Título: La solterona
Título original: The Old Maid
Autora: Edith Wharton
Traductora: Lola González-Cotta
Editorial: Impedimenta
1ª edición: junio de 2013
Encuadernación: rústica con solapas
Idioma: Español
Idioma: Español
ISBN: 978-84-1578-73-4
Nº pág.: 144
Sinopsis:
En
1850 la alta burguesía neoyorquina disfruta de una desentendida
prosperidad. Delia, reina del endogámico clan de los Ralston, ultima
los destalles de su vestuario para brillar en el acontecimiento
social del año: el enlace de su prima Charlotte Lovell con Joe
Ralston, que además sellará una alianza entre las dos familias
hegemónicas de Nueva York. Cuando nada parece poder desbartar tan
idílico porvenir, una desquiciada Charlotte irrumpe en casa de Delia
para desvelarle un secreto que alterará para siempre la placidez de
sus vidas y que, de saberse, tumbaría los códigos éticos de los
que ambas se han venido nutriendo. Los destinos de Charlotte y Delia
quedan trágicamente atados bajo la inviolabilidad del secreto que
comparten, consolidándose entre ambas una tormentosa relación en la
que convergerán los celos, la compasión, el amor filial y la
suspicacia.
Opinión
Personal:
Edith
Wharton era una de las autoras a las que catalogamos como clásicas,
de quien todavía no había leído ninguna de sus novelas. Tras la
lectura de La solterona, la escritora neoyorquina me conquistó con
su impecable narrativa. Por eso quiero dar a conocer mis impresiones
sobre esta novela corta, que sin duda alguna recomiendo.
(Gramercy Park-Nueva York-edif. 1850)
Como
La solterona tiene una extensión de 128 páginas, más un
interesante postfacio, en el que la traductora ofrece al lector su
visión sobre la novela y la película basada en el título homónimo,
a la hora de contar las impresiones que causaron en mí su lectura,
es mejor no adelantar nada de lo que sucede a lo largo de los once
capítulos en los que está estructurada, agrupados en dos partes, y
relatados por un narrador omnisciente. En mi modesta opinión,
entiendo que con la sinopsis que ofrece la editorial es suficiente
para que el lector se interese por el desarrollo de la trama y que
acostumbre a leer este tipo de novelas, ya que la la temática
principal que trata la novela, reflejada en el título, la resuelve
la autora de una forma magistral. Pese a que es un tema un tanto
desfasado en nuestros días, el lector estará de acuerdo en que
Edith Wharton adoptó la postura que se tendría hoy día a la hora
de afrontarlo, haciendo que el problema que se les presenta a las dos
protagonistas indiscutibles, se le busque una solución de puertas
adentro, una vez que Charlotte Lovell descubrió a su prima Delia
Ralston el secreto que tan celosamente guardaba, porque era inminente
su enlace con Joe Ralston. Un secreto que cambiará la relación
entre ambas, como lo podrá comprobar el lector a medida que avanzan
los capítulos. De esta forma, los personajes también podrán
manifestar sus pasiones, sentimientos y emociones, lo que no estaba
muy bien visto que se mostraran en público ante los miembros de la
alta sociedad neoyorquina de la época.
.
En
la biografía de la autora, se dice que Edith Wharton era una gran
amiga de Henry James, y asidua lectora de sus publicaciones, y
también se hace referencia a que fue diseñadora. Mientras me
deleitaba con su lectura, me acordaba precisamente de una de las
novelas que leí del mencionado escritor neoyorquino, Los papeles de
Aspern. Y es que, al igual que en la novela de Henry James, la
psicología de los personajes tiene un gran peso en la trama, en la
que el lector comprobará cómo los gestos, las miradas o las
reflexiones ayudan a comprender mejor a las dos personajes
principales que acaparan nuestra atención. Si el lector leyó la
novela mencionada, comprobará también que son muy pocos los
personajes que desfilaban ante nosotros, pues son dos los personajes
que llevan el peso de la trama, y el resto de los que aparecen en
escena lo hacen de una forma muy esporádica; aunque alguno de ellos,
como el doctor Lanskell, que influirá en las decisiones que adopte
Delia Ralston; Clement Spender, de quien el lector tendrá cumplida
información por las dos protagonistas de la novela; o Jim Ralston,
su marido. Su faceta de diseñadora la podrá comprobar el lector a
lo largo de los diversos episodios, porque se podrá imaginarse
perfectamente los ropajes que visten los personajes, al igual que
podrá hacerse a la idea de cómo son los elementos que decoran la
casa en la que viven; son unas descripciones detallistas pero no
recargadas, con las que el lector logrará imaginarse perfectamente
cada uno de esos elementos que nos irá mostrando el narrador a lo
largo de los capítulos.
