Datos técnicos:
Título: Cuentos de la Alhambra
Título original: Tales of the Alhambra
Autor: Washington Irving
Traductor: J. Ventura Traveset
Editorial: Biblioteca Virtual Universal
(Facilitado por la Biblioteca Virtual
Miguel de Cervantes)
1ª edición: 2006
Formato: Ebook
Nº pág.: 269
Sinopsis:
Washington
Irving fue
entre 1826 y 1829 agregado de la embajada de su pais en España.
Fruto de esta experiencia fueron algunas obras de tema español, como
una biografia sobre Cristobal
Colon,
y los populares Cuentos
de la Alhambra,
narraciones de historias tradicionales españolas, de una imaginacion
encantadora. Hay en ellas un deseo de escapar de la monótoa realidad
del presente para vivir las tristemente desaparecidas glorias del
pasado.
Opinión Personal:
Washington
Irving se está convirtiendo en uno de los autores clásicos asiduos
de este blog. En 2015 leí y reseñé El
alquimista de Granada (reseña)
y en 2018 le tocó el turno a Vieja
Navidad (reseña).
Hoy comparto mis impresiones sobre un libro que fue publicado en
1832, bajo el título inicial de Conjunto
de cuentos y bosquejos sobre Moros y Españoles.
Me apetecía leer Cuentos
de la Alhambra,
sobre todo por conocer la impresiones que el escritor estadounidense
ofrecía a los lectores sobre la Alhambra de Granada, dado el interés
que mostraba por nuestro país; de hecho, se le considera el primer
hispanista estadounidense. El lector comprobará cómo a lo largo de
la narración se encontrará con una visión nostálgica de esta
fortaleza emblemática del reino nazarí, acorde con el romanticismo
que impregna la obra de Irving.
(Alhambra de Granada)
Antes
de comentar mis impresiones sobre este libro de relatos, quería
hacer mención a unos comentarios del narrador que me llamaron la
atención, y que me levantaron alguna sonrisa. Me sorprendió que en
algunas descripciones que hacía en varias fases del capítulo en el
que se refiere al viaje que realiza desde Sevilla a Granada junto con
el embajador de Estados Unidos hay, sobre todo, una clara alusión a
El Quijote: la
referencia al mozo vizcaíno que les acompaña y sirve de guía por
esos parajes. El narrador lo compara nada menos que con Sancho Panza
-y como tal es llamado-, tanto por el buen humor que muestra en el
trato con ambos personajes, el uso continuo de refranes y
proverbios y el decoro en el trato, así como las mañas que empleaba
para que sus alforjas y bota no vieran mermados su contenido.
Tras
finalizar la lectura de Cuentos
de la Alhambra,
me dije que no solo había disfrutado de un libro de relatos, sino
que también me había encontrado en él con ingredientes propios de
otros géneros literarios, con un claro predominio de lo fantástico
y legendario, sin olvidarme de los elementos góticos, que también
están muy presentes en algunas leyendas cortas que intercala el
autor en las descripciones que ofrece sobre las diversas estancias
que conforman este conjunto arquitectónico. Al igual que el lector
se encontrará también con rasgos propios de una novela de viajes, y
de aspectos históricos que el narrador considera de interés, con
especial mención a la figura del último rey nazarí, Boabdil. En lo
que a elementos románticos se refiere, me atrajo mucho el enfoque
que le dio el autor al viaje realizado desde Sevilla a Granada. Cabe
destacar las alusiones a la forma de viajar de quienes
se adentran en territorios en los que pueden ser asaltados por los
bandoleros, a la manera de las caravanas del Oriente, aunque en menor
escala. Sin embargo, encontré más estereotipadas las referencias
que hace al carácter y costumbres de los paisanos que se encuentran
por el camino, y con los que comparten algunos momentos de asueto en
algunas posadas en las que deciden hacer noche, salvo que no les
quede otro remedio que dormir al raso.
(Torre de las Infantas-Alhambra de Granada)
En
cuanto a los personajes con los que se topa el narrador, al ya
apodado Sancho Panza, el lector conocerá a quienes se dedican al
cuidado del Palacio Real de la Alhambra, en donde pasaría el autor
estaounidense tres meses invitado por el Gobernador Francisco de
Serna. Antonia Molina, conocida como La
Tía Antonia,
cuidaba las moriscas habitaciones y los jardines, y los enseñaba a
los extranjeros. Por toda familia tenía un sobrino y una sobrina,
Dolores, que ejercía las funciones de asistente del protagonista de
este libro de relatos. A Mateo Jiménez lo conoció en la puerta
exterior de la fortaleza, y desde entonces le servirá de oficioso
cicerone. Completa este singular grupo de personajes al servicio del
viajero, el tartamudo jardinero Pepe, y Manuel, el sobrino de La
Tía Antonia. Todos
ellos eran conocidos por el autor como Los
Hijos de la Alhambra,
a los que hay que añadir algunos más que se mencionan a lo largo de
los capítulos, como la anciana María Antonia Sabonea, que
amenizaba las tertulias nocturnas de doña Antonia, o el orgulloso
viejo Alonso de Aguilar, conocido por el apodo de El
padre santo.
