Datos
técnicos:
Título:
Crónica ministerial
Autora:
Teresa Hernández
Editorial:
Palabras de agua
1ª
edición: 1/12/2017
Idioma:
Español
Encuadernación:
Tapa blanda
ISBN:
978-8494806100
Nº
pág.: 256
Sinopsis:
La
vida de Ángela resulta de lo más convencional. Es madre de dos
hijos, una adolescente y un pequeño, esposa de un fiscal y
funcionaria del Ministerio de Hacienda. En el trabajo pasa el tiempo
tramitando expedientes de compras y lidiando con compañeros
peculiares que casi siempre resultan molestos. El ministerio es un
lugar aburrido y casposo a menos que se vea a través de un cristal
especial, por eso ella prefiere ponerse unas gafas que convierten lo
que es gris en azul turquesa.
Crónica
ministerial virada en turquesa es un relato que muestra la cara más
divertida de la vida cotidiana.
Opinión
Personal:
Descubrí
la narrativa de Teresa Hernández en 2016 con la lectura de su novela
de ficción histórica
La galería de los susurros (reseña). Me
volvió a conquistar en 2018 con La
dama de las cavernas no tiene jardín (reseña),
con su prosa elegante, absorbente y una trama consistente y bien
hilvanada, que incita a estar pendiente de todo lo que sucede a lo
largo de los capítulos que la conforman. Hoy vuelvo a acercarme a su
producción literaria con otra de sus obras, Crónica
ministerial, que es
diametralmente opuesta a lo que el lector se encontrará en las dos
títulos de su autoría que menciono en este párrafo, ya que se
cataloga como humor literario.
En
Crónica
ministerial Teresa
Hernández confirma que es una autora que no se encasilla en un
género literario determinado, sino que se encuentra cómoda en
cualquiera de ellos, salvo la fantasía, como lo recalca en una
entrevista que le hacen sobre esta novela en la web de Culturalmas. Y
ya lo creo que disfrutó escribiéndola, porque se percibe claramente
a través de las situaciones que vive y relata en primera persona la
protagonista, y cómo se adapta al género su estilo narrativo. Sin
duda alguna, escribir un relato o novela de humor es muy difícil,
porque los autores tienen que hilar muy fino para conseguir que el
lector suelte la carcajada en los episodios que se prestan a ello y,
sobre todo, porque lo que le resulta hilarante a unos puede no causar
el mismo efecto en otros. Pero está claro que, si disfrutamos con
una buena novela de este género literario, la risa, o cuando menos
la sonrisa, saldrá a relucir en cualquier momento.
(Ministerio de Hacienda-Madrid(
Teresa
Hernández construye una trama que parte de situaciones que muestran
el día a día que viven los funcionarios que trabajan en uno de los
ministerios más mentados por los ciudadanos, el Ministerio de
Hacienda, porque la mayoría de la correspondencia que se recibe de
este organismo público suele ir acompañada de información que da
más de un susto al destinatario de turno. La protagonista y
narradora de esta novela relata las situaciones que se desarrollan en
un departamento de este ministerio, pero a las que
la autora les da esa vuelta de tuerca para que sean percibidas desde
una perspectiva humorística. Y es que Teresa Hernández logra que el
lenguaje que se emplea en la narración, sobre todo a la hora de
describir las escenas más hilarantes, cause en el lector el efecto
necesario para que suelte alguna que otra carcajada cuando la
situación invita a ello, o cuando menos se asome una sonrisa. En mi
caso, ese efecto hilarante se produce en varias situaciones, porque
la forma desenfadada y fresca que emplea la protagonista y narradora
para relatarlas dan lugar a que el lector pueda imaginar cómo son.
A
lo largo de las siete partes en las que se estructura la novela, el
lector comprobará también las dificultades que suponen para este
personaje conciliar la vida laboral y familiar, ya que que tendrá
que solicitar la ayuda del abuelo para que acompañen a su nieta
adolescente a las actividades a las que se apunta, y que darán más
de un disgusto tanto a ella como a sus padres; o que su marido ejerza
las labores doméstica y se haga cargo de los hijos, desde el momento
que sabe que tiene que desplazarse a Japón para visitar la fábrica
que una empresa de máquinas de oficina de última generación tiene
en las proximidades de Tokio. Aunque también habrá lugar para
misterios y sorpresas, porque el personal no las tendrá todas
consigo cuando por el departamento se extiende el rumor de que hay un
duende que lo recorre a determinadas horas mostrando sus partes
nobles o quién es el hacker
que saca a relucir los trapos sucios de los compañeros de Ángela.
Sin duda alguna, son los giros que nos esperan sobre todo en el
último tramo de la novela los que nos recuerdan que, pese a que
estamos disfrutando de una comedia de humor, se producen, al igual
que en la vida real, situaciones que mantienen en vilo a los personajes, por lo que se
incrementa el interés ante el desenlace de los mismos.
Tokio
Todas
los episodios que acabo de comentar en el párrafo anterior son
protagonizados por un variopinto y peculiar grupo de personajes que
acompañan a la protagonista y narradora de Crónica
ministerial.
