Sinopsis:
En el otoño de su vida, James E. Larrabeitia
decide publicar sus diarios. En concreto el que redactó cuando contaba con 23
años. Con ascendientes españoles caídos en la Guerra de Cuba, veterano de la II
Guerra Mundial, Corea, Vietnam y otras que no puede ni quiere mencionar, tiene
un pasado desbordado de medallas, heridas que cicatrizar, demonios y fantasmas
que exorcizar y exorcizar memorias que honrar.
Esta novela nos traslada al “Infierno Azul”, al
Teatro de Operaciones del Pacífico entre 1944 y 1945, donde la guerra se hizo
más brutal y el dolor y la miseria constantes. El lector viajará a esos años
para conocer, a través del relato íntimo y personal del protagonista, el sentir
del marino, el día a día en un buque de guerra, la amistad y la pérdida, así
como la esperanza. Desde la tranquilidad del “homefront” hasta las titánicas
luchas en desembarcos como el de Leyte y el horror de Manila.
Viajará al interior de un ser humano, desbordado
por la vorágine de la guerra y de un destino incierto, donde el valor y la
lealtad se entremezclan con el odio irracional y otros pecados inconfesables.
Opinión personal:
Creo que hay pocas novelas escritas por autores
españoles sobre la Segunda Guerra Mundial y menos aún, me imagino, sobre El
infierno del Pacífico, en donde tuvieron lugar batallas cruentas entre la
Armada Japonesa y la Estadounidense. El ya conocido ataque sorpresa sobre Pearl
Harbour fue el detonante del enfrentamiento entre dos países que, antes
aliados, se convirtieron en enemigos acérrimos y los combates entre ambos
contendientes ocasionaron verdaderas carnicerías para apoderarse de pequeñas
islas en medio de la nada.
Los últimos años de mi primera guerra es la ópera prima de
Javier Yuste (Guernika-Lumo-1980). La portada de la novela nos presenta a un
soldado de la Armada de los Estados Unidos, fusil en mano, con sonrisa me
imagino que forzada para la ocasión; una foto de esas antiguas que aparecían en
los rotativos de la época o que los combatientes enviaban a sus familiares como
un recuerdo inmortalizado pues no sabían si verían el amanecer de un nuevo día.
El antetítulo, El infierno puede ser de color azul, es una clara alusión
al mar, al Océano Pacífico, en donde sus aguas tranquilas estarían teñidas de
color rojo del fuego, de la destrucción, de la muerte.
El suboficial James E. Larrabeitia es el
protagonista de esta novela. Estamos en el año 1977 y decide publicar, animado
por «Lilianne, mi querida esposa, y Natasha... Ellas dos me animaron a
volver al pasado y a compartirlo. No es tarea agradable ni fácil. Todos los que
hemos vivido una guerra (en mi caso tres, por decirlo así), detestamos la
simple idea de que los demás sepan lo que vivimos en ellas a pesar de que no
somos capaces de pensar en algo que no sean esas mismas vivencias»
La peculiaridad de esta
novela en comparación con otras que rememoran acontecimientos de este conflicto
bélico es que está escrito en forma de diario. Un diario en el que James Edgar
Larrabeitia, Lars, segundo de artillería de segunda clase enrolado en el
destructor USS Narvhal DD-524, de la clase Fletcher plasma sus
reflexiones sobre lo que le tocó vivir como parte activa en ese conflicto
bélico pero en el que quiere rendir un homenaje a aquellos que compartieron el
día a día en ese mar inmenso, en ese cementerio marino, al que fueron arrojados
muchos de sus compañeros y amigos. Solo él sería el único superviviente de ese
destructor. Como bien dice su autor, este buque de guerra no existió ni su
tripulación pero nos hace revivir los hechos reales en los que participó el
escuadrón de destructores del que formaba parte, el 48. Escuadrón con el que
nos llevará por los diversos escenarios en los que participó activamente, en
labores de escolta o en los combates en los que tomó parte. Complementan este
libro una serie de mapas de las islas que tocarán durante su periplo, como las
Marshall, Nuevas Hébridas, Guadalcanal, Papúa Guinea, archipiélagos por los que
pasarán realizando labores de escolta o de ejercicios navales. Al final nos
encontramos con un apéndice en el que vemos numerosas fotografías de armas,
aviones y buques de guerra. En el índice vemos cómo el libro está dividido en
veintitrés capítulos, todos ellos titulados, y en que figuran las fechas que
abarca cada uno.
Así, conoceremos que
sus orígenes son españoles. Es oriundo de Chicago, ciudad a la que nombrará en
más de una ocasión, pues la añora pero su familia se traslada a San Marino de
Alta California. Conoceremos a su hermana Marie, que se alistó en las WAVES,
los recuerdos de su trabajo en la tienda del sr. Evans, de su relaciones
sentimentales u oníricas con las mujeres que conocía, como su vecina Susan
Mulhany, su antigua novia Claire, su relación con Aolani o sus primeros
encuentros con Lilianne, la que luego sería su esposa. Su familia siempre
estará presente en sus recuerdos, cruzándose cartas por las que se enteraba de
noticias buenas y no tan buenas.
