Sinopsis:
A
través de Sofía se produce ese entronque entre Cantabria y La
Mancha. La primera, reflejada a través de sus recuerdos y, la
segunda, viene a conformar su vivir diario como ama de cría,
revelándose como una buena contadora de leyendas y cuentos a su
auditorio infantil, haciendo mágicos esos momentos.
Doña la Asunción, la señora de la casa, se arroga para sí la encomienda de mantener la coordinación de todo lo que suceda o afecte a su casa, sus bienes, pero por encima de todo y fundamentalmente, a las personas.
Nicomedes es hacendoso, rudo, noble y, especialmente una especie de filósofo rural, planteando pensamiento y pareceres que hacen despertar, entrar en reflexión a quienes le atienden.
Inés María, hija de doña Asunción, viene a poner ese tiempo de colores, alegría e ilusiones nuevas a su tiempo.
Finalmente, la amistad entre dos niños, que crecen juntos, reciben las semillas de sus antepasados, desarrollando sentimientos nobles.
Un punto de esoterismo surge de algunos de los personajes. Para desvelarlo, hay que leer hasta el final, sin saltarse nada. De lo contrario, no se habrá conocido la historia de La Casa Grande.
Opinión
Personal:
Leí
en las redes sociales comentarios sobre esta novela en los que se
hablaba del buen hacer de su autor, Juan Martín-Mora Haba. A medida
que avanzaban los capítulos me acordaba de mi niñez, pues quienes
ya pasamos de las cincuenta primaveras nos sentimos transportados en
el tiempo a esa infancia añorada, en la que la candidez aún formaba
parte de nuestra existencia.
Los
días y las noches en La Casa Grande es la historia de una saga
familiar, la historia de aquellos que se relacionaron con una de las
familias de rancio abolengo de la ciudad manchega. Es un ejercicio
narrativo en el que la pluma del autor nos retrata un cuadro
costumbrista hecho con pinceladas que absorben la atención de
quienes lo observan.
La
novela está estructurada en doce capítulos titulados, narrados en
tercera persona, desde la perspectiva de uno de sus personajes,
Jesús, que ahora vive en una ciudad que no se parece en nada a la
que tiene en sus recuerdos. Unos recuerdos que afloran en su memoria
y de los que echa mano en un intento de volver a su niñez, aunque
también nos encontraremos con hechos que conocería por boca de
otros, como los dolorosos sucesos que afectaron a las familias durante la contienda civil o la dureza de la posguerra.
La
trama no es lineal sino que va dando saltos en el tiempo. En ella
dominan más las descripciones y reflexiones sobre los diálogos. De
esta forma y mediante el empleo de una prosa cuidada en la que
utiliza un lenguaje cercano con algunas palabras poco utilizadas
actualmente, el autor logra crear esa atmósfera que nos traslada a
una época en la que dominan las costumbres y tradiciones respetadas
a rajatabla por todos, como si de un protocolo no establecido se
tratase, en el que cada cual sabía y era consciente del sitio que le
correspondía en la estricta sociedad de entonces: el ceremonial que había en torno a la petición de mano, la solemnidad de los actos religiosos en los que se veneraba a la patrona de la ciudad.
Los
personajes están bien definidos y nos familiarizaremos con cada uno
de ellos, conociendo la evolución de los mismos. Pronto le tomaremos
cariño a Sofía, una mujer de origen humilde, que tuvo que abandonar
su tierra cántabra para ganarse su sustento. Es el ama de cría de
la familia y en quien más confía doña Asunción, la matriarca de
La Casa Grande. También descubriremos su papel de gran contadora de
historias que hacían las delicias de los niños que se juntaban en torno a ella o incluso sus compañeras del servicio de la casa que le pedían una y otra vez les relatase leyendas de su tierra que tan bien conocía. Nicomedes, quien realiza las labores agrícolas en las
tierras de la casa grande, es un hombre muy peculiar, cuya forma de
ver la vida encandilará a más de uno. En él vemos reflejado la
sabiduría que atesora la gente del campo. Merece la pena disfrutar
del diálogo que mantiene con doña Asunción. La Casa Grande también
es un personaje más. Una mansión de la que iremos visitando y conociendo
cada una de sus estancias.
Las
novelas costumbristas tienen ese halo que nos hace revivir épocas
pasadas, descritas con todo lujo de detalles. Quien se decida a
leer Los días y las noches en La Casa Grande
quedará satisfecho una vez terminada la misma porque muchos de
nosotros volveremos a situarnos en los primeros años de nuestra
vida. Seguro que a más de uno le vendrá a la memoria el asistir a las ferias del pueblo acompañados de nuestros padres, esos pirulís de La Habana que se comían sin gana, los barquillos o ese chocolate tan delicioso que se hacía a la manera tradicional.
