Datos
técnicos:
Título: La
memoria de la lluvia
Autor:
Pedro Feijoo
Editorial:
Versátil (sello Off Versátil)
1ª
edición: 18/01/2016
Encuadernación:
Rústica con solapas.
Idioma:
Castellano.
ISBN:
9788416580248
Nº
páginas: 528
Sinopsis:
Cuando Xosé Carneiro,
conocido psicoanalista y polémico colaborador televisivo, aparece
asesinado en su piso de la calle República de El Salvador, dos son
las cosas que llaman la atención del periodista Aquiles Vega. La
primera es la brutalidad, la violencia extrema con la que el crimen
ha sido llevado a cabo. La segunda, ese detalle que no encaja en la
escena: una extraña pieza de hierro clavada en el corazón.
Pero la de Carneiro no es más que la primera de una serie de muertes, que dará comienzo a una carrera contrarreloj en la que, ayudado por la profesora Sofía Deneb, Aquiles tendrá que dar respuesta a muchas cuestiones:
¿Cuáles son los verdaderos motivos ocultos tras cada crimen? ¿Qué relación guarda cada una de las piezas que componen este peligroso rompecabezas con la enigmática figura de Rosalía de Castro? Y, sobre todo, ¿quién es Adriano?
Impresión Personal:
Pedro Feijoo
(Vigo, 1975) es un autor que me sorprende cada vez que nos ofrece un
nuevo título de su producción literaria. Creo que hay que
agradecer a las editoriales que apuestan por su narrativa para que
los lectores de este país puedan disfrutar de su buen hacer
literario, ya que inicialmente las escribe en gallego. Prueba de
ello es los premios literarios que ha cosechado en Galicia como El
Arzobispo Juan de San Clemente, en dos ocasiones, y el Frei
Martín Sarmiento.
La memoria de la
lluvia es la tercera novela que leo de Pedro Feijoo. Y de las
tres guardo un grato recuerdo. Como suelo decir en estos casos, se
nota que sabe de qué va el oficio este de escribir, al que, como nos
adelanta en su biografía, se dedica a tiempo completo. Y, aunque
son tres muy distintas entre ellas, pese a que dos están catalogadas
como thrillers, creo que hay algo que las une y hacen de ella su seña
de identidad, como es la presencia de esa retranca tan nuestra y que
se muestra muy latente en algunos de sus personajes, caso de
Simón, en Los Hijos del Mar, o Aquiles Vega, en la novela que
hoy reseño, sin olvidarme del bueno de Dante Odeón, en Morena, peligrosa y románica. Pero también nos encontramos con esos
pequeños detalles, gestos o miradas, que nos ayudan a conocer mejor
a los personajes que protagonizan sus historias, así como las
localizaciones por donde se mueven.
(Familia Murguía de Castro)
La memoria de la
lluvia es un triller muy metaliterario, en el que
Rosalía de Castro es la fuente de inspiración del mismo. La
figura de esta poetisa y el hecho de que toda la novela se
desarrolla en Galicia, es quizás la ventaja con la que jugué
en relación a otros lectores, porque disfruté mucho con su lectura.
De hecho, me resultaban muy familiares buena parte de los espacios
por los que se movían los personajes, sobre todo las calles de
Santiago de Compostela, la Casa da Matanza de Padrón, o las
Torres del Oeste, en Catoira. El periodista de investigación
Aquiles Vega y la profesora de filología Sofía Deneb
se desplazarán también hasta A Coruña, Vigo o a la
aldea de O Froxel, en donde nació Manuel Murgía,
marido de Rosalía de Castro, en su desesperada búsqueda para
averiguar quién se esconde tras la figura de Adriano, y que,
por la naturaleza de los crímenes que comete, tiene los rasgos de
ser un psicópata, con todo lo que ello conlleva.
Pedro Feijoo nos
presenta un thriller diría que muy original por lo que acabo de
comentar en el párrafo anterior. Creo que es una novela que no
tiene el clásico ritmo trepidante del género. Si así fuese,
no disfrutaría tanto de todo lo que ocurre a lo largo de los 30
capítulos más el epílogo en los que está estructurada la novela,
agrupados en cinco actos, porque se correría el riesgo de perder
esos pequeños detalles, gestos o miradas que ya mencioné
anteriormente, y que son claves para conocer todo lo que ocurre a lo
largo del desarrollo de la trama. Pero, pese a lo que acabo de
comentar, la novela tiene un ritmo ágil, una prosa muy directa y
su lectura es adictiva.
