martes, 13 de diciembre de 2022

Reseña El rodar de un agua interminable, de Sara Mañero.

 










Datos técnicos:


Título: El rodar de un agua interminable.

Autora: Sara Mañero Rodicio.

Editorial: Maluma.

1ª edición: Mayo/2022.

Encuadernación: Rústica con solapas.

ISBN: 978-84-125230-9-6.

Idioma: Español.

Nº páginas: 496.



Sinopsis:



«Quisiera hablarte del mar, pero no puedo. Se me olvidó cómo se mecen las olas. Sin embargo, aún recuerdo el sonido del agua al rasgar las piedras de la playa en una despedida perpetua». Con estas palabras Juana abre la novela, adentrándonos en los repliegues de una memoria, cuyo eco resuena en otra posterior, la de Carmina, con la que se entrelaza.
 En el devenir de unos años convulsos, dos mujeres afrontan su mundo desde la mirada de quien se niega a ser mero testigo, y nos desgranan el acontecer de sus siglos, el XIX y el XX, hasta fundir su historia con la Historia.

Dos mujeres, dos épocas, dos destinos divergentes y un juego de espejos que acaba por confluir de manera insospechada. Dos conciencias de mujer, cada en su tiempo, en un fluir similar al de ese mar que tanto añora una de las protagonistas y que invita a una reflexión sobre las raíces de nuestro propio presente.



Opinión Personal:



El rodar de un agua interminable es la quinta novela que leo de la escritora madrileña afincada en la provincia de Valencia, Sara Mañero Rodicio. En mi modesta opinión, entiendo que uno de los rasgos que definen sus trabajos literarios es que se alejan de las pautas que marcan la narrativa actual, si bien el celo con el que planifica y desarrolla cada trama, origina que el lector se encuentre con historias consistentes, cargadas de verosimilitud y rasgos didácticos, aunque tampoco faltan giros narrativos, e incluso sorpresas que no esperamos. Sorpresas que, sin duda, provocan en nosotros el efecto deseado, porque echan al traste la impresión que nos provoca el devenir de la historia de turno lo que, en mi caso, origina que me entusiasme y admire el recuro utilizado por la autora. Me gusta mucho la forma en la que transmite la información histórica, porque buena parte de ella se ofrece a través de diálogos entre personajes que están versados en la materia de turno, y quienes sienten interés en recibirla, porque la curiosidad se apodera de ellos, ya que son conscientes de que les puede ser muy útil la conversación que mantienen. Otro rasgo que caracteriza su narrativa es la fuerza que emana de los personajes, carismáticos, de carne y hueso, y que no resultan indiferentes, sobre todo si percibimos que están adelantados a su tiempo.

(Palacio de Riofrío-Segovia)
Me gusta mucho la portada de  El rodar de un agua interminable. Una portada en la que figuran el rostro de dos mujeres que parecen mirarse, si bien sus retratos indican que pertenecen a dos épocas diferentes. Dos mujeres que, como adelanta la sinopsis, protagonizan lo que se conoce como un juego de espejos, porque el lector no tarda en comprobar como, cada una en su tiempo, siente que forma parte del período histórico que les toca vivir, y que les lleva a involucrarse en el mismo dados los hechos convulsos que marcan la vida del país en ambos siglos. Unos hechos convulsos que les afectan de una forma muy directa, sobre todo por la implicación que en ellos tienen, de una forma  u otra, quienes les rodean. Hechos como la Primera Guerra Carlista, la Sargentada, el exilio de la regente María Cristina o varios pronunciamientos militares en el siglo XIX, y la cruenta Guerra Civil Española y las miserias de la posguerra en el XX. Al protagonizar dos historias paralelas en períodos diferentes, en más de una ocasión me pregunté si las unía algún vínculo, incógnita que se resuelve a medida que se suceden los capítulos. Sin duda alguna, es uno de los grandes atractivos de esta novela, porque no era esa la idea que tenía sobre la relación que podía haber entre ambos personajes femeninos.´

