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martes, 28 de febrero de 2023

La mirada de la tortuga, de Jon Arretxe.


 







Datos técnicos:



Título: La mirada de la tortuga.

Título original: Dortokaren berigara.

Editorial: Erein.

Colección: Cosecha roja.

1ª edición: Abril/2022.

Encuadernación: Rústica con solapas.

ISBN: 978-84-9109-807-2.

Nº pág.: 208.



Sinopsis:



Podría ser la calle San Francisco de Bilbao, pero se trata del barrio madrileño de Lavapiés. Allá, en una corrala, vive nuestro detective Touré, tras huir de un pequeño pueblo del Pirineo navarro y desambular un tiempo por París.

En el parque del Retiro, pensando que se trata de un lugar seguro, ha escondido un montón de joyas robadas en la capital francesa, pero han desaparecido. En el escondrijo, en lugar de las joyas, alguien ha dejado una pequeña tortuga con una misteriosa inscripción. Esa es la única pista con la que contará Touré para resolver el misterio.

Nuestro detective no estará solo en esta investigación, Sa Kené, su amiga y amante de San Francisco, será su compañera en esta búsqueda, plagada de obstáculos y peligros.

Con su habitual escritura ágil y dinámica, en esta octava entrega, Arretxe recupera el humor de los inicios de la saga. Por otra parte, y más allá del relato policial, el autor insiste en la denuncia de la dramática situación en la que viven los marginados sociales.



Opinión Personal:



Touré es ya un detective habitual en este blog. Sin duda alguna, es de los personajes con los que uno no tarda en empatizar y estar muy pendiente de las vicisitudes que le acompañan en cada una de las novelas que conforman la saga que protagoniza, de las que ya van ocho. De esta saga leí seis y desde que me topé con este peculiar detective me convertí en un fiel seguidor de este personaje, a quien su padre literario, el escritor basauritarra Jon Arretxe, le mete en unos berenjenales a cada cual más complejo. Pero la vida le enseñó a estar muy pendiente de todo lo que sucede a su alrededor, porque es consciente de que en cualquier momento pueden solicitarle documentación para comprobar que tiene los papeles en regla, ya que pueden extraditarlo en cualquier momento. Es consciente de que si la policía detecta su irregularidad, pondrá fin a un sueño que le llevó a arriesgar su vida en una patera en busca de un mundo que le ofreciera la oportunidad de tener una vida digna para él y su familia.

(Calle Ave María-Madrid)
En mi modesta opinión, diría que Touré es uno de los detectives más peculiares con los que me encontré en el panorama literario nacional y, más en concreto, en lo que a novela negra se refiere. Aunque he de reconocer que soy muy poco asiduo de los títulos de este género literario que se publican en el extranjero, a parte de los autores clásicos misterio. Además, tiene el añadido de ejercer como vidente, si bien parece que últimamente este arte adivinatorio lo tiene un tanto abandonado. No me extraña, porque los vaivenes que lo acompañan lo mantienen en un carrusel de emociones en las que uno tiene la sensación de que está metido en un círculo vicioso del que no es capaz de salir. tengo la ligera impresión de que su padre literario, el escritor basuaritarra Jon Arretxe, le tiene preparadas algunas historias más a protagonizar. De hecho, en la entrevista que publican en el diario vasco Deia resaltan que va a dar larga vida a Touré, porque este personaje es muy necesario. También me llevé una grata alegría al saber que se rodará una serie televisiva sobre este personaje, aunque también me pregunto si los responsables de la misma, guionistas incluidos, acertarán con la adaptación de esta saga literaria y, sobre todo, con la peculiar idiosincrasia que caracteriza a este emigrante sin papeles, natural de Gorom-Gorom, en Burkina Faso, ciudad situada al norte de este país.

Uno de los grandes alicientes para interesarse por esta saga es que las novelas que la conforman son autoconclusivas, por lo que no es necesario empezar por 19 Cámaras, la primera de la serie. En mi caso, empecé por la tercera, Sombras de la nada (reseña), y no me no me sentí perdido durante su lectura, porque el narrador ofrece las pinceladas necesarias para recordar lo sucedido en los títulos anteriores que preceden a la nueva historia protagoniza. Otro gran atractivo es el propio Touré, porque el lector tiene que estar preparado para las situaciones imprevisibles a las que se puede enfrentar ya que, en un principio, tal y como empieza cada historia que protagoniza parece que va a enfrentarse a una trama con pocos giros narrativos. Sin embargo, a medida que se suceden los capítulos, se retuerce y los peligros y sorpresas desagradables vuelven a estar presentes. Unos giros narrativos que pueden provocar un vuelco en las aspiraciones que tiene para conseguir por fin los papeles que regularicen su situación en el país. La presencia policial lo mantienen muy en vilo por las sorpresas desagradables que puedan acarrearle, aunque suele aprovechar los despistes que puedan tener los agentes para salir por piernas. Pero en algunas ocasiones toma decisiones muy drásticas que desencadenan un desenlace trágico. Decisiones que no dejan indiferente al lector, porque es consciente de que puede enfrentarse a una sentencia condenatoria que le llevará a pasar largos años en la cárcel.

