viernes, 12 de abril de 2024

Reseña La música del mal, de Yolanda Fidalgo.


 










Datos técnicos:



Título: La música del mal.

Autora: Yolanda Fidalgo.

Roca Editorial (Grupo Penguin Random House).

1ª edición: Abril/2023.

Encuadernación: Tapa blanda con solapas.

ISBN: 978-84-19283-46-7.

Idioma: Español.

Nº páginas: 484.




Sinopsis:




Nápoles, 1900. Fabio, el dueño del teatro Dellanotte, parte de viaje por un año, y encarga a sus dos hijos: Adriano, violonchelista ciego, y Carlo, la responsabilidad de regentar el teatro de la ópera.

Pero tras su partida, todo va a cambiar. Sus hijos, aunque Carlo está casado, se enamoran de la misma misteriosa mujer. Su esposa desarrolla aficiones que no imaginaría. Y un sanguinario asesino en serie se dedica a matar en el teatro, siguiendo las pautas de un antiguo manuscrito que narra la vida de Diane, la criada muda de la envenenadora marquesa de Brinvilliers, en el París del Rey Sol.

Para atraparlo, recibirán la ayuda de Gianni Leone, colaborador del fundador de la escuela italiana de antropología criminal Abele de Blasio. Se valdrá de sus nuevos, pero aún no probados, métodos científicos, para lograrlo... ¿o no?






Opinión Personal:






La música del mal es la segunda novela que leo y reseño de Yolanda Fidalgo (Zamora, 1970), y que refrenda la calidad de sus trabajos literarios, al igual que me confirma que es una autora a tener muy en cuenta por las temáticas que aborda en su narrativa. Unas temáticas en las que la mujer cobra un claro protagonismo, con el añadido de que da a conocer personajes femeninos reales, muchos de ellos sumidos en el ostracismo de la historia. La complejidad es otro rasgo que está muy presente en sus obras. En La música del mal la trama se desarrolla a lo largo de dos las líneas temporales, entre las que se intercala en cursiva un relato narrado en primera persona. Esta voz narrativa mantiene en vilo al lector porque será en las últimas páginas cuando se descubra quién es el asesino sanguinario en serie, ...¿o no se descubre? Porque mis dudas tuve.

(Hospital de Dieu-París, Francia)
La primera línea temporal transcurre en Nápoles, en 1900, época en la que Fabio Dellanotte comunica a su familia que se va a «África...A una ciudad que se llama Asmara, la nueva capital de Eritrea. Allí necesitan un teatro de la ópera» (pág. 16). Encarga a sus dos hijos, Adriano (Dri) y Carlo la responsabilidad de regentar el teatro de la ópera Dellanotte, como adelanta la sinopsis. Dos hermanos que se enfrentan a una inesperada y desagradable situación, porque un asesino en serie sangriento se dedica a matar en el teatro, siguiendo las pautas que se relatan en un antiguo manuscrito. Una línea temporal que tiene su propia banda sonora, aunque en esta ocasión está relacionada con la ópera, con las obras con las que inaugura la empresa familiar cada trimestre del año en curso; en esta ocasión son Cossi far tutte, Caggliacci, Tosca y Carmen. La escritora zamorana elige fragmentos de cada una de ellas que guardan relación con los episodios que protagonizan los personajes de turno, en los que pone especial énfasis en aquellos en los que la tragedia está presente de una forma u otra.

La segunda línea temporal se sitúa en París, durante la segunda mitad del siglo XVII. El lector se encontrará con una historia relatada en primera persona en forma de manuscrito. La protagonista y narradora es, Diane, una joven muda, a quien la marquesa de Brinvillers admite como un miembro más de su servicio. Como adelanta la autora en el prólogo, «He intentado ser fiel a su vida, tan apasionante y extraña que no se necesita inventar nada pues en este caso y en el de La Voisin, que también existió de verdad, la realidad supera a la ficción» (pág. 7). Una marquesa que sorprende y escandaliza a la sociedad de la época, por la barbarie que utilizó para medrar su patrimonio. Madame de Brinvillier fue una mujer bella, apasionada, fogosa, y de gran sangre fría, con una extraña vida que concluye con un triste, aunque esperado final. Un personaje que es el origen del llamado Asunto de los venenos, que fue un escándalo ocurrido durante el reinado de Luis XIV, que incluso tambaleó los cimientos del absolutismo del llamado Rey Sol. Un asunto en el que varios adivinos y miembros de la aristocracia fueron acusados de envenenamiento y brujería.

