Datos técnicos:
Título: Las niñas de Cádiz.
Autor: David Monthiel.
Editorial: El Paseo.
1ª edición: abril/2018.
Encuadernación: rústica con solapas.
Idioma: español.
ISBN: 978.84.94704-8-0.
Nº páginas: 272.
Sinopsis
En medio de un tórrido
verano de levante, el
detective Rafael Bechiarelli recibe el encargo de buscar a Francis
Scarfe, un ilustre ahijado inglés de Cádiz que ha desaparecido sin
dejar rastro. Los informadores habituales de Bechiarelli, los
conocidos y vecinos de Scarfe: todos apuntan a que se ha esfumado por
culpa de una mujer fatal, una suerte de Carmen o de lovely
girl of Cadiz,
como la llamaba Lord Byron. Pero Bechiarelli, en su búsqueda, solo
se encuentra con las verdaderas «niñas
de Cádiz»
y, tras la pista de Scarfe, se verá obligado a realizar una road
movie por la costa gaditana.
Saldrá
a la luz entonces la sofocante realidad de toda la fauna veraniega
(especuladores, neojipies, permacultoras, sirvientas, señoritos,
catedráticos llanitos, inmigrantes y residentes míticos) y de los
tópicos del aclamado paraíso turístico. Poco a poco, Bechiarelli
va descubriendo que, conforme se acerque a la verdad, va a encontrar
el verdadero souvenir envenenado del Cádiz que llaman Cadifornia.
Opinión
Personal:
A
finales de junio de este año que ya languidece reseñé en este
blog, y no dudé en recomendar, la novela Carne
de Carnaval,
en la que el escritor gaditano David Monthiel daba a conocer al
peculiar detective Rafael Bechiarelli. En la reseña comenté que
David Monthiel tenía en Bechiarelli un personaje que le va a dar
muchas alegrías, y veo que no me equivoqué en ese vaticinio porque
con la tercera entrega de la saga que protagoniza este singular
personaje, Nuestra
Señora de los Remedios,
ganó el Premio de Novela Negra L´H Confidencial. Sin duda alguna,
todo un gran reclamo para conocer los métodos que utiliza como
detective Rafael Bechiarelli, su personalidad y los casos que
resuelve siempre dentro de su querido Cádiz.
La
segunda novela protagonizada por este detective low
cost,
aunque también se presenta ante sus potenciales clientes como
autónomo, lleva por título Las
niñas de Cádiz: un título y una portada sugerentes, que ya atraen la atención del lector, aunque es mejor que no comente nada sobre su origen, porque prefiero que sea él mismo quien lo descubra.
El caché de Bechiarelli subió desde que resolvió el caso del
aparente suicidio de un talentoso guitarrista miembro de una comparsa
carnavalera gaditana. Sin embargo, en esta ocasión requieren
sus servicios para realizar labores de investigación ante la
preocupación que despierta la desaparición de Francis Scarfe, un ilustre ahijado
inglés de Cádiz. El empresario del sector
inmobiliario, James O´Reilly es el encargado de contratar a
Bechiarelli, y lo hace en representación de Martin Scarfe, hijo del
desaparecido gaditano de pro.
(Alameda Apodaca-Cádiz)
Si
la trama de Carne
de Carnaval
giraba en torno a uno de los carnavales más conocidos de nuestro
país, en Las
niñas de Cádiz
la trama se desarrolla en los calurosos y levantiscos meses de julio
y agosto, aunque sin olvidarse por completo del carnaval gaditano,
porque el lector asistirá al popular Entierro de la Caballa, en el
que el autor sitúa uno de los episodios más álgidos de la trama,
lo que redoblará el interés por tan popular y lúdico evento, en el
que se saca a relucir el personaje de Francis Scarfe, y que
incrementa el interés por el desenlace de la novela, sobre todo por el cruce de palabras que tiene el detective con su interlocutor. Pero
Bechiarelli recibirá también otro encargo del patilludo escritor
Ernesto Flores, el autor de La
gran novela del Carnaval de Cádiz,
que le pide que investigue sobre el escritor situacionista francés
Guy Debord y su paso por Cádiz en la década de los años ochenta
del siglo pasado. Si bien este apartado lo dejo como aliciente para
que el lector se interese por las investigaciones que realiza el
peculiar detective y el desenlace de esta subtrama.