(Plaza de Cascorro-Madrid)
En La mirada de la tortuga Touré se encuentra en Lavapiés, un barrio castizo madrileño en el que hay mucho inmigrante, y que el protagonista y narrador de la trama encuentra como muy apropiado para pasar desapercibido. Acaba de llegar de París y siente que, por fin, puede empezar una vida sin sobresaltos, en la que quiere disfrutar del botín que se trajo de la Ciudad de la Luz, después de deambular un tiempo por la capital francesa. Una ciudad en la que nadó en la abundancia, porque con los «negocios» en los que anduvo metido, adiestrado por las expertas manos de Yareliz, si bien se encontró también con el lado más oscuro y cruel de la condición humana. Un botín que esconde en el estanque parque de El Retiro, porque cree que es el lugar más idóneo para que pasen desapercibidas las joyas robadas. Pero la realidad le vuelve a dar un nuevo golpe y se encuentra con que el escondrijo elegido no era tan seguro como creía porque, en lugar de las joyas, alguien ha dejado una pequeña tortuga con una misteriosa inscripción, como adelanta la sinopsis. La desaparición de su botín se convierte en un calvario más que en una investigación, porque lo que obtendría por él le ayudaría a vivir durante años sin preocupaciones. Pero el peculiar detective recibe la ayuda de su querida amiga y amante Cristina —Sa Kené, como es conocida entre los inmigrantes de la Pequeña África, en Bilbao— .

En mi modesta opinión, entiendo que el desarrollo de la trama tiene una clara influencia clásica, porque me dije que me encontraba ante una investigación de corte whodunit, porque Touré no tiene muy claro quien pudo haber cometido el robo de sus joyas, escondidas en el estanque del parque Retiro. Sólo presiente que alguien pudo haberlo seguido y esperar la ocasión adecuada para robárselas. El carácter clásico de la trama se refrenda también por las explicaciones que ofrece en el desenlace  por uno de los implicados en este robo este robo, ante la sorpresa de Touré. Pasan los capítulos y el protagonista y su amiga se encuentran en un callejón sin salida, porque no tienen muy claro quien puede ser el culpable o, cuando menos, quién o quienes pueden tener interés en robarle al subsahariano el botín que se trajo de París, y sobre todo desde que se producen una serie de muertes, entre las que se encuentra la del que creía que podía ser el principal sospechoso. Una investigación en la que, con el paso de los capítulos, los obstáculos y peligros no dan tregua, en los que la acción está también muy presente y no faltan dosis de mala leche.

En relación con lo que comenté en el tercer párrafo de esta reseña, otro de los grandes atractivos de las novelas que protagoniza el detective-vidente Touré es la ambientación. Jon Arretxe tiene muy claro que este personaje debe moverse por unos ambientes que le recuerden sus orígenes subsaharianos. Si en Bilbao es la Calle San Francisco, conocida como la Pequeña África por los emigrantes africanos, sobre todo, en París sucede otro tanto con los barrios de Barbès y Distrito 13, en La mirada de la tortuga es en Lavapiés donde vuelve a encontrarse en una situación similar, con el añadido de que este personaje encuentra un cierto paralelismo con la Pequeña África, dado el número de inmigrantes subsaharianos y de otros países asiáticos, e incluso se encuentra con las tan temidas cámaras de vigilancia que pueden grabarlo o los policías que pueden amargarle la vida y extraditarlo a su país de origen. Junto con la ambientación no tienen desperdicio los personajes que transitan por las páginas de la octava entrega de esta saga. Touré vuelve a encontrarse con un variopinto grupo de personajes que atrajeron mi atención, algunos de los cuales me provocaron más de una sonrisa por las peculiaridades que los caracterizan, caso de la ex vedette Erika, que dice haber sido una estrella del Pasapoga; el peculiar jubilado Manolo, que está al frente de una Escuela Popular de Personas Adultas; la banda de jubilados que amenizan el barrio con sus desafinados conciertos, o el singular predicador de Vallecas y sus dos acólitas, que quiere convertir al cristianismo a las muchas ovejas descarriadas que se encuentra por el barrio. Pero también se describe la dureza en la que viven muchos de los inmigrantes que malviven en pisos pateras o duermen en locales inmundos.

