Título: Ángeles de sangre
Autor: Rafael Estrada
Editorial: Debolsillo (Grupo Pengüin
Random House)
1ª edición: 11/03·2013
Idioma: Español
ISBN: 978-84-9032-264-2
ISBN: 978-84-9032-264-2
Formato: Ebook
Nº pág.: 230
Sinopsis:
En
una localidad costera del Mar Menor aparece el
cuerpo decapitado de una niña de trece años.
No muy lejos del lugar de los hechos, la policía encuentra a un
muchacho dormido, con claros signos de embriaguez y la camiseta
ensangrentada. La solución parece tan evidente que asignan el caso a
un inspector novato para que practique y lo zanje lo antes posible.
Así
es como, de la noche a la mañana, Juanito Proaza, acompañado de
personajes como Paco Garrido, policía viejo de métodos heterodoxos,
o el doctor Luzón, brillante forense y gran dominador de la puesta
en escena, se ve a la cabeza de un proceso que se complica por
momentos y que acaba por convertirse en una investigación a tumba
abierta donde se destapa una sórdida red con muchos tentáculos,
entre ellos una misteriosa asociación literaria dedicada al culto...
de los ángeles.
Opinión
Personal:
Hoy
comparto mi reseña de una novela que forma parte de la trilogía
protagonizada por el inspector Juanito Proaza: Ángeles de sangre,
de Rafael Estrada. Aunque quienes lean esta reseña se extrañarán
en un principio que primero leyese Carne de primera (reseña)-la
segunda novela de la trilogía, la explicación está en que esta la
gané en el sorteo de quienes reuníamos los requisitos para
participar en el mismo, convocado por los organizadores del reto
literario Autores de la A a la Z. Como me quedó un grato recuerdo de
Carne de primera, no me lo pensé dos veces cuando se me propuso la
lectura de la novela que hoy reseño. Y es que tenía mucho interés
en conocer los primeros pasos de este joven inspector, así como
saber si me despajaba la incógnita de su apelativo -que al personaje
no es que le hiciera mucha gracia, pero no le queda otra que aguantar
con él-. ¿Que de dónde viene? Sí, de su nombre: es de perogrullo,
pero el lector querrá saber de quién fue la gracia, y para ello le
animo a que lea Ángeles de sangre. Aunque supongo que quienes
ya leyeron esta novela se habrán llevado una gratísima sorpresa por
el alto componente metaliterario que hay a lo largo del desarrollo de
la trama, y la importancia que tienen estos ingredientes en la
investigación del caso que le tocó resolver al recién horneado
inspector.
(Lo Pagán-Murcia)
Ángeles
de sangre es una novela negra que tiene ritmo de thriller y
elementos propios de una novela policíaca. Rafael Estrada trata con respeto a lo largo de la novela la pederastia y la
pornografía infantil, que son el eje de una trama en la que Juanito
Proaza y el inspector Paco Garrido se van a encontrar con un caso en
el que se van a enfrentar a una sórdida red con muchos tentáculos,
entre ellos una misteriosa asociación literaria dedicada al culto...
de los ángeles, como adelanta la sinopsis. Esta mención que se hace
a los ángeles en la novela me tenía intrigado desde un principio,
aunque no tardé en despejar esta duda, porque los dos inspectores me
iban a ayudar a resolverla, sobre todo partiendo de las descripciones
que el narrador omnisciente hace de las escenas de los crímenes que
presencian los miembros del grupo de homicidios, o las que ofrece
ofrece Luzón, el forense, al joven inspector, sin olvidarme de las
imágenes que se muestran en las fotografías que forman parte del
caso.
Ambos
inspectores se encontrarán con un entramado en el que les
sorprenderá el lujo y el ambiente refinado en el que se mueven los
miembros de esta asociación literaria, pese a que en un principio se
hacían a la idea que estaban ante un caso que no les iba a dar mucho
trabajo, ya que tenían en prisión preventiva al presunto culpable
de tan espeluznante crimen. En este sentido, hay escenas que
sorprenderán al lector por la forma en que los inspectores se
enfrentan a los sospechosos de organizar y llevar a cabo los macabros
crímenes que comenten, pero sobre todo sorprende la frialdad
dialéctica que mantienen con los policías a la hora de
justificarse. Sin duda alguna, son escenas con claro sabor a los
clásicos del género, pues me recordaban a las novelas en las que
los detectives analizan las actuaciones ante quienes tienen la total
seguridad de ser los culpables, y estos terminan por confesar su
crimen.
