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viernes, 30 de agosto de 2024

Reseña La red de Alice, de Kate Quinn.


 








Datos técnicos:




Título: La red de Alice.

Título original: The Alice Network.

Traducción: Jesús de la Torre.

Editorial: Suma de Letras (Grupo PRH).

1ª edición: Febrero/2020.

ISBN: 978-84-9129-291-3.

Encuadernación: Rústica con solapas.

Nº páginas: 578.





Sinopsis:




En 1915 una red de valerosas espías dejó un legado de gloria y sacrificio. Pero también de traición. Treinta años después, ha llegado la hora de la verdad.

1947. La joven americana Charlie St. Clair está embarazada, soltera y a punto de ser expulsada de su muy decente familia. Mientras su mundo se viene abajo, su única ilusión es la débil esperanza de que su amada prima Rose, que desapareció en la Francia ocupada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, siga viva.

1915. Un año después del estallido de la Gran Guerra, Eve Gardiner está deseando unirse a la lucha contra los alemanes, así que no duda un instante cuando es reclutada como espía de la organización clandestina conocida como «la red de Alice».

Tres décadas más tarde, obsesionada por la traición que destruyó la red, Eve pasa sus días entre botellas de alcohol encerrada en su ruinosa casa de Londres. Hasta que una joven americana aparece en su puerta pronunciando un nombre que Eve no ha escuchado desde hace décadas y embarcada en una misión: averiguar la verdad sin importar a dónde conduzca.

Heroísmo, amor y suspense en una apasionante novela inspirada en el episodio histórico real de la red de mujeres espías que salvó a más de mil soldados de la muerte.




Opinión Personal:




Cuando disfrutamos mucho con la lectura de una novela deseamos que el desarrollo de su trama se extienda, incluso si se trata de un buen tocho, con independencia del número de páginas que tenga. Y es que hay historias que contienen ingredientes literarios muy atractivos, con el añadido de que la voz narrativa de turno nos ofrece información sobre personajes desconocidos que desempeñaron un pape crucial para el devenir de hechos históricos trascendentales, y que nos ayudan a comprender mejor los episodios que lo conforman. En este caso, el interés es doble, porque buena parte de la trama se desarrolla durante la Primera Guerra Mundial: una Gran Guerra en la que la escritora estadounidense Kate Quinn rinde en La red de Alice un homenaje a una red de valerosas espías que dejó un legado de gloria y sacrificio.

(Grand Place-Lille-France)
Me gustó mucho la construcción de la trama de La red de Alicia. Los 45 capítulos más el epílogo en los que se estructura, se desarrollan a lo largo de dos líneas temporales de forma alterna. La primera es relatada en primera persona por la joven estadounidense, de 19 años, Charlotte St. Clair quien evoca las peripecias que la acompañaron en un viaje transatlántico que hace con su madre desde Nueva York a Southampton. Charlotte -Charlie, como figura en cada capítulo que relata y protagoniza- aunque inicia este viaje con un destino acordado por su familia, tiene el firme propósito de localizar a su querida prima Rose, desaparecida en la Francia ocupada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, porque alberga la débil esperanza de encontrarla todavía viva. La segunda está relatada por un narrador omnisciente, con el foco puesto en la figura de Evelyn Gardiner -Eve-, una joven londinense que es reclutada como espía para formar parte de la red que lleva el nombre del título de esta novela. A lo largo de los capítulos se percibe que la autora los planifico y desarrolló a conciencia, con el aliciente de que tiene muy claro cómo desarrollar los episodios que tienen lugar en la conocida como Gran Guerra, con la intriga instalada en este relato, porque determinados hechos que vivió la protagonista de esta línea argumental decide darlos a conocer treinta años después. Una planificación que se refleja también a la hora de finalizar cada capítulo porque, de una u otra forma, guarda relación con el inicio del siguiente.

Al igual que sucede en las novelas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial, las que se desarrollan en la conocida como Gran Guerra nos ofrecen información sobre hechos o personajes desconocidos para la mayoría de los lectores. En este caso es la labor de espionaje que realizan las mujeres reclutadas por el Gobierno de Su Majestad para servir a la Corona, para que les faciliten objetivos militares o anticiparse a los planes que hayan trazado para sus inmediatas operaciones militares. Son mujeres que reclutan entre la ciudadanía, porque quienes se ponen en contacto con ellas estiman que pueden serles de utilidad, sobre todo las que muestran un mayor patriotismo, porque quieren aportar su ayuda para derrotar al enemigo. Como indico en algunas reseñas, merece la pena leer con interés la nota de la autora que acompaña al cuerpo de la novela, la extraordinaria labor que hicieron estas mujeres espías en Lille, y que se refleja a lo largo de los capítulos, en los que la voz narrativa describe la instrucción que reciben en Folkestone, en el caso de Eve Gardiner, y el riesgo para sus vidas que supone trasladar los informes a sus superiores.

Louise de Bettignies
Por las páginas de La red de Alice transitan unos personajes muy atractivos, creíbles, con una interactuación natural entre reales y ficticios, entre los que sobresale la figura ficticia de la espía ya citada al final del párrafo anterior. En mi opinión, entiendo que la protagonista de la segunda línea temporal, creada por la imaginación de la autora, es la que tiene un mayor desarrollo de su personalidad, por lo que se es testigo de su ciclo vital. Eve Gardiner es de un personaje excéntrico, carismático, inolvidable y no deja indiferente, y destila humor en las conversaciones en las que tiene muy claro cuándo utilizar este recurso. Charlotte St. Claire -Charlie- también ofrece una evolución interesante, si bien no tan profundizada como la que se manifiesta en la espía, por razones lógicas de edad. Eve y Charlie conforman un triángulo muy peculiar, a la par que atractivo, con el que ejerce las funciones de chófer y cocinero de la londinense, el enigmático Finn Kilgore, de quien le llevará un tiempo al lector conocer por qué tiene determinadas reacciones y los demonios que lo atormentan. Sin duda alguna, son muy atractivas e intrigantes las peripecias que les acompañan, al igual que las conversaciones que mantienen entre ellos, ricas en matices.

