jueves, 6 de mayo de 2021

La Sinagoga del Agua, de Pablo de Aguilar González.

 










Datos técnicos:


Título: La sinagoga del agua.

Autor: Pablo de Aguilar González.

Editorial: Roca.

1ª edición: Septiembre/2019.

Encuadernación: Rústica con solapas.

ISBN: 978-84-17305-99-4.

Idioma: Español.

Nº pág.: 320.



Sinopsis:



1391, durante el progromo, los cristianos atacan la sinagoga donde un judío esconde a su hijo David, recién nacido, junto a su hermano.


Época actual (2007), en Úbeda durante unas excavaciones encuentran restos de aquella sinagoga destruida.

El día en que David es arrancado de los brazos de su hermano, nadie es consciente de a cuántas personas y durante cuántos siglos tendría repercusión tal acto.

Seis siglos después, unas obras descubren lo que parece que pudo ser una sinagoga junto a la casa del inquisidor. Dante y Mara van a los Cerros a trabajar en las excavaciones. Poco a poco irán descubriendo por qué aquella sinagoga no fue destruida y cómo aquellas viejas piedras les cambia la vida igual que a sus antiguos habitantes.



Opinión Personal:



Una vez que se termina la lectura de La sinagoga del agua (Roca Editorial/2019), incita a visitar este templo judío sobre cuya historia gira la trama, y de paso conocer la ciudad de Úbeda, Patrimonio de la Humnanidad, pese a que el autor advierte en la nota que precede al cuerpo de la novela que «La sinagoga de esta novela no es la Sinagoga del Agua. Ni Los Cerros es Úbeda. Pero sí hay homenajes a ambas». Y es que por las descripciones que ofrecen las dos voces narrativas, dan una idea de lo que Pablo de Aguilar González siente por él, porque «casi en cada línea, mi pensamiento y mi imaginación volaban hacia ellas». En alguna de las webs en las que se habla sobre La Sinagoga del Agua, la definen como un monumento único, digno de admirar, sensación que se percibe por las descripciones que se hacen tanto en la segunda línea temporal como en la primera, si bien en ésta las descripciones son mucho más concisas, porque entiendo que el autor da preferencia a la interrelación entre los personajes. En este sentido, me atrajo mucho la descripción de las diferentes estancias de la sinagoga, porque Pablo el autor cita el nombre hebreo y  describe los ritos que se celebraban en cada una de ellas,  o de las costumbres propias de su religión.

(Bodega de la Sinagoga del Agua-Úbeda-Jaén)
El escritor albaceteño Pablo de Aguilar González, aunque reside actualmente en Molina de Segura (Murcia), construye en La sinagoga del agua una trama que, en mi modesta opinión, rezuma realismo a lo largo de los 28 capítulos en los que está estructurada. Esta fue la sensación que tuve durante todo el tiempo que estuve sumergido en su lectura,  porque todo lo que se narra en ambas subtramas bien pudo haber sucedido en la realidad. En mi modesta opinión, entiendo que al lector le resultarán muy familiares los episodios que se suceden en torno al descubrimiento de los restos que parecen ser de una sinagoga del siglo XIV mientras se realizaban unas obras en el pueblo ficticio de Los Cerros, por todo lo que significan estos hallazgos, sobre todo si influye en la continuidad o no de la construcción de unos apartamentos turísticos que quieren construir en la actualidad tras derribar unas antiguas casas, cuya ubicación coincide con el hallazgo arqueológico.

La trama de La sinagoga del agua me mantuvo muy entretenido a lo largo de su desarrollo, por el interés que suscitan las vicisitudes que acompañan a los personajes que conforman el elenco de las dos líneas temporales que la conforman. Dos líneas temporales con unos argumentos atractivos, si bien he de reconocer que me sedujeron más los episodios que se desarrollan durante el siglo XV, y que tienen su origen a finales del siglo XIV, tras un progromo en el que los cristianos atacan la sinagoga de Los Cerros. Este es un hecho que marca el destino de dos de los personajes que transitan por sus páginas, durante el cual un judío decide esconder a su hijo David, recién nacido, junto a su hermano Abraham, para que éstos no corran la misma suerte que les espera a quienes están reunidos en este templo. Sin embargo, y pese a lo que acabo de comentar, también destacaría el interés que mostré por determinados episodios que se desarrollan en la primera línea temporal porque, según se sucedían, me decía que las decisiones que toman quienes dirigen y participan en estas obras, y ante semejante descubrimiento, influyen en el destino que le espera a este lugar de culto judaico. Pero también me decía que ambas líneas temporales se complementaban en cierto modo, e incluso sospechaba que alguno de estos personajes guardaban algún tipo de relación con los episodios que tienen lugar en esta ciudad seis siglos atrás, lo que deducía de la información que facilitan las dos voces narrativas en determinadas fases de la trama.

