singulares, como
el profesor Challenger (protagonista de varias novelas, entre ellas
El
mundo perdido),
y escribió novela histórica, que según confesó era su máxima
aspiración literaria. En 1902 recibió del gobierno el título de
Sir, y falleció en 1930 en Crowborough (Inglaterra) de un ataque al
corazón
Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía del autor, tomados de Amazon. Imagen de 221B Baker Street, tomada de wikipedia, al igual que la fotografía de Arthur Conan Doyle. Imagen de escena de la novela tomada de la web Squashed Abrigded Books.
Leí esta novela hace un montón de tiempo, pero no me importaría leerla de nuevo.
ResponderEliminarBesos
Fue el primer libro que leí del autor y del personaje y quedé muy satisfecha... Muy buena la pluma del autor, como.bien dices sencilla y pulcra, y como va desarrollando la historia... No me extraña que fuera un éxito en su época .. Y que haya perdurado hasta hoy día!!!
ResponderEliminarUn saludo bien fuerte !!
Yo admito que también solo conozco al detective por las series de televisión y que nunca he leído esta novela, pero la voy a tener en cuenta, porque realmente me ha encantado la reseña y quiero leerla de primera mano. Gracias por traernos este gran clásico.
ResponderEliminarLa leí hace mucho pero la reelería sin dudar, me gustó tanto...😁
ResponderEliminarFelices fiestas y muchos besos 🎈🥂💋
De sus 4 novelas (porque de su larga colección de relatos no leí nada) fue la que más me gustó, no sé si tendrá que ver con que se cuenta cómo ambos personajes tan carismáticos se conocieron. Eso no quiere decir que sus otras 3 novelas no me gustaran, porque también las disfruté. Estupenda reseña.
ResponderEliminarUn abrazo, y felices fiestas ;)
yo me estaba viendo la adaptación moderna y me gustó.
ResponderEliminarEspero leerme la obra original en un futuro cercano.
Saludos. xD
La leí hace años y me gustó mucho. No me importaría leerla de nuevo. Esta nueva edición parece estar bastante bien.
ResponderEliminarBesotes!!!
Todo un clásico nos traes hoy! Me gustan estos libros, tiene un aire vintage que me llaman mucho
ResponderEliminarBesos
Maravillosa novela... A mi me encantó y de todas las adaptaciones las que más me gustan son las de la BBC
ResponderEliminarLo leí hace años y me gustó aunque, tras películas y series, se me confunden la literatura y lo visual
ResponderEliminarBesos
A ver si le hago un hueco al señor Holmes en 2019 que hace mucho que no leo sus aventuras. Un beso
ResponderEliminarNo sé cuántas veces lo habré leído de joven, decorándolo y con un Holmes que desde el minuto 1 cae mal, pero al final lo acabas adorando. Y Watson bendita paciencia. Buenos recuerdos.
ResponderEliminarBesos
Me alegro de que te haya gustado tanto esta primera aventura de Sherlcok y Watson, y es verdad que además de la fama que tienen estos personajes, es que Doyle escribía muy bien. Y si, Sherlock al comienzo resulta un poco repelente y antipático, pero es una de sus muchas idiosincrasias xD Ya sabes que soy muy fan de este personaje, así que espero que sigas disfrutando del resto de sus aventuras si al final sigues con ellas.
ResponderEliminar¡Besote!
No sé, leí el primero pero no me terminó de cautivar, el lenguaje me pareció complicado y la narración se me hizo lenta, pero tengo pendiente darle otra oportunidad.
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