Sin embargo, es en la segunda línea temporal en donde nos encontramos con un variado elenco, fiel reflejo del papel que desempeña cada uno en la Primera Guerra Mundial. Es un elenco muy equilibrado de personajes, entre los que figuran históricos como Louise de Betignie, alias Alice Dubois -o Lili, come se le llama habitualmente en la novela-, y Maríe Léonide Vanhoute, alias Charlotte, con quienes trabaja la protagonista de la segunda línea temporal. Otro personaje histórico, que desempeña un papel destacado en esta subtrama, es el capitán Cecil Aylmer Cameron, encargado de la red de espionaje Alice, a quien llevan los informes que estiman pueden servir de interés para el servicio de inteligencia. Atrajo mucho mi atención el ficticio René Bordelon, un especulador y colaboracionista -con lo que significa para los franceses el que alguno de sus conciudadanos presten servicios al enemigo- que tiene un restaurante en Lille y que es un personaje más de la novela, por todo lo que sucede en sus estancias, decoradas con lujo. Es un personaje que no deja indiferente, por todos los episodios que protagoniza en los capítulos en los que interviene.

La pasión que siente Kate Quinn por la historia se refleja en la magnífica ambientación, porque refleja con detalle lo que sucede en las localizaciones por las que transitan los personajes a lo largo de las dos líneas temporales que conforman la trama. La primera línea temporal transcurre durante el año 1947, en el que la voz narrativa describe cómo todavía permanece en la población los ecos de un conflicto bélico recién finalizado. Una población que poco a poco recupera su vida cotidiana, aunque todavía tienen que utilizar la cartilla de racionamiento para alimentarse, y convivir con la devastación que las ciudades y poblaciones de los países aliados bombardeadas por los nazis, en este caso Inglaterra, Francia y Bélgica. En el mapa que se encuentra antes del cuerpo de la novela se resaltan las principales poblaciones en las que se desarrollan las dos líneas temporales. Destacaría la ciudad del norte de Francia, Lille, gris y oprimida por la fuerte presencia de soldados nazis, las descripciones que hace Charlie sobre Limoges, Roubaix, Oradour-sur-Glane, Grasse y Grenoble. Oradur-sur-Glane escenario de las prácticas de terror y violencia de los nazis, con el fin de intimidar a la oposición de la población civil y la acción de partisanos y guerrilleros.

(Grasse-Francia)
No dudo en recomendar La red de Alice, de la escritora estadounidense Kate Quinn -y que catalogo como novelón-, en la que resalta el papel que desempeñaron durante la Primera Guerra Mundial las mujeres que fueron reclutadas como espías por el servicio de inteligencia exterior del Reino Unido para operaciones que, en este caso, realizaron en Lille las labores que coordinó la jefa de esta red, Louise de Bettignies -alias Alice Dubois-, para trasladar los informes a los mandos militares a los que estaban subordinadas. El lector se encontrará con dos líneas temporales ambientadas en 1947 y 1915, ambas muy atractivas, y que se desarrollan de forma alternativa a lo largo de los 45 capítulos más el epílogo en el que se estructura el desarrollo de la trama. De estas mujeres valientes, fuertes y que no dudan en arriesgar su integridad física para realizar las misiones que les encomiendan, son tres las que atraen la atención del lector, dos de ellas personajes reales y la tercera, ficticia. Es esta última, Evelyn Gardiner, de la que se sirve la autora para enlazar todo lo que sucede a lo largo de las dos subtramas, porque las peripecias que la acompañaron durante su ciclo vital ofrecen una historia en la que salen a la luz los demonios que la atormentan, al igual que le sucede a quien le sirve como chófer y cocinero, el enigmatico Finn Kilgore. Ambos forman un peculiar triángulo con la joven Charlotte St. Clair -Charlie-, quien viaja con su madres desde Estados Unidos a Southampton, desde donde van a trasladarse hasta Suiza, porque está embarazada y la familia decide que aborte. Pero Charlie tiene el firme propósito de hacer realidad su única ilusión: la débil esperanza de reencontrarse con su amada prima Rose, que desapareció en la Francia ocupada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. La red de Alice es una fascinante historia de lectura fluida, con episodios duros y espeluznantes, que describen la crueldad con la que los alemanes mantuvieron el cerco a la población civil en ambas contiendas mundiales. Historia por la que transitan unos personajes reales y ficticios muy atractivos y construidos con una interesante evolución personal, sobre todo los que más peso tienen en ambas líneas temporales, en especial la exespía ya mencionada en este resumen, un personaje que no tiene desperdicio. Kate Quinn utiliza las alusiones metalaliterarias en algunos diálogos, con las que construye unas metáforas atractivas, al igual que también incide en las reflexiones internas de las dos protagonistas. Otro tanto sucede con las conversaciones que mantienen el peculiar trío formado por estos dos personajes femeninos, y Finn Kilgore, que le confieren mucho interés a la novela.





Biografía:





Kate Quinn nació en el sur de California y estudió en la Universidad de Boston, donde realizó su licenciatura y un máster en Voces Clásicas. Aficionada durante toda su vida a la historia, escribió la saga The Empress of Rome y dos libros ambientados en el Renacimiento italiano, donde cuenta la primera época del célebre clan de los Borgia, antes de volcar su atención en el siglo XX con La red de Alice. Todas sus obras han sido traducidas a múltiples idiomas. Kate y su marido viven ahora en California con sus dos perros llamados Caesar y Calpurnia.



