Datos
técnicos:
Título:
Aguacero
Autor: Luis
Roso
Editorial:
Ediciones B
1ª
edición: junio/2016
Encuadernación:
tapa blanda con solapas
Idioma:
Castellano
ISBN:
9788466659215
Nº pág.:
408
Sinopsis:
Año
1955. El inspector Ernesto Trevejo recibe el encargo de investigar
cuatro crímenes en un pueblo de la sierra madrileña donde se está
construyendo un pantano: dos guardias civiles han sido torturados
hasta la muerte; el alcalde del municipio y su esposa, ejecutados a
sangre fría. Un posible asesino en serie podría aterrorizar a la
región mientras se desarrollan las obras. El asunto debe ser
resuelto -y silenciado-cuanto antes. Siguiendo los pasos de una
investigación que destapará oídos, secretos e intereses ocultos,
el lector se traslada a una España en blanco y negro. De fondo, el
rumor incesante de la lluvia que acompañará al protagonista en su
viaje a un escenario rural, remoto, casi salvaje.
Impresión Personal:
De nuevo Ediciones
B nos sorprende con la apuesta
por un joven escritor. En esta ocasión es en el género literario de novela negra. Y el
autor es Luis Roso (Moraleja, Cáceres, 1988), cuya ópera prima,
Aguacero,
está sorprendiendo, como se suele decir en estos casos, a propios y
extraños. O, por lo menos,
ese es la sensación que a mí me produjo.
Lo primero que me llamó la atención
de esta novela es que el autor,
por su juventud, optara por
adentrarse en una época lejana para él, como es la
década de los años 50 del siglo pasado,
lo que le llevaría a realizar una buena labor de documentación para
lograr el efecto deseado en el lector, para que se sintiera realmente
transportado a ese período en el que tienen lugar los hechos que se
mencionan en la sinopsis. Creo que merece la pena leer la nota que
hay al final de la misma en la que Luis Roso explica los motivos que
le llevaron a tomar esta decisión.
Y ya entrando en materia, quiero empezar
por la portada
y, como suele ocurrir habitualmente en Ediciones B, es
un reclamo para quienes gusten de novelas ambientadas en el período
que acabo de comentar. Es, sin
duda alguna, un resumen
plasmado en esa fotografía de época,
en la que únicamente, habría
que sustituir el vehículo que aparece en ella por la motocicleta con
sidecar que utilizó el
inspector Ernesto Trevejo,
de la Brigada de Investigación
Criminal de la Policía, quien relata en primera persona, y desde la lejanía en el tiempo, el caso que le encargaron resolver, del que se nos habla en la sinopsis, y en el que
sería acompañado por el
guardia civil de nombre Aparecido,
quien me imagino causaría en otros lectores la misma impresión que
a mi, pues encontré en él a un personaje
entrañable y cercano, a
la par que bisoño: curiosa pareja que forma con el inspector que
envían desde Madrid, que me recordaba a otras de nuestra literatura, encontrando en estos dos personajes claros guiños literarios al igual que en algunas situaciones que se producen en la novela, y en las que el inspector sacaba a colación su conocimiento en la materia, en contraposición con la ignorancia que el tema producía en el guardia civil —¿les suena?—. Hay algunos guiños literaios más a lo largo de la novela. Con el inspector fue, precisamente, con
quien me costó más trabajo empatizar.
Quizás fue en los capítulos finales cuando más me acerqué a este
personaje venido de la capital, cuando tiene lugar el
desenlace de la trama, que me resultó muy sorprendente, inesperado,
pero tal y como se iban desarrollando los acontecimientos, creo que
Luis Roso cerró la novela acertadamente.
Sin embargo, y siempre en mi modesta opinión, creo que se le pudo
sacar más partido a la figura de este guardia civil, pues su
presencia era un claro contraste al inspector Ernesto Trevejo, puesto
de manifiesto en más de una ocasión, lo
que provocó que esas diferencias
entre ambos me hicieran sonreír
en más de una ocasión.