Otro
gran aliciente de este libro de relatos es conocer a través del
protagonista y narrador las estancias más conocidas de la Alhambra,
y aquellas que no son visitadas habitualmente por quienes se
interesaban en aquella época en conocer la emblemática fortaleza. Y
es así cómo el lector siente la necesidad de contemplar a vista de
pájaro el panorama de Granada y sus alrededores desde la Torre de
Comares, y poder contemplar también el Patio de la Alberca, o el
magnífico Patio de los Leones, al igual que el Jardín de Lindaraja,
el balcón que hay en el hueco central del Salón de Embajadores, o
la llamada Torre de las Infantas.
(Boabdil el Chico, último rey Granada)
Aunque
lo que más me atrajo fueron los cuentos y leyendas con que el autor
relata un conjunto de historias de contenido fantástico, que
recuerdan a las que relataba Sherezade en Las mil y una noches, y que
guardan relación con las estancias que conforman la Alhambra o la
colina sobre la que se asienta este monumento arquitectónico nazarí.
Son una serie de historias a las que el autor da forma tras
escucharlas a los que él llama Hijos de la Alhambra, y en las
que la codicia, la astucia y el amor están muy presentes. De entre
los cuentos que forman parte de esta obra de Irving, destacaría La
aventura del albañil, en el que un pobre albañil , que a duras
penas ganaba el pan para su numerosa familia, ve como cambia su
futuro desde la noche en que un clérigo llama a su puerta y le
solicita que le haga un servicio esa misma noche. La leyenda del
astrólogo árabe, en el que nos encontramos con la historia del
rey Aben-Abuz y un astrólogo árabe, con más de dos siglos de edad,
venido desde Egipto. El rey, tras contarle el astrólogo que poseía
un mágico amuleto con el que conocían la dirección por donde venía
el ejército enemigo, pudiendo así prepararse con tiempo para
defenderse, el monarca consigue que el astrólogo satisfaga sus
deseos, pero dejo que el lector se pregunte qué final le espera en
este cuento, ante la espiral de episodios que se van produciendo
entre ambos personajes. En la Leyenda de las tres hermosas
princesas, el príncipe Mohamed
se queda prendado de una joven cristiana que traía apresada un
piquete de caballería que regresaba de una razzia.
Con el tiempo, el príncipe fue padre de tres hermosas princesas,
Zayda, Zorayda y Zorahayda, que habitaban en la Torre de las
Infantas, desde la que vieron cómo unos soldados moriscos
desembarcaban de una galera a varios prisioneros cristianos, de entre
los que había tres que atrajeron la atención de las jóvenes
princesas, y la discreta Kadiga, a quien estaban confiadas. Esta
leyenda guarda relación con la Leyenda de la Rosa de la Alhambra o
el Paje y el halcón, cuya trama sucede poco tiempo después de
terminada la Reconquista. En la Leyenda del gobernador
manco y el soldado, el lector se
encuentra con un soldado que vuelve de la guerra con el cuerpo
acribillado y la bolsa vacía. Es llevado ante el gobernador, que se
interesa por la extraordinaria historia que cuenta el soldado, y que
guarda relación con Boabdil. Ya intercaladas con la historia de la
Alhambra, el lector conocerá leyendas cortas relacionadas con La
Puerta de la Justicia, la
Leyenda de la Sala de los Abencerrajes,
el Suspiro del Moro, o
la Silla del Moro,
estas últimas relacionadas también con Boabdil.
Cuentos
de la Alhambra es un libro que
me resultó atractivo, aunque de lectura pausada, y con un claro
predominio de elementos fantásticos, góticos y legendarios. El
lector se encuentra con una visión romántica de la Alhambra de
Granada, con varias alusiones al estado degradado en el que se
encuentra esta emblemática fortaleza cuando reside en ella durante
tres meses Washington Irving. A lo largo de su desarrollo, el
escritor estadounidense relata una serie de atractivas leyendas, por
lo que puede decirse que este libro está formado por dos líneas
temporales: una en la época en la que Washington Irving permanece en
esta emblemática fortaleza, y otra que evoca la presencia nazarí a
través de los cuentos y leyendas que forman parte de este libro.
Biografía:
Escritor
norteamericano, Washington
Irving nació
en Tarrytown el 3
de abril de 1783.
Está considerado uno de los grandes escritores del romanticismo y de
la literatura del siglo XIX.
Irving comenzó su carrera escribiendo relatos para varios periódicos y revistas, de tal modo que consiguió un cierto éxito y renombre popular con sus historias cortas, normalmente con grandes dosis de humor y sátira.
