Datos
técnicos:
Título:
Volver a Canfranc
Autora:
Rosario Raro
Editorial:
Planeta
1ª
edición: 7/04/2015
Encuadernación:
Tapa dura con sobrecubierta
ISBN:
978-84-08-13969-0
Idioma:
Castellano
Nº
páginas: 512
Sinopsis:
Marzo
de 1943. Agazapados dentro de una habitación secreta, varias
personas contienen la respiración mientras aguardan a que el sonido
de las botas reforzadas con metal de los soldados alemanes se
aleje. En la estación internacional de Canfranc, en el Pirineo, la
esvástica ondea sobre la playa de vías. En medio de la
oscuridad, Laurent Juste, jefe de la aduana, Jana Belerma,
camarera del hotel, y el bandolero Esteve Durandarte arriesgan sus
vidas para devolverles la libertad.Volver
a Canfranc es su historia.
Jana y Esteve, armados tan solo con la valentía que da el amor,
lucharon porque miles de ciudadanos judíos consiguieran atravesar
esta estación mítica. Además de ellos, otras personas guiadas por
la generosidad decidieron enfrentar el terror y ayudarlos. Para miles
de perseguidos por el régimen nazi la esperanza se llamó Canfranc.
Opinión
Personal:
Mi
relación con Volver a Canfrac, la novela de Rosario
Raro (Castellón, 1971) que hoy reseño, puede decirse que fue un
flechazo literario en toda regla. Un flechazo porque la portada es de
las que enamoran. Y ese flechazo se convirtió en una semana de goce
y disfrute total mientras me sumergía en su lectura. Sin duda, un
gran colofón para un año literario muy interesante, en lo que a mí
respecta.
El
lector se quedará sorprendido por este inicio tan entusiasta de mis
impresiones. Pero es que no es para menos, porque lo que más me
sorprendió fue —y es que no contaba con ello—, el
carácter metaliterario que me encontré a lo
largo del desarrollo de la trama. Una metaliteratura diría que
implícita y explícita. Y es que en ella se
siente la presencia, en todo momento, de tres grandes autores, tres
clásicos que son tres gandísimos iconos de la literatura con
mayúsculas: don Miguel de Cervantes, don
Alejandro Dumas padre y don Benito Pérez Galdós.
Pero no adelanto nada más sobre ello porque esta es una impresión
personal mía y será el potencial lector quien me confirme lo que
escribo en estas líneas.
(Cascada de Ordesa)
Pero
no solo fue esa mi sorpresa. Mi sorpresa fue también el encontrarme
con una lección magistral de historia contada
de una forma exquisita, pese a que no es una
lectura trepidante, en la que vamos devorando las páginas y las
escenas se van sucediendo ante nosotros vertiginosamente, sino que es
una lectura pausada, cocinada a fuego lento,
de forma muy elaborada y pulida y que consigue ese efecto envolvente,
el que me sintiese uno más de la historia.
Está
claro que Rosario Raro sabe cómo atraer la atención del
lector en todo momento. Y es que se nota que ella vive por y para la
literatura, su biografía así lo testifica. Ya desde la primera
página consigue ese efecto y prácticamente lo logra a lo largo de
los 72 capítulos en los que está estructurada la novela,
presentados al lector en cuatro grandes bloques, que nos llevan del
mes de marzo de 1943 hasta septiembre de 1944. Capítulos de corta
extensión, todos ellos titulados, que confieren a la novela
dinamismo, aunque domine con claridad la descripción frente al
diálogo, pero es que no solo nos situaremos en esa mítica y
ahora reivindicada estación internacional de ferrocarriles, para que
vuelva a recuperar esa gloria que tenía, sino que
también visitaremos Jaca Zaragoza, París, y
los magníficos parajes de los Pirineos aragoneses, sin olvidarnos de
lo que sucedía en el pueblo de Los Arañones, en Canfranc y Canfranc
Estación. Unas
descripciones que causan en el lector un claro efecto visual por la
claridad con la que se nos presentan todos los escenarios que van
pasando ante nosotros. Sin duda, detrás de
todo ello hay un arduo trabajo de documentación para que realmente
nos sintamos transportados a los años en que tienen lugar estos
hechos que se nos narran.