A lo largo de los capítulos se percibe lo que el escritor albaceteño aclara en la Nota del Autor, sobre todo en el especial agradecimiento que hace a la Sinagoga del Agua, «lugar mágico de Úbeda, que me regaló el embrión de esta novela. Un lugar que no me cansaré de recomendar ni de volver a visitar cuando me sea posible». Este agradecimiento indica la admiración que siente por este templo judío y, en mi modesta opinión, diría que queda reflejado en los hechos que se desarrollan, sobre todo, durante la Edad Media en la ciudad ficticia de Los Cerros. Continuando con esta apreciación mía, en esta línea temporal la voz narrativa omnisciente relata unos episodios que no dejan indiferente al lector, sobre todo en todo el procedimiento que tiene lugar en el auto de fe que se celebra en Córdoba, y la incertidumbre que con el paso del tiempo se percibe en David ante las dudas que acumula desde que convive con Francisco, un albañil cristiano. Unos episodios que están descritos con mucha sensibilidad y diría que, tal y como se desarrollan, y por la forma en la que distribuye en los capítulos que se refieren a este acto público, invitan a la reflexión ante lo que en él sucede, por lo que estos duros episodios significan para los personajes afectados por este juicio amparados por la Inquisición

(Mikvéh Sinagoga del Agua-Úbeda-Jaén)

La sinagoga del agua es una novela escrita con un lenguaje sencillo pero cuidado, relatada a través de dos voces narrativas, una en primera persona y otra omnisciente, y cuya lectura tiene un ritmo ágil, lo que es de agradecer cuando una de las dos subtramas es de corte histórico, pese a que en ambas domina la narración frente a los diálogos, sobre todo diría que más en la segunda. Y es que en cada una de ellas se encontrará con episodios muy atractivos, sobre todo los que tienen lugar en la Edad Media, como acabo de comentar en el párrafo anterior, así como la tensión narrativa que se manifiesta en diversas fases de la trama ambientada en la época actual, en la que me encontré con episodios en los que la intriga está muy presente por lo que sucede en torno al narrador en primera persona, así como otros que tienen lugar en torno a un personaje excéntrico, como es Elena, así como la deriva que toman las relaciones entre los personajes

A lo largo de los capítulos el lector se encontrará con un elenco de personajes perfilados con una gran fuerza psicológica, en los que se percibe la tensión permanente que se vive entre la población cristiana de Los Cerros y la judía, tras los edictos que se  publican y lo que para éstos significa su cumplimiento, al mismo tiempo que aumenta la crispación y el rechazo de los cristianos hacia quienes adoran a Adonai, nombre que utilizan por respeto en sustitución de Yavéh. Una tensión que se incrementa con el progromo ya mencionado y otros episodios en los que se incita a la población a atacar la judería en la que están recluidos. Una línea temporal en la que atraen la atención personajes como los ya mencionados Abraham y David, así como Benicia y el padre Tomás, calificador de la Santa Inquisición, sin olvidarme del judío converso José de Los Cerros. Sin embargo, y en mi modesta opinión, quienes transitan por la primera línea temporal tienen un perfil menos desarrollado, porque entiendo que el autor se centra más en las relaciones humanas tras el descubrimiento de lo que pueden restos de una posible sinagoga, si bien Dante, Mara y la excéntrica Elena son los que atraen una mayor atención, pero esto que comento es mejor que lo compruebe quien esté interesado en conocer la historia de La Sinagoga del Agua.


Biografía:



Pablo de Aguilar González (Albacete,1963). Reside actualmente en Molina de Segura (Murcia), donde trabaja como analista y programador de software. Es autor de varios libros y cuentos que le han valido numerosos premios. La sinagoga del agua es su última novela.




Nota: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía del autor, tomadas de la web de Roca Editorial. Imagen de la Bodega de la Sinagoga del Agua, tomada de Wikipedia. Imagen de la mikvéh de la Sinagoga del Agua, tomada de la web Úbeda Idea.

7 comentarios:

  1. Cómo siempre una buena reseña. Parece una novela atractiva, pero esta vez no me llama la atención lo suficiente. Me alegra que te haya gustado.
    Besos

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  2. Muchas gracias por tan generosa reseña, Francisco 🙂🙂

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  3. Pues creo qeu podría gustarme así que tomo buena nota.
    Besotes!!

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  4. No sé si te lo creerás Paco, pero no estoy segura de si la he leído o no 😣 la tengo y sé que quise leerla pero no recuerdo si lo he hecho o es que todo me suena de escucharos hablar de ella.
    Qué desastre, amigo, qué desastre.

    Besos 💋💋💋

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  5. Me gustó mucho esta novela y me dejó con unas ganas tremendas de visitar La sinagoga, y aún no he ido. Estupenda reseña.
    Besos

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  6. No conozco Úbeda, pero ya me han entrado ganas de visitar esta maravillosa sinagoga del Agua. Sin duda una trama muy interesante, las rencillas entre judíos y cristianos. Me quedo con las ganas de saber más sobre la historia de David. Un abrazo

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    Respuestas
    1. Una pena que la gente en general no conozca una Ciudad como Úbeda, realmente no saben lo que se están perdiendo (Úbeda,Baeza) y evidentemente dentro de Ubeda entre otros muchísimos lugares La Sinagoga de Agua. Estancia, gastronomía, historia y lugar cargado de encanto.

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