Notas: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía de la autora tomados de la web de Penguinlibros. Imagen de la Grand Place en Lille y de Louise de Bettignies tomadas de Wikipedia. Imagen de Grasse tomada de la web France.fr.






Biografía:










viernes, 23 de agosto de 2024

Reseña Anomalía, de Laura Falcó Lara.

 


















Datos técnicos:





Título: Anomalía.

Autora: Laura Falcó.

Editorial: Edhasa.

1ª edición: Abril/2024.

Encuadernación: Tapa blanda con solapas.

ISBN: 978-84-350-1165-5.

Idioma: Español.

Nº páginas: 414.








Sinopsis:







Sola. Agarrada a un viejo osito de peluche. Aovillada dentro de un armario cerrado con cadenas en una casa deshabitada en la que se ha declarado un incendio.

Es sólo una niña pequeña, de ojos negros tan oscuros como el pelo desgreñado que le cubre la mitad de la cara. Se mueve lenta, y casi no habla ni reacciona. Impertérrita pese a todo, parece vivir en otro mundo.

Ella es Mara y sólo con la mirada la gente se estremece.

¿Te atreves a conocer su historia?


***


Freak shows, circos, videncia, rituales mágicos y vudú se aúnan, junto a las aventuras de los principales protagonistas de la novela, en esta historia, Anomalía, para recorrer gran parte de la costa oeste de Estados Unidos hasta llegar a Nueva Orleáns. Corre el año 1915, y nada ni nadie en el circo de los hermanos Ripling parece normal. Como tampoco lo son los oscuros secretos que se ocultan tras la famosa reina del vudú Marie Laveau.





Opinión Personal:





La primera novela que leí y reseñé en este blog de la escritora Laura Falcó Lara (Barcelona, 1969) fue La maldición de la lanza sagrada (reseña), con una trama de claro trasfondo histórico, ambientada en la Segunda Guerra Mundial, y en la que el esoterismo forma parte de la misma, sobre todo en los capítulos iniciales. Al comprobar que este año publica su nueva novela, Anomalía, en esta ocasión con la editorial Edhasa, en su catálogo de narrativas contemporáneas, con el atractivo de la temática que aborda, me dije que era una muy buena oportunidad para repetir con el buen hacer literario de la autora.

(Winnefield Avenue-Filadelfia-USA)
Tengo muy claro que la portada de una novela tiene que ser el reclamo perfecto para que el lector se interese por la sinopsis, con lo que constituye un buen aliciente para interesarse por su lectura. En este caso, el reclamo es la niña que figura en el centro de un tablado, que agarra un viejo osito con su mano izquierda, a lo que hay que añadir el título, en el que me fijé en una particularidad que atrajo mi atención. Leída la sinopsis, tuve muy claro que merecía la pena adentrarse en una historia en la que me espera un carrusel de situaciones en las que el entretenimiento está asegurado, porque ofrece la oportunidad de conocer la magia de un espectáculo circense en el que nada ni nadie parece normal, como adelanta la sinopsis. El circo de los hermanos Ringling ofrece a los espectadores lo que se conoce como freak show, con mucho éxito entre el público en aquel entonces, porque ante ellos actúan personas que presentan capacidades o características físicas inusuales. Si a lo que acabo de comentar se le añade la presencia en el escenario de la niña a la que me acabo de referir, promete vivencias sorprendentes para los espectadores, a quien sólo con mirarla y escuchar su voz, estremece.

En Anomalía el lector realiza un viaje literario en el tiempo a la segunda década del siglo XX por gran parte de la costa oeste de Estados Unidos. Un viaje en el que se aúnan los personajes a los que me referí en el párrafo anterior, junto con rituales mágicos, videncia y vudú. Sin duda alguna, es un cóctel muy atractivo, con el añadido  de que el lector se encontrará con un espectáculo circense muy diferente al que estamos acostumbrados a ver en la actualidad aunque, salvo contadas excepciones, es una diversión que está en decadencia.

A lo largo de los 33 capítulos titulados en los que se desarrolla la trama, el lector estará muy pendiente de las actuaciones que tanta fama están dando al circo Ringling Brothers, «un pequeño circo inaugurado en 1884 cuando el famoso Barnum y Bailey gozaba de gran popularidad. Los Ringling trasladaban su espectáculo de ciudad en ciudad en unas pequeñas caravanas de carromatos; sólo comenzaron a triunfar pudieron trasladarse en tren...» (pág. 24). Un circo del que la autora muestra el día a día de los miembros que lo conforman, y las características peculiares que conlleva la vida nómada en la que, tras las horas de ensayo y actuación, se tienen que amoldar a los reducidos habitáculos que suponen para ellos vivir en los vagones del tren, que es su vivienda habitual.

(Ringling Brothers Barnum & Bailey Circus)

La trama comienza con fuerza. El narrador omnisciente relata lo que sucede durante un incendio que tiene lugar en Filadelfia en julio de 1915, en una casa a la que tienen que acudir los bomberos para «aplacar el voraz fuego que parecía querer carbonizarlo todo a su paso» (pág. 11). Un capítulo en el que les sorprende un hecho inesperado, pese al peligro que supone para su integridad física continuar en el interior de una vivienda que es reducida por las llamas. Aovillada dentro de un armario cerrado con cadenas les impacta la presencia de una niña agarrada a un viejo osito de peluche. Tras este siniestro, los capítulos se suceden con interés con el aliciente de que son varias las subtramas que atrajeron mi atención, giros incluidos, algunos de los cuales catalogo como espeluznantes, por lo que en más de una ocasión me pregunté qué desenlace me esperaba. Sin duda alguna, la autora dosifica la intriga, que intercala con episodios en los que los personajes que los protagonizan tratan de mitigar con diálogos distendidos en una trama en la que más de una vez me pregunté qué desenlace me esperaba. Un desenlace impactante, a la par que enternecedor, por cómo se desarrollan los episodios que conforman este último tramo.