Sara Mañero planifica y desarrolla dos subtramas muy atractivas, que captan la atención del lector desde las primeras páginas. Dos subtramas desarrolladas en el marco de una ambientación espacio-temporal exquisita, que consigue que el lector realice un viaje literario en el tiempo a la época en la que se desarrollan. La que abarca buena parte del siglo XIX comienza en una aldea de Galicia, en la que conocemos a Xoana, quien es reclamada para su servicio por la propietaria del pazo grande, dona Pilar, la señora viuda, al que se desplaza para huir de los calores veraniegos de la Corte. Una niña que siente mucha tristeza al comprobar cómo su familia acepta la propuesta y se desprenden de ella como si fuera una verdadera desconocida para sus progenitores. Con el tiempo, doña Pilar solicita prohijarla, porque quiere que se convierta en su ama de compañía, con las funciones que tiene que desempeñar en este cargo de responsabilidad, al tratarse de una dama que forma parte de la Corte Real. En el siglo XX nos encontramos con Carmina, quien vela el cadáver de su abuela, y no permite que su criada y amiga Leandra vaya  al tanatorio a despedirse de la que fue su señora y amiga, porque ya es una mujer mayor y, dado su delicado estado de salud, le preocupa la reacción que pueda producir en ella su asistencia al velorio de su señora.

(Palacio de Cervellón-Valencia)
Tal y como se suceden los capítulos de El rodar de un agua interminable, me dije en varias ocasiones que encontré influencias con la novela de Miguel Delibes, Cinco horas con Mario. Tras el fallecimiento de su abuela Carmen, a quien su nieta Carmina vela en el tanatorio, repasa la vida de su antecesora a través de un narrador omnisciente, al igual que los hechos políticos y sociales del país que influyeron en su devenir y en la relación entre ambas. La primera línea también tiene algunos rasgos clásicospor el papel que les correspondía desempeñar a los hijos en aquél entonces, según el escalafón que ocupaban en el árbol genealógico familiar, y si eran varones o mujeres. También hay alusiones literarias, como la relativa a la conmoción que provocó la muerte de Larra, o la quema de libros durante la dictadura franquista, que provocó revuelo en quienes no comprendían por qué eran echados a la hoguera obras que el régimen consideraba prohibidos, porque atentaban contra la moral de la población. Una barbaridad que se compara con el famoso episodio de El Quijote.

No tardé en empatizar con las dos protagonistas femeninas sobre las que gira el eje de cada subtramaSara Mañero construye dos personajes femeninos perfilados con mucha fuerza, tanto física como psicológica, que me mantuvieron muy pendiente de los episodios que protagonizan. No dejan indiferente al lector, quien asiste a la evolución de la que encabeza la primera línea temporal, y obtiene información sobre el personaje pasivo al que se refiere el narrador omnisciente en la segundaEn la subtrama que se desarrolla en el siglo XIX nos encontramos con un personaje como Juana — Xoana, en su aldea gallega—. Me resultó un personaje muy interesante, sobre todo por cómo se amolda a la nueva vida que marca su devenir, su relación cada vez más estrecha con doña Pilar y el interés que pone en todo lo relacionado con la administración del hogar y la vida social de su señora. Con ella se traslada a su residencia en La Granja, en donde se instala la Corte durante el estío, y al palacete en el que reside doña Pilar buena parte del añoJuana siente mucho interés por la información que recibe de Raimundo por todo lo que sucede en un período tan convulso como fue el siglo XIXal igual que por la labor que desempeña Tomás, a quien había conocido en el Palacio de RiofríoEn el siglo XX me atrajeron mucho el triángulo formado por la abuela Carmen, su nieta Carmina y Leandra, la criada. Las tres mujeres protagonizan episodios de interés, en los que en los que estuve muy pendiente del roce que mantienen abuela y nieta, que se incrementará con el paso de los capítulos, y del papel que desempeña Leandra, un personaje que sirve como verdadero apagafuegos ante las desavenencias que tienen lugar entre ambas. La ideología de una y otra influye mucho en su relación, sobre todo porque Carmina está muy convencida de los ideales que defienden los vencedores de la Guerra Civil, está afiliada a Falange y comprometida con un falangista. Con el paso de los capítulos, y otros episodios que presencia en el país vecino, relacionado con los maquis y los republicanos huidos, hacen que se tambalee la firmeza de su convicción política.

