Datos
técnicos:
Título:
Cuando estábamos vivos
Autora:
Mercedes de Vega
Editorial:
P&J (Grupo PRH)
1ª
Edición: abril 2015
Encuadernación:
tapa dura con sobrecubierta
ISBN:
9788401343407
Nº
páginas: 528
Sinopsis:
En
los albores de la Segunda República, Lucía Oriol es una joven
esposa aristócrata en una sociedad en plena transformación, cuya
vida da un vuelco cuando conoce a Francisco Anglada, viudo empresario
de origen judío, que compra una residencia a la familia Oriol en la
calle Pintor Rosales. Lo que comienza como una tórrida aventura
amorosa, se enreda cuando aparece Jimena, la conflictiva hija de
Francisco. La relación entre Jimena y Lucía, la doble vida de ésta
y el pasado oculto de los Anglada destaparán un torbellino de celos,
venganza y traición de los que nadie saldrá indemne.
El
amor de Lucía Oriol por un hombre atrapado en el laberinto del
pasado y la necesidad de contar la verdad y de hacer justicia,
alimentan este retrato de dos linajes, inspirado en hechos reales, en
un Madrid convulsionado al borde de la Guerra Civil.
Opinión
Personal:
No
es de extrañar el éxito que está cosechando la novela publicada
por Mercedes de Vega
con Plaza & Janés, Cuando estábamos vivos,
y es que es de esos
títulos que nos encandilan y no
dudamos en recomendarlo a
quienes nos preguntan por algo que merezca la pena leer, siempre y
cuando el receptor de nuestra propuesta esté acostumbrado a
sumergirse en este tipo de historias. Los ingredientes que contiene:
sagas
familiares, secretos
y un
fondo histórico como el de los últimos años del reinado de Alfonso
XIII, la II República y el comienzo de la Guerra Civil Española,
un período muy poco tratado en nuestra literatura, colmaron las
expectativas que tenía puestas en ella, tras las críticas tan
favorables que se vierten por quienes han disfrutado ya con su
lectura.
Pero
no solo los ingredientes, sino también
es un gran atractivo la forma en la que está narrada,
pues bien se nota que está escrita desde
dentro, desde la necesidad, de buscarse y buscar explicaciones,
como bien dice la escritora y socióloga madrileña, todo ello
refrendado por una prosa elegante con tintes intimistas. A ello,
añadiría el hecho de encontrarme con que entre sus páginas se nos
relata la historia de una saga familiar, sus ascendientes, cuyos
componentes son todos personajes reales
y los secretos que ésta
encierra, que iremos
descubriendo a lo largo de los capítulos. En la página que precede
al cuerpo de la novela la autora nos muestra el árbol genealógico
de los Anglada y los Oriol.
Lucía
Oriol relata en primera persona la mayor parte de la novela:
«He
sido testigo presencial de casi todos los hechos que voy a desvelar;
y a los que no asistí, me lo confirmaron sus protagonistas y los
hermanos Anglada. El resto lo conoce Dios, que también narra esta
historia»(pág.
20). Por lo que está claro que son dos los narradores, Lucía Oriol
y un narrador omnisciente que nos cuenta los hechos que ella no pudo
presenciar.
(Círculo de Bellas Artes-Madrid)
Cuando
estábamos vivos es la
historia de un adulterio,
de una tórrida historia
de amor entre Lucía Oriol,
hija de una familia aristócrata tradicional, y Francisco
Anglada, un viudo
adinerado. Lucía está casada con Roberto
Arzúa de Farnesio, un
italiano propietario del imperio de una de las familias más antiguas
del país transalpino, que realiza constantes viajes a Roma: es un
camisa negra de Mussolini
y, además, tiene que atender sus negocios en la capital italiana.
Cuando estábamos vivos
es una historia de amor entre una mujer casada y un viudo procedentes
de distintos estamentos sociales. A Roberto no le gusta la irrupción
en la familia de este hombre que empieza a mantener relaciones
financieras con su suegro, el Marqués
del Valle. Pronto
empezará a fraguarse la aventura amorosa entre la hija del
aristócrata y este hombre adinerado de provincias. «Empecé
a vivir el adulterio como un regalo. Me vi predestinada a amar a dos
hombres que me pertenecían por igual, sin ningún remordimiento,
sin llegar a sentirme jamás culpable por ello»(pág.