Si
en la sinopsis de Carne
de Carnaval
se presenta a Rafael Bechiarelli como un gaditano buscavidas, en una
entrevista que le hacen a David Monthiel en la web El Salto Diario lo
define como algo golfo. Sin embargo diría en su descargo que no lo es en el sentido literal de la palabra, sino que el lector
descubrirá en el último tramo de la novela la cara más sensible y
humana de un detective que tiene una forma muy particular de entender
la vida, porque estoy seguro que nadie se espera el giro que se
produce en este personaje en esa fase de la novela. Pese a lo que acabo de comentar sobre los
procedimientos que utiliza para sus labores como detective, hay que
reconocer que en esto de investigar todas las pistas posibles no
tiene nada que envidiar a sus colegas, porque el lector comprobará
cómo actúa como una verdadera mosca cojonera que resultará molesta
sobre todo a quienes sospecha que pueden saber algo que le pueda
ayudar a averiguar el paradero del desaparecido hijo adoptivo de
Cádiz, y se huele que algo turbio hay en todo lo que le comentan
sobre las ideas que tienen para el casco histórico de la ciudad y el nombramiento de tan ilustres personajes. Y
es que con el cuento de sonsacarles la información que le puedan
facilitar sobre la desaparición de Francis Scarfe, no duda en abordarlos para confirmar y deducir a
través de sus conversaciones que no son trigo limpio, y que tales
próceres se aprovechan de esta condición para obtener la mayor
tajada que puedan en beneficio de sus empresas y del suyo propio a
costa de las miserias de los demás, como lo podrá comprobar el
lector en varios episodios de la novela.
(Baluarte de la Candelaria-Cádiz)
Mientras
se sucedían los capítulos, me decía que Las
niñas de Cádiz
es una novela negra de corte clásico, en la que el lector se
encuentra con la que se podría definir con una primera parte más
detectivesca, en la que Bechiarelli recaba información sobre quién
era realmente Francis Scarfe, tanto en lo que se refiere a su
situación financiera como su relación amorosa con una mujer fatal. Estas investigaciones darán lugar a todo tipo de suposiciones en torno a la
personalidad de quien se había enamorado perdidamente, por lo que el
detective investiga sobre los amoríos del hijo adoptivo de Cádiz
en la playa de la Caleta. La segunda parte tiene rasgos más propios
de novela negra, sobre todo por lo que va descubriendo Rafael
Bechiarelli sobre los asuntos turbios que ya mencioné en esta
reseña, y cómo las clases sociales menos favorecidas son las que
sufren las consecuencias de quienes medran a su costa. En
este sentido, destacaría también la conversación que mantienen
Bechiarelli y el policía apodado el
Cageta
en torno al problema de la inseguridad y la mendicidad en el centro
de Cádiz. Ese aire clásico que comento viene refrendado, además,
porque el lector no tardará en comparar a Bechiarelli y su ayudante Juanelo con Holmes y Watson, en versión castiza -o
indígena, como define el detective a los gaditanos-.Y es que la suya
es una relación que levantará cuando menos una sonrisa por el
compadreo que hay entre ambos, los piques que se gastan y los
diálogos chispeantes que mantienen mientras siguen la pista en el
coche de Juanelo al desaparecido hijo adoptivo de Cádiz en su viaje
al extranjero, eufemismo que utilizan cuando tienen que salir de su
ciudad, porque sus pesquisas les llevarán por Puerto Real, Roche,
Conil, Vejer y sus playas, Sotogrande o Gibraltar.
