Datos técnicos:
Título: Al servicio del imperio
Autor: Pedro Santamaría
Editorial: Pàmies
1ª edición: Mayo/2018
Encuadernación: Rústica con solapas
ISBN: 978.84-16970-77-3
Idioma: Español
Idioma: Español
Nº pág.: 496
Sinopsis:
Año 65 d. C.
Dos muchachos
deciden alistarse en una nueva unidad del ejército imperial
compuesta exclusivamente por cántabros: la Cohors II Cantabrorum.
Jamás han salido de su aldea y tienen un sueño: aprender de Roma
para derrotarla. Pero, al contrario de lo que creen, Roma no se
encuentra a un par de semanas de camino, ni es una aldea algo más
grande que la suya. El imperio que gobierna Nerón es inmenso, mucho
más de lo que hubieran podido soñar los jóvenes reclutas, que no
saben que, al alistarse, entregan veinticinco años de su vida al
emperador.
La Cohors II
Cantabrorum será destinada a la otra esquina del Imperio, a la
levantisca procuraduría de Judea, donde la presión fiscal, los
abusos de la administración romana y las aspiraciones mesiánicas de
los judíos amenazan con desestabilizar la zona. Los jóvenes
cántabros se verán envueltos en una auténtica revolución, en una
tierra que no comprenden y en la que tendrán que ejercer de brazo
ejecutor de un imperio al que detestan y enfrentarse a un pueblo que
lucha por su independencia tal y como lo hicieron sus abuelos.
La revuelta judía
constituirá un terremoto histórico de primera magnitud del que aún,
a día de hoy, se sienten las réplicas. La guerra, sangrienta y
apocalíptica, contribuirá al final de la dinastía Julio-Claudia y
al nacimiento de la dinastía Flavia. Más aún, de las cenizas del
Templo de Jerusalén nacerán dos religiones hasta entonces
embrionarias: el judaísmo rabínico y el cristianismo.
Opinión Personal:
Hacía ya tiempo que no
realizaba un viaje literario por el Imperio Romano. Me dije que era
una buena oportunidad para acercarme a una época en la que Roma
dominaba el mundo conocido, acompañado de un autor de quien todavía
no había leído ninguna de sus novelas de ficción histórica, como
es el escritor cántabro Pedro Santamaría, de quien se dice que es
uno de los mejores escritores españoles del género. El título
elegido para la ocasión fue Al servicio del imperio, una
novela que me encandiló todo el tiempo que me duró su lectura, y en
la que el autor recrea uno de los conflictos bélicos más cruentos
al que se enfrentaron las legiones romanas, como fue la primera
guerra judeo-romana,en la que se pondría a prueba su poderío.
Al servicio del
imperio narra la historia de unos jóvenes cántabros que
abandonaron los castros en los que pasaban su vida monótona, y de
esta forma vieron la posibilidad de cumplir un sueño. Arán y Noreno creían
que al alistarse en una unidad al servicio del ejército imperial,
formada sólo por cántabros, tenían la oportunidad de llegar hasta
Roma y derrotar a su ejército, para que los castros volvieran a ser
temidos y respetados. Pero con el paso de los capítulos este sueño
se tornó en pesadilla, porque la realidad fue muy distinta a la que
se imaginaron en un principio. A medida que el desenlace de este
conflicto bélico estaba más cercano, se hicieron realidad las
palabras dichas por el jinete que acompañaba al publicano que
recaudaba los tributos por los castros cántabros, quien les advirtió
a los lugareños que lo único que les espera a sus hijos es
dolor, angustia y muerte (pág. 36).
(Ruinas Julióbriga-Cantabria)
En mi modesta opinión,
puede decirse que Al servicio del imperio es una crónica
novelada de todo lo que sucedió durante la revuelta judía en el
siglo I d. C., en base a la rigurosa labor de documentación de la
que partió el escritor cántabro para recrear todos los episodios
que tuvieron lugar durante ese conflicto bélico. Una crónica
novelada en la que el lector encuentra intercalados episodios
históricos con otros ficticios, que tienen principalmente como
protagonistas a dos de esos jóvenes cántabros que engrosaron las
filas de la Cohors II Cantabrorum. En la nota del autor, Pedro
Santamaría expone los motivos que le llevaron a decantarse por la
documentación que le sirvió de base para recrear en esta novela los
episodios que se relatan de tal forma que fueran lo más fidedignos
posible a cómo se produjeron en ese conflicto bélico. Pero el
hecho de que afrontemos la lectura de una crónica novelada no
implica que el lector se se enfrente a un relato previsible, sino
que el autor aprovecha los episodios ficticios para darle un mayor
aliciente a la trama, de tal forma que incita al lector a estar
pendiente de todo lo que se relata en torno a los personajes creados
por la imaginación del autor. Incluso diría que en el desenlace nos
encontramos con algún giro inesperado, sobre todo por la forma en
cómo se iban desarrollando los episodios en torno a Arán.