Pero también estará presente la vida a bordo, esa otra parte de la guerra, la que más desconocemos, el día a día en una lata de sardinas, como le llamaban al destructor. Los ejercicios de tiro, las vigilias o el toque a zafarrancho de combate, real o no; cómo se ingeniaban para divertirse organizando partidos de béisbol o combates de boxeo, en los que tomó parte y recibió sus buenos golpes. Cómo celebraban el paso del ecuador, su encuentro con los gemelos, una aparición de su infancia, que no le traía buenos recuerdos, y que formaban parte de la tripulación del capitán MacArthur. El ritmo va creciendo a medida que nos adentramos en sus capítulos, pues también veremos la entrada en combate, como la batalla de las islas Leyte o el desastre de Manila.
Javier Yuste nos
transporta a los años 1943 a 1945; nos hace vivir desde una posición
privilegiada los acontecimientos reales que sucedieron en aquellos años. Con un
lenguaje directo, en el que utiliza la jerga militar de la época salpicado con
datos técnicos, como artillero que era, Lars nos habla en un tono
prácticamente intimista, haciéndonos confidencias de su vida privada, de lo que
piensa sobre sus superiores y compañeros, amigos unos y no tanto otros pero
que, cuando tocan a zafarrancho, todas las diferencias que puedan surgir entre
ellos se olvidan y actúan a una, porque es la única forma que tienen de poder
salvar el pellejo y salir victoriosos en su enfrentamiento con los japos a
los que, pese a ser sus enemigos encarnizados, respeta su valentía.
Los últimos años de
mi primera guerra (Editorial De
Librum Tremens) es una novela en la que nos encontramos con personajes todos
sacados de la imaginación del autor pero que bien podían ser de carne y hueso,
que representan a esa juventud que vio truncada su vida, pues vemos cómo entre
ellos había verdaderos niños, que a los diecisiete años ya podían ser llamados
a filas. Ven cómo esa parte de su vida se tira por la borda y se convierten, de
repente, en personas adultas convertidos en despojos humanos llenos de
remordimientos que provocarían muchas noches de pesadillas, y verían cómo
saldría a flote lo peor que lleva dentro el ser humano y que les lleva a
cometer verdaderas barbaridades para poder sobrevivir en una guerra sin
sentido. Una novela que, a medida que nos vamos adentrando en la narración,
abandonamos la relativa tranquilidad de los primeros capítulos para ver cómo el
interés por lo que se relata va en aumento, pues ya está más presente la
acción.
Javier Yuste demuestra
en esta novela que es un gran enamorado de todo lo relacionado con el mar. Sus
conocimientos y la aportación de una gran labor de documentación hacen que
merezca la pena que nos adentremos en su lectura, pese a que su estructura es
muy diferente a la que estamos habituados a encontrarnos en otras obras de este
género. Una novela en la que, como diario que es, predominará la narración
sobre los escasos diálogos que nos encontraremos en ella pero que nos servirá
para conocer de primera mano cómo era la vida de los miembros de la Marina de
los Estados Unidos.
El autor:
Javier Yuste González (Gernika-Lumo, 1980) es Licenciado en
Derecho por la Universidad de Deusto y actualmente reside en Pontevedra.
Es colaborador de la Revista General de la Marina, donde ha
publicado más de diez artículos y de otras revistas en formato papel y digital,
como son el blog de literatura histórico-naval-militar Novilis, Historia Rei
Militaris, FDM o Ares Enyalius, sin olvidarse de su propia página: El Navegante
del Mar de Papel.
Este enamorado del mar y de sus gentes, siempre ha vivido en puertos marineros, pisando las mismas piedras que balleneros, ilustres nobles y marinos de renombre, además de invasores y, por poco, piratas.
En su primera novela ha querido reunir varias de sus pasiones:
la escritura, la vida de un marino, la II Guerra Mundial y la investigación
histórica. En Amazon publicó su novela Óskar .Aventuras de un viejo gato de mar. 1939.
A quienes se sientan apasionados por el tema de todo lo relacionado con el mar pueden visitar su web http://navengantedelmardepapel.blogspot.com.es/.
Título:
Los últimos años de mi primera guerra
Autor: Javier Yuste
González
Editorial: De Librum
Tremens
Primera edición,
2012
ISBN: 9788415074304
Nº páginas: 630
Fotografías: En la 1ª Vehículos de desembarco anfibio rumbo a la costa, el 15 de junio de 1944. En primer plano, el USS Birminghan, desde donde se toma la fotografía; a lo lejos, el crucero que abre fuego es el USS Indianapolis. (Batalla de Saipán)
En la 2ª: Vista aérea de la ciudad de Manila destruida, en mayo de 1945
Fuentes: Wikipedia.
No soy muy dada a las historias que se desarrollan en la Segunda Guerra Mundial principalmente por el tema nazi que me sigue dando escalofríos. La trama de esta historia va por otros derroteros y la verdad es que me resulta interesante, sobre todo el lado humano.