(Marquesa Brinvilliers-París, s. XVII)
Me gustó mucho el enfoque que le dio Yolanda Fidalgo a La música del mal. En mi opinión, construye una trama de misterio de corte clásico, incluso me atrevo a decir que siguiendo las pautas de Agatha Christie, porque no se conoce la identidad del sanguinario asesino en serie hasta el desenlace y juega con pistas falsas que confunden al lector. El peculiar inspector Gianni Leone es el encargado de la investigación, dirige los interrogatorios pertinentes, e incluso sospecha de determinados movimientos de los miembros de la familia Dellanotte. Está convencido de que las vagas respuestas que recibe no suponen una firme coartada que les protejan para no ser acusados como presuntos culpables de haber cometido los crímenes. En este sentido, el narrador omnisciente pone el foco en varios personajes, en los que resalta rasgos físicos  que los inquietan y caracterizan en los episodios más álgidos, y por los que me acordé de escritores que utilizan esta técnica narrativa, como Zweig. En cierto modo, puede decirse que esta novela es de habitaciones cerradas, porque las escenas trascendentales tienen lugar en el palacete que la familia posee en la Riviera di Chiaia, en el teatro que ahora regentan Carlo y Adriano Dellanotte, y en la vivienda del barrio de Vomero, en donde vive Flavia con su padre. En la segunda línea temporal, y tras la detención de la marquesa de Brinvilliers, sorprende a la población y al propio monarca Luis XIV el llamado Asunto de los venenos. La investigación la lleva a cabo el mismísimo La Reynie, jefe de la policía de su majestad, con la ayuda del oficial François Desgrez. Investigación que me atrajo porque, en más de una ocasión, me preguntaba qué reacciones tendrían unos y otros para eludir la férrea persecución a la que son sometidos, pese a que algunos logran huir del país.

Pese a lo que acabo de comentar sobre habitaciones cerradas en el párrafo anterior, la ambientación es magnífica en ambas líneas temporales. De hecho, en todo momento tuve la sensación de realizar un viaje literario a las dos épocas en las que se desarrolla la trama. Acompaño a la voz narrativa omnisciente por las calles de Nápoles, tanto por la zona que acostumbra a frecuentar Adriano, pese a su ceguera, como por los lugares que transitan el resto de la familia. Todas ellas mostradas mediante descripciones claras y concisas, pero muy visuales. Una ciudad en la que el Vesubio está muy presente, porque a la nonna de la familia le gusta mirar al volcán por lo que significa para la ciudad. Cuando las conversaciones que mantienen se presta a ello, reflexiona con frases lapidarias al respecto que guardan relación con Nápoles y los Dellanotte. El siguiente fragmento que resalto en cursiva refleja la idea que tiene Carlo sobre su ciudad:« Cuánto había echado de menos el aroma de la sal, el color azul del horizonte. El gris de la toba volcánica, el canto de sirena de la ciudad ruidosa, que atrae y envuelve...los forasteros decían que estaba llena de ladrones, camorristas y tenían razón» (pág. 422). En París sucede lo mismo que en Nápoles, porque me sentí un acompañante de Diane a lo largo de su ciclo vital. Un ciclo vital que empieza en el palacio de la calle Neuve-Saint-Paul, «donde vivían la bella dama, su marido, sus hijos y algunos criados» (pág. 27). Diane muestra un París de contrastes, según evolucionan sus perspectivas, y describe espacios donde se puede codear con gentes con posibles como con quienes tienen que vivir en los suburbios más desfavorecidos de la capital francesa. Un París que, en muchos aspectos, me recordó al que describe Víctor Hugo en sus novelas. Una ciudad que es testigo de la construcción del Palacio de Versalles, una de las maravillas de París, y que muestra el esplendor y el poderío que llegó a tener Francia, sobre todo en tiempos de Luis XIV, el Rey Sol.