A Filadelfia llega el circo de los hermanos Ringling. Frank Lentini y Sylvie son dos de los miembros que actúan en los espectáculos que atraen la atención del mucho público que asiste a presenciarlos. Estos dos personajes deciden casarse. Con el paso del tiempo, comprueban que la única posibilidad que les quedaba para tener un hijo es mediante adopción. Son conscientes de que las características físicas inusuales que tienen constituyen un gran obstáculo para que se la concedan. Tras un interesante y razonado diálogo con la directora de la casa cuna de la ciudad logran que la pequeña Mara pase a ser miembro de la familia. Con el tiempo, y dadas las peculiaridades que posee, los dueños del circo están convencidos de poder explotar el don que tiene para incrementar la asistencia de público. Mara se convierte en la principal actuación, y su sola presencia en el tablado y su voz peculiar les estremece. Los padres están preocupados ante el derrotero que toma el papel de la niña, pero sobre todo es la madre, Sylvia, quien más se interesa por conocer el origen biológico de su hija, por la influencia que pueda tener en el don que posee. Decide realizar un viaje incierto en el que tratar de averiguar las interrogantes que la atormentan. Un viaje que la lleva el punto de partida, a la casa cuna en la que le concedieron la adopción, y de ahí a Nueva Orleáns «la famosa cuna del jazz, aquella bonita ciudad de raíces francesas y españolas donde se mezclaban las creencias, las religiones y las etnias de una forma casi natural» (pág. 143). Una ciudad en la que se encontrará con unos personajes dispuestos a ayudarla, pero también con un mundo desconocido para ella, como es el vudú y los rituales de magia negra, así como las espeluznantes escenas que presencia en estas ceremonias. Una ciudad que es un personaje más de la novela.

En un principio cuesta adaptarse a los rasgos que resaltan las peculiaridades de los personajes que transitan por las páginas de Anomalía y forman parte de este espectáculo freak shows. Sin embargo, la autora los humaniza de tal forma que no tardamos en centrarnos en la personalidad de cada uno, y familiarizarnos con los sentimientos, emociones y sensaciones que los caracterizan. Otro tanto sucede con las relaciones que se establecen entre los miembros que conforman esta gran familia circense. La mayoría de ellos se vieron obligados a incorporarse bien porque la familia no aceptaba sus rarezas biológicas o por las dificultades que tenían para soportar los apuros económicos familiares, salvo unos pocos que lo hacen por propia iniciativa, porque creen que pueden ser admitidos por las habilidades que dominan. La gran mayoría son reales, «excepto Sylvie, que como tal no existió. En todo caso, está basada en Annie Jones, la mujer barbuda, nacida en Virginia en 1865» (pág. 408), como aclara la autora en la nota que acompaña al cuerpo de la novela, y que titula Un poco de historia detrás de la ficción. Nota a la que acompaña el árbol genealógico de Marie Laveau, proclamada en 1830 Reina del Vudú en Nueva Orleáns. Personajes a los que hay que añadir al gran ilusionista y escapista que fue Harry Houdini, quien protagoniza una serie de episodios que atrajeron mucho mi atención.

(Museo Vudú Marie Laveau-N. Orleáns-USA)
Me gustó mucho Anomalía, porque nos ayuda a realizar un viaje literario en el tiempo a una época en la que circos como el de los  Ringling Brothers tienen como gran atracción los freaks shows, en los que muestran a personas con capacidades o características físicas inusuales. La novela está conformada por varias subtramas que la enriquecen y atrajeron mi atención por todo lo que sucede en cada una de ellas. Subtramas en las que se aúnan freak shows, videncia, rituales mágicos y vudú, y en las que se suceden una serie de giros, algunos espeluznantes, porque son conscientes de que la magia negra es la opción que tienen para solventar la deriva que toma el don de la hija de Frank y Sylvie ante las repercusiones que puede tener tanto en los espectadores como en miembros del circo. A lo largo de los capítulos, el lector se encontrará con una magnífica ambientación, muy visual, que le incitan a imaginarse cómo son los espacios por los que se mueve esta familia circense, entre Filadelfia y Boston, al igual que el viaje que realiza Sylvie a Nueva Orleáns. Anomalía está narrada por una voz omnisciente que, a lo largo de 33 capítulos titulados, relata las vivencias de los personajes que actúan en los freak shows, casi todos ellos reales, o como Sylvie, basada en el personaje real de Annie Jones, si bien la autora se toma ciertas licencias para adaptarlos al relato ficticio.




Biografía:




Laura Falcó Lara (Barcelona, 17 de marzo de 1969) es licenciada en Filología Inglesa y máster de Dirección de Empresas por ESADE. Entró a trabajar en el Grupo Planeta en 1975, y desde entonces ha dirigido distintos sellos editoriales. En la actualidad, preside Prisma Publicaciones en el mismo grupo.

Ha colaborado en los programas de radio Levántate y Cárdenas, Julia en la Onda, Luces en la oscuridad y La rosa de los vientos; en los de televisión Las tardes de Pedro Riba, Tierra de Sueños, Hora Punta (en la 1 de TVE) y Extraterrestres: Ellos están entre nosotros, en Dmax. Ha sido asesora y ha formado parte del documental Imborrable y es creadora y presentadora de El colegio invisible en Onda Cero, junto con Lorenzo Fernández Bueno.

