Datos técnicos:
Título: El Albatros y los piratas de
Galguduud.
Autor: Federico Supervielle Bergés.
Autoeditado Amazon (enlace).
1ª edición: 18/12/2018.
Formato: Ebook.
Idioma: Español.
ASIN: B07LG3NJMC.
Nº
pág.: 371.
Precio: 2,99 € Ebook
14, 99 Papel.
Sinopsis:
Los
campamentos piratas
que
salpican la costa de Somalia
amenazan
con secuestrar cualquier barco que se les acerque pero los países
desarrollados no parecen capaces de hacer frente al problema. La
industria energética mundial está al borde del colapso. ¿Podrá un
hombre de negocios enfrentarse a los piratas? ¿Será capaz el
fallido estado somalí de controlar su propia costa?
Un
joven marino
gaditano,
huyendo de sus pesadillas personales, es elegido para acabar con los
enemigos del magnate, pero ni siquiera el Índico está lo
suficientemente lejos de su pasado. A medida que se desarrollan los
acontecimientos, se intuye una trama más compleja detrás de los
ataques. Sin darse cuenta, Pablo se ve arrastrado al centro de una
conspiración
internacional
en la que solo contará con la ayuda de su dotación y su barco: el
Albatros.
Opinión
Personal:
De vez en cuando busco
lecturas a las que solo les pido tener el entretenimiento asegurado,
y un género que no suele fallar en este sentido es el de aventuras,
siempre y cuando la novela de turno me ofrezca una trama solvente y
creíble, y esté bien escrita. En esta ocasión, el título elegido
es El Albatros y los piratas de Galguluud, de
Fede Supervielle Bergés, que cumple los requisitos que acabo de
mencionar, y que es la ópera prima de este autor. Sin embargo, he de puntualizar alguna cosilla en lo
que se refiere al estilo narrativo, si bien son errores menores que
seguro el autor pulirá en sus siguientes publicaciones, porque estoy
seguro de que algún título más ofrecerá a los lectores, ya que está claro que tiene mimbres para ello.
A
parte de ser una novela entretenida, El Albatros y los
piratas de Galguduud tiene una
trama original, ya que en ella se aborda la temática de los
secuestros por piratas somalíes de petroleros que navegan por el
Océano Índico, con el aliciente de que, como figura al pie de la
portada, es un barco con patente de corso el encargado de enfrentarse
a quienes habían secuestrado ya a varios superpetroleros de la naviera
propiedad del magnate suizo Friedrich Gotthelf.
En la biografía de Fede
Supervielle Bergés se refleja que ha participado en la misión anti
piratería de la Unión Europea en el Índico. El autor aprovecha los
conocimientos que tiene en este tipo de misiones militares para
plasmar en esta novela cómo se desarrollan estos operativos, si bien
tiene en cuenta que el protagonista está al frente de la dotación
de un Buque de Acción Marítima al servicio de un armador
particular, ya mencionado en el párrafo anterior.
Esto que acabo de comentar le sirve también para dotar de realismo a
todo lo que sucede a bordo del barco, tanto en la travesía hasta el
Océano Índico, como las operaciones en las que se ven implicados
una vez que tienen los primeros avisos de secuestro de
superpetroleros propiedad del magnate suizo, e incluso su intervención en operaciones que les
acarrearán problemas con el gobierno somalí, tomando como base de
estos problemas las autorizaciones para llevar a cabo sus
actuaciones.