Teniendo en cuenta siempre la particularidad de que estamos ante una
comedia de humor, el lector se encontrará con unos personajes muy
creíbles, cercanos, que nos hacen pensar que tienen vida propia, porque
la autora muestra en algunos de ellos incluso hasta su lado más
íntimo, aunque en alguna ocasión serán desvelados con mala fe,
como se podrá comprobar en determinadas fases de la trama. A la
mayoría de los lectores les resultará muy familiar la forma de
actuar de los miembros de ese departamento, bien porque en alguna
ocasión hayan tenido que desplazarse hasta este u otro organismo
público de turno para tramitar documentación, bien porque ellos
mismos sean empleados públicos y se sientan identificados con alguno
de esos personajes y las situaciones que protagonizan. Pero a parte
de los empleados de ese departamento del Ministerio de Hacienda, el
lector se familiarizará también con los miembros de la familia de
Ángela, en donde se encontrará con los problemas que
acarrea una adolescente de 16 años que, para disgusto de sus padres,
tiene un novio que no les cae muy simpático que digamos; o las
situaciones que viven los padres de la protagonista, que dan mucho
juego a la novela. La protagonista y narradora también nos presentará a quienes
pasan con ella en el parque las tardes que puede llevar a su hijo
para que juegue un rato en estos espacios de recreo, en donde las
madres aprovechan ese momento para el cotilleo, por lo que también
nos enteraremos de intimidades que dejarán pasmada a Ángeles y a quienes la acompañan.
La
sinopsis de Crónica
Ministerial hace
una clara descripción de la protagonista.
Y es que Ángela aprovecha la sucesión de episodios que se
desarrollan a lo largo del desarrollo de la trama para introducir
reflexiones y rememorar su pasado más reciente. En su relato me
atrajo también la naturalidad en la que intercalaba escenas de su
día a día entre los compañeros del trabajo, en el parque o en el
ámbito familiar con otras que se derivaban de estas y que dan lugar
a situaciones disparatadas, surrealistas o de enredo, que darán
lugar a malentendidos entre los personajes que los protagonizan, e
incluso les pondrán en algún apuro. Aunque también nos
encontraremos con escenas en las que la protagonista muestra su lado
más decidido, en el que incluso se enfrenta a situaciones
problemáticas.
Está
claro que Teresa Hernández es una escritora que gana el corazón de
los lectores con su buen hacer literario, y al mismo tiempo nos
preguntamos con qué nos sorprenderá en la siguiente novela que
publique. Quienes no hayan leído todavía ninguna de sus novelas,
tienen en Crónica
ministerial
una lectura amena, divertida, hilarante, de ritmo fluido y personajes creíbles y
muy vivos. Si no frecuentan las novelas de humor pueden elegir
cualquiera de los títulos que se mencionan en su biografía.
Biografía:
Teresa
Hernández es Doctora en Ciencias Químicas por la UCM, trabaja en
investigación energética y es autora de numerosos artículos
científicos en revistas internacionales. A lo largo de los años ha
desarrollado una gran afición por la literatura de ficción. Ha sido
ganadora y finalista de varios certámenes de relato corto, entre los
que constan por su importancia el I Concurso Internacional de
Microrrelatos convocado por la Latin Heritage Foundation y el I
Concurso Mundial de Microrrelatos de la Internacional Microcuentista.
En novela, combina la comedia con el drama. Uno de sus títulos,
Crónica ministerial
virada en turquesa, fue finalista del Premio Alfar de Narrativa 2011.
Otras obras
de la autora: Crónica
de un adosado
(2013); Kara
la sonrisa oculta de Venus
(2013), La
dama de las cavernas no tiene jardín
(2014), Las
esquinas de mi cabeza
(2015), La
galería de los susurros
(2016), De magos y distancias (2018).
Nota: Datos técnicos y sinopsis, tomados de la web de la editorial. Biografía, tomada de la web de la autora y de Amazon. Imagen del Ministerio de Hacienda, tomada de Wikipedia. Imagen de Tokio, tomada de la web Nippon.com, Fotografía de Teresa Hernández, tomada de la web de Babelio. Enlace a la web de Culturalmas.
Si uno sabe reírse de sí mismo, al contar su propia vida le puede salir un relato bastante cómico. Y cada vez valoro más a la gente capaz de hacerlo. El humor a costa de uno mismo es signo de inteligencia, al contrario del que tiene como víctimas a los demás, que me parece execrable y muestra de bastante miseria moral.
ResponderEliminarNo conocía a la autora.
Un beso.
hola! puede ser interesante y con humor! se agradece, saludosbuhos.
ResponderEliminarEsta vez no me lo lleov Paco, no termina de llamarme, y la verdad es que con tanto pendiente no quiero sumar demasiados
ResponderEliminarBesos
Ni idea Paco. No conocía a la autora pero veo que, si la sigues leyendo, es para tenerla en cuenta. Hay mucha gente que no les gusta los libros de humor pero yo me lo suelo pasar pipa, así que no lo descarto. Besos
ResponderEliminarNo conozco a la autora pero por lo que cuentas podría gustarme, aunque no soy de leer novelas de humor de vez en cuando me gusta cambiar de registro, la tendré en cuenta. Besinos.
ResponderEliminarCon Hacienda hemos topado¡ Veo que es una lectura diferente y que puede resultar divertida, sin embargo este género no es de los que me atraen demasiado, pero veo que Teresa es camaleónica. Un abrazo
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