(Union Square-Nueva York, 1850)
La
solterona es una novela en la que el lector disfrutará de unos
magníficos cuadros costumbristas, en los que Edith Wharton muestra
estampas de la sociedad de la época, pese a que, sin embargo, la
gran mayoría de las escenas se desarrollan en espacios cerrados. A
través de los relatos de los personajes tendremos una clara idea de
cómo era la vida de quienes formaban parte de la alta sociedad
neoyorquina de aquel entonces. Sin duda alguna, el lector que
acostumbre a leer novelas ambientadas en la época victoriana, verá
en La solterona un ciertas similitudes con estas, porque les serán
familiares los eventos sociales que se mencionan a lo largo de los
episodios, así como el día a día de quienes viven en Gramercy
Park, la zona de Nueva York en la que residían los personajes
principales de esta novela. Sin duda alguna, Edith Warthon consigue
trasladar al lector a la época en la que se desarrolla la trama y
conseguir el efecto de que se sienta un personaje más de la novela,
porque el desarrollo de los episodios hacen que se implique en lo que
sucede en cada uno de ellos.
Junto
con la magnífica ambientación, el lector disfrutará de unos
personajes construidos con maestría por Edith Wharton. Delia Ralston
y Charlotte Lovell son unos personajes carismáticos, muy vivos, en
los que la escritora neoyorquina refleja perfectamente el
conocimiento que tiene sobre el papel que la mujer de aquella época
desempeñaba en la sociedad. El lector comprobará la evolución que
se va produciendo en ambas a lo largo de los capítulos, y cómo su
antagonismo se hará cada vez más palpable, por lo que la tensión
narrativa provocará que entre ellas se produzcan verdaderas
descargas eléctricas. No tienen desperdicio alguno los diálogos
cruzados entre ambas, en los que cada una de ellas defendía a capa y
espada sus intereses, en cuyo centro se encontraba el tercer
personaje que será la causa de esas disputas verbales: Tina Lovell,
quien tendrá una presencia más pasiva que activa, porque aparecerá
en escena en escena en contadas ocasiones.
La
solterona muestra la destreza narrativa de Edith Wharton, y cómo el
hecho de formar parte de la alta sociedad neoyorquina sirve para que
ofrezca al lector una visión certera de la época, con unan gran carga de crítica social al estamento al que pertenecía la autora, convirtiéndose
sus novelas prácticamente en una crónica social del momento,
cargada de ironía, y en la que aprovecha las situaciones que aborda
para criticar a esa sociedad a la que pertenecía. Es una novela
corta que se lee con deleite, cuya magnífica traducción ayuda a
disfrutar de la trama.
Biografía:
Edith
Wharton nació en Nueva York en 1862. Su nombre de soltera era Edith
Newbold Jones. Su familia era de clase alta, comparable a la
aristocracia europea, y consecuentemente recibió una esmerada
educación privada.
Antes
de cumplir los cinco años viajó por primera vez con sus padres a
Europa. En 1885, cuando tenía ventitrés años, Edith se casó con
Edgard (Teddy) Robbins Wharton, doce años mayor que ella. Se
divorciaron en 1913 a causa de las repetidas y públicas
infidelidades de su marido, que afectaron mental y físicamente a la
escritora y que motivaron que tuviera que ser ingresada en una casa
de reposo. A partir de su matrimonio también pasaría parte de cada
año en Europa: en Italia primero y en París después, donde se
estableció en 1907, en un apartamento en la rue de Varennes primero
donde vivirá rodeada de princesas y duquesas, novelistas,
historiadores y pintores, hasta su muerte. Durante un tiempo mantuvo
un sonado idilio con el periodista estadounidense William Morton
Fullesrton. Éste era bisexual y alternaba a la escritora con Lord
Ronald Coger, Rajá de Sarawak. Ella misma, también bisexual,
mantuvo una larga relación con la cantante de ópera Camilla
Chabbert, y relaciones esporádicas con la poeta y guionista Mercedes
Acosta. Su primera novela, El valle de la decisión, se
publicó en 1902: un romance histórico que transcurre en la Italia
del siglo XVIII. El año siguiente publicaría Santuario
(Impedimenta, 2007), y en 1905 vería la luz su primera gran novela,
La casa de la alegría. En 1907 se estableció definitivamente
en Francia, donde se convirtió en discípula y amiga de Henry James.
De esta época destaca su novela corta Ethan Frome, una
trágica historia de amor entre persdonas corrientes ambientada en
Nueva Inglaterra, que se publicó en 1911. Su obra más conocida es
La edad de la inocencia, publicada en 1920 y ganadora del premio
Pulitzer en 1921.