(Bar Terraza- Cádiz)
El Albatros y los
piratas de Galguduud es una novela que tiene dosis de intriga
porque el lector, al igual que los personajes que más peso tienen en
la trama, se preguntará en más de una ocasión quién puede tener
intereses en llevar a cabo esos secuestros. Y es comprueban que
siguen un mismo patrón, porque los superpetroleros secuestrados
pertenecen al mismo propietario. Sin embargo, esta intriga se mantiene hasta el desenlace, lo que hará que nos
mantenga en vilo a lo largo de los 16 capítulos más el epílogo en
los que se estructura la novela. El autor supo cómo mantener nuestra
atención hasta ese momento álgido porque, pese a me daba la sensación que durante el desarrollo de la trama apenas se sucedían episodios
que provocaran esos giros que el lector desea se produzcan, ese incentivo es sustituido por la información que facilita el autor de forma
dosificada tanto en lo que se refiere a los secuestros que realizan
los piratas somalíes, como los motivos que mueven a la mayoría de
la dotación para enrolarse en el barco, sobre todo los oficiales. A esos giros
que tienen lugar en el tramo final de la novela hay que añadir
algunos roces que se producen sobre todo entre los oficiales, así
como algún incidente con los piratas somalíes que pone a la
dotación del Albatros en serios aprietos. Aunque también tienen
lugar dos episodios que minarán la moral de la dotación del
Albatros durante algún tiempo. Será también en el desenlace
de esta novela cuando el lector conozca el porqué del nombre de este
barco con patente de corso.
Pese a que buena parte de
la trama de El Albatros y los piratas de Galguduud tiene lugar
durante la travesía que realiza el barco, desde su botadura en los
astilleros de Navantia en Cádiz hasta que llegan a su punto de
destino en el Océano Índico, el lector se encontrará también con
episodios que tienen por escenario Zúrich, Cádiz o Mogadiscioen donde se llevarán algún que otro susto como consecuencia de la inestabilidad que vivía el país),
algunos de ellos claves para hacer realidad el proyecto de
construcción del barco que iba a hacer frente a los piratas
somalíes. En Mogadiscio algunos miembros de la dotación del barco serán sorprendidos con algún episodio que pone en peligro su integridad, y también se generaran
situaciones tensas con el Gobierno somalí, que pueden poner en
peligro la continuidad del proyecto. También atraen la atención del lector
algunos episodios que tienen como escenario la costa de Somalia,
porque se sospecha que es donde están las bases de los piratas,
como se puede comprobar en el título de la novela, en el que se hace
referencia a una región administrativa situada en el centro del país
ubicado en el llamado Cuerno de África.
(Mogadiscio-Somalia)
Fede Supervielle
construye unos personajes que se hacen muy cercanos al lector con el
paso de los capítulos, pese a que en un principio cuesta empatizar
con ellos. Quizás esa lejanía inicial se debe a que casi todos
ellos guardan relación con el mundo naval, pero están
perfilados de tal forma que nos familiarizaremos con ellos por sus
intervenciones en los diferentes episodios, sobre todo en aquellos
que conllevan más riesgo para la integridad de la dotación del barco, en
los que se muestra su faceta más solidaria. Y así es como
conoceremos junto al ya mencionado Pablo Marzán, al ferrolano Gabi,
quien será su segundo de a bordo; Thomas Johnson, más conocido por el apodado de Grease, un
antiguo suboficial mecánico de la US Navy, que montó un
taller mecánico de coches junto a la Base Naval de Rota, y que sería
contratado como jefe de máquinas; Jaime Reyes, el asesor que dirige
el proyecto ideado por el magnate Friedrich
Gotthelf, quien será el enlace entre este personaje y la dotación
del barco. Pablo Marzán es el personaje a quien más conocerá a
fondo el lector, no solo por su evolución personal y la relación
que mantiene con los oficiales y demás miembros de la tripulación
del barco, sino también por los miedos y secretos que tiene, y que
se conocerán sobre todo en los capítulos finales de la novela. Otro
personaje más es el barco, El Albatros,
a quien Fede Supervielle describe en pequeñas dosis a lo largo de
los capítulos, para que los datos que facilita el narrador no
interfieran en la fluidez de su relato.
