Datos
técnicos:
Título:
Todo queda en casa.
Autor:
Santi Fernández Patón.
Editorial:
Distrito 93.
1ª
edición: octubre/2019.
ISBN:
978-84-17895-15-0.
Encuadernación:
tapa blanda con solapas.
Idioma:
español.
Nº pág.:
264.
Sinopsis:
«Soy
tu herman Irene». Dieciséis años después de abandonar a su
familia Daniel recibe ese mensaje por Facebook. Su pasado acaba de
irrumpir para llevarle hacia todos los motivos por los que nunca
regreso. En el verano de 1999 Daniel, joven estudiante de Periodismo
en Madrid, había llamado desde Edimburgo para comunicar a su
madrastra, Maribel, y a su medio hermana de seis años, Irene, que
nunca iba a volver. En la España de la EXPO, el AVE y los Juegos
Olímpicos, Daniel sabía que su padre, ya fallecido, y su segunda
mujer, Maribel, joven promesa del partido gobernante, habían
participado en el festín de la corrupción. Lo que Daniel no
imaginaba es que su decisión de no regresar suponía también dejar
a su hermana Irene sin el único adulto en el que su infancia se
sustentaba. No contaba, en definitiva, con que entrar de lleno en la
edad adulta significa asumir en soledad las consecuencias más
dolorosas de nuestros propios actos...y sus huellas en los demás.
Todo
queda en casa habla de culpas heredadas, de heridas del pasado,
de lazos familiares y del derecho a una segunda oportunidad. Y, sobre
todo, de cómo construir esa segunda oportunidad.
Opinión
Personal:
Todo
queda en casa es una novela que me llamó la atención por la
reseña que publicó en la revista literaria Monolito el escritor PL
Salvador, ya habitual en este blog. Una reseña que me convenció
para decantarme por su lectura porque su autor, Santi Fernández
Patón, muestra un buen hacer literario, atrae la atención del lector
dosificando la información que facilita el protagonista y narrador a
lo largo de los siete capítulos en los que se estructura la trama,
para lo que también utiliza el recurso de los saltos temporales. El
escritor madrileño afincado en Málaga sabe qué episodios son los
más apropiados para provocar un vuelco narrativo, para que no se pierda
detalle de lo que les depara a los personajes afectados por esas
situaciones inesperadas. Estos recursos que acabo de mencionar, junto
con el empleo de un narrador cercano, ayudaron a que la lectura
me resultara envolvente, pese a que tiene un ritmo más bien pausado, ya
que hay un claro dominio de la descripción frente a los diálogos.
A medida que se sucedían los capítulos me daba cuenta también
de que había que estar muy pendiente de los pequeños
detalles, porque ayudan a comprender con claridad lo que sucede en
los episodios en los que están muy presentes las situaciones
cotidianas, a partir de las que la voz narrativa aborda en
su relato las reivindicaciones sociales, el activismo y la
solidaridad, al igual que profundiza en la corrupción y las segundas
oportunidades. Estoy seguro que el lector no tardará en adivinar en
qué año transcurre buena parte del desarrollo de la trama, por los
hechos históricos que se mencionan en algunas fases.
(Hay Market Station -Edimburgo-Escocia)
Uno se cree que con la huida hacia adelante se olvidan los problemas o episodios que de una forma u otra nos afectaron por aquel entonces.
Pero no contamos con que nos puede pasar igual que a Daniel, el
protagonista y narrador de esta novela, porque el pasado puede
presentarse ante nosotros en cualquier momento. Un pasado que le
sirvió para recordar y reflexionar sobre un hecho en concreto, y que
tuvo lugar en el domicilio familiar, en el que vivía su padre con su
segunda mujer, Maribel, una joven promesa del partido gobernante. A
Daniel el pasado se le presentó en forma de un mensaje a través de
Facebook. Un mensaje que en un principio creyó que era un error pero
que, sin embargo, no sabría cómo describir el efecto que le
provocaron las cuatro palabras que leyó en la oficina al día
siguiente, porque era su media hermana, Irene, quien se ponía en contacto con él.
Una media hermana de la que no tenía noticia alguna hacía ya dieciséis años, lo que suponía que se había quedado sin el único adulto en el que se sustentaba su infancia. Pero Daniel recuperaría ese verano en Málaga el tiempo perdido con ella, y también le serviría para que le
aclarase la implicación de sus padres en el festín de la corrupción
en el que el protagonista sabía que habían participado, como
adelanta la sinopsis.