Asimismo, como escritora es autora de los libros Gritos antes de morir (Libros del Silencio, 2012), La muerte sabe tu nombre (Círculo de Lectores, 2012), Chelston House (Dolmen 2014; premio mejo novela Imagina Málaga), Última llamada (Edhasa, 2016; premio mejor novela adaptable al cine del Festival de de Sitges), Amanecer de hielo (Edhasa, 2017), Ecos del pasado (Luciérnaga, 2018), La maldición de la lanza sagrada (La Esfera, 2020; Premio Odilo a la mejor autora 2020), Los 13 asustadores profesionales más famosos de la historia (Babi-di-bu Libros, 2021) y El colegio invisible. Las historias de colegios más escuchadas (La Esfera, 2022).


Notas: Datos técnicos, sinopsis y biografía de la autora, tomados de la web de Edhasa. Fotografía de Laura Falcó tomada de la web del Diario La Vanguardia. Imagen de la Winnefield Avenue en Filadelfia tomada de Wikipedia. Imagen del circo de los Ringling Brothers tomada de Wikimedia Commons. Imagen del Museo Vudú Marie Laveau, en Nueva Orleáns, tomada de la web Tripdvidsor


martes, 20 de agosto de 2024

Lectura semana 34/2024: La red de Alice, de Kate Quinn.

 












En esta nueva semana del mes de agosto le toca el turno a la novela de Kate Quinn, La red de Alice





Sinopsis: 


En 1915 una red de valerosas espías dejó un legado de gloria y sacrificio. Pero también de traición. Treinta años después, ha llegado la hora de la verdad.

1947. La joven americana Charlie St. Clair está embarazada, soltera y a punto de ser expulsada de su muy decente familia. Mientras su mundo se viene abajo, su única ilusión es la débil esperanza de que su amada prima Rose, que desapareció en la Francia ocupada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, siga viva.

1915. Un año después del estallido de la Gran Guerra, Eve Gardiner está deseando unirse a la lucha contra los alemanes, así que no duda un instante cuando es reclutada como espía de la organización clandestina conocida como «la red de Alice».

Tres décadas más tarde, obsesionada por la traición que destruyó la red, Eve pasa sus días entre botellas de alcohol encerrada en su ruinosa casa de Londres. Hasta que una joven americana aparece en su puerta pronunciando un nombre que Eve no ha escuchado desde hace décadas y embarcada en una misión: averiguar la verdad sin importar a dónde conduzca (578 pág, rústica con solapas).




viernes, 16 de agosto de 2024

Reseña El jugador, de Fiódor Dostoyevski.

 












Datos técnicos:




Título: El jugador.

Autor: Fiódor Dostoievsky.

Editorial: e-artnow.

1ª edición: Marzo/2014.

Año Publicación original: 1866.

Formato: Libro digital.

ASIN: B00JF6JP56.

Idioma: Español.

Nº páginas: 207.





Sinopsis:





El jugador es una novela de Fiódor Dostoievski escrita en 1866 y publicada en 1867. La historia se desarrolla en una ciudad mítica llamada Ruletenburg, y su protagonista es un joven atrapado por el vicio del juego, igual que la mayoría de los personajes: todos están allí con el único objeto de apostar a la ruleta y hacerse ricos. Esta novela es esencialmente autobiográfica. Dostoievski fue víctima de la adicción al juego, y tuvo que terminar esta novela bajo presión y con una fecha fija porque con sus honorarios debía pagar una deuda de juego. Un aspecto admirable del autor es su objetividad respecto a su propia adicción: en la novela él toma partido en contra del juego y lo hace aparecer como lo que es, un peligrosísimo vicio, vale decir que toma partido a favor de la verdad y en contra de sí mismo.





Opinión Personal:






Fiódor Dostoievski es uno de los máximos representantes del realismo literario ruso. Un realismo con el que disfruto mucho porque en las tramas de sus novelas se retrata la condición humana con una gran profundidad psicológica y se ofrece una atractiva estampa de la sociedad zarista de la época, en la que quedan bien reflejadas las claras diferencias que separan a los estamentos que la conforman. A lo que acabo de comentar, añado las descripciones detalladas, precisas, vívidas pero sin adornos innecesarios, de todo lo que sucede a lo largo de los capítulos en los que se estructuran. Pese a que las obras más representativas de Dostoievski son Crimen y castigo -leída hace años- y Los hermanos Karamazovme decanté para retomar su narrativa por El jugador, una de las consideradas obras menores del escritor moscovita.

El jugador es una obra autobiográfica de Dostoievski, adicto al juego de la ruleta, lo que le acarreaba grandes deudas económicasDe hecho, esta novela surge de la necesidad que le impone su editor para que cumpliese un plazo firmado mediante contrato porque, de no hacerlo, se quedaba con los derechos de autor de todo lo que escribiera durante los próximos nueve años el escritor moscovita. El amor está también presente en la trama; por lo que deduje de su biografía, entiendo que Paulina Alexándrovna (Polina) tiene su base en la relación apasionada que Dostoievski mantuvo con Apollinaria Prokófievna Súslova.

En la pequeña ciudad en la que ahora se encuentra, el joven Alexei Ivanovich relata en primera persona, y a modo de memorias, la vorágine de episodios sucedidos ocho meses antes en la ciudad-balneario de Ruletenburg. Tal y como se desarrollan los 17 capítulos en los que se estructura el desarrollo de la trama, entiendo que el protagonista y narrador puede considerarse el alter ego de Dostoievski. En este sentido, corrobora lo que acabo de comentar la interesante conversación que mantiene en el tramo final con mr. Astley,  con quien ya se cruzó en varias ocasiones en esta urbe. Una conversación en la que se dirige a él como si fuera su concienciaaunque también le pone al día de lo que les sucedió a los personajes con los que coincidieron en el hotel en el que se hospedaron.