(Túnel ferroviario de Somport)
Y
corroborando lo expuesto anteriormente, estaba claro que la
novela tenía que empezar de una forma potente que atrajera nuestra
atención desde el primer momento, con esa tensión provocada por la
escena inicial que ya nos mantiene en vilo,
que nos atrapa irremediablemente porque queremos saber qué es lo que
va a ocurrir tras producirse ese apagón provocado, señal indicada
para que empezara el camino a la libertad de aquellos que veían cómo
sus vidas corrían peligro por el simple hecho de ser judíos, pese a
que quienes colaboraban para que consiguieran su objetivo, sabían
que este edificio estaba tomada por una brigada de Alta Montaña de
Baviera, varios agentes de la SS y algunos miembros de la Gestapo.
Personajes muy conocidos como Marc Chagall, la
mismísima Joséphine Blaker, Max Ernst, Alma Mahler o el hermano del
escritor Thomas Mann pasarían por este enclave estratégico entre España y Francia a través del puerto de Somport, por el papel
crucial que desempeñó para que la victoria final de los aliados en
la Segunda Guerra Mundial fuera posible.
(Estación de Canfranc y playa de vías)
Volver
a Canfranc es un canto a la libertad,
un merecido homenaje a esos héroes anónimos que actuaron de forma
altruista, desinteresada, sabiendo a lo que se exponían ellos y, por
extensión, sus familiares y colaboradores. Pero no solo es un canto
a la libertad, sino también un canto al amor
y todo lo que ello implica. Y también es una novela de sentimientos
y emociones.
Y
así es como conocemos a Laurent Juste,
el jefe de aduanas de la estación internacional de Canfranc, o a
Jana Belerma, que
trabajaba en el Hotel Internacional ubicado en el majestuoso
edificio. O al bandolero Esteve Durandarte
siempre acompañado por su fiel caballo Farsante.
Personajes todos ellos trazados con mano firme, unos reales y otros
ficticios, con rasgos que les hacían cobrar vida propia. La
historia de Laurent Juste es la historia de Albert Le Lay, personaje
que me recordaba al industrial Oskar Schindler o al diplomático
español Ángel Sanz Briz —a quien podemos ver en la película El
Ángel de Budapest —. También nos
encontraremos con la figura de Montlum, que en la realidad fue el
mago Leopoldo Trillo-Figueroa. Sin olvidarnos del gobernador civil
Gervasio Casanarbore, el mayor nazi Eberhard
Grobe o Étienne
Guinart. Rosario Raro logra una magnífica
mezcla de unos y otros por lo que, como suele ocurrir en estas
ocasiones, llegaremos a dudar de quienes son los reales y quienes los
creados por la imaginación de la autora.
Volver
a Canfranc es una historia lineal pero con
subtramas que se irán cerrando creo que con acierto, en las que nos
encontraremos con dosis de intriga que mantendrán nuestro interés
hasta el final. Diría que es una novela muy didáctica que merece la
pena ser leída, sobre todo por la forma exquisita en que se nos
relata en tercera persona los hechos que tuvieron lugar en los dos
años que abarca la historia que nos encontramos en ella.
Biografía:
Rosario
Raro (Castellón, 1971) es doctora en Filología. Estudió Técnicas
de Escritura Creativa en la Universidad Mayor de San Marcos y la
Pontificia Universidad Católica de Perú, país donde vivió durante
una década. Cursó un Posgrado en Comunicación Empresarial en la
Universitat Jaume I y otro de Pedagogía en la Universidad de
Valencia después de licenciarse allí.
En 2009 fue una de las dos únicas españolas finalistas del concurso de escritura literaria Virtuality Caza de Letras de la UNAM de México y Alfaguara. Ha impartido numerosas conferencias y dirige desde su fundación el Aula de Escritura Creativa de la Universitat Jaume I de Castellón. Es autora, entre otras obras, de Carretera de la Boca do Inferno, Surmenage, Perder el juicio, Los años debidos, Finlandia, La llave de Medusa, Desarmadas e invencibles y El alma de las máquinas. Su obra ha sido traducida al catalán, al japonés y al francés y reconocida con numerosos premios literarios, tanto nacionales como internacionales.
