jueves, 23 de septiembre de 2021

Jaque al emperador, de J. R. Barat.


 








Datos técnicos:



Título: Jaque al emperador.

Autor: J. R. Barat.

Editorial: Algaida (Grupo Anaya).

1ª edición: Marzo/2021.

Encuadernación: Rústica con solapas.

ISBN: 978-84-9189-401-8.

Idioma: Español.

Nº pág.: 504.




Sinopsis:




En la primavera del año 1808, las tropas de Napoleón invaden España. Ante la imposibilidad de hacer frente en campo abierto a un invasor tan poderoso, los españoles se ven obligados a poner en práctica la guerra de guerrillas. Miles de hombres se organizan en partidas, hermanados por el sentimiento del honor, la lealtad a la Corona y el odio ancestral a los franceses. En poco tiempo el país entero se convierte en un inmenso campo de batalla. Uno de los soldados más destacados de la contienda es José Romeu, un hombre sencillo dotado de un valor y una inteligencia táctica excepcionales que, al mando de una partida de combatientes hostigados por la desesperación, logra poner en jaque a todo el ejército napoleónico y alcanzar la dignidad de mito.




Opinión Personal:




Hoy comparto mis impresiones sobre una novela con cuya lectura disfruté muchísimo. En mi modesta opinión, Jaque al emperador (Algaida, 2021), la última novela publicada hasta la fecha por el escritor valenciano J. R. Barat (Valencia, 1959), es una magistral lección de historia sobre lo que sucedió en tierras levantinas durante la llamada Guerra de la Independencia. La Guerra del Francés, francesada o Guerra de los Seis Años fue un conflicto bélico iniciado por las clases populares y los notables españoles que se levantaron ante la evidencia mostrada por las tropas napoleónicas. Unas tropas que fueron tomando posiciones en importantes ciudades y plazas fuertes, con el objetivo de derrocar a la dinastía borbónica y suplantarla por la suya propia, en la persona de José Bonaparte, hermano de Napoleón, pese a la intención inicial de que la monarquía española creyera que su objetivo principal era la invasión de Portugal, país aliado del Reino Unido. Una invasión que también provoca una guerra civil interna porque, como se podrá comprobar en varias fases de la trama, cómo hay quienes ven en esta invasión una gran oportunidad para medrar a cuenta de estar a la sombra de los gabachos, como se les llama en tono despectivo a lo largo de los capítulos, lo que conllevará asociados enfrentamientos entre afrancesados y patriotas, con la traición como moneda de cambio

(José Romeu y Parras)
Quienes nos interesamos por este período de nuestra historia reciente, somos conscientes de la importancia que tuvo en este conflicto bélico la irrupción de la guerrilla, y el acoso constante que realiza al poderoso ejército imperial. Una guerrilla consciente de que la Grand Armée era muy superior en número y formación militar, pero también sabía que contaba con el apoyo de la población y el conocimiento de la orografía peninsular. Esta era una gran baza a su favor porque conocían como la palma de su mano los territorios por los que decidían enfrentarse a los invasores, una vez espiados sus movimientos. Guerrilleros como Juan Martín Díez, «el Empecinado», Espoz y Mina, el Cura Merino o Tomás de Zumalacárregi causaron un verdadero dolor de cabeza a los gerifaltes que estaban al mando de las tropas francesas que invadieron nuestro país. Pero hubo otros partisanos y personajes de la época que de una forma u otra destacaron por su entrega a una causa que hicieron suya y, sin embargo, la labor que realizaron fue sumiéndose en el ostracismo.

En relación con lo que acabo de comentar en el párrafo anterior, el escritor valenciano J. R. Barat rescata del olvido, en Jaque al emperador, a un personaje que lo tiene todo para alcanzar la dignidad de mito, como adelanta la sinopsis, lo que se podrá comprobar a lo largo de los 50 capítulos en los que se estructura el desarrollo de la trama. José Romeu y Parras supo ganarse el aprecio de sus conciudadanos, no sólo por las arengas para animar a que se alistaran en las milicias todos los hombres que cumplían la edad reglamentaria establecida al efecto, sino también por su capacidad de mando, dominio de estrategias militares y arrojo en los combates, en los que tomaba parte como uno más de las milicias que comandaba y en las partidas que formó después como guerrillero. Junto al protagonista de Jaque al emperador, figuran otros cabecillas de la guerrilla valenciana como Isidro Garcerá, Vicente Bonmartí, Juan Garcés, o Asensio Nebot, apodado el Fraile, porque era un sacerdote de la Orden de Recoletos de San Francisco, que decidió cambiar el hábito por las armas, de los que también se describen algunos episodios en los que toman parte, sobre todo en la que sería la segunda parte de la novela, porque en ella se recrudecen los enfrentamientos entre la guerrilla y las tropas imperiales.

