viernes, 22 de enero de 2021

Don Juan Manuel. El guardián de las palabras, de Blas Malo.














Datos técnicos:


Título: El guardián de las palabras.

Autor: Blas Malo Poyatos.

Editorial: Edhasa.

1ª edición: Febero/2020.

Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta y punto de lectura.

ISBN: 978-84-350-6328-9.

Idioma: Español.

Nº pág.: 624.


Sinopsis:


Murcia, 1303. Tras la muerte del rey Sancho IV, el reino de Castilla tiembla al borde de la guerra civil. La reina viuda María de Molina y su hijo Fernando se aferran a la corona, zarandeados por la codicia de los nobles. Y, de todos ellos, es don Juan, hijo del infante Manuel, adelantado de Murcial y señor de Peñafiel, quien más extiende sus intrigas y su ambición, alentado por su linaje bendecido, por su espada santa Lobera y por la defensa de su honra y de sus palabras soberbias.

A su vez, mientras los halcones de los cetreros vuelan libres y alto en las vallisoletanas tierras de Peñafiel, un fraile es arrancado de su convento y lucha en cuerpo y espíritu por sobrevivir a la angustia, encadenado a la escritura al servicio de su nuevo señor. Sólo maese Zag, sabio tesorero judío de don Juan, ve en él al hombre perfecto que dará gloria eterna al díscolo nieto del rey Santo.

Pero contra el Ángel Negro de la Muerte que asola el reino, que abate por igual a campesinos y villanos, a frailes y legos, a nobles y damas, a clérigos y reyes, y que quebranta una y otra vez las ansias de inmortalidad de don Juan y de fray Rodrigo, hay un único poder que pueda oponérsele: el amor de otro Ángel.


Opinión Personal:


El guardián de las palabras es la tercera novela que leo de Blas Malo Poyatos (Alcázar de San Juan, Ciudad Real, 1977), escritor de raíces jienenses y granadino de adopción. En mi modesta opinión, me atrevo a decir que estamos ante una crónica novelada sobre el noble castellano Don Juan Manuel, señor de Peñafiel, Villena, Garcimuñoz y adelantado de Murcia, si bien relatada de forma subjetiva a modo de memorias por el autor de El conde Lucanor —también conocido como Libro de Patronio—, porque es él mismo quien firma y fecha de su puño y letra el prólogo, escrito en Peñafiel, en octubre de 1347. Se describe como un gran aficionado a la caza, y en los episodios de cetrería en los que participa la voz narrativa se refiere a los halcones con un doble sentido en algunos episodios. Sin duda alguna, es una lectura muy interesante, porque atraerá la atención del lector en todo momento, si bien el ritmo me resultó más bien pausado, porque domina con claridad la narración frente al diálogo, e incluso en algunos tramos se transcriben las cartas originales que don Juan Manuel dirigió a los reyes, a sus enemigos o a sus vasallos. Pese a lo que comento sobre la lectura pausada, la estructura es muy dinámica, por lo que el lector tendrá información en cada capítulo de lo que sucede en diferentes escenarios, lo que ayuda a que la narración sea amena. Me encontré con una historia muy entretenida y que tiene rasgos didácticos, por cómo la voz narrativa va explicando de forma clara y concisa el período convulso que se vive en el reino de Castilla tras la muerte del rey Sancho IV.

(Castillo de Peñafiel-Valladolid)

Al igual que sucede con Lope. La furia del fénix, Blas Malo planifica una trama muy atractiva porque, pese a que parte de unos hechos reales en los que tomó parte Don Juan Manuel como explica el autor en la nota que acompaña al cuerpo de la novela, dosifica con acierto la información que ofrece al lector a lo largo de los 59 capítulos titulados en los que se estructura, agrupados en cuatro partes, más un prólogo y un epílogo. Pese a que comenté en el primer párrafo que la lectura me resultó más bien pausada, su estructura y lo que sucedía en cada capítulo me incitaba a interesarme en los siguientes, sobre todo si se adivinaba que la tensión narrativa se acrecentaba, o se intuía que alguno de los personajes secundarios que mayor presencia tienen a lo largo de los capítulos se encontraría con algún episodio inesperado, que incluso podía poner en peligro su integridad física o bien pudiera enfrentarse a situaciones que provocaran cambios en sus planes más inmediatos o incluso futuros, sobre todo si éstos eran protagonizados por personajes ficticios e incluso por en la forma en la que desarrolla algunos hechos reales. En este sentido, para mí fue un gran aliciente encontrarme con una serie de personajes creados por la imaginación del autor, caso del fraile dominico Rodrigo de León, de quien justifica su presencia en el comentario que hace al respecto en la nota del autor a la que me refiero al comienzo de este párrafo. Esta misma impresión me provocó su hija Beatriz, cuya presencia e interés por el papel que desempeña se va incrementando a lo largo de los capítulos, al igual que la de Esther, la joven judía, hija de maese Zag —Isaac Ben Waqar—, médico, tesorero, asesor y también astrólogo de Don Juan Manuel, a quien también se cita en la mencionada nota, y que sin embargo tuve en todo momento como personaje ficticio, si bien me dio a entender que tales son sus actuaciones en la trama. En cuanto a Rodrigo de León, prefiero no comentar nada sobre él, porque es un personaje que da mucho juego a la novela, sobre todo por la relación que se va forjando entre el fraile dominico y el noble castellano, que dará lugar a episodios que mantendrán en vilo al lector.