Pese
a que ya conocía a los policías que forman parte del Grupo de
Homicidios de la comisaría de Cartagena, me gustó conocerlos desde
un principio, sobre todo la forma en la que se produjeron los
primeros contactos entre el inspector Juanito Proaza y sus
compañeros. Procuré no tener en cuenta nada de lo que pasó en
Carne de primer, y de esta forma tener el primer contacto con estos
personajes, lo que me ayudó a estar más pendiente del grupo
heterogéneo que conforman los policías de esta comisaría de
Cartagena. Desde el desorden ordenado del comisario De la Mata, al
reencuentro de Juanito Proaza con la inspectora Aurora Marín, o su
relación con los demás inspectores del grupo de homicidios. Y es
Rafael Estrada perfila a conciencia a Juanito Proaza, de tal forma
que cause en el lector el efecto que él quiere, y vaya descubriendo
la personalidad de este personaje a medida que se suceden los
diecinueve capítulos titulados en los que está estructurada la
novela. En este sentido, da mucho juego a la trama la peculiar
relación que mantendrá Juanito Proaza con el heterodoxo inspector
Paco Garrido, por lo dispares que son ambos inspectores, aunque
sorprenderá cómo finalmente la relación entre los dos policías
se va afianzando con el paso de los capítulos, sobre todo ante el
inesperado desenlace al que todavía sigo dándole vueltas, por la
magníficas escenas con las que Rafael Estrada cierra la novela.
Cuando entraba en escena el inspector Garrido me traía recuerdos del
mejor Clint Eastwood en los que encarna a personajes que entienden la
ley a su manera, sin importarle saltarse a la torera las reglas del
juego. Tampoco tienen desperdicio alguno los diálogos que mantienen
el forense Luzón y Juanito Proaza, que seguro levantarán al lector
más de una sonrisa, al ser el primero de ellos un personaje que
domina la puesta en escena y sabe aplicar la ironía y el humor negro
como nadie, lo que descolocará al protagonista en alguna ocasión.
En el plano más personal, el lector conocerá la relación que
mantiene con Virginia y con sus padres.
Ángeles
de sangre es una lectura atractiva, no solo por el alto componente
metaliterario, sino también porque tiene su propia banda sonora, en
la que el lector se encontrará con menciones a temas de heavy metal (Metallica, Iron Maiden,...),
que acompañan al joven inspector en sus desplazamientos por las
localizaciones en las que tienen lugar las investigaciones que lleva
a cabo en compañía de Paco Garrido; aunque también se encontrará
con temas de Sabina o Manolo García, o música clásica, sobre todo de Bach. Está
escrita con un lenguaje sencillo y tiene un ritmo de lectura propio
de un thriller, porque el lector se encontrará con escenas y
diálogos que ayudan a causar este efecto. Por último, tiene el
atractivo de las localizaciones por las que se mueven los personajes,
casi todas ellas en torno a la Manga del Mar Menor, y más
concretamente a las pedanías de Lo Pagán y Santiago de La Ribera,
en donde tienen lugar las escenas más escabrosas, lo que supone un
aliciente añadido para darse un viaje literario por la Región de
Murcia. La corta extensión de estas novelas fue también un
aliciente para su lectura, por lo que no dudo en recomendarlas.
Rafael
Estrada (Madrid, 1954) inició dibujando cómics y después cubiertas
de libro y literatura infantil. Eventualmente empezó a escribir
literatura para adultos, con el interés que siempre sintió por los
temas de crímenes. Ángeles
de sangre
es la primera novela de su trilogía del inspector Proaza. Rafael
Estrada reside en Madrid, España
Como me gusta leer las series en orden siempre que sea posible, Comenzaré por esta que dices que es la primera y que tiene muy buena pinta. Besinos.
ResponderEliminarTengo que reconocer que conocía al autor de refilón sólo, y me gusta lo que cuentas, una novela con una localización que conozco y que con una trama interesante, por ahora no puedo leerla, pero sí que la tendré en cuenta. No hay vida para tanto como quiero leer.
ResponderEliminarBesos
No conocía esta serie y no he leído al autor, así que me lo apunto, que el género me gusta bastante y pinta interesante.
ResponderEliminarBesotes
Ay ay ay!! Ya me has creado una necesidad y además imperiosa 😁
ResponderEliminarPedazo reseña Paco 😍
Besitos carinyet 💋💋💋
Pues tiene una pinta muy atractiva eso sí, yo las leeré si me animo en riguroso orden empezando por esta que nos traes hoy.
ResponderEliminarBesos
Tiene muy buena pinta. Y mira que intento no apuntarme más series o sagas, pero me has dejado con ganas. Tomo nota.
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues yo también soy de leer en orden si es posible, así que empezaría con esta. No sé cuándo porque he empezado varias series policíacas pendientes y quiero avanzar en ellas, pero lo que es apuntado, queda apuntado. No hubiese imaginado el componente metaliterario así de primeras, por cierto. Me gusta.
ResponderEliminar¡Besote!
Esta vez no me convence, lo dejo pasar
ResponderEliminarBesos
Hola.
ResponderEliminarEste libro lo voy a dejar pasar, el libro no me llama y ademas el genero no es lo que yo suelo leer.
Gracias por la reseña.
Nos leemos.
Merece la pena leerla, a mi me gustó mucho, muy sorprendente. Un abrazo Paco
ResponderEliminarÚltimamente, no me apetecen mucho las novelas negras, pero estoy haciendo una lista de las que más me llaman la atención para echar mano de ellas cuando cambien los vientos. Esta va a la lista, aunque el hecho de que haya niños de por medio es algo que me altera un poco. En fin, creo que la has disfrutado y eso ya es un punto a su favor. Abrazos
ResponderEliminarLa verdad es que pinta bien y animan tus buenas sensaciones pero tengo mucho acumulado del género y creo que lo dejaré pasar.
ResponderEliminarBesos