Santi
Fernández Patón utiliza este reencuentro para que Daniel reflexione y repase la
decisión que más significativamente había tomado en su vida desde
entonces, porque le empujaría a llamar a casa desde
Edimburgo para comunicar a la segunda mujer de su padre, ya
fallecido, que no regresaría al domicilio familiar. El lector
presenciará también la relación que mantienen Daniel y su media hermana, Irene, y, al mismo tiempo, se preguntará
si ésta tendrá también las mismas sensaciones que él desde que se
produce uno de los vuelcos narrativos a los que me refiero en el
primer párrafo de esta reseña.
(Mercado del Molinillo-Málaga)
Son
muy pocos los personajes que le hacen falta al autor de Todo queda
en casa para que planifique una historia trazada con fuerza y con
mucho realismo, porque en todo momento tuve la sensación de que era
una trama basada en hechos reales, en la que le había cambiado el
nombre a los personajes que tienen más peso en ella, y ajustado
algunos episodios para que coincidieran con el espacio temporal en el
que se desarrolla, como se aclara habitualmente en las obras de
ficción. Es Daniel quien relata desde su perspectiva todo lo que
sucede a lo largo de los capítulos. A medida que se desarrollaba la trama me decía que el autor había perfilado cuatro personajes
secundarios que eran un buen complemento del protagonista, porque a
través de las escenas que compartían con él me ayudaban a
conocerlo mejor, ya que sentía que cada uno de ellos sabía cómo
enfocar sus preocupaciones y dudas, así como convencerle para que
les diera a conocer esa parte oscura de su pasado. En este sentido,
me gustó el enfoque que le dio Santi Fernández Patón tanto a Julia
como a Silvia, por la relación sentimental que mantuvo en distintos
períodos con ambas, al igual que la amistad que mantenía con
Roberto. Si bien también destacaría a un quinto personaje, Maribel
—éste ya pasivo— que le da a la trama una
dosis de intriga atractiva, relacionada con los episodios que
protagoniza. El protagonista y narrador presentará también a otros
personajes que desempeñan un papel más puntual.
Quienes
se sientan interés por la sinopsis y decidan apostar por la lectura
de Todo queda en casa, se van a encontrar con una trama con
episodios que les resultarán muy familiares, protagonizados todos
ellos por personajes muy cercanos. El lector se sentirá identificado
con los temas que abordan a lo largo del desarrollo de los siete
capítulos en los que está estructurada la novela. Santi Fernández Patón utiliza un estilo directo, sin rodeos, y en el que emplea un
lenguaje sencillo, a la par que cuidado. Las reflexiones están
también muy presentes, por lo que le dan un carácter intimista al relato del protagonista y narrador en varias fases de la trama. A ello hay que añadir unas atractivas
descripciones tanto de Edimburgo como de Málaga, ciudad con la que
el autor consigue que los personajes se mimeticen con las
localizaciones que utiliza para cada uno de los episodios que tienen
lugar en la capital de la Costa del Sol.
Biografía:
excelente acogida de la crítica.
Ha
publicado también las novelas Miembros fantasma y Península.
Es colaborador de la edición andaluza de eldiario.es y forma parte
del nodo malagueño de la Fundación de los Comunes, laboratorio de
pensamiento crítico desde los movimientos sociales. Todo queda en
casa es su última novela publicada hasta la fecha, con la que se
alzó ganador de la II edición del Premio Literrio Auguste Dupin.
Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía del autor, tomados de la web de la editorial. Imagen de Hyde Market Station Edimburgo, tomada de Pinterest. Imagen del Mercado del Molinillo en Málaga, tomada de la Wikipedia. Fotografía del autor, tomada de su web.
No me sonaba de nada esta novela. Y me gusta todo lo que cuentas. Apuntada me la llevo.
ResponderEliminarBesotes!!!
Culpa, conflictos familiares, análisis social y político... todo ello me resulta muy atrayente. Tomo nota.
ResponderEliminarUn beso.
Vaya un escritor que no conocía y que vive por aquí cerca. Esos conflictos y esos personajes resultan atractivos. No le diría que no.
ResponderEliminarBesos
Hola Paco, no conozco al autor, pero suelen gustarme las historias familiares, así que tomo nota de esta por si se cruza en mi camino. Besinos.
ResponderEliminarNi idea de este libro Paco, pero tiene buena premisa de arranque.. La verdad es que lo has explicado muy bien. No sé, hay algo que me resulta muy tentador en esta novela, probablemente sea ese personaje, Daniel, al que me gustaría conocer. Gracias por el aporte. Besos
ResponderEliminarLa sinopsis de la novela es muy interesante. Me gusta la temática que aborda: la corrupción, el activismo, y me gusta que se describa Edimburgo porque es una ciudad a la que tengo muchas ganas de viajar. También me hace gracia que aparezcan las redes sociales. Lo de los saltos temporales es quizás lo que me frena un poco. Un abrazo y gracias por darla a conocer.
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