El guardián de las palabras es una novela en la que las intrigas palaciegas están muy presentes, porque las rivalidades entre los nobles castellanos eran de tal calibre en ese período, que por momentos se temió el estallido de un conflicto civil, como adelanta la sinopsis. Aunque el narrador tampoco se olvida de la presencia musulmana en la península, porque ya en los capítulos iniciales el lector estará pendiente del ataque de los moros de Granada a Murcia, o la batalla conocida como el Desastre de la Vega de Granada, sin olvidarme de las consultas que incluso no dudan en realizar a los musulmanes granadinos para ganar fuerza en sus pretensiones, si de ellas se podían beneficiar ambas partes, como se podrá comprobar en algunas fases de esta novela. Al igual que lo que comento en el párrafo anterior sobre los personajes ficticios, otro tanto puedo decirse sobre los históricos, porque su presencia a lo largo de los capítulos está planificada de tal forma que despiertan interés en el lector por un motivo u otro. El período convulso que vive el reino castellano da lugar a relaciones tensas entre la nobleza castellana, incluso por mucha relación de parentesco que tengan entre ellos, porque lo que prima entre ellos es su interés personal, en donde no faltan en estas disputas las traiciones y las venganzas. En este sentido, destacaría el papel que desempeña la reina regente María de Molina durante la minoría de edad de Fernando IV o la tensa relación que mantiene Don Juan Manuel con los infantes Juan y Pedro de Castilla por ejercer la tutoría del joven rey Alfonso XI (Onceno), sin olvidarme de su relación con este monarca y el papel que desempeñan Isabel de Mallorca y Constanza de Aragón en la vida del noble castellano. Sin duda alguna, Blas Malo perfila una galería personajes con muchos matices y fuertes rasgos psicológicos que dan lugar a situaciones muy tensas. Conforman una galería muy atractiva que atraen el interés del lector e incluso, pese a que la curiosidad nos lleve a buscar la información que estimemos oportuna, sorprenderán algunos episodios que suceden entre ellos porque están desarrollados de tal forma que provocan en el lector el efecto deseado.

(María de Molina y Fernando IV)

Pero El guardián de las palabras es una novela también metaliteraria, como se puede deducir del propio título, porque en ella el escritor alcazareño afincado en Granada no sólo se refiere a Don Juan Manuel como un noble castellano que tuvo mucha fuerza y poder en el reino, si no también el lector se familiarizará con el autor de El conde Lucanor o El libro de la caza. A lo largo de los capítulos están presentes alusiones a Alfonso X el Sabio, así como las opiniones que ofrece cuando la ocasión se presta a ello sobre la escritura y la lectura, pese a las críticas que recibía porque noble de tan alto rango y prestigio no debería dedicarse a tales actividades. Estoy seguro que los pros y contras a la lectura y escritura que ya se realizaba en aquella época le resultará muy familiar al lector, porque hoy día todavía se nos mira a unos y otros como si fuésemos de otra especie, porque perdemos el tiempo con semejantes actividades de las que nada se saca en provecho, según dicen los entendidos. Aunque también el lector se encontrará con fábulas e historias que se cuentan cuando son propicias para determinadas escenas, bien porque las solicitan algunos personajes o bien porque se ponen como ejemplo del asunto que se tratan en determinadas conversaciones.