(Casa da Matanza-Padrón)
La presencia de la
figura de Rosalía de Castro a lo largo de las 528 páginas que
conforman La memoria de la lluvia indica que hay una buena
labor de documentación realizada para ofrecernos una trama bien
hilvanada, para la que aprovecha esos vacíos que hay en la
biografía de una de las figuras claves del Resurgimento de las
Letras Gallegas, como se nos advierte en algún momento de la
narración. Pese a que el desarrollo de la trama transcurre en 2013,
durante los diez días anteriores al 17 de mayo, Día de las Letras
Gallegas —año en el que, además, se
celebraba el 150 aniversario de la publicación de la obra rosaliana
Cantares Gallegos— es su poemario
Follas Novas el
que utiliza Pedro Feijoo para montar buena parte del entramado de la
novela, complementándolo
con ese vacío biográfico al que antes mencioné.
Pedro
Feijoo nos ofrece una
galería de personajes que están en la línea de su producción,
caso de Aquiles Vega, el periodista de información que no pasa
precisamente por su mejor momento, está en caída libre, como él
mismo reconoce en más de una ocasión y lo podremos comprobar en
algunos episodios. Por eso, por esas peculiaridades tan sui géneris
que hacen que de vez en cuando nos invite a sonreír en algunos
episodios que protagoniza, llama la atención el hecho de que forme
equipo con alguien totalmente opuesto a él, como es la profesora de
filología Sofía Deneb, erudita y diría que muy pagada de sí mismo. Esta personalidad tan refinada puede será la causa de que no empaticemos tanto con ella, como sí sucede con Aquiles Vega. Sin embargo, vemos cómo con el transcurrir
de los capítulos se irán adaptando uno al otro, pese a que no
estaremos exentos de disfrutar de situaciones que harán que salten
chispas entre ellos, en más de una ocasión, pero que también habrá
otros momentos en los que la complicidad entre ambos es manifiesta.
Y, frente a ellos, está el tercero en discordia, como es la figura
de Adriano, cuya identidad no descubriremos hasta prácticamente el
desenlace de la novela, en el que además, nos espera una sorpresa.
Por eso comenté anteriormente que la novela era adictiva y nos anima a ser partícipes de las vicisitudes por las que pasarán ambos personajes para averiguar quién se esconde detrás de Adriano, pues ellos llevaban una línea de investigación totalmente distinta a la policía, que en esta ocasión se mantendrá, más bien, en un segundo plano. Estos tres personajes que menciono son, además, los tres narradores que nos encontramos a lo largo de los capítulos, siendo Aquiles Vega el que la voz principal, pero que también nos encontramos en momentos puntuales a Sofía Deneb o a Adriano, relatando sus impresiones personales, aunque este último sin desvelarnos prácticamente su personalidad, pese a que, en algún momento Aquiles Vega nos dio a entender quienes podrían estar escondidos bajo el nombre de Adriano, pero eran pistas falsas
Por eso comenté anteriormente que la novela era adictiva y nos anima a ser partícipes de las vicisitudes por las que pasarán ambos personajes para averiguar quién se esconde detrás de Adriano, pues ellos llevaban una línea de investigación totalmente distinta a la policía, que en esta ocasión se mantendrá, más bien, en un segundo plano. Estos tres personajes que menciono son, además, los tres narradores que nos encontramos a lo largo de los capítulos, siendo Aquiles Vega el que la voz principal, pero que también nos encontramos en momentos puntuales a Sofía Deneb o a Adriano, relatando sus impresiones personales, aunque este último sin desvelarnos prácticamente su personalidad, pese a que, en algún momento Aquiles Vega nos dio a entender quienes podrían estar escondidos bajo el nombre de Adriano, pero eran pistas falsas
Creo
que con lo que acabo de comentar no es necesario decir que merece la
pena leer La
memoria de la lluvia, una
novela que nos da a conocer, desde otra perspectiva, una de las
figuras más representativas de las letras gallegas.