(Plaza de Pedro Zerolo-Plaza del Guá-Madrid)
Me gustó mucho El rodar de un agua interminable. El lector se encontrará con una novela en la que dos mujeres protagonizan sendas historias que transcurren a lo largo de dos siglos, en los que les toca vivir tiempos muy convulsos, que influyen en el devenir de sus vidas. Una novela en la que, de forma intermitente, se mencionará también al mar, a modo de metáfora, porque su sonido le recuerda a la protagonista de la primera línea temporal a su tierra natal. En la primera línea temporal me llamó mucho la atención la voz narrativa, que en primera persona le cuenta a alguien las vicisitudes que la acompañan. Un destinatario que me mantuvo intrigado durante buena parte de esta subtrama, porque me preguntaba quien sería la persona a la que relata con interés todo lo que le sucede durante su ciclo vital. Un ciclo vital en el que es trascendental doña Pilar, que es miembro de la Corte Real y acostumbra a pasar los veranos en el pazo que tiene en la aldea gallega en la que vive Juana quien, tras la aprobación de sus padres, trabajará a su servicio. En la segunda línea temporal no dejan indiferente los encuentros y desencuentros entre abuela y nietaUna línea temporal en la que se desvelarán algunos secretos que guardan relación con la fuerte personalidad de la abuela, sobre todo durante la Guerra Civil, porque a Carmina la cogió al otro lado de los Pirineos, en París. Me gusta mucho el estilo narrativo de Sara Mañero, muy cuidado, directo y en el que utiliza un lenguaje que se adapta a la época que les toca vivir a los personajes, al igual que a la clase social a la que pertenecen. Un estilo narrativo que imanta, porque el narrador de turno me involucra de pleno en el desarrollo de la trama. Una trama en la que me gusta la técnica del diálogo que utiliza para contar los episodios históricos que viven los personajes o que, por un motivo u otro, se interesan por ellos, lo que me provoca la sensación de que tiene un carácter didáctico, al igual que sucede en El sueño del árbol.


Biografía:


Sara Mañero es Licenciada en Filología Inglesa y Doctora en Filología Hispánica. El Arcipreste de Talavera ha centrado sus estudios y publicaciones académicas, dando lugar a una monografía galardonada por la Real Academia. Como traductora, cuenta tanto con publicaciones de textos dramáticos y poéticos, como con adaptaciones teatrales. En el campo de la narrativa, su primera novela, Mientras sorprendan los días, presenta la historia compleja de tres personajes en crisis cuyo destino confluye por caprichos del azar y en la que presente y pasado se entremezclan a lo largo de una única jornada. La segunda, El sueño del árbol (reseña), ofrece la historia cercana de Filipinas a través de la mirada de un muchacho gallego y de su viaje iniciático, origen del devenir de varias generaciones. Atrapando la luz (reseña), la tercera, rinde homenaje a las mujeres que se adelantaron a su época, que se entregaron a su pasión, en su caso la fotografía, como medio de vida y vivieron inmersas en el acontecer de un tiempo cambiante. Del sol llegaron sombras (reseña) integra la conquista de Perú, desde los ojos del Inca Garcilaso, en la búsqueda policial de una joven desaparecida. En Todo a un tiempo (reseña), con la lluvia convertida en personaje, se entrecruzan las vidas de los protagonistas, obligados a afrontar su presente, con la de las amanuenses de un códice robado que se debe recuperar, atestiguando encuentros y desencuentros entre las comunidades que habitaron nuestro suelo. Cuenta también con diversos relatos publicados.


Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía de la autora tomados de la web de la editorial Maluma. Imagen del Palacio de Riofrío tomada de la web del Patrimonio Nacional. Imagen del Palacio de Cervellón tomada de Wikipedia. Imagen de la Plaza de Pedro Zerolo o del Guá, tomada de la web de El Diario. Fotografía de Sara Mañero tomada de la web de la editorial Verbum. 


6 comentarios:

  1. Coincidimos totalmente, no es solo la historia de las dos mujeres, sino los momentos históricos que viven que muchas veces te hacen pensar que la Historia se repite. Lo cuenta tan fácil y ameno que resulta subyugante. Me alegra mucho coincidir contig.. Besos

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  2. Pues yo sigo sin estrenarme con la autora. A ver si le pongo remedio, que lleva tiempo en mi lista de pendientes. Y no me importarái estrenarme con esta novela, que por lo que cuentas, pinta muy bien y la ambientación me llama mucho.
    Besotes!!!

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  3. Hola Paco, a mi también me gusta mucho como escribe Sara y eso que sólo he leído Atrapando la luz, a ver si el año próximo me animo con otra de sus historias que ya va siendo hora. Besos.

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  4. Pinta muy interesante esta lectura, apuntada me la llevo. Besos

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  5. Es una pena que todavía no me haya estrenado con esta autora. Como te dije me lo tomo como un reto personal para 2023. Esta novela me parece muy interesante por la mirada desde diferentes prismas de los acontecimientos históricos del s.XIX y XX . Apertas

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  6. Pues tú has leído cinco de la autora y yo ninguna. Voy a tener que hacerte caso y ponerme a ello. Una reseña tan interesante como la novela. Me alegro que la hayas disfrutado. Besos

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