El guardián de las palabras es una novela que traslada al lector a la primera mitad del siglo XIV, en donde se recrea con la magnífica ambientación de la época, en la que se describe la sobriedad de las residencias de los nobles castellanos, compensada por los lujos que los acompañan en sus ropajes y la abundancia de manjares exquisitos en los banquetes en los que celebran determinados hechos lúdicos o relacionados con enlaces nupciales, así como los boatos de las ceremonias civiles y eclesiásticas. Pero a esta vida regalada de la realeza y la alta nobleza se oponen las penurias y miserias que acompañan al pueblo llano, cuyo sustento está muy ligado a las cosechas y éstas al clima. Su supervivencia está muy ligada también a los abusivos impuestos, las enfermedades y los ataques de los musulmanes que destruyen sus propiedades y queman sus campos, o matan y toman como esclavos a quienes se les interpongan en sus incursiones en territorio castellano, como se podrá comprobar en algunos capítulos. Al igual que en Lope. El fénix de los ingenios, Blas Malo utiliza un estilo directo y un lenguaje efectivo y envolvente, con el que consigue que el lector esté muy pendiente de todo lo que sucede en unos escenarios muy dinámicos por los que transitan los personajes, como Murcia, Peñafiel, León, Toledo, Valladolid o Granada, entre las ciudades y poblaciones en las que se desarrollan las escenas que relata la voz narrativa. Sin duda alguna, el lector tiene en El guardián de las palabras una muy buena oportunidad para conocer mejor a un personaje que, con el paso de los capítulos se va familiarizando con el fuerte carácter y personalidad que tiene, cuyos rasgos se reflejan en la sinopsis, y que pone siempre por delante la honra, el linaje al que pertenece y la figura de Fernando III el Santo.


Biografía:


(Alcázar de San Juan, Ciudad Real, 1977), de raíces jienenses y granadino de adopción, es ingeniero de caminos y un apasionado de la historia, sobre todo del Imperio bizantino y de la Edad Media, a los que ha dedicado conferencias, presentaciones, artículos, jornadas y rutas literarias. Ha participado en actividades de recreacionismo histórico y fue direcor de las Jornadas de Novela Histórica de Granada.

Como autor ha escrito hasta la fecha El esclavo de la Al-hamrá (2010), El Mármara en llamas (2012), El señor de Castilla (2013) y Lope, la furia del fénix (reseña) (2016). Su última novela publicada es El Veneciano (reseña) (Edhasa, 2018).



Nota: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía del autor, tomados de la web de Edhasa. Imagen del castillo de Peñafiel tomada de la web del diario El Norte de Castilla. Imagen del cuadro en el que figuran María de Molina y su hijo Fernando IV, tomada de Wikimedia Commons. 






12 comentarios:

  1. Mira que llevo tiempo queriendo estrenarme con este autor y no hay manera. Esta podría ser la oportunidad, que parte esté ambientada en mi tierra me anima aún más. Buena reseña.
    Besos.

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  2. Esta vez no me lo llevo Paco, no es el tipo de lectura que me apetezca ahora mismo.
    Besos

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  3. Hola Paco, me gusta mucho la novela histórica y de este autor no he leído nada, me lo apunto que me encanta la época en que se desarrolla esta novela. Besinos.

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  4. me lo llevo apuntado, parece interesante y nunca se sabe cuando apetece algo asi. Saludosbuhos!!

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  5. Qué bien me lo has pintado Paco, he pasado de sentir curiosidad ha verdadero interés ¡Por una novela histórica! 😅🥰💋

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  6. No he leído aún del autor y me parece que esta novela podría ser un buen estreno, que su personaje me atrae. Y por lo que cuentas, me va a gustar mucho.
    Besotes!!!

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  7. Me gusta la ambientación histórica y que la narración vaya aumentando la tensión. También que contenga metaliteratura. Una novela muy completa. Un abrazo

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  8. Gracias Francisco, ya lo tenía anotado y la verdad que tiene gran pinta para los amantes de los históricos. Saludos

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  9. Hola Paco. Me gusta mucho Blas. También he leído dos novelas previas de él y ambas las he disfrutado mucho. Conocía a grandes rasgos esta última novela que, dicho sea de paso, he visto muy poco por los blogs. Agradezco tu completísima reseña, como siempre, porque así me hago una idea mucho más concreta de lo que puedo esperar de esta lectura. Anotada queda. Besos

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  10. Buenos días:
    Enhorabuena por la estupenda información que nos has dado. A mí me gusta la novela histórica, pero muchas veces te topas con libros decepcionante. Agradezco la estupenda información que has compartido.
    Un abrazo

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  11. No sabes la de alabanzas que he leído de este autor y aún no le he conocido a pesar de tener en el estante un ejemplar firmado y todo de El Veneciano. Habrá que ir pensando en hacerle un hueco.
    Besos

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  12. Todo parece estar muy bien: la trama, el desarrollo, los personajes, la metaliteratura... Pero lo del ritmo pausado, para mí, que no soy de novelas históricas no sé si me vendría bien.

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