Si bien Arán y Noreno
son los personajes que llevan el mayor peso de la trama, puede
afirmarse que Pedro Santamaría construye una historia coral. El
lector se encontrará a lo largo de los capítulos con personajes
secundarios que comparten protagonismo con los dos jóvenes
cántabros, e incluso algunos de estos secundarios atraen nuestra
atención en varias fases de la novela, haciéndonos olvidar el papel
relevante de los dos personajes citados al principio de este párrafo.
Pedro Santamaría construye unos personajes fuertes, muy vivos, a
través de los que refleja el día a día del ejército romano y las
costumbres judías. Junto a los ya mencionados Arán y Noreno, el
lector se encontrará con otros secundarios ficticios muy atractivos,
caso de Valerio -el prefecto de la Cohors II Cantabrorum-, Marcelo,
Numerio, Enmanuel o Ruth, dos jóvenes judíos que pasarán a
desempeñar un papel crucial en la vida de Arán. Quería hacer
mención a parte de Teómaco, un médico griego amigo personal de
Valerio, con quienes el lector se topará por primera vez en Cesárea
Marítima, porque le da mucho juego a la trama. Estoy seguro que
levantará más de una sonrisa al lector, sobre todo por los diálogos
cruzados que mantenía con Valerio -en los que no faltaban
improperios que se nos harán muy familiares con el paso de los
capítulos-, y reflexiones que atraen nuestra atención, sobre todo
por la forma en las que las explica o las comparaciones que utiliza
para referirse a los temas que aborda. Estos personajes ficticios
se cruzarán a lo largo de los capítulos con otros históricos,
algunos de ellos conocidos por los lectores, caso de Séneca, el
emperador Nerón, Vespasiano o su hijo Tito. Entre los históricos,
merece particular atención el perfil que se ofrece de Nerón, cuya
forma de reflejarlo la aclara el escritor cántabro en la nota del
autor.
(Destrucción del Templo de Jerusalén)
Al servicio del imperio
es una novela en la que el lector recibe, de forma dosificada,
información didáctica sobre la época en la que se desarrolla la
trama. Por un lado, asistimos a un cambio de dinastías, pues la
Julio-Claudia da paso a la Flavia. También asistimos al cambio de
relaciones de Roma con Grecia, tras el paso de Nerón por Corinto. La
organización militar romana, el adiestramiento de las legiones y las
tácticas militares que prepara el ejército imperial para acabar
con la revuelta judía se describe a lo largo de los capítulos.
También se recibirá información sobre la práctica de la ley judía
por los hebreos, y las diversas facciones que había entre ellos, en
base a la aplicación de sus preceptos, o las funciones que
desempeñaban algunas de ellas en la comunidad judía. El narrador
informará sobre los ritos que se llevan a cabo tanto para la
conversión al judaísmo (si bien los relativos a la conversión me parecieron un tanto precipitados, pero entiendo que hay que tener en cuenta el momento en el que tienen lugar) como para el matrimonio. Pero también
presenciaremos escenas costumbristas, en donde observamos el papel
que desempeña la mujer judía y nos podremos imaginar la estructura
de la ciudad y templo de Jerusalén, tanto por la información que
recibimos por parte del narrador, como a través del plano que se
ofrece antes de comenzar el cuerpo de la novela.