En mi opinión el gran atractivo de El jugador son los personajes. Unos personajes a través de los que Dostoievski retrata la condición humana, si bien el lector los conocerá en un principio de forma superficial, profundizando en la psicología de su personalidad a medida que se suceden los capítulos.  El autor realiza una crítica mordaz de la sociedad aristócrata zarista, en la que incide en la apariencia que muchos de ellos muestran ante los demás, porque de puertas para adentro su situación es muy diferente. El efecto dominó está muy presente en la relación que mantienen los personajes que cobran un mayor peso en esta historia, lo que provoca que se esté muy pendiente de todo los episodios que protagonizan, relacionados con la menguada economía que repercute en su ajetreada vida social.

Pese al papel trascendental que desempeña en esta novela Alexei Ivanovich, diría que estamos ante una obra coral por el peso que tienen en la trama los personajes secundarios que guardan una relación muy directa con el joven tutor. Me encontré con una persona atormentada, encerrada en un laberinto del que no puede salir, y solitaria, pese a que «Aquí todo el mundo sabe que pertenezco al séquito del general. Todos se dan aires de importancia, y al general se le considera como un aristócrata ruso, muy rico» (cap. I). A lo largo de los capítulos el lector estará muy pendiente de la relación tan dispar que mantienen con la familia del general retirado Zagorianski, tanto el francés Des Grieux, como la joven condesa Blanche de Cominges,  que se hospedan en el mismo hotel. Pero también me interesé por la pasión que siente Alexei Ivanovich hacia la hijastra del militar, Paulina Alexándrovnaquien se aprovecha de la relación servil que le profesa e incluso le incita a protagonizar situaciones surrealistas, que pondrán en peligro su labor como tutor de los dos hijos pequeños del militar. 

En mi opinión, El jugador es una magnífica novela  de rasgos autobiográficos en la que Dostoievski confiesa los pecados que le es imposible redimir, provocados por el demonio del juego, en este caso la ruleta, ocasionándole graves problemas económicos. Está relatada a modo de memorias por Alexei Ivanovich, preceptor de los dos hijos pequeños del ya retirado general ruso Zagorianski, meses después de la vorágine de episodios vividos en Ruletenburg. El realismo está muy presente, tanto en la vida cotidiana de los personajes que transitan a lo largo de los 17 capítulos en los que se estructura su desarrollo, como en las descripciones del ambiente que se vive en las salas de juego que proliferan en las ciudades balneario de Alemania en la segunda mitad del siglo XIX, con la ruleta como atracción de quienes las frecuentan. El autor hace una crítica mordaz de la aristocracia zarista, en la que la apariencia y la codicia están muy presentes. Una trama en la que se produce un efecto dominó entre los personajes que transitan por sus páginas, movidos por el mismo fin, que no es otro que reflotar su menguada economía, por lo que los diálogos internos están también muy presentes en determinadas fases. Con la esperanza de resolver sus problemas ante el delicado estado de salud de la abuela Antonida Vasilevna Tarassevitchev, la realidad les golpea al presentarse la excéntrica y carismática anciana aristócrata en el hotel en el que se hospeda su familia, protagonista de una serie de episodios en los que sale a relucir su carácter e incluso levanta más de una sonrisa. Los diálogos son ágiles y muy interesantes, entre los que atrajeron mi atención los que mantiene el joven tutor con Paulina Alexándrovna, dada la pasión sentimental que siente por la hijastra del militar retirado. Conversaciones en las que los personajes justifican las decisiones que adopta cada uno para solventar sus problemas económicosy se ponen de manifiesto las relaciones que mantienen, y en los que el autor, en determinadas escenas, utiliza algunos vocablos rusos y el francés para conferirle mayor verosimilitud, idioma muy utilizado en esa época por la aristocracia zarista, y también en los casinos en los que la ruleta es la protagonista.







Biografía:






Moscú (1821-1881). Fiódor Mijailovich Dostoievski, novelista, comenzó desde muy joven a desarrollar sus cualidades de escritor. Tras trabajar a los veinte años como traductor en San Petersburgo, su novela epistolar Pobres gentes le proporciona una efímera fama, ya ue sus siguientes obras dejaron al autor en un olvido total. Condenado a muerte e indultado momentos antes de su ejecución, su estancia en Siberia marcará el devenir de su producción posterior, que le consolidó como un escritor de éxito. Máximo representante de la «novela de ideas», en sus obras aparecen rasgos de modernidad, sobre todo en el tratamiento del detalle y de lo cotidiano, en el tono vívido y real de los diálogos, y en el sentido irónico que apunta en ocasiones junto a la tragedia moral de sus personajes. Sus novelas más reconocidas son Crimen y Castigo (1866), El idiota (1866-1869), y Los hermanos Karamazov (1879-1880).






















viernes, 9 de agosto de 2024

Reseña Prohibida en Normandía, de Rosario Raro.

 











Datos técnicos.






Título: Prohibida en Normandía.

Autora: Rosario Raro.

Editorial: Planeta.

1ª edición: Abril/2024.

Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta.

ISBN: 978-84-08-28624-0.

Idioma: Español.

Nº pág.: 406.