En 2009 fue una de las dos únicas españolas finalistas del concurso de escritura literaria Virtuality Caza de Letras de la UNAM de México y Alfaguara. Ha impartido numerosas conferencias y dirige desde su fundación el Aula de Escritura Creativa de la Universitat Jaume I de Castellón. Es autora, entre otras obras, de Carretera de la Boca do Inferno, Surmenage, Perder el juicio, Los años debidos, Finlandia, La llave de Medusa, Desarmadas e invencibles y El alma de las máquinas. Su obra ha sido traducida al catalán, al japonés y al francés y reconocida con numerosos premios literarios, tanto nacionales como internacionales.
Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía de la autora, tomados de la web de Planetadelibros. Imágenes que acompañan al cuerpo de la reseña y de Rosario Raro, de google imágenes.
Coincido totalmente contigo. También me cautivó esta historia :)
ResponderEliminarBs.
Este libro lleva un tiempo entre mis lecturas pendientes, pero después de leer tu reseña va a pasar a los primeros lugares de la lista. Además me acabo de suscribir a tu blog :)
ResponderEliminarHola Francisco, lo tengo en espera y veo por las reseñas que está gustando mucho, lo que me alegra; a ver si le hago un hueco pronto y me pongo con ella.
ResponderEliminarBesotes y muy felices fiestas.
Tenía ganas de leerla así que viendo tu reseña tendré que hacerme con ella pronto
ResponderEliminarBesos
No la descarto aunque ahora no me apetezca. Voy cambiando cada temporada, hay veces que me apetece mucho un género y otros que ni lo toco.
ResponderEliminarBesotes.
Me quedo con ganas aunque de que a algunas de las participantes en la lectura conjunta no les ha gustado tanto como a ti
ResponderEliminarHe visto algunas opiniones en twitter no tan entusiastas y estoy a la espera de que se publiquen y leeros a todos, A mi el libro me llama mucho, vi hace poco un documental sobre este personaje y lo que ocurría en la estación, así que apunte el libro enseguida, si no lo he comprado Ha sido por las fechas... que a final de año andaba intentando cumplir retos y quitarme pendientes...
ResponderEliminarMe alegro mucho de que lo hayas disfrtuado!
Un beso
Yo la verdad es que no lo he disfrutado tanto. La historia que hay detrás me ha parecido fascinante, pero los personajes me han resultando fríos y distantes.
ResponderEliminarBesos.
No puedo estar más de acuerdo contigo, una lectura que merece la pena no dejar pasar,
ResponderEliminarsaludos
A este le tengo ganas, hay muy buenas opiniones =)
ResponderEliminarBesotes
Genial reseña, la tengo pendiente y creo que me va a encantar¡¡¡ Un abrazo
ResponderEliminarJolín, menudo reseñón. La cosa es que esta semana he leído una reseña muy poco optimista y me había venido abajo pero en un principio yo también sentí esa flechazo del que hablas. Creo que te ha quedado una reseña muy completa. Sin duda, vuelvo a retomar las ganas de leerlo. Besos.
ResponderEliminarMuy bonito tu blog. Espero que el mío quede algún día tan bonito como el tuyo.
ResponderEliminarEl mío es Laesquinadenuria.blogspot.com, por si se quiere dar una vuelta.
Feliz año 2016
Esta es una de esas novelas a la que no le presté atención en su día pero las buenas críticas han hecho que me replantee mi primera opinión.
ResponderEliminarTengo muchísimas ganas de leer esta novela. Todo el mundo habla bien de ella.
ResponderEliminarHace apenas un rato he leído otra reseña de "Volver a Canfranc", también muy positiva, pero tal y comentaba no es una época que me llame la atención especialmente...Así que por el momento la voy a dejar pasar.
ResponderEliminarGracias por tu reseña. Besos
Pues creo que empezaré mi relación con la autora con esta novela que tiene muy buena pinta y cuyo tema me atrae mucho.
ResponderEliminarveo que estás leyendo el libro de Montoya Jackson. Lo tengo en mi estante de pendientes. El anterior, "Últimos días de maternidad", me encantó.
un beso.