Biografía:
Pedro Feijoo (Vigo,
1975), es escritor a tiempo completo, excepto cuando reflexiona
sobre temas trascendentales como por qué el mar no se sale. Como
novelista, ha publicado las obras Los hijos del mar, Morena,
peligrosa y románica, y La memoria de la lluvia, por las que ha
recibido algunos de los más prestigiosos premios literarios, como el
Arzobispo Juan de San Clemente, Sarmiento, o el Xerais de Novela en
condición de finalista. Para compensar, los menos prestigiosos los
ha perdido todos. Se rumorea que guarda un intenso pasado como
músico, aunque él lo niegue una y otra vez («Pues la verdad es que
no me acuerdo de nada… –ha declarado–. ¡Sobre todo a partir de
ciertas horas de la noche!»).
Comentan las malas lenguas que,
además, también es licenciado en Filología y Literatura Gallega,
si bien para alivio de la filología en general y de sus potenciales
alumnos en particular, lo cierto es que nunca ha ejercido como tal.
Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía, tomados de la web de la editorial. Láminas que acompañan al cuerpo de la reseña, así como fotografía de Pedro Feijoo, tomadas de Google imágenes.
NO he leído nada del autor aún pero tengo una novela suya en casa. Así que empezaré por esa.
ResponderEliminarPUes lo tengo pendiente en la estantería así que tarde o temprano lo leeré. Me alegra saber que te ha gustado.
ResponderEliminarBs.
Cada vez leo más thriller, aunque había dejado aparcado este género por una temporada. Gracias por la reseña. Me apunto el título para futuras lecturas
ResponderEliminarPues estaba esperando tu reseña y aunque me parece atractiva, me queda la duda de si yo, que nada tengo que ver con Galicia y a quien esos escenarios e historia le pillan tan lejos, lo disfrutaría tanto.
ResponderEliminarBesos
Tiene buena pinta, lo tendré en cuenta para más adelante.
ResponderEliminarUn beso ;)
hola yo disfruté mucho de esta lectura como tu muy bien dices pausada pero que te engancha hasta el final chao
ResponderEliminarAnotado este libro para próximas lecturas. De este autor me he leído LOS HIJOS DEL MAR, y me gustó mucho. Un saludo.
ResponderEliminarDel autor leí Los hijos del mar y éste no me importaría nada que se cruzara en mi camino.
ResponderEliminarBesos.
Tengo al autor pendiente y por varias reseñas de diferentes obras que he leído, tengo intención en el futuro de ponerme con alguna de sus novelas. Creo que me puede gustar.
ResponderEliminarUn beso.
tengo un libro pendiente de este autor y la verdad es que creo que ya le va tocando, cada vez leo mejores criticas de sus novelas y eso hace que me anime,
ResponderEliminarbesos.
No he leído nada suyo y me apetecía Los hijos del mar pero esta también tiene muy buena pinta
ResponderEliminarBesos
Tengo pendiente "Los hijos del mar" que me lo han recomendado mucho y este también lo tendré en cuenta.
ResponderEliminarBesitos
Lleva tiempo entre mis pendientes este libro. Me alegra ver que lo has disfrutado. A a ver cuándo me animo.
ResponderEliminarBesotes!!!
Interesante y muy original lo de Rosalía de Castro. Un abrazo
ResponderEliminarHe leído los hijos del mar que me gustó así que este no me importaría leerlo
ResponderEliminarBesos
¡Hola!
ResponderEliminarIntentaré hacerle un hueco entre mi lista de pendientes.
Fantástica reseña.
¡Nos leemos! :-)
Sabes que aún es un autor pendiente para mí. A ver si le hago hueco en agosto porque además tengo su libro anterior gracias a ti. Besos
ResponderEliminarHola!!! la verdad es que no he leído anda de este autor, pero tiene buena pinta y los thrillers me encantan, así que me la apunto
ResponderEliminarUn abrazo
No soy de las que les encanta las novelas sobre metaliteratura pero sí que he disfrutado de los peculiares personajes que ha creado el autor con anterioridad. Sin duda, Aquiles Vega debe llevar el sello de Feijoo.
ResponderEliminarMe apetece mucho regresar a la prosa negra de Pedro, así que esta novela lleva varias semanas ya en la lista de pendientes. ¡A ver si me hago con ella...!
ResponderEliminarUn abrazote.
Con la de veces que he hecho yo el camino de Santiago seguro que esta la disfruto por los escenarios. Por cierto, en Padrón estuve yo trabajando una semana hace ya años.
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