Fede Supervielle utiliza estilo narrativo directo y un lenguaje sencillo, aunque con inclusión
de términos marinos y militares, de los que da cumplida información
en las notas al final de cada capítulo, en las que explica el
significado de los mismos. Sin embargo, hubo algún
momento en el que me decía que me sobraba alguna información que
facilitaba sobre el funcionamiento del barco, sobre todo en lo que
relativo al armamento y algunas cuestiones técnicas referentes a la sala de máquinas, que era lo que más le preocupaba al comandante
del barco, para que alcanzara la máxima velocidad de crucero, al
querer sacarle el mayor rendimiento posible para abordar las
embarcaciones de los piratas somalíes. En algunos momentos de la narración me dio la sensación de que algunos episodios estaban viciados con el
empleo de complementos circunstanciales de tiempo, lo que afean un
tanto el estilo narrativo -o será que soy partidario de evitar su
empleo, salvo que sea imprescindible-. Pero, como digo en estos casos, estos comentarios
que hago en lo que al estilo narrativo se refiere, son apreciaciones
mías, lo que no quita que otro lector no las comparta.
Como ya adelanté en el
primer párrafo de esta reseña, El Albatros y los piratas de
Galguduud cumple con creces los requisitos de entretener al
lector, porque la aventura y la acción están asegurados y el ritmo de lectura es fluido.
Biografía:
Fede
Supervielle Bergés es oficial de la Armada española y ha estado
destinado a bordo de la fragata Victoria y del patrullero Tornado. Ha
participado en la misión anti piratería de la Unión Europea en el
Índico y en un despliegue de seguridad cooperativa en el Golfo de
Guinea. Es Máster en Seguridad, Paz y Conflictos Internacionales por
la USC y ha escrito artículos para la Revista General de Marina y el
Instituto Español de Estudios Estratégicos.
Notas: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía del autor, tomados de Amazon. Imagen del Bar Terraza, en Cádiz, tomada de la web Guía de Cádiz. Imagen de Mogadiscio, tomada de la web Viajeros en ruta.
El lugar y el tema me parecen muy interesantes, ya no se habla tanto de ellos, no lo conocía y puede ser una buena opción, aunque no en este momento.
ResponderEliminarBesos
Sin duda un argumento original que puede dar mucho de sí. A pesar de las pegas de forma que nos indicas, creo que la historia merece la pena. Un abrazo
ResponderEliminar¡Hola! Me parece interesante el tema y que el autor haya participado en la misión anti piratería de la Unión Europea en el Índico es algo que seguro dota a la trama de credibilidad. Puede que me anime a leerlo
ResponderEliminarBesos
Huyo de los libros que se ambientan en barcos. No sé si es talasofobia o simple claustrofobia, pero el estar encerrada en un cascarón flotante me agobia aunque sea de forma vicaria.
ResponderEliminarEs curioso, pero se repite lo de los militares que se dedican a la literatura. Recientemente he leído el segundo libro de Daniel Fopiani, otro militar escritor, en este caso de novela negra.
Un beso.
Aunque no me disguta el género de aventuras, no suelo leerlo mucho. Me la llevo apuntado para cuando me apetezca algo de este estilo.
ResponderEliminarBesos
Esta vez no me lo llevo, Paco, no lo veo para mí
ResponderEliminarBesos
Es un género que tengo olvidado y casi relegado desde hace muchísimos años y mira que de jovencita era una fanática de las aventuras de piratas y corsarios 😅 no te digo que no porque no me ha disgustado, pero no me ha terminado de convencer y menos esos defectillos 🙄
ResponderEliminarBesitos carinyet 💋💋💋
No lo veo para mí en esta ocasión, así que lo dejo pasar, que también se agradece.
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues este no me hace mucho tilín, así que no me lo llevo anotado. Besos
ResponderEliminarExtensa y completa reseña, Francisco. Plenamente de acuerdo con tus apreciaciones. Yo también lo reseñé en mi blog cuando lo leí y más o menos digo cosas semejantes a las tuyas. lo fundamental: Un libro que entretiene y que toca un tema actual y poco tratado entre nosotros, el de los secuestros de barcos `por piratas modernos que luego piden a los gobiernos altos rescates.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo