miércoles, 30 de agosto de 2023

La verdad sobre el caso Savolta, de Eduardo Mendoza.

 


















Datos técnicos:




Título: La verdad sobre el caso Savolta.

Autor: Eduardo Mendoza.

1ª edición: 33ª edición en Biblioteca de Bolsillo.

Edición inicial: 1975.

ISBN: 84-322-30819-9.

Formato: Tapa blanda.

Idioma: Español.

Nº pág.: 434.




Sinopsis:




En un período de naturalidad política (Barcelona 1917-1919), una empresa fabricante de armas abocada al desastre económico por los conflictos laborales es el telón de fondo de Javier Miranda, protagonista y narrador de los hechos. El industrial catalán Savolta, dueño de ese negocio que vendió armas a los aliados durante la Primera Guerra Mundial, es asesinado.

El humor, la ironía, la riqueza de los matices y de las experiencias, la parodia y la sátira, el pastiche de la subliteratura popular, la recuperación de la tradición narrativa desde la novela bizantina, la picaresca y los libros de caballerías hasta el moderno relato detectivesco, convierten La verdad sobre el caso Savolta en una tragicomedia inteligente y divertida, que ha situado a Eduardo Mendoza entre los más destacados narradores hispánicos contemporáneos.





Opinión Personal:




Hace años disfruté mucho con la lectura de La verdad sobre el caso Savolta, novela con la que Eduardo Mendoza (Barcelona, 1943) se dio a conocer en el panorama literario nacional. Su ópera prima prima fue alabada por los lectores y la crítica especializada, y obtuvo el Premio de la Crítica de narrativa castellana. Decido hacer una relectura para comprobar si la percepción que tenía sobre esta novela seguía siendo la misma, y desde luego que sí. Incluso diría que me gustó más. La verdad sobre el caso Savolta tiene una trama de corte policíaco y un claro trasfondo histórico. Un trasfondo histórico que se sitúa en una Barcelona en la que hay empresas que se lucran a costa de los países que se enfrentan en la Primera Guerra Mundial, y en la que la inseguridad en las calles está muy presente, porque los obreros reclaman lo que es suyo, ya que se sienten explotados por sus patronos, con unas jornadas maratonianas y bajos salarios. Un claro trasfondo histórico porque la trama se sitúa a principios del siglo XX en Barcelona, entre 1917 y 1919, en una época en la que todavía las Fuerzas del Eje y los Aliados se enfrentan en el conflicto bélico al que me acabo de referir.

(Casa torre-Sarrià-Barcelona)
En mi opinión, entiendo que La verdad sobre el caso Savolta es una novela circular, porque empieza con un juicio que se celebra en Nueva York diez años después en el que Javier Miranda declara de forma voluntaria en relación con el caso Savolta. Una novela circular en la que hay  varios saltos temporales, que constituyen un verdadero puzzle, en el que se van acoplando todas las piezas que lo conforman para que el lector llegue a un desenlace en el que se haga una idea clara de lo que sucedió en torno al asesinato del empresario Enric Savolta, y una serie de crímenes relacionados con la empresa de la que el fallecido era el máximo accionista.

También entiendo que me encontré con una novela de corte clásico en la que nada es lo que parece, porque tenía muy claro que algo ocultan determinados personajes que guardan relación con la empresa Savolta, lo que se comprobará con el paso de los capítulos, en los que queda claro el papel que desempeña cada uno en la trama. El escritor barcelonés ofrece al lector una novela policíaca con claros elementos de novela negra, porque la corrupción está muy presente en la trama, al igual que la intriga, ya que el lector es invitado a estar muy pendiente de todo lo que sucede en cada capítulo. Se desvela en pequeñas dosis todo lo relacionado con el asesinato del empresario Enric Savolta, y varios personajes relacionados con la empresa. Incluso la acción está muy presente en determinadas fases de la trama. Es el comisario Alejandro Vázquez el encargado de llevar a cabo la investigación del caso Savolta. Una investigación en la es muy tenaz y metódico, y en la que entiendo que sigue una labor policial de corte clásico.

Sin duda alguna, Eduardo Mendoza planifica y desarrolla una trama muy atractiva, y que en mi opinión va de menos a más a lo largo de los quince capítulos en los que se estructura su desarrollo, agrupados en dos partes bien diferenciadas. Una trama en la que el lector se preguntará por los asesinatos que se comenten en torno a la empresa a Savolta,  una empresa que «pasó en pocos meses de ser una pequeña industria que abastecía un reducido mercado nacional o local a proveer de sus productos a las naciones en armas, logrando con ello, …, beneficios considerables y fabuloso lucro para aquélla a costa de ésta».(pág. 25). En todo momento tuve la sensación de que buena parte de la trama se desarrolla en tiempo real, por las técnicas narrativas que utiliza el autor.

Eduardo Mendoza ofrece un magnífico retrato de Barcelona en la época en la que se desarrolla la trama, en la que el pistolerismo está muy presente, pero en la que también la vida regalada se refleja en las reuniones que se celebran en los salones de los miembros de la alta sociedad barcelonesa. Un pistolerismo en el que participan tanto los anarquistas como los empresarios, que contratan a sicarios para que realicen los trabajos que les encargan, relacionados sobre todo con las huelgas que se convocan en las empresas por el descontento de los trabajadores. Los bajos fondos de la ciudad están también muy presentes a lo largo de los capítulos. Unos bajos fondos por los que deambulan un variopinto grupo personajes de diferente calado, incluso de la alta sociedad, porque se introducen en este ambiente por intereses propios. Por estos bajos fondos deambulan las prostitutas, personajes de clases bajas que habitúan a frecuentar desagradables ambientes taberneros, clientes de dudosa reputación que acuden a los cabarets, que más bien parecen tugurios. El autor describe una ciudad condal muy inestable porque en aquel entonces los asesinatos estaban muy a la orden del día, al igual que las estafas y la delincuencia. Y es que muchos de los miembros de las clases sociales más bajas no tenían otro remedio que acudir a las malas artes para sobrevivir, al igual que algunos de las clases altas, que acudían a estos «negocios» ilegales para obtener un buen beneficio de ellos. Asistimos a las reuniones de la alta sociedad, tanto en las grandes mansiones, como la de Enric Savolta, o las organizadas por Paul-Andrè Lepprince, en una de las cuales incluso sorprende la presencia del rey Alfonso XIII.

(Jardines Reina Victoria-Barcelona)
Por la ópera prima de Eduardo Mendoza transitan un amplio elenco de personajes muy atractivos y variados, y que representan a los diferentes estratos sociales. Sin embargo, estoy seguro de que, sobre todo en el primer capítulo, el lector puede hacerse un lío con los que desfilan por sus páginas, en las que el autor presenta a los que tienen un mayor peso en el desarrollo de la trama. Unos personajes a los que sin embargo, conocerá en profundidad a lo largo de los capítulos. Pese a lo que acabo de comentar, esta puesta en escena inicial me resultó muy atractiva, porque el narrador-protagonista consiguió que estuviera muy pendiente de lo que sucede en los diferentes escenarios y empezar a hacer cábalas sobre el papel que desempeña cada uno en el llamado caso Savolta. 

Los personajes de La verdad del caso Savolta están bien perfilados, con unos rasgos psicológicos muy pronunciados, y sobre todo son conocidos por su forma de ser y actuar. Son personajes que pertenecen a los diferentes escalafones sociales de aquel entonces, y a los que el autor interrelaciona de forma natural, si bien cada uno de ellos sabe el papel que le corresponde en el estrato social al que pertenece, dado que forman parte de una sociedad encorsetada en la que es muy difícil subir algún peldaño en la pirámide social. Eduardo Mendoza es consciente de cómo atraer la atención del lector sobre los personajes de las diferentes clases sociales que, de una forma u otra guardan relación con el asesinato de Enric Savolta. Los que más peso tienen en este caso son: el misterioso Paul-Andrè Lepprince que procede de Francia, y es hijo de madre española, y del que poco se sabe de su vida en ese país. Poco a poco se introduce en los círculos industriales y financieros y ocupa un cargo responsable en la empresa Savolta. Nicolás Claudedeu, el jefe de personal, a quien también apodan «el Hombre de la Mano de Hierro», y Pere Parells, uno de los socio de mayor peso de la empresa Savolta. En este grupo no me olvido de María Rosa Savolta, hija del dueño de la empresa, quien está acostumbrada a vivir en el lujo, si bien su vida dará un giro tras el asesinato de su padre. También me atrajo mucho, y sorprendió a partes iguales, el papel del abogado Cortabanyes, que tiene un modesto despacho, y en el que trabajan Julián Miranda, Perico Serramadriles y la Doloretas.

Hay cuatro personajes que, sin comerlo ni beberlo, como se suele decir en estos casos, guardan relación con el caso Savolta: el joven Javier Miranda, protagonista y narrador de esta novela, que se traslada de Valladolid a Barcelona, porque entiende que en la ciudad condal tiene una mayor posibilidad de encontrar un trabajo, sobre todo por las cartas de recomendación que lleva de su padre. Lo encuentra en el modesto despacho de Cortabanyes. Me pareció un personaje apocado e inestable, a quien Lepprince manejará a su antojo. El periodista Domingo Pajarito de Soto, ingenuo y un personaje quijotesco, escribe artículos periodísticos un tanto apasionados, próximos a los anarquistas, en el diario La Voz de la Justicia, y a quien Lepprince le encarga un estudio sobre la empresa Savolta. También se ve metido en el ajo Nemesio Cabra Gómez, un personaje que atrajo mucho mi atención, que parece sacado de la picaresca, por cómo actúa cuando le conviene. Es chivato de la policía y también puede echar una mano a quien le interesen sus servicios, con tal de que le den algo para su sustento. María Coral es una joven gitana que trabaja en uno de los cabarets a los que me referí en el cuarto párrafo de esta reseña. Su belleza imanta a los hombres a los que, si es consciente que le convienen, sabe cómo seducirlos, entre ellos Lepprince, que la convierte en su amante.

(Castillo de Montjuic-Barcelona)
Eduardo Mendoza ofrece al lector una obra atractiva y, en mi caso, adictiva. A parte de los elementos de corte clásico que comento en el segundo párrafo de esta reseña, hay también otros que se pueden asimilar a algunos personajes de la novela, como antihéroes, caso de Julián Medina, o con rasgos propios de la picaresca, caso de Nemesio Cabra Gómez, un personaje que parece no estar en sus cabales, aunque sabe como actuar según le convenga, com tal de sacar beneficio de ello. En mi opinión, entiendo que La verdad sobre el caso Savolta es una novela experimental, por las técnicas narrativas que utiliza el escritor barcelonés. Unas técnicas que dan la sensación de que todo lo que sucede a lo largo del desarrollo de la trama se ocurre en tiempo real, salvo en los saltos temporales. El autor utiliza, sobre todo en la primera parte de la novela, fragmentos del juicio que se reabre en Nueva York sobre el caso Savolta,  en el que declara de forma voluntaria Julián Miranda, porque se había trasladado a esta ciudad con su esposa. Documentos de prueba que se añaden al expediente judicial, como por ejemplo, el presentado por el ex comisario Alejandro Vázquez. También en la trama hay cartas que se cruzan el comisario antes citado y el sargento Totorno, una vez que el primero es destinado a Tetuán. Narración en primera persona del protagonista y narrador, así como un narrador omnisciente cuando el anterior no está presente en los hechos que se relatan. El ritmo de lectura se me hizo fluido, pese a las técnicas narrativas que utiliza el autor y que, en algunos casos, interrumpe lo narrado por la voz narrativa de turno. Pero el lector se encontrará también con una trama dinámica, en la que la acción está también muy presente, dada la inestabilidad de la época en la que se desarrolla. 

Eduardo Mendoza utiliza un estilo narrativo sencillo pero muy trabajado en el que utiliza diversos registros lingüísticos, porque tiene muy en cuenta la clase social a la que pertenecen los personajes que transitan por La verdad del caso Savolta. Los saltos temporales están muy presentes en la trama, lo que origina que el lector se encuentre con un verdadero puzzle en el que se van acoplando las piezas que lo conforman a medida que se aproxima el desenlace. Diría que hay un cierto equilibrio entre la narración y el diálogo. Unos diálogos que se ajustan a los personajes, en relación  a las clases sociales a las que pertenecen. Las descripciones son claras y precisas, si bien en algunos episodios, sobre todo en los que describe espacios cerrados, se recrea un tanto en la descripción de los mismos. El autor ofrece una magnífica ambientación de la Barcelona de aquel entonces, tanto en las estampas costumbristas como en el trasfondo histórico, en una época en la que la inestabilidad estaba muy presente. Otro tanto sucede con el retrato de las diferentes clases sociales de la época. En aquel entonces cada uno sabía el lugar que le correspondía, con muy pocas posibilidades, o ninguna, de subir algún peldaño en el escalofón social. La verdad sobre el caso Savolta es una novela que no dudo en recomendar, y en la que el autor utiliza recursos literarios como el humor, la ironía e incluso el sarcasmo, con el que le da un repaso crítico a la sociedad española


Quienes estén interesados en esta novela, pueden ver también la película rodada en 1979 por el director de cine español Antonio Drove, con actores como José Luis López Vázquez, Ovidi Montllor, Omero Antonutti, Charles Drenner o Stefania Sandrelli. Merece la pena verla, sin duda. 


Biografía:




Eduardo Mendoza nació en Barcelona en 1943 y residió en Nueva York de 1973 a 1982. Ha publicado las novelas La verdad sobre el caso Savolta (Seix Barral, 1975), que obtuvo el premio de la Crítica, El misterio de la cripta embrujada (Seix Barral, 1979), El laberinto de las aceituras (Seix Barral, 1982), La ciudad de los prodigios (Seix Barral, 1986), La isla inaudita (1989), Sin noticias de Gurb (Seis Barral, 1991), El año del diluvio (Seix Barral, 1992), Una comedia ligera (Seix Barral, 1996), por la que obtuvo en París el premio al Mejor Libro Extrajero, referido además a todo el conjunto de su obra, en 1998, y La aventura del tocador de señoras (Seix Barral, 2001). En colaboración con su hermana Cristina ha escrito la obra Barcelona Modernista (Planeta, 1989). Es autor de la obra teatral en catalán Restauració (Seix Barral, 1990), que él mismo tradujo al castellano (Restauración, Seix Barral, 1991).

Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía del autor, tomados de la web Planetalibros. Imagen casa torre en Sarrià, Barcelona, tomada de la web del Ajuntament de Barcelona. Imagen Jardines Reina Victoria en Barcelona tomada de la web del diario La Vanguardia. Imagen del castillo de Montjuic tomada de la web España Fascinante. 


4 comentarios:

  1. En el instituto leí esta novela. Desde entonces no he vuelto a leer nada del autor. Hace poco compré una novela suya. Ya os diré. Un beso.

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  2. Esta es una de las novelas de Mendoza que tengo pendientes de leer tras muchas recomendaciones. Tu reseña también invita a ello, así que tomo nota para dejarle un hueco. Abrazos.

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  3. Hace mucho que la leí y la tengo en una nebulosa que me has ido recordando, no me veo con una relectura ahora con todo lo que tengo pendiente y quiero leer. Un abrazo

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  4. Lo leí en COU. Mi profesor de Lengua y Literatura, sabiendo lo mucho que me gusta leer, me lo prestó. Primero me prestó alguna de las comedias del autor y luego esta y La ciudad de los prodigios. Ni que decir que todas me gustaron mucho
    Besos

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