115).
Lo
primero que me llamó la atención es la estructura de la novela,
casi toda ella dividida en lo que la autora llama testimonios más
algunos capítulos titulados. Están agrupados en tres partes
tituladas: Madrid, 1928-1931, El comienzo del fin (1933) y Ciudad del
amor y de la muerte (1936), en donde asistimos a la caída de la
monarquía, a la esperanza que los ciudadanos tenían puesta con la
llegada de la II República pero que se vería truncada con el
levantamiento militar que daría paso a la cruenta Guerra Civil
Española. Es claro el
paralelismo que hay entre el desarrollo de los hechos históricos que
se relatan en las tres partes en las que está dividida la novela y
las relaciones entre ambas familias, que se van resquebrajando a
medida que la contienda civil es una realidad y cada una de ellas
apuesta por un bando distinto.
Pero,
sobre todo, son los
personajes que nos encontramos a lo largo de la narración los que
más me entusiasmaron
porque Mercedes de Vega nos
los muestra tal y como son.
No son arquetipos, no son ni buenos ni malos, todos tienen sus luces
y sus sombras. Y eso hace que sus actuaciones nos desconcierten en
más de una ocasión. Pese a que, sin embargo, hay algunas
situaciones que nos parecen un tanto rocambolescas, hay que situarse
en el contexto histórico en el que se producen y es en esos momentos
cuando el ser humano muestra su lado más ruin, más cainita.
De
entre todos ellos, el que más me impresionó fue Jimena
Anglada, hija
de Francisco Anglada. Me
sorprendió en un principio ver el nombre de este personaje en la
dedicatoria de esta novela: Mercedes de Vega confirma en una
entrevista que le hicieron que fue un familiar suyo. «Era
tímida y reservada, más de lo que nadie se pueda imaginar. Nunca
terminaría de hablar de ella, de todo lo que le pasó, de su
tristeza, de sus momentos de alegría que se marchitaban tan rápido
como su apego a la vida. Pero también de todo el amor que guardaba,
como si fuese un tesoro rescatado del mar que no le pertenecía»
(pág. 15). Tuve
sentimientos encontrados con Francisco Anglada y su hermano David,
sobre todo por la capacidad
absorbente del primero
hacia los demás y algunas
actitudes mostradas por David que me sorprendieron en más de una
ocasión. Los continuos
enfrentamientos entre ambos hermanos eran causa también de las
preguntas que me hacía ante tanta rivalidad pero poco a poco se
irían disipando mis dudas, pues veía que guardaban relación con
sus raíces y la presencia en sus vidas de Juliana
Roy, la madre de Jimena
Anglada. Sin olvidarnos,
por supuesto, de Madrid,
un personaje más de la novela.
(Paseo de la Castellana-Madrid)
Durante
el contexto histórico en el que se desarrolla la trama asistimos
al desarrollo urbanístico de Madrid,
en el que vemos cómo empiezan a construirse pisos señoriales en
Pintor Rosales, la Nueva Ciudad Universitaria o las modernas
construcciones de La Ciudad Lineal contrastan con barriadas en las
reina la pobreza. La capital de España será un personaje más de la
novela. Este desarrollo, sin embargo, se vería estancado y en gran
parte destruido por los bombardeos de la aviación alemana e
italiana, como así nos lo describe Mercedes de Vega en los episodios
de los últimos capítulos.
Ese
desarrollo urbanístico también acentuará la diferencia social ya
existente: mientras unos
viven en la opulencia y gastan sus dineros en inversiones
arriesgadas, o asisten a actos en los que se codean con lo más
granado de la alta sociedad en el Gran Casino, El Círculo de Bellas
Artes o el Hotel Ritz, otros tienen que apañárselas como puedan
para subsistir. Las organizaciones caritativas y la filantropía de
algunos personajes hacen posible el que se puedan atender a miles de
niños que son abandonados a las puertas de los orfanatos.
Cuando
estábamos vivos es una
novela que, como ya dije al comienzo de esta reseña, merece la pena
darle una oportunidad, por la historia magníficamente narrada por
Mercedes de Vega y en la que nos encontramos con infidelidades,
violencia, emociones, sentimientos y un contexto histórico atractivo
por el que se mueven los personajes.