Edith
Wharton está considerada la más genial novelista americana de su
generación, admirada por intelectuales de la talla de Henry James,
Francis Scottg Fitzgerald, Jean Cocteau y Ernest Hemingway. Falleció
el 11 de agosto de 1937 en la localidad de San-Brice-sous-Forêt,
cerca de Paris. Está enterrada en el Cementerio de Gonards en
Versdalles.
Nota: datos técnicos, sinopsis, biografía de la autora, y fotografía de Edith Wharton, tomados de la web de Impedimenta. Lámina de Union Square y fotografía de Gramercy Park, tomadas de Wikimedia.
Hola Paco,
ResponderEliminarDe la autora sólo he leído una novela que me encantó y también corta, Ethan Frome con un desenlace muy pero que muy bueno.
Me gustaría seguir ahondando en su obra y el que nos traes hoy me parece una estupenda opción.
Últimamente estoy leyendo los clásicos que tenía pendiente, entre ellos el tan famoso Otra vuelta de tuerca, de Henry James y amigo de la autora.
Feliz semana!!
Un saludo,
De esta escritora leí un libro de relatos y me gustó mucho su prosa y el enfoque que da a las historias. La solterona lleva tiempo en la lista de libros por leer, después de leer lo mucho que te gustó su lectura espero no tardar en ir a por ella. Me encanta que tenga esa psicología al estilo de Henry James.
ResponderEliminarBesos
No he leído nada de la autora, por lo que creo que esta novela que nos trae puede ser la opción ideal para estrenarme con ella, me gusta lo que cuentas y además es cortita.
ResponderEliminarBesos
El la estantería lo tengo, leí otro de esta autora y me gustó mucho por eso me compreeste pero aún no he podido ponerme con él.Una reseña fantástica te ha quedado Paco.
ResponderEliminarUn beso
No he leído nada de la autora aún, pero estaré atenta porque me ha gustado lo que cuentas. Había visto alguna vez el libro, pero no le presté atención y me ha gustado tu reseña.
ResponderEliminarUn beso
Uuuuh que maravilla!!! No sé cómo no la he leído hasta ahora, creo que abarco tanto que aprieto poco 😄
ResponderEliminarMe ha encantado, buena reseña Paco.
Besitos carinyet 💋💋💋
Lo tengo anotado . Además todavía no he leído nada de la autora. Buena reseña ;)
ResponderEliminarUn beso
De esta autora leí hace un tiempo Ethan Frome, fue un gran descubrimiento y una muy buena lectura, así que me llevo este título porque quiero volver a leer algo suyo.
ResponderEliminarUn beso
Muy buena reseña Paco. Me gusta las comparaciones que has hecho con James, parece que siguen un patrón similar en cuanto a estructura. Me gustan los clásicos y me encantaría leer a Wharton también. Un abrazo.
ResponderEliminarTenía apuntado Ethan Frome desde hace tiempo pero este titulo también me lo llevo que tengo ganas de leer a esta autora. Un beso
ResponderEliminarDe esta autora leí un par de relatos y me gustaron mucho. Así que tomo buena nota de este libro, que por lo que cuentas, también lo voy a disfrutar mucho.
ResponderEliminarBesotes!!!
La lei hace tiempo y no me importaria releerlo porque me gustó mucho. Muy buena reseña. Besinos.
ResponderEliminarNo he leído a la autora todavía y este libro podría ser un buen comienzo. Se nota que te ha gustado mucho.
ResponderEliminarLa gente no suele mencionar mucho a los traductores, pero cuando hay un buen trabajo detrás de una traducción se nota mucho :)
Besos!
Yo sí he leído a Edith Wharton, pero no esta novela. Queda anotada :-)
ResponderEliminarImpediementa es una apuesta segura para los clásicos. He leído otra novela de la autora y disfrute mucho con ella. No me importaría leer esta.
ResponderEliminarEdith Wharton es una escritora magnífica que merece muchísimo la pena. Siempre se la considera un poco a la sombra de su gran amigo Henry James y se merece mucho más reconocimiento del que tiene.
ResponderEliminarUna reseña magnífica, Paco :)
¡Besote!
Hace tiempo que le tengo el ojo echado, pero no termino de animarme, lo voy dejando y otros se cuelan... Lo que nos suele pasar a todos, la verdad
ResponderEliminarBesos
Una de mis próximas lecturas =)
ResponderEliminarBesotes
Ya con Ethan Frome me di cuenta de que era una autora a seguir. Me encantó la historia, cuando llegué al final me quedé con los ojos como platos, es una de esas novelitas que te dejan durante días dándole vueltas a lo que has leído.
ResponderEliminarMe llevo apuntado este que recomiendas, pinta muy bien. Desde luego quiero seguir descubriendo más historias de esta autora.
Un abrazo, feliz finde ;)