(Poblado de trabajadores en un pantano)
Puestos a hablar de personajes, en
Aguacero
nos encontramos con una clara
representación de cómo era la sociedad en aquella época
y las abismales diferencias que
había entre las llamadas fuerzas vivas y el resto de la población:
unos actuaban aprovechándose
de sus cargos, sin escrúpulo alguno, y los demás tenían que ser
sumisos, por la cuenta que les tenía.
En este caso, esa diferencia abismal de la que hablo es más
palpable, pues hay que tener en cuenta las condiciones en que vivían
quienes emigraban de sus lugares de origen en busca de un futuro
supuestamente mejor, pero se encontraban con que subsistían en
condiciones muy precarias, tal y como lo vemos en el grupo de
trabajadores que eran empleados por la compañía hidroeléctrica
para levantar los famosos embalses que luego inauguraba el dictador y
que suponían, en cierto modo, una forma de mostrar el progreso del
país.
En principio, creo que los
personajes están bastante bien perfilados,
pero entiendo que la figura de
Ernesto Trevejo ensombrece un tanto a los demás personajes
que aparecen a lo largo de los 19 capítulos en los que está
estructurada la novela. Y es
que su omnipresencia a lo largo de ella, evitó el que conociésemos
más en profundidad a los demás personajes secundarios.
Sí, poco a poco nos vamos familiarizando con ellos, pero
me daba la impresión de que todo giraba en torno al inspector y los
demás aparecían como si fuese un escenario en el que su presencia
se requería cuando el guión lo exigía.
Creo que este efecto hizo que
me provocara una cierta lejanía a los mismos,
al no poderlos conocer más en profundidad, como suele ocurrir
en una novela negra, en la que el aspecto psicológico tiene una
parte destacada. Quizás me
sobró, en este sentido, una parte del interrogatorio que llevaba a
cabo el inspector, pues me daba la impresión de que rompía un poco
el ritmo de la novela.
Pero, repito, esta es una impresión personal de quien escribe esta
reseña, lo que no indica que, sin lugar a dudas, estamos
ante una novela que merece al pena ser leída, por el buen trabajo
realizado por el autor moralejano, pues creo que, tras su tarjeta de
presentación en el panorama literario nacional y la calidad mostrada
en esta su ópera prima, habrá que estar muy pendiente de sus
próximas publicaciones. Pese
a esta puntualización, el
ritmo de lectura me resultó fluido.
Y es que en Aguacero,
pese a algunos peros que menciono a lo largo de mi reseña, nos
encontramos con una trama bien hilvanada, una magnífica
ambientación, y bien escrita, en donde la
intriga está latente a lo largo de toda la novela,
así como esa
desconfianza que todavía pervive hacia quienes llevan uniforme, e
incluso los recelos existentes entre las dos instituciones militares,
como son, en este caso, la Guadia
Civil
y la Policía
Nacional.
Los
secretos
y las ansias
de venganza
ponen de manifiesto que todavía los supervivientes a ese sinsentido
que fue el conflicto armado originado por la sublevación de los
militares contra el régimen establecido, tenían muy presentes
todavía las atrocidades que se cometieron en muchos de sus seres
queridos.
Biografía:
Luis Roso (Moraleja, Cáceres, 1988) es
licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca,
En Filología Inglesa por la Universidad Autónoma de Barcelona y
posee un máster de Literatura Española e Hispanoamericana.
Apasionado de la literatura, la historia el cine y el deporte,
actualmente trabaja como profesor de secundaria en la Comunidad de
Madrid. Admira a Delibes, Cela, Ferlosio, Sender, Azorin, De la
Serna, Aldecoa, Barea y Martín Santos. Aguacero
es su primera novela.
.
Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía del autor, tomadas de la web de Ediciones B. Fotografía de Luis Roso, tomada de Google imágenes, así como de la fotografía que aparece en el cuerpo de la reseña.