Autora:
Mercedes
de Vega es socióloga y escritora. Nació en Madrid en 1960. Ha
residido y trabajado en Nueva York y Barcelona. Cursó estudios de
literatura en la Universidad Complutense de Madrid y ha participado
en numerosos talleres de escritura creativa. Colabora en revistas
literarias comoResonancias
y
Los
papeles de Iria Flavia.
Ha
publicado la novela El
profesor de inglés (Huerga
y Fierro Editores); el libro de relatos Cuentos
del sismógrafo;
artículos y publicaciones, y diversos relatos en antologías
colectivas. Ha sido galardonada por dos años consecutivos (2013 y
2014) en los Premios del Tren "Antonio Machado".
Nota: Datos técnicos, sinopsis, biografía de Mercedes de Vega y fotografía de la autora, tomadas de Megustaleer. Imagenes del Círculo de Bellas Artes y del Paseo de La Castellana, tomadas de Google Imágenes.
Sabes que a mí me gustó muchísimo y comparto tus apreciaciones. Estupenda reseña. Ya te dije que estaría a la altura.
ResponderEliminarPues la tengo en el lector y pensaba poder empezarla esta semana pero me he metido en un montón de compromisos y lo mismo tengo que demorarla un poco. De todas formas, estoy segura de que es un libro con el que voy a disfrutar muchísimo. Pedazo de reseña.
ResponderEliminarBesos.
No me había fijado mucho en esta historia, pero veo que me equivoqué
ResponderEliminarBesos
La verdad es que no me gustan las sagas familiares ni ese contexto histórico así que no me animaré con ella, pero me alegro que la hayas disfrutado :-)
ResponderEliminarUn beso!
No es una novela para mí, yo no la disfrutaría, pero ya la tenía en el punto de mira para regalarla ...
ResponderEliminarbsos!
Se nota el entusiasmo que te ha suscitado esta novela en el cuidado y amor que has volcado en la reseña. Enhorabuena. Saludos cordiales.
ResponderEliminarLa época en la que está ambientada y todo lo que cuentas me llama muchísimo. Me apetece este libro así que lo buscaré!
ResponderEliminarun beso
Pues mira... al principio no me llamaba pensaba que sería una lectura aburrida, pero por lo que cuentas de los datos históricos, de la historia de amor y que sea una saga familiar me llama. Además está situada en una época que siempre me encanta leer!
ResponderEliminarMe la llevo! Gracias
Besos
La tengo apuntada desde que salió, es una novela de las que a mí seguro que me gusta
ResponderEliminarBesos
He pasado de puntillas por tu reseña porque la voy a leer este verano.
ResponderEliminarBesos.
Como bien dices tiene todos los ingredientes para ser un éxito, si encima está bien narrada no se puede pedir más. Habrá que leerla.
ResponderEliminarNo lo conocía, ni a la autora
ResponderEliminarigual me an imo
un besito
Comenté con Marisa que le encantó esta novela y yo de Marisa me fio.
ResponderEliminarYa sabes que la adquirí hace poco.
ResponderEliminarY ws cierto que ese período histórico no es muy literario que digamos.
A ver cuándo le puedo hacer un hueco.
Besos
A mi me ha encantado. Tanto como a ti. 😉
ResponderEliminarCon esa portada me ha atraído un montón, y con tu reseña, tengo claro que voy a leer el libro, creo que me va a gustar mucho.
ResponderEliminarUn beso!
Tengo muchas ganas de leer ésta novela, de verdad, tiene una pinta estupenda.
ResponderEliminarGracias por una reseña tan currada.
Besos!
Pues sí que tiene buena pinta. La anoto.
ResponderEliminarGenial reseña.
¡Nos leemos! :)
Le tengo ganas =)
ResponderEliminarEspero hacerme con él.
Besotes
Ya he visto otras reseñas también que la ponen como recomendable y la tengo bien apuntada. me encanta la época y la historia que refleja.
ResponderEliminarBs.
Reconozco que había visto la portada, pero no había hecho demasiado caso (aunque últimamente estoy más out que otra cosa) y tras leer tu entusiasta reseña lo voy a tener más en cuenta. Besos
ResponderEliminarMuy buena pinta, la época me encanta. Un abrazo
ResponderEliminarA mi me ha sorprendido y encantado esta fantástica novela.
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