(Dunas Cortadura-Cádiz)
Las
niñas de Cádiz
es una novela bien escrita, con un estilo directo y un ritmo que para
mi fue más bien pausado. En este sentido, quizás influyó el hecho de que en los diálogos entre los personajes el autor emplee
términos coloquiales gaditanos, al igual que el gracejo con el que
se expresan, y que hacen las conversaciones más amenas y
chispeantes, en donde no faltan los típicos tópicos, las alusiones
a la historia de Cádiz y a los mitos y personajes ilustres que
vivieron o pasaron algún tiempo en la Tacita de Plata. Esto que
acabo de comentar sobre los diálogos no impide seguir el hilo de las conversaciones que mantienen los personajes,
aunque si sentí la curiosidad por conocer alguna que otra expresión
que utilizan; sin embargo, no vendría mal, sobre todo para los que somos extranjeros, alguna nota a pie de página relativa a su traducción. A lo largo de los 42 capítulos titulados en los que se
estructura la novela, agrupados en cinco partes también tituladas,
el narrador omnisciente presenta a unos personajes que parecen cobrar
vida propia y que, al igual que en Carne de Carnaval,
conoceremos a casi todos ellos por sus apodos, algunos de los cuales
ya acompañaron a Bechiarelli en la primera entrega que protagoniza este peculiar detective, aunque el narrador dará cumplida información al lector de
quiénes son y la relación que mantienen con el detective. En
detective que está muy al quite de todo lo que se cuece en los
mentideros de la ciudad, porque tiene muy claro que de ellos puede
sacar pistas que le lleven a descubrir el paradero del desaparecido
Francis Scarfe. Un detective que se llevará también alguna sorpresa
en el transcurso de sus investigaciones, lo que le hará reflexionar sobre si está siguiendo el camino correcto para cumplir
el encargo que le hicieron. Pese a lo que acabo de comentar sobre las
particularidades que se dan en algunos diálogos, Las
niñas de Cádiz
es una novela negra autoconclusiva, muy costumbrista y con alusiones literarias implícitas y explícitas, en la el lector tiene el entretenimiento asegurado, y le sirve también como guía para conocer un poco más la
ciudad que es conocida como la cuna de la libertad.
Biografía:
David
Monthiel (1976) ha publicado el libro de relatos Yuri
Gagarin que estás en los cielos
(2011) y los poemarios Apuntes
para una teoría del valor
(2014), Libro
de la servidumbre
(2011), Apuntes
de la servidumbre
(2009), Las
cenizas de Salvochea
(2008), Aforos
completos y otros mínimos aforismos
(2007), Renta
básica de olvido
(2004). Mantiene un blog y colaboraciones impresas y digitales. Carne
de carnaval,
su primera novela, fue publicada por El Paseo en 2017.
Notas: Datos técnicos, sinopsis y biografía del autor, tomados de la web de la editorial El Paseo. Imagen de la Alameda Apodaca, tomada de la web Turismo Cádiz. Imagen del Baluarte de la Candelaria, tomada de la web de la Cadena SER. Imagen dunas Cortadura, web Guadalinex. Fotografía de David Monthiel tomada de la web del diario La Voz del Sur.
A pesar de tu recomendación lo voy a dejar pasar al menos de momento que estoy muy liada. Lo de expresiones e historias locales me para un poco.
ResponderEliminarBesos
Este lo dejo pasar, no me llama lo suficiente y me da pereza meterme con otra serie. Besos.
ResponderEliminarJejeje lo de detective low cost me ha hecho un montón de gracia. Oye, pues no tiene mala pinta. No recordaba la novela anterior y creo que estas me pueden gustar. Los términos gaditanos tienen todo el arte pero comprendo que no sean fáciles de entender para todos. Besos
ResponderEliminarUuuuh, me encanta!! Y lo sabes!! 😂 Así que no me ando con rodeos ¡Me la pido! 🤗
ResponderEliminarMil besos carinyet 💋💋💋
Me gusta lo que cuentas, aunque tengo tantas series empezadas que no sé... De todas formas empezaría por la anterior, que me gusta leerlas en orden. Besinos.
ResponderEliminarMe resulta atractivo el libro. La ambientación en Cádiz que es una provincia que me encanta, añade aliciente... pero me veo incapaz de meterme en una serie más. Ya sé que se pueden leer independientes, pero soy muy maniática con ese tema y si sé que hay más por delante, no me encuentro cómoda leyendo los del medio (otra cosa es que no lo sepa, como me ha sucedido alguna vez)
ResponderEliminarTomo nota, no obstante para cuando vaya terminando alguna de las series policíacas que tengo entre manos.
Un beso.
He leído la tercera novela y, lamentablemente, no me ha convencido. Así que dejo pasar esta y la anterior
ResponderEliminarBesos
Esta vez no me animo con él, no me veo y ahora mismo sólo quiero sumar lo que me llame especialmente la atención
ResponderEliminarBesos
Pues habrá que seguirle la pista a Bechiarelli, me encanta que suceda en Cádiz, ciudad que últimamente está muy de moda para las novelas detectivescas. Un abrazo
ResponderEliminar