Datos técnicos:
Título: El hombre que ya no soy
Autor: Salvador Navarro
Editorial: Algaida
1ª edición: Octubre/2017
Encuadernación: Rústica con solapas
ISBN: 978-84-9067-847-3
Idioma: Castellano
Nº Pág.: 616
Sinopsis:
Elisa,
sevillana en la cuarentena y con dos carreras universitarias, aunque
es de buena familia tiene una vida echada a perder, cree encontrar su
salvación en Roberto, un alto ejecutivo de abrazos imponentes.
Despojada de toda ética, se entromete en el territorio explosivo de
un hombre de éxito en plena catarsis por la muerte violenta de su
hermano pequeño; seduce a Fidel, amigo inseparable de su ansiado
objeto del deseo, para acceder a él sin entender de las lealtades
entre ellos, haciendo de cada paso un intento desesperado por dejar
de ser una mujer maldita.
Opinión
Personal:
El
hombre que ya no soy es la primera novela que leo del escritor
Salvador Navarro (Sevilla, 1967) y, tras la magnífica impresión que
me dejó esta toma de contacto con su narrativa espero repetir, más
pronto que tarde, con alguna de las obras que tiene publicadas hasta
la fecha. Pese a que estamos ante un tocho de poco más de 600
páginas, el lector se sentirá atraído por la historia que nos
relata un narrador omnisciente a lo largo de los 142 capítulos que
la conforman. En este sentido, hacía tiempo que no leía una novela
con una estructura de esta índole aunque, tal y como se van
sucediendo los capítulos, está claro que el autor realizó un
minucioso trabajo para que quedaran perfectamente encajadas todas las
piezas que presenta al lector, que se encontrará con una trama
compleja, y unos personajes construidos con mucha profundidad; de tal
forma que, durante la lectura de toda la novela, me dio la impresión
de que tenía ante mí una historia de vidas cruzadas, organizadas de
tal forma que el efecto dominó estaba muy presente en sus
relaciones, incluso en algunas ocasiones algunos personajes no eran
conscientes de este efecto.
(El Arenal-Sevilla)
Me
pasa lo que a la gran mayoría de quienes leyeron esta novela, pues
es difícil no empezar a comentar su portada y sinopsis. En muchos
casos, nos quejamos de que algunas sinopsis desvelan demasiado lo que
nos espera a lo largo de los capítulos que la conforman; sin
embargo, en esta ocasión ocurre todo lo contrario, ya que guardan
una relación un tanto ambigua con la trama a la que el lector se
enfrenta. A menudo me preguntaba sobre el porqué del título,
incógnita que no despejé, prácticamente, hasta llegar al
desenlace; o eso creo. Al interés por la sinopsis y el título
añadiría el estilo narrativo del autor, muy directo, en el que
destacaría el hecho de que predominan los diálogos frente a la
narración, lo que hace que su lectura sea fluida. También nos
ayudarán a conocer mejor a los personajes a través de sus
conversaciones, sobre todo en determinados momentos de la narración,
en donde seremos testigos de sus reacciones ante los episodios que
presencian, o de los que tienen conocimiento a través de quienes se
los relatan; y cómo vacían su interior ante los demás, cuando se
sienten sobrepasados por lo que sucede a su alrededor. En este
sentido, diría que es una novela muy reflexiva, en donde el carácter
intimista de los personajes está también muy presente a lo largo de
los capítulos, siendo el lector partícipe de los sentimientos y
emociones de cada uno de ellos.
En
mi modesta opinión, El hombre que ya no soy es una novela que va de
menos a más. Me encontré un tanto perdido durante la lectura de
los primeros capítulos, aunque quizás achaco estos bandazos
iniciales a la muy corta duración de estos -tardé un tanto en
habituarme a esta estructura de la novela- pero, a medida que
avanzaba en la lectura, se me fue haciendo una trama muy absorbente,
porque el autor sabe cómo manejar al lector a lo largo del
desarrollo de la misma. Tal y como se iban sucediendo esos capítulos
de los que hablo, me decía que tenía ante mi un posible domestic
noir, por la investigación que llevaban a cabo varios de los
personajes que conforman el elenco, y en la que tenían como foco de
sus pesquisas la muerte violenta del hermano pequeño de Roberto,
Tolo, un traficante de droga de poca monta. Pero el lector se
encontrará con una serie de giros que incrementarán su atención;
incluso he de reconocer que algunos de estos giros me cogieron muy
desprevenido, por lo que redoblaba mi interés por lo que todavía me
esperaba; al mismo tiempo, me preguntaba cómo cerraría el autor una
trama tan compleja al comprobar que estábamos ante una novela coral.