Sinopsis:





La reportera Martha Gellhorn colabora con The Ghost Army, un ejército fantasma creado en Hollywood para engañar a los nazis. Ella y su marido, el famoso Ernest Hemingway, inventan las vidas de soldados que no existen. Pero Martha aspira a más; quiere cruzar el Atlántico y relatar de primera mano la etapa definitiva de la guerra.

Para conseguirlo tendrá que rebelarse contra el rol que pretenden asignarle como mera sombra en la vida de su marido y, además, desafiar una prohibición del alto mando militar que impide la presencia de mujeres en el desembarco de Normandía. Contra todos los intentos de borrarla, esta extraordinaria periodista luchará por la libertad en una épica travesía que la llevará desde Hollywood hasta Canfranc, pasando por Londres, Dover y Pau, entre otros lugares.






Opinión Personal:





Cuando en diciembre de 2015 reseñé en este blog la ópera prima de Rosario Raro (Segorbe, Castellón, 1971), Volver a Canfranc (reseña), dije que mi relación con su narrativa fue un flechazo literario en toda regla. Un flechazo que se convirtió en una relación literaria que continúa, porque tengo muy claro que su narrativa supone para mí disfrutar de historias bien contadas, con una labor documental que les aporta verosimilitud y realismo, y por cuyas páginas transitan personajes bien perfilados, consistentes y que parecen cobrar vida propia. Sus novelas parten de temáticas que no dejan indiferente al lector -algunas incluso diría que poco conocidas, caso de la denuncia social sobre la talidomida, que afronta en La huella de una carta (reseña)-, con el aliciente de que las afronta desde una perspectiva diferente, a la par que atractiva. En la línea de lo que acabo de comentar está Prohibida en Normandía, publicada por Planeta en abril del presente año, y en la que reivindica la figura de la periodista Martha Gellhorn, la única mujer que participó en el trascendental desembarco de Normandía, el 6 de junio de 1944, del que este año se conmemora el 80 aniversario.

 (Omaha Beah-Normandía, Francia)
En mi opinión, Prohibida en Normandía es una interesante y entretenida lección de historia en la que la escritora segorbina no sólo reivindica la figura de la periodista y protagonista de esta novela, Martha Gellhorn, sino porque a lo largo de los 88 capítulos cortos que la conforman, se desarrolla una subtrama en la que aborda un hecho histórico poco conocido, como es la Operación Fortitude, en la que se planifica el entramado que conformará el señuelo con el que desviar la atención del ejército alemán hacia las costas de Calais para que creyeran que iba a ser en esa zona del noroeste de Francia donde iban a desembarcar las fuerzas aliadas, y no en Normandía. Desde Hollywood, personajes del mundo del séptimo arte se implican en la creación del Gost Army o Ejército Fantasma. Están convencidos de que este engaño sirva para que la invasión sea el principio del fin del terror implantado por el régimen nazi, para desde allí iniciar el camino que les conduzca a la conquista de Berlín y poner fin a una espeluznante pesadilla que segó la vida de miles de víctimas inocentes. Un entramado del que también forman parte las vidas ficticias de soldados que no existen, al igual que la captación de agentes alemanes para que transmitan información falsa a su país, o la que les facilitan agentes ficticios, «convencidos los alemanes de que eran sus principales activos allí; por tanto, mientras esta trampa funcionara, no enviarían a otros agentes» (pág. 156).

Rosario Raro planifica y desarrolla una novela que no tiene desperdicio, porque en cada capítulo me encontré con episodios que atrajeron mi atención, en donde no faltan giros que redoblan el interés por lo que les depara a los personajes que protagonizan cada uno de estos vuelcos narrativos. En la trama no sólo se refiere a la preparación del señuelo al que me refiero en el párrafo anterior, sino que también incide en el papel que desempeña la mujer en este conflicto bélico. Mujeres a las que la periodista da voz en las diversas entrevistas que realiza para que la ciudadanía conozca y valore su labor en este conflicto bélico, tanto sus compañeras de profesión como de otras que forman parte de determinados cuerpos del ejército, caso de las enfermeras, o el trabajo que desempeñan en determinados departamentos militares, entre los que le sorprende las condiciones en las que tiene que realizar su labor quien marca en un enorme mural las singladuras de los barcos que cruzan el canal de La Mancha.

(Martha Gellhorn)
Pese a que la autora resalta en la interesante nota que acompaña al cuerpo de la novela que «está basada muy libremente en algunos acontecimientos de la vida de Martha Gellhorn como reportera de guerra durante el período 1944-1945 y, en especial, durante su papel en el desembarco del Ejército aliado en la costa de Normandía» (pág. 421), entiendo que refleja la esencia de lo que significó para una mujer demostrar que puede ejercer su profesión en un oficio dominado por los hombres, y el menosprecio que muestran sus compañeros hacia ellas. Pero Martha Gellhorn demuestra a lo largo de los capítulos que es una mujer valiente, intrépida y que no duda en luchar contra viento y marea para ejercer su trabajo en primera línea como reportera de guerra y contar al mundo la verdad a través de todo lo que fotografía con su cámara y cuenta con su certera pluma, consciente de que la censura militar es la que manda en un conflicto bélico, porque la información que remita para ser publicada puede caer en manos enemigas. Aunque también tiene que luchar contra las trabas con las que justifican la dificultad que supone su publicación, incluidas la mutilación de sus reportajes. El lector comprobará cómo pesa sobre ella el hecho de estar casada con el periodista y escritor Ernest Hemingway, de quien no recibe el apoyo esperado para conseguir su acreditación que le facilite tomar parte directa en el desembarco, lo que origina una subtrama en la que uno se pregunta por el desenlace de una relación que se presume tensa. Con Martha Gellhorn el lector tiene la intriga asegurada, ya que no duda en tocar de forma persistente las teclas que estima necesarias para obtener la ansiada autorzación.La trama es muy visual y las descripciones que realiza el narrador omnisciente sobre los espacios por los que transitan los personajes incitan a que nos imaginemos cómo se desarrollan los episodios que tienen lugar en cada uno de ellos. El lector acompañará a los personajes desde Hollywood, donde se sientan las bases de la llamada Operación Fortitude, a Dover -centro neurálgico en el que se prepara el desembarco del Ejército Fantasma en las costas de Calais- los Alpes Suizos, en donde Hitler prefiere pasar sus vacaciones en Berghof, desde donde también dirigió parte de las operaciones del ejército alemán, y muy cerca del conocido como Nido del Águila. LondresPau y Canfranc Estación son otras ubicaciones en las que tienen lugar episodios en los que toma parte la protagonista, y que ubica la autora en estos parajes, conforme a la documentación que recaba la autora sobre la estancia de la protagonista en territorio francés. Episodios que mantuvieron mi atención por todo lo que podía suponer para ella su paso por la mítica estación ferroviaria, que la encandiló, porque «vio un edificio que le resultó inverosímil...Ese palacio le pareció una alucinación provocada por el estado en el que se encontraba» (pág. 310).