El lector se encontrará
con una novela de lectura fluida, pese a que tiene por delante un
tocho de casi 500 páginas. Al servicio del imperio está estructurada en 76
capítulos de corta extensión, agrupados en cuatro partes más un epílogo. A esa estructura le añadiría el
dinamismo que conforman los diversos escenarios por los que se
desarrolla la trama, pues los personajes se mueven por diversos
enclaves de Judea, sobre todo en donde el conflicto bélico alcanza
los momentos más álgidos, por la crudeza de algunos enfrentamientos
entre los contendientes, pese a que el ejército imperial estaba
mejor pertrechado y adiestrado. Junto a la crudeza de los combates,
el narrador describirá escenas sobrecogedoras y espeluznantes,
principalmente en los asedios de Jotapata y en Jerusalén, en donde
el narrador describirá episodios provocados por la hambruna. Durante
la lectura de estos episodios, nos acompañará la eterna pregunta de
por qué el ser humano cae en las mismas aberraciones y no se aprenda
nunca de las atrocidades cometidas en situaciones similares con el
paso de los siglos.
Pedro Santamaría
demuestra en su novela Al servicio del imperio que es un
apasionado del imperio romano y consigue trasladar al lector a la
época de los césares con un estilo narrativo impecable. La
lealtad, el odio, el compañerismo, la amistad, la intriga y el amor
están presentes en esta atractiva novela. Si bien la trama romántica
me pareció un tanto forzada en algunos episodios, en mi modesta
opinión, las decisiones que adopta Ruth a lo largo de los capítulos
en los que toma protagonismo me resultaron comprensibles. Pedro
Santamaría utiliza dos voces narrativas que ofrecen al lector una
visión complementaria de todo lo sucedido en la revuelta judea:
Noreno relata algunos capítulos en primera persona una vez cumplido
el período que le ligaba al ejército imperial, y un narrador
omnisciente ofrece una visión más cercana de todo lo que sucede en
ese conflicto bélico. Sin duda alguna, tengo muy claro que leeré
alguna novela más de este escritor cántabro.
Biografía:
Nació en Santander
en 1975. Es licenciado en derecho por la Universidad de Canterbury,
Inglaterra, país donde ha vivido, estudiado y trabajado desde los
catorce años. Después de haber viajado a Taiwan, donde fue profesor
de inglés y castellano, decidió volver a su tierra natal para
establecerse definitivamente.
Es
autor de seis novelas, todas ellas publicadas en Pàmies: Okela
(2011),
El
águila y la Lambda(2012),
Peña
Amaya (2014),
Rebeldes
(2015),
que le valió el premio Hislibris a Mejor Autor Español de Novela
Histórica, Godos
(2017)
y Al
servicio del Imperio (2018).
Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía del autor, tomados de la web de la editorial. Imagen ruinas de Julióbriga, tomada de la web abcViajes. Imagen Destrucción Templo de Jerusalén, tomada de la web de National Geographic. Fotografía del autor, tomada de su web.
Pues tiene delito que con lo que me gusta la novela histórica no conociera a este autor siendo uno de los mejores escritores del género. Me lo apunto desde ya y buscaré alguna de sus novelas. Besinos.
ResponderEliminarHola Paco! últimamente he tentado mucho a la suerte con este género, y me ha salido bien, las cosas como son, pero creo que de momento voy a parar, me saturo rápidamente, ya ves, con tres novelas históricas 😅😅😅
ResponderEliminarBesitos 💋💋💋
Arán y Noreno se quedarían muy sorprendidos si supieran que aún se celebran conmemoraciones de la lucha de los cántabros con el Imperio Romano. Es la Fiesta de las Guerras Cántabras que se celebra a finales de agosto y principios de septiembre en Los Corrales de Buelna desde hace ya varios años.
ResponderEliminarComo ya he comentado, no me atraen mucho las historias ambientadas en épocas tan antiguas. Lo que me parece más grave para mi cultura es que ni me sonaba el autor que dices que es de lo mejor del género en España.
Un beso.
No conocía ni al autor ni a la novela, pero me gusta la novela histórica, así que le echaré un vistazo, tiene buena pinta.
ResponderEliminarBesos
Este es el típico libro que le encanta a mi marido, así de anotarlo será para él Paco. Besos
ResponderEliminarPues me has puesto los dientes largos. Yo tampoco conocía al autor, pero creo que lo tendremos que tener en cuenta. Sin duda una muy buena historia, que veo que has disfrutado. No me importaría leer la historia de Arán y Noreno por la Roma de Nerón. Un abrazo
ResponderEliminarÉste no me lo llevo; el imperio romano es la época histórica que menos me atrae en literatura
ResponderEliminarBesos