En este sentido, creo que el ritmo narrativo se incrementará a
medida que nos acercamos a los últimos capítulos, en los que le
espera al lector un final diría que vertiginoso, e incluso muy
cinematográfico, por el carácter muy visual que presentaban las
imágenes que se sucedían ante nosotros, y por cómo se van
produciendo las escenas que las conforman.
En
el párrafo anterior comenté mi impresión de que tenía ante mí
una novela en la que había tintes de domestic noir. También hablé
un párrafo más arriba del carácter intimista de los personajes. El
hombre que ya no soy es una novela en la que el lector se encontrará
también con rasgos propios de novela negra, de suspense, y de corte
psicológico, sin olvidarnos de los aspectos detectivescos: son los personajes cercanos a la víctima los que deciden averiguar
quién o quiénes están detrás de la muerte de Tolo, porque la
policía daba a entender que no estaba interesada en que esta se
esclareciera. El amor, el sexo, la amistad y la
corrupción estarán también muy presentes a lo largo de los
capítulos. En este sentido, y a medida que se acercaba el desenlace
de la novela, me faltó que el autor profundizara un poco más en la
segunda línea de investigación, al ver quién movía los hilos de
todo lo que estaba sucediendo.
(Polígono Sur-Sevilla)
El
hombre que ya no soy es una novela de personajes. Salvador Navarro
construye unos personajes con mucha profundidad, a los que
conoceremos a medida que avanza el desarrollo de la trama. A tres de
ellos ya los presentan en la sinopsis: Elisa, Roberto, y Fidel. Pero
el lector se encontrará con un elenco muy atractivo, conformando un
universo coral que nos irá mostrando sus luces y sus sombras, pese a
que algunos de tienen una posición económica más bien desahogada.
A los tres ya mencionados en la sinopsis, habría que añadir a
Alfredo, catedrático de universidad, y tío de Róber y Tolo; quizás
sea este el personaje más profundo de todos, y el que tenga la voz
más reflexiva, su condición de
catedrático de filosofía le ayuda a aplicar en la vida lo que sobre esta
vertían filósofos de los que hablaba en sus clases de la facultad, como nos lo hará ver en
más de una ocasión. A la novela le da un gran aliciente el papel
que, con el paso de los capítulos, van desempeñando tres personajes
femeninos: la ya mencionada Elisa, a quien acompañarán Lourdes -una
narco que, cada vez que aparecía en escena, me recordaba al
personaje femenino de la novela de Pérez Reverte, La reina del sur-
y Mariola. Estos tres personajes irán entrecruzándose a medida que
nos acercamos al desenlace, y tendrán un papel decisivo en los
últimos capítulos de la novela. Sevilla es otro personaje más de El hombre que
ya no soy. Aunque ya comenté que predominan los diálogos frente a
la narración, Salvador Navarro ofrece al lector una visión de la
ciudad hispalense que se mimetiza perfectamente con los episodios que
presenciamos, sobre todo en aquellos que tienen más aire de novela
negra. Aunque también nos trasladaremos de forma puntual a Santiago
de Compostela y Barcelona. El lector tiene ante sí una magnífica
guía que le llevará por los rincones más concurridos de la
hostelería sevillana, aunque quizás me sobraron algunas rondas
cerveceras a cuenta de los personajes.
El
hombre que ya no soy es una novela cuyo interés en la trama va
creciendo a medida que se suceden los capítulos. Salvador Navarro
ofrece al lector una trama con unos personajes trazados con mucha profundidad, que
ofrecen al lector todo lo que de bueno y malo tiene el ser humano.