Marta Gellhorn está flanqueada por un muy atractivo el elenco de personajes reales y ficticios. Personajes que interactúan de forma muy natural, de tal forma que me hizo dudar de que alguno de ellos fuera creado por la imaginación de la autora. Y es que si por algo destacan los que perfila Rosario Raro es por la base real de la que parte para trazar figuras ficticias consistentes, muy acordes con la realidad y las situaciones que les toca vivir en el período histórico de turno. La protagonista es el centro de escenas que no dejan indiferente, tanto las que guardan relación con el que es su marido en esa época -el periodista y escritor Ernest Hemingway-, como con otros tres personajes que le dan mucho juego a la novela, como son el general Harvey, el teniente Douglas Fairbanks Jr. y el espía Ottto Mandheim. Anque tampoco me olvido del papel que desempeña en una fase trascendental de la trama la enfermera Lindsay Bennet, o la que mantiene con la reportera Lee Miller, al igual que con el matrimonio conformado por David Niven y Prímula Susan Rollo.

(Ejército Fantasma-2GM-1944)
Prohibida en Normandía es una novela para degustar sin prisas, pese a que el ritmo de lectura es fluido, influenciado por la variedad y el dinamismo de episodios que atrajeron mi atención a lo largo de los 88 capítulos cortos en los que se estructura el desarrollo de la trama. Rosario Raro planifica y desarrolla una historia muy atractiva en la que no sólo reivindica la figura de la periodista Martha Gelhorn, sino que también da a conocer el entramado que se organiza desde Hollywood para desviar la atención al ejército alemán hacia las costas de Calais, y no a las de Normandía, enclave fijado para el desembarco de las tropas aliadas. Resultado de este entramado es la creación del señuelo conocido como Operación Fortitude y la creación del Ejército Fantasma con el que conferir credibilidad a un atrezzo simulado. La exhaustiva labor de documentación que realiza la escritora segorbina para que la trama se ajuste a los hechos históricos que relata el narrador omnisciente, la convierten en una ficción verosímil, real y muy visual, en la que aprovecha las lagunas documentales para intercalar escenas que están muy en consonancia con los hechos que se relatan y que bien pudieron haber ocurrido en la realidad. Una ficción en la que los diálogos dinámicos y naturales son trascendentales, porque a través de ellos se reflejan las adversidades a las que se enfrenta la protagonista para conseguir la ansiada acreditación, que le permita tomar parte en el desembarco de Normandía. Unas adversidades que, sin embargo, generan una intrigante relación que se fragua con el general Harvey, y que incita a preguntarse sobre el posible desenlace en el que puede desencadenar, según se desarrollan los episodios que protagonizan. Otro tanto sucede con la tensión que mantiene con Ernest Hemingway, su actual marido, dada la postura que adopta el afamado escritor y periodista, sobre todo al comprobar la importancia que para ella tiene su labor como reportera. Prohibida en Normandía tiene también el atractivo de disfrutar de unas descripciones muy visuales en las que acompañamos a los personajes por Hollywood, Dover, Londres, Alpes Suizos, Pau o Canfranc Estación, por lo que el lector se puede imaginar una idea muy clara de cómo son las localizaciones en las que se desarrollan las escenas que mayor peso tienen en la novela.






Biografía:





Rosario Raro (Segorbe, (1971) además de es doctora en Filología Hispánica. Dirige el aula de Escritura Creativa de la Universitat Jaume I de Castellón desde 2004. Ha publicado en Editorial Planeta las novelas Volver a Canfranc (2015), La huella de una carta (2017), Desaparecida en Siboney (2019) y El cielo sobre Canfranc (2022), con las que suma más de veinticinco ediciones. El viaje teatralizado y la ruta literaria basados en el primero de estos libros obtuvo el premio a la mejor experiencia turística de Aragón en 2021. Ha colaborado con sus artículos en Qué leer, El País y El Dominical de El Periódico. Ganó el Premio Magda Portal del Ministerio de la Mujer de Perú, país donde vivió durante casi una década, y el prestigioso Premio Ciudad de Huelva de relato, entre otros galardones. Sus haikus han sido traducidos al japonés y su obra narrativa de ficción, al árabe, francés y catalán.



Nota: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía de Rosario Raro tomados de la web Planetadelibros. Imagen de Omaha Beach tomada de la web Wikimedia Commons. Imagen de Martha Gellhorn tomada de la web Hermesmagazine. Imagen Operación Fortitude tomada de la web Britannica.