ResponderEliminarGracias por la recomendación, me la apunto.
Un saludo.
La novela está vista desde el punto de la perspectiva humana, como bien dices, y te refleja muy bien cómo era la vida de un soldado día a día. Merece la pena su lectura. Saludos.
EliminarComo siempre, gracias, amigo Paco :)
ResponderEliminarGracias a tí, Javier, por mostrarnos el otro lado de la guerra, el día a día de los soldados. Saludos.
Eliminar¡Hola, Francisco! Nos ha gustado la reseña, la enlazamos en el perfil del autor en nuestra web =)
ResponderEliminarhttp://www.letrasdeencuentro.es/detalles.php?resenia=627&fuente=El%20lector%20indiscreto
¡Saludos!
Esta no me llama la atención. Saludos!
ResponderEliminarEs una visión diferente de la guerra, más humana. Saludos.
EliminarGracias. Me pasaré por la web para curiosear un poquillo. ¡Saludos!
ResponderEliminarLo que que sea un español quien escriba sobre ellos es verdad que no es habitual. Y el estar escrita en forma de diario me llama mucho, me la anoto. Un beso!
ResponderEliminarCreo que te puede gustar. Ya verás cómo en ella se aprenden muchas cosas sobre la vida de los soldados, pues en las películas bélicas este aspecto estamos muy poco acostumbrados a verlo. Besos.
EliminarHay muy pocas novelas sobre la Segunda Guerra Mundial escritas por autores en español y en forma de diario no sé si ésta sería la primera. Merece la pena leerla. Besos.
ResponderEliminarHuy, pues no conocía la novela ni tampoco al autor, pero el tema me llama bastante. Y le debo un regalo de cumpleaños a mi hermana, que también es forofa de la Segunda Guerra Mundial, así que lo mismo me animo y se lo compro.
ResponderEliminarPues si es forofa de esta época, creo que le va a gustar. Besos.
EliminarAhora mismo no me apetece mucho este tema, pero, la obra tiene muy buena pinta y no descarto leerla en el futuro. Me ha encantado tu reseña, Francisco, como siempre.
ResponderEliminarBss.
Aunque el tema de fondo no me apasione, la estructura de diario es una de las que más me atraen en literatura, así que lo tendré en cuenta. 1beso!
ResponderEliminarLos diarios, como género, me gustan pero la temática de estos no tanto... Buena reseña!!
ResponderEliminarBesos,
Gracias, Carmen. Besos.
EliminarMuy buena reseña, Francisco. Los diarios tienen el interés de la primera persona - que siempre sentimos próxima - y el hecho de que seleccionan también los sucesos importantes. Enhorabuena a Javier Yuste por este buen trabajo a una edad en que cabe esperar de él una brillante carrera literaria. Besos.
ResponderEliminarCreo que Javier Yuste puede darnos unas cuantas alegrías después de haber disfrutado de la lectura de su primera novela. Besos.
EliminarGracias Isabel por tus palabras. No creo que tarde mucho Paco en traeros otra novela mía. En esta ocasión sería el narrador un curioso gato ratonero, abordo de una goleta en la Indochina francesa de 1939 :)
EliminarOtra novela que me presentas y con la que me tientas. Me gusta su temática y que estéescrita en forma de diario hace que me atraiga más. Gracias por la reseña!
ResponderEliminarBesotes!!!
La tenía apuntada hace tiempo y apenas había leído reseñas, por lo que cuentas es una novela para disfrutar aprendiendo algo de historia, y eso siempre apetece,
ResponderEliminarsaludos
Me encantaría esta historia, porque llenaría un vacío importante de la Segunda Guerra Mundial para mí, como fue la lucha marítima.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola a tod@s! Gracias por vuestras palabras y espero que os apuntéis al sorteo.
ResponderEliminarVeo que hay a alguien que el tema de la segunda guerra mundial les echa para atrás, pero no es cuestión, ya que la guerra en sí es un telón de fondo, como lo era para Hugo Pratt con sus aventuras de Corto Maltés. Es un telón, documentado hasta la saciedad (Paco ha sido buen testigo de ello al leerlo), en el que se desarrolla la vida de un chaval cuyo mundo cambiará, evolucionará mientras lucha en el mar, sí una olvidada, como casi todo el tema del Pacífico, ya que carece de glamour.
POdría decir mucho más, pero no es cuestión de agobiar a nadie.
Si no sois agraciados en el sorteo y no encontráis librería, que sepáis que aún cuento con algún ejemplar en mi poder.
Un saludo, suerte y gracias!
Pinta muy bien Francisco, siempre son interesantes estos libros porque uno se da cuenta qeu nunca para de aprender y que incluso las ideas que tiene un preconcebidas pueden cambiar si te das cuenta que la historia parece que fue de otra manera. Con el tiempo y los libros y artículos leídos he dejado atrás esa idea que tenia de que unos eran los malos y los otros los buenos, tal vez unos fueron menos malos y otros menos buenos de lo que yo pensaba.
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