Yolanda Fidalgo construye unos personajes bien perfilados, creíbles y que parecen cobrar vida propia, por la forma de ser y actuar en los episodios que intervienen, y a través de los que se percibe la relación que hay entre los diferentes estratos sociales de ambas líneas temporales, en las que interactúan de forma muy natural personajes reales con ficticios. En este sentido, es de agradecer lo que comenta la autora en el prólogo de la novela sobre los primeros. El lector se encontrará con una historia coral porque los que transitan por sus páginas desempeñan un papel equilibrado. Son varios los personajes que atrajeron mi atención: El inspector Gianni Leone, al que ya me referí en el cuarto párrafo de esta reseña, y que da mucho juego a historia que se desarrolla en 1900. Un inspector que tiene una forma muy característica de dirigirse a sus interlocutores, porque emplea determinadas muletillas expresivas, que levantan más de una sonrisa por la forma en que las dice, al igual que también se sirve de frases que utiliza a modo de redundancia, para resaltar la importancia que le da al hecho en el que las incluye. Adriano Dellanotte es un personajes que arrastra una ceguera, pero que sustituye por el desarrollo de los otros sentidos, lo que le sirve para reconocer a los personajes que se relacionan con él, a moverse por Nápoles con ayuda de su bastón, y a dedicarse a su gran pasión, que es la música: toca el violoncello en la orquesta del teatro que regenta con su hermano. La diferencia de criterio con su hermano Carlo se manifiesta por la diferente percepción que ambos tienen sobre el teatro familiar, sobre todo tras la marcha del patriarca de la familia. Los personajes femeninos son muy atractivos, tanto los que forman parte de esta familia como los que transitan por la segunda línea temporal. Destaco el espíritu emprendedor de Martia, la mamma, porque decide tomar las riendas del teatro familiar de la ópera ante la incertidumbre sobre su continuidad por los macabros asesinatos que se cometen, al igual que les sorprende por las actividades que hace en sus enigmáticos desplazamientos fuera del palacete, incluso pese a la vigilancia a la que es sometida la familia. Senta y Flavia son dos personajes que incluso me atrevo a decir que tienen rasgos comunes. En la línea temporal que transcurre durante la segunda mitad del siglo XVII sobresale la ya mencionada marquesa de Brinvilliers, a la que ya me referí en el cuarto párrafo de esta reseña, y su sirvienta Diane, una joven muda, observadora y con espíritu independiente, pese a que contrae matrimonio con Claude. Aunque también merece la pena cita a personajes reales de La Voisine, La Bosse y La Vigoreux, por la labor que se les atribuye en el escándalo de los venenos, a través de las que se refleja el papel que en esa época tienen las envenenadoras, los alquimistas y las brujas y la investigación que lleva a cabo el mismísimo La Reynie.

(Riviera di Chiaia-Nápoles, Italia)
Me gustó mucho La música del mal, una novela en la que la maldad humana está muy presente a lo largo de su desarrollo. El teatro de la ópera que regentan los hermanos Adrián y Carlo Dellanotte es testigo de una serie de crímenes que comete un asesino sanguinario en serie, siguiendo las pautas de un antiguo manuscrito que narra la vida de Diane, la criada muda de la marquesa de Brinvilliers, en el París del Rey Sol, como adelanta la sinopsis. Entre estas dos líneas temporales se intercala en cursiva un relato narrado en primera persona, que mantiene en vilo al lector, porque será en las últimas páginas cuando se descubre quién es el asesino en serie, ...¿o no se descubre? Porque tuve mis dudas. Una primera línea temporal de corte clásico, en la que la autora juega al despiste con el lector, porque pone señala a varios posibles culpables de haber cometido los crímenes en el teatro Dellanotte. Una segunda línea temporal que nos lleva a una época en la que el llamado Asunto de los venenos escandalizó a la opinión pública francesa, destapado tras la detención de la marquesa de Brinvilliers. La música del mal tiene en la línea temporal que se desarrolla en 1900 su propia banda sonora, que son fragmentos de las óperas que se estrenan cada trimestre del año en este teatro, y que guardan relación con los episodios que protagonizan los personajes de turno, en los que pone especial énfasis en aquellos en los que la tragedia está presente de una forma u otra. La música del mal contiene una historia coral en la que las mujeres cobran protagonismo, porque las que transitan por el año 1900 entienden que éste trae un cambio de papel para el género femenino. Los episodios luctuosos que viven les hacen tomar unas decisiones firmes con las que hacen ver a los actuales regidores del teatro que no aceptan las medidas que se ven obligados a tomar, provocadas por la actuación del asesino en serie. El lector se encontrará con una trama bien escrita, con un ritmo que en mi caso me resultó fluido, y que apenas decae a lo largo de su desarrollo, por el que transitan unos personajes bien perfilados y atractivos, en los que se percibe una natural interactuación entre los reales y los ficticios.


Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía de la autora tomados de la web de Roca Editorial. Imagen del Hospital de Dieu tomada de la web del diario ABC.  Imagen de la Marquesa de Brinvilliers tomada de la web de Pinterest. Imagen de la Riviera di Chiaia en Nápoles tomada de la web Wikimedia Commons. Fotografía de Yolanda Fidalgo tomada de la web del diario La Opinión de Zamora. 





Biografía:





Yolanda Fidalgo (Zamora en 1970). Estudió Empresas Turísticas en la Universidad de Salamanca, pero su pasión han sido siempre los libros. En Madrid fundó su propio taller de encuadernación, que aún mantiene. Su primera novela, Más allá de los volcanes, ganó el Premio Internacional de Narrativa Marta de Mont Marçal.









2 comentarios:

  1. Hola Paco, no conocía a la autora pero por lo que comentas en tu estupenda reseña estoy convencida de que está historia puede gustarme, las novelas de corte clásico cada vez me llaman mas y ese personaje de la marquesa de Brinvilliers, tan escandaloso para la época, me parece muy atractivo. Me la llevo apuntada. Besos.

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  2. No me sonaba de nada y me ha llamado mucho la atención, sobre todo por su ambientación.
    Besotes!!!

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