Hola, Paco.
ResponderEliminarEste es un libro que, a pesar de los peros que pueda tener, me gustaría mucho leer. Estoy viendo buenas opiniones por las rrss y tú me las confirmas. Besos
Ya sabes que me gustó. Un besote
ResponderEliminarMe lo apunto porque me atrae el argumento. Como suelo hacer cuando me apetece leer un libro, no leo mucho la reseña para no descubrir nada que no quiera descubrir (me gusta ir a ciegas con el argumento)
ResponderEliminar:)
No he tenido esa sensación que comentas con Trevejo, quizá a mi me resultó más simpático y me han gustado sus comentarios. Lo que está claro es que el autor ha acertado de pleno con la ambientación y con ese clima de desconfianza que genera.
ResponderEliminarBesos
Fíjate wue a mí las conversaciones/interrogatorios de Trevejo me encantaban y no me rompieron el rotmo en absoluto.Con respecto a Aparecido,creo que es un personaje que nos ha cautivado a todos los lectores de Aguacero.Muy buena reseña Paco.
ResponderEliminarBesos
Pues me llama mucho la atención la historia y la juventud del autor (ya no que sea tan joven, sino que arriesgue de esa manera para su primera novela en temática y ambientación). En cuanto pueda me hago con él.
ResponderEliminar¡Besote!
Lo tengo pendiente Francisco. A ver si la semana próxima lo leo y comparamos impresiones. Un beso ,)
ResponderEliminarYo no creo que me vaya a animar con él.
ResponderEliminarUn beso.
Me llama mucho la atención esta novela y si puedo me animaré con ella
ResponderEliminarBesos
He visto buenas opiniones de este libro confirmadas por tu reseña. Lo tengo apuntado¡¡
ResponderEliminarBesos
A mi Trevejo me cautivó la verdad...
ResponderEliminarA mi me gustó mucho
Besos
Tiene buena pinta, gracias por la reseña.
ResponderEliminarBesos
La tengo apuntada y la verdad me apetece un montón. Besinos.
ResponderEliminarCon este libro tengo mis dudas, quiero leerlo pero no voy con las expectativas tan altas
ResponderEliminarBesos
Si se cruza en mi camino cae seguro, que me gusta lo que cuentas.
ResponderEliminarBesotes!!!
Lo apunto, a pesar de lo que nos cuentas de Trevejo, creo que le daré una oportunidad. Un abrazo Paco
ResponderEliminarLe quiero leer, la ambientación de los años 50 me encanta y este tipo de novelas es de mis preferidas últimamente. Sin duda, parece una historia a tener en cuenta.
ResponderEliminarBesitos
La tenía apuntada, me tendré que hacer con ella,
ResponderEliminarsaludos
Es un libro que tengo muchas ganas de leer desde que salió, y con reseñas como la tuya, a pesar de los peros, me dan aún más ganas. Caerá...algún día.
ResponderEliminarBesos
Me gustó y me sorprendió este libro, los diálogos son brillantes,la átmosfera, ambientación... Me alegro de que lo hayas disfrutado.
ResponderEliminarBesos
Hay muchas ganas de leer "Aguacero". Gracias por la reseña.
ResponderEliminarPues a mi Trevejo me gustó mucho y la novela la disfruté un montón
ResponderEliminarPese a tus peros, creo que será una buena lectura. El pueblo del autor es un buen nombre para un escritor.
ResponderEliminarLo tengo pendiente y tengo mil ganas de leerlo.
ResponderEliminarMuy buena reseña.
¡Nos leemos! :-)
Me quedan unas 50 páginas para terminar Aguacero y a mí me está gustando mucho. Difiero contigo en cuanto al protagonista. Trevejo si que me está gustando y su omnipresencia me está permitiendo engancharme a él todo el rato.
ResponderEliminarnunca dije que no me gustara. Lo que comento es que me parece que su continua presencia ensombrece un tanto la de los demás personajes.
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