El lector se interesará por las vicisitudes que acompañan al guerrillero y comandante de los Batallones de Milicia Urbana de Murviedro la actual Sagunto—, José Romeu y Parras. El autor planifica y desarrolla una biografía novelada que no tiene desperdicio, no solo por los acontecimientos que tienen como protagonista a este mítico personaje, sino también por el realismo con el que el narrador omnisciente relata los episodios que se suceden durante la Guerra de la Independencia en territorios levantinos. Aunque también recibe información sobre lo que sucede en el resto del país, con el añadido de que Romeu se traslada a Madrid para gestionar asuntos relacionados con sus negocios, aunque se implica en la defensa de la capital, y se atrinchera en la puerta de Recoletos. Un realismo que también se percibe en la barbarie y atrocidades mostradas por las tropas imperiales contra la población civil. Atrocidades cometidas no sólo por la sospecha que recae sobre quienes apoyan a la guerrilla o son partidarios del rey Fernando VII, si no también porque las tropas imperiales asolan todo núcleo urbano o rural por el que pasan dejándolo convertido en un verdadero erial de destrucción y muerte. En este sentido, he de reconocer que en más de una ocasión tuve que hacer un alto en la lectura para asimilar lo que acabo de comentar, sobre todo por el ensañamiento de las tropas napoleónicas con la población. Sobre este ensañamiento uno se hace múltiples preguntas al respecto, a las que responderá la voz narrativa a lo largo de la información que facilita, incluso a modo de recuerdo por si no se asimiló todavía esta barbarie. Una voz narrativa que describe unos episodios duros, aunque relatados sin sensacionalismo alguno, porque en ellos se percibe el respeto con el que el autor refleja la barbarie cometida ante la población indefensa, ajustándose para ello a la ardua labor de documentación realizada para que seamos conscientes de lo que sucedió en España durante los seis años que duró esta guerra. 

(Toma de Valencia por Suchet, Guerra Independencia)
J. R. Barat relata a través de un narrador omnisciente una historia lineal que gira el torno a la figura de quien alcanzó la graduación de teniente coronel de los Batallones de Milicia Urbana, bajo las órdenes de los militares Joaquín Blake y Bassecourt, pero al comprobar la inoperancia del ejército regular decide formar su propia partida con la que hostigar a las tropas imperiales. En todo momento estuve muy pendiente de las vicisitudes de José Romeu, porque me encontré con un personaje muy cercano, trabajador, de carácter amable y buen trato con sus empleados y sirvientes. Uno se pregunta como alguien que lleva una vida acomodada prefiere ponerse al servicio de la Junta Suprema de Valencia, ante los tambores de guerra que suenan por todo el país tras el Tratado de Fontenebleau, el Motín de Aranjuez, los primeros levantamientos en el Norte de España, así como los duros episodios del 2 de Mayo en Madrid. En mi modesta opinión, entiendo que José Romeu se implica cada vez más en el conflicto bélico a medida que se da cuenta de las dificultades que suponen expulsar a los soldados de Napoleón. No obstante, la voz narrativa también informará sobre su preocupación por sus negocios —regenta una empresa boyante de vinos, licores y aguardientes en Murviedro, junto con los quebraderos de cabeza que conlleva, sobre todo desde que el conflicto bélico es una realidad— y la familia, porque es consciente de que tanto su mujer como sus hijos corren peligro, sobre todo desde que los altos mandos franceses se ceban en su persecución, ante el carisma que tiene entre sus conciudadanos y el empuje de sus acciones contra los soldados imperiales. Unas vicisitudes familiares sobre las que también se da cumplida información, y que mantuvieron mi interés en todo momento, sobre todo desde que las tropas que comanda el mariscal Suchet cercan Valencia y toman posesión de las poblaciones que rodean a la ciudad del Turia, Sagunto incluida. Este cerco da lugar a que emprendan un periplo no exento de peligros, en el que también tendrán que enfrentarse a la dureza climatológica en los parajes que se tienen que ocultar, así como buscarse el sustento en los recursos que le ofrece la naturaleza

Jaque al emperador es una novela que se lee con deleite, pese a lo que comento en esta reseña dos párrafos más arriba, porque el narrador omnisciente explica con un estilo elegante, claridad y realismo lo que significó este conflicto bélico para el país, y en particular para la zona levantina, que es el espacio por el que transitan la gran mayoría de los personajes que conforman el elenco, salvo el viaje a Madrid que realiza José Romeu para hacer gestiones realizadas con su empresa. El lector se encontrará con un relato fluido, ameno y atractivo, a la par que dinámico, por lo que tendrá cumplida información sobre lo que sucede a lo largo de los capítulos, al alternar los diferentes escenarios, en los que se resaltan los episodios que son de mayor interés para ser testigo directo de los movimientos que realiza el protagonista en su lucha contra el ejército imperial. En este sentido, me gustó cómo la voz narrativa relata sin floritura alguna los enfrentamientos entre las tropas imperiales y las milicias españolas, lo que es de agradecer, así como las escaramuzas y emboscadas con las que sorprenden en varias ocasiones a los soldados de Napoleón, aunque también se llevarán algunos reveses derivados de los movimientos sorpresivos de las tropas galas. También resalto el cerco que ordena el mariscal Suchet, dado el empuje que tienen las intervenciones de José Romeu, porque son conscientes de sus dotes como estratega y el poder que tiene para incorporar nuevos reclutas, tanto en sus misiones que realizó como militar y posteriormente como guerrillero. Junto con el protagonista, el lector se familiarizará con unos personajes que atraerán su atención a lo largo de los capítulos, perfilados de tal forma que parecen cobrar vida propia, tal y como se desenvuelven durante el desarrollo de la trama.