Biografía:
Salvador
Navarro (Sevilla, 1967) es ingeniero industrial de Renault. En 2002
publicó su primera novela Eres lo único que tengo, niña, a la que
han seguido Rosa.O, Andrea no está loca, No te supe perder (2011) y
Huyendo de mi (Algaida 2015). Muy influido por la narrativa americana
del siglo XX, desarrolla una literatura urbana con fuertes
componentes psicológicos.
Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía del autor, tomados de la web de Algaida Editorial. Imágenes que acompañan al cuerpo de la reseña, de google imágenes, y fotografía del autor, de la web de ABC Sevilla.
Tengo mucha curiosidad por este novela, me encantan los thrillers psicológicos y ese rollo domestic noir, y además parece que estamos ante una novela muy bien armada.
ResponderEliminarBesos.
Es una buena novela pero yo no la leí en el momento adecuado.
ResponderEliminarHa gustado mucho esta novela aunque yo de momento no me animo,tal vez en verano lo haga.
ResponderEliminarBesos
NO me importaría leerla porque parece que hay bastante acuerdo entre los lectores que la habéis leído. La tengo apuntada por si se me pone a tiro.
ResponderEliminarBs.
No he leído nada del autor, podría darle una oportunidad.
ResponderEliminarBesos
¡HOla Paco!
ResponderEliminarPues tuve que decir un No inicial a la novela por falta de tiempo y exceso de lecturas, pero cada vez que os leo me entran ganas de leerla ya, esto es un sin vivir, jajajajaja.
Me gusta, y la leeré tarde o temprano, seguro.
Buena reseña carinyet.
Besitos.
Pues parece una de esas novelas que me gustan. Espero poder darle una oportunidad... lo de domestic noir, intriga, tintes psicológicos y algo intimista me atrae...
ResponderEliminarLa tengo pendiente y, por esa primera parte que todos comentáis y que yo ahora mismo no estoy al cien por cien, la estoy dejando reposar unas semanas hasta encontrarle el momento adecuado
ResponderEliminarBesos
Pues habrá que aguantar bien esas primeras páginas, que parece que luego se pone muy bien. La tengo muy en cuenta.
ResponderEliminarBesotes!!!
No pinta nada mal este libro, un beso
ResponderEliminarCoincido plenamente con tus impresiones. No es tampoco una novela fácil de reseñar y la has abordado de fábula.
ResponderEliminarSalvador es un autor que me ha sorprendido y con el que me apetece mucho repetir. Ya tengo ahí un título rondándome la cabeza. A ver si me hago con él.
Un beso
Tengo muchas ganas de ponerme con este autor, pero por esas peguillas que comentas no sé si lo haré con este libro o con "Huyendo de mí", la verdad es que estoy dudosa. Una reseña estupenda, Paco.
ResponderEliminar¡Besote!
Gracias de corazón, Paco. Reseñas como las tuyas me ayudan a crecer como escritor. Confío en tenerte a mi lado mucho tiempo. Un abrazo. Salva
ResponderEliminarNo paráis de ponerme los dientes largos con esta novela, al final tendrá que caer.
ResponderEliminarBesos.
Hace ya tiempo que la tengo apuntada y espero poder darle una oportunidad más adelante desde que despeje estanterías y libreta de pendientes. Muy buena reseña. Besinos.
ResponderEliminarNo paro de leer buenas reseñas de este libro, al final igual me animo, pero no podrá ser en un futuro cercano
ResponderEliminarBesos
Me gustó mucho este libro. A veces cuesta un poco entrar en la historia porque empiezan ya con fuerza y empiezan a desfilar todos los personajes uno detrás de otro, pero es un gustazo adentrarse en la trama y en las que subyacen de forma paralela. Este señor merece ya un Ateneo. Un besote!
ResponderEliminarUna estructura curiosa por la cantidad de capítulos, que supongo que la hacen más amena. Están de modo los domestic noir, y veo el autor promete. Un abrazo
ResponderEliminarYa la comentamos. Me alegra que la hayas disfrutado. Besos
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