El
autor:
Nació
en Ciudad Real, donde vive mientras le dejen. ¿Cuándo? Ya estamos,
eso qué importa. Hace tanto, que ni se acuerda.
Trabajó
en una compañía de luz, pero era tan aburrido, rellenando recibos a
máquina, que pensó en otra cosa. Coincidiendo con la apertura de
una nueva emisora de radio, le reclutaron. Era junio de 1962. Al
comienzo del curso le enviaron a un Centro Privado en Madrid, donde
le enseñaron el oficio, y así comenzó su carrera en La
Comunicación. Cuando más brillo tenía en su cabeza, cubriéndolo
con mucho maquillaje, le ficharon para la televisión, medio en el
que estuvo una década al menos.
Sus
gacetillas en la prensa le empezaron a dar qué hacer desde que
alguien le dijo que le gustaban -debía estar fuera de sí, como la
Santa- y él puso empeño en ello.
Después
de representar las palabras con letras en su oficio, se remangó y se
le ocurrió dar forma a sus ideas creando libros.
Datos
técnicos:
Título:
Los días y las noches en La Casa Grande
Autor:
Juan Martín-Mora Haba
Éride
Ediciones. Primera edición: enero, 2013
ISBN:
978-84-15643-82-1
Encuadernación: Rústica
Páginas: 186
Fuentes: sinopsis, portada y fotografía del autor tomadas de la web de Éride Ediciones. Imágenes del Palacio Episcopal de Ciudad Real y de los Jardines del Prado, tomadas de google imágenes.
Muy interesante...no me importaría leer esta novela, de verdad. Besos
ResponderEliminarYa sabes que irremediablemente me atraen las sagas familiares y no me importaría leer esta nvoela
ResponderEliminarNo lo conocía pero tiene muy buena pinta, besotes
ResponderEliminarTiene buena pinta :) No lo conocía la verdad, pero ya lo he apuntado ^^ Un besin.
ResponderEliminarLa tengo en la estantería esperando, que me tocó hace poquito y me dejas con ganas de que la espera sea corta. Creo que me gustará.
ResponderEliminarBesotes!!!
Me gusta ese mirar a la infancia, ese retrato costumbrista de que nos hablas. La narración temporal discontinua, tiene mucho encanto si se lleva con soltura, y da un buen ritmo a la lectura y al contraste entre los personajes. Me lo llevo bien apuntadito. Bss
ResponderEliminarParece estar bien, pero no me acaba de seducir.
ResponderEliminarUn saludo.
Ya sabes que este tipo de libros son mis favoritos y esta novela no la conocía pero me encantaría leerla
ResponderEliminarBesos
No habíamos oído hablar del autor y ahora mismo tenemos muchas cosas pendientes, pero si nos apetece leer una novela costumbrista la tendremos en cuenta.
ResponderEliminarMagnifica reseña Paco, te felicito !! Hace tiempo que tengo ganas de leerlo, y te aseguro que ahora tengo muchas más !!
ResponderEliminarUn abrazo.
Tomo nota de esta novela, es un tipo de lectura que me gusta.
ResponderEliminarUn saludo.
Pues con lo que reniego yo de estas tierras manchegas... y va a ser por ahí que me va a interesar el libro. Por eso y por esos recuerdos de la infancia que recrea y hacen recrearse al lector.
ResponderEliminarGracias Paco, besiños.
Bueno, bueno, pinta bien esta historia familiar que desconocía, tomo nota Paco. Un beso!
ResponderEliminarVi este libro por primera vez en el blog de Eva de La historia en mis libros que lo sorteaba y ya me llamó la atención su portada. Por lo que cuentas merece y efectivamente a los cincuentones nos gusta rememorar esos momentos de antaño donde todo era diferente y la vida se sentía de otra manera. La apunto.
ResponderEliminarBs.
Demasiados pendientes en mi lista de momento... pero más adelante, quién sabe... 1beso!
ResponderEliminarEstas novelas sirven muy bien para no olvidar un pasado que tuvimos y al que siempre es bueno regresar
ResponderEliminarNo lo conocía, y tomo nota de él por si me lo encuentro,no pinta mal...
ResponderEliminarMe parece una lectura muy sugerente. Además sigo al autor en Facebook y me parece un hombre inteligente y con sentido del humor. Muy buena combinación para una mente creativa.
ResponderEliminarBesos,
Tiene buena pinta, ahora no sé si me estoy aficionando a la novela histórica o la costumbrista. El final de la sinopsis me parece muy acertado, parece que fue premonitorio.
ResponderEliminarPues Paco me uno a los comentarios del resto de compañeros. La verdad es que no pinta mal. Yo no suelo leer sagas familiares por costumbre pero en cualquier caso no lo descarto. Besos
ResponderEliminarMe alegro que hayas disfrutado del libro de este amigo.
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