(Palacio de los condes de Cervellón-Valencia)
La voz narrativa ofrece una visión generalizada de cómo era el día a día durante la Guerra de la Independencia, sobre todo ante el temor que tenía la población cuando eran conscientes de que las tropas invasoras se acercaban a sus poblaciones, por la barbarie que les acompaña a su paso. José Romeu que, pese a los negros nubarrones bélicos que se avecinan, procura llevar su hacienda y finanzas con la mayor naturalidad posible, si bien se percibe su preocupación ante los episodios que se avecinan y las noticias que recibe sobre los movimientos que se empiezan a registrar en el país, lo que para la población es una clara ocupación del territorio nacional. Pero también me atrajo la sencillez de la vida familiar y la relación que mantiene con sus amigos, sobre todo desde que se manifiesta su posicionamiento ante la invasión napoleónica y los peligros que para ellos supone el manifestar sus inclinaciones en el conflicto, que se reflejan en determinados episodios, con las consecuencias que les pueden acarrear, incluso para su integridad física. Junto a lo que acabo de comentar, resalto también la relación que mantiene el protagonista con los miembros de su partida, con los que nos iremos familiarizando a medida que somos testigos de sus enfrentamientos con los soldados franceses, así como las relaciones que mantienen entre ellos durante el escaso tiempo que tienen para reponer fuerzas, en los que nos interesaremos por las historias personales de cada integrante de la guerrilla del saguntino. No quería terminar esta reseña sin mencionar a Társila, la sirvienta de los Romeu, que le da mucho juego a la novela cada vez que entra en escena, dadas las peculiaridades de este personaje, con el cual se encariña uno enseguida, sin olvidarme del papel que desempeña Blas, al servicio de José Romeu en su hacienda, o los principales miembros que se mencionan de su partida, tanto por el variopinto grupo que forman, como por la humanidad que destila cada uno de ellos y las causas que les llevaron a enrolarse con el mito saguntino.



Biografía:




J. R. Barat (Valencia, 1959) es un escritor dotado de una gran vitalidad creadora. Cultiva todos los géneros literarios, para público infantil, juvenil o adulto, y en todos ellos ha cosechado importantes premios y reconocimientos. De su obra en prosa cabe destacar las novelas Infierno de neón (Premio Internacional Ciudad de Salamanca), Deja en paz a los muertos (Premio Hache), La sepultura 142, Llueve sobre mi lápida, La noche de las gárgolas, Clara en la oscuridad y 1707, con la que J. R. Barat se adentra en el apasionante mundo de la novela histórica. Como poeta ha publicado, entre otros libros, Como todos ustedes (Premio Internacional Ciudad de Torrevieja), Breve discurso sobre la infelicidad (Premio Internacional Leonor de Soria), Piedra Primaria (Premio Internacional Ateneo Jovellanos de Gijón), Malas compañías (Premio Nacional Blas de Otero) o Poesía para gorriones. Entre sus obras dramáticas destacaremos Anfitrión y el otro, El reino de los mil pájaros o Una de indios (Premio Nacional Ciudad de Lorca).

Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía del autor, tomados de Algaida. Retrato de José Romeu tomado de Wikipedia. Imagen Guerra de la Independencia en Valencia tomada de la web Real Acadèmia de Cultura Valenciana. Imagen del Palacio de los condes de Cervellón en Valencia, tomada de la web del diario Las Provincias. Fotografía de J. R. Barat tomada de Wikipedia. 





5 comentarios:

  1. Una buena opción histórica, me gust la ambientación que describes de guerrillas y el día a día de la población. Saludos

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  2. Pues pinta bastante bien y creo que la disfrutaría pero ahora mismo voy a tener que dejarla pasar, que se me acumulan los pendientes.
    Besotes!!!

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  3. Como se nota que has disfrutado de la novela. Sin duda parece una muy buena novela histórica. Es un episodio relativamente cercano en nuestra historia que parece ( por lo que cuentas) que está muy bien narrado por J.R.Barat y que se me hace atractivo. Un abrazo

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  4. Paco, este lo tengo pendiente de lectura pero creo que es más lectura para mi marido. Le enseñaré tu reseña, a ver si se anima. Besos

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  5. Hola Paco, me gustan las novelas desarrolladas en la guerra de la Independencia, así que me apunto esta que no conocía al autor y por lo que cuentas merece la pena. Besos.

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