Irving comenzó su carrera escribiendo relatos para varios periódicos y revistas, de tal modo que consiguió un cierto éxito y renombre popular con sus historias cortas, normalmente con grandes dosis de humor y sátira.
Tras una primera estancia en Europa por motivos de trabajo, Irving, una vez consagrado a la escritura, viajó por Inglaterra, Alemania y París, donde conoció a Mary Shelley.
De esta época son relatos que han pasado a convertirse en auténticos cuentos populares, como La leyenda de Sleepy Hollow, -llevada al cine en multitud de ocasiones, la última de ellas por el cineasta Tim Burton- o Rip van Winkle.
En 1826 acude a España para realizar una investigación sobre algunos documentos referidos al descubrimiento de América, para luego ser elegido como embajador de los Estados Unidos hasta 1845. Sin duda, de esta época, es una de sus obras más famosas, los Cuentos de la Alhambra(1832).
Washington Irving murió en Tarrytown el28 de noviembre de 1859.
Nota: Portada de Cuentos de la Alhambra, tomada de Wikipedia. Vista general de la Alhambra de Granada, tomada de Wikipedia. Imagen de la Torre de las Infantas, tomada de la web Lugares de Granada con encanto. Lámina de Boabdil, tomada de la web Santafedigital.es. Sinopsis, biografía y fotografía de Washington Irving, tomada de la web de Lecturalia.
El texto de Cuentos de la Alhambra fue descargado finalmente de la Biblioteca Virtual Universal, porque su traducción es mejor que la de Literanda, web de la que lo había descargado en un principio (ambos textos son de dominio público).
Tengo el libro desde el instituto, me hicieron leer algún que otro relato, pero para serte sincera no me acuerdo mucho. Le echaré un vistazo.
ResponderEliminarBesos
Lo leí hace años y me gustó mucho, tengo que mirar en la biblioteca si encuentro algo más. Besinos.
ResponderEliminarHace un par de años creo que fue cuando lo leí y disfruté también con su lectura, sobre todo con los relatos cortos legendarios.
ResponderEliminarNo me he estrenado con el autor, quiero hacerlo este año con La leyenda de Sleepy Hollow, pero tendré este muy en cuenta también.
ResponderEliminarBesotes
Y yo sin visitar la Alhambra.... El libro es muy misterioso, consigue llamar mi curiosidad por los elementos góticos y fantásticos. Curiosa también la aparición de elementos Quijotescos y el recuerdo que te ha hecho a las 1000 y una noche. Un libro para anotar, sin duda. Un abrazo
ResponderEliminarConocía al autor por otros libros. Este, tal y como lo presentas, parece prometedor.Queda apuntado. Gracias por la reseña :)
ResponderEliminarPaco llevo queriendo leer este libro ni se sabe el tiempo. Me apetece un montón pero entre unas cosas y otras lo voy dejando. Tampoco tenía muy claro qué me podría encontrar y ya veo que hay una mezcla de géneros. En fin, que sigo con mi intención de leerlo algún día. Besos
ResponderEliminarSiendo en mi Granada lo he leído varias veces, pero no con la madurez lectora de ahora. Está en casa y me has despertado ganas de volverlo a releer.
ResponderEliminarBesos
Pues debo reconocer para mi vergüenza que tengo este libro en la estantería desde que estuve unos meses viviendo en Granada, y de eso hace ya sus años... lo compré allí, y de verdad que quiero leerlo porque Irving me encanta, pero lo he ido dejando y en esas sigo. A ver si con tu reseña me das el empujoncillo para ponerme con el libro :)
ResponderEliminar¡Besote!
Es un eterno pendiente con el que no me he "atrevido", pero con el que me has convencido por completo. Me ha encantado esta entrada. Un fuerte abrazo, Paco.
ResponderEliminar¡Qué belleza, amigo mío! Me encantan estos cuentos de la Alhambra de Whashington Irving. No solo por lo que tú comentas, por esa referencia literaria continua, los personajes, el viaje literario, sino también por el autor y porque estuvo viviendo allí, alojado en el palacio de la Alhambra, mientras escribía. Qué magia!! Qué lujazo!! Besos.
ResponderEliminarYo creo que está por algún sitio en casa de mis padres, tengo recuerdo de haber leído alguno. Buscaré cuando vaya porque me has animado con tu reseña a volver a leerlo.
ResponderEliminarBesos
No los he leído pero desde luego invitas a hacerlo. Estoy un poco cargada, pero me lo llevo apuntado que un clásico siempre viene bien intercalarlo entre otras lecturas.
ResponderEliminarBesos
¡Hola y buenas tardes! Estoy leyendo este libro y tengo una tarea "En el mental colectivo existe una Granada medieval y otra romántica. Presente la Granada de los cuentos de W. Irving y destaque esta conexión (convivencia y conflicto cultural, paisajes, simbología arquitectónica, etc.)". No os pido que me la resolvéis, sino que me expliquéis por favor!!
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