(Iglesia de San Millán y San Cayetano-Madrid)
Disfruté mucho con La mirada de la tortuga, al igual que con las cinco novelas anteriores que leí de la saga que protagoniza Touré, conformada hasta la fecha por ocho títulos. Lo mismo sucede con el ritmo narrativo, porque Jon Arretxe le confiere de agilidad y dinamismo, con el añadido de que nos encontramos con escenas muy cinematográficas, y que ayudan a que las páginas se sucedan de forma vertiginosa, a lo que también contribuye el que predominen los diálogos muy vivos y naturales frente a las descripciones. Pese a que la novela apenas pasa de las 200 páginas, los personajes están bien perfilados, por lo que el lector no tendrá problema alguno a la hora de identificarlos. Quienes sigan las vicisitudes de este detective-vidente ya conocen cuáles son los rasgos que le caracterizan, y otro tanto sucede con Cristina, su amiga y amante. Al igual que alguna de los títulos anteriores que conforman la saga que protagoniza el protagonista y narrador, diría que me vuelvo a encontrar con una trama de corte clásico, porque la investigación que llevan a cabo ambos para esclarecer el robo de las joyas que Touré escondió en el estanque del parque del Retiro, no hay un claro culpable del mismo, a lo que hay que añadir varias muertes que echan por tierra la idea inicial sobre el que cree que puede ser el principal sospechoso. De nuevo está muy presente la denuncia social a lo largo de los capítulos: el autor aprovecha los episodios apropiados para ello para criticar la falta de protección que tienen los más desfavorecidos, y que están a la orden del día en nuestra sociedad.

La mirada de la tortuga es una novela autoconclusiva, por lo que se puede leer sin necesidad de tener que empezar por las anteriores que conforman la saga, porque la voz narrativa ofrece la información necesaria sobre lo sucedido en títulos anteriores para no sentirse perdido durante el desarrollo de la trama. Una trama en la que de nuevo Touré se encuentra con un universo de personajes en el que se siente desapercibido, y es consciente de que tiene que amoldarse a las condiciones de supervivencia en la que se mueven quienes están en su misma situación. Una situación en las que se encuentra con lo mejor y lo peor del ser humano, y con episodios en los que no falta la acción y algunas dosis de mala leche, aunque también en ocasiones respira una cierta tranquilidad, en la que puede disfrutar de la compañía de quienes siente que le apoyan.




Biografía:




Es doctor en Filología Vasca, licenciado en Educación Física y ha completado, en los conservatorios de Bilbao y Vitoria, sus estudios de piano y canto. Desde el año 2004 reside en Arbizu (Navarra).

Este polifacético y exitoso autor tiene la creación literaria por oficio, ofrece conferencias sobre sus libros o viajes y, además, canta ópera.Su incursión en la escritura fue a través de la literatura de viajes: 7 Colores, Tubabu, El sur de la memoria... aunque durante los últimos años se ha centrado más en el género negro. Ha publicado títulos como Shahmarán, Sueños de Tánger, La banda de Arruti… y, fundamentalmente, la saga de su detective-vidente Touré. Un personaje a través de cuyas andanzas el autor nos hace participes de las vivencias y penalidades de los «sin papeles». 

Autor inagotable, también ha escrito literatura dirigida al público infantil y juvenil, con títulos como Hacia la Gran Muralla o Los latidos de la Tierra.



Nota: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía del autor, tomados de la web de la editorial Erein. Imagen de la calle Ave María de Madrid tomada de la web Wikimedia Commons. Imagen de la Plaza de Cascorro en Madrid tomada de la web verpueblos. Imagen de la iglesia de San Millán y San Cayetano, de Madrid, tomada de la web del Ayuantamiento de Madrid. Fragmento resaltado en azul tomado de la web del diario Deia. 


















jueves, 23 de febrero de 2023

Mi idolatrado hijo Sisí, de Miguel Delibes.

 








Datos técnicos:




Título: Mi idolatrado hijo Sisí.

Autor: Miguel Delibes.

Editorial: Edición especial realizada por la Editorial Planeta

                  para su venta conjunta con El Norte de Castilla.

1ª edición: Septiembre de 2003.

Publicación inicial: 1953.

Encuadernación: Tapa dura.

ISBN: 84-08-04955-0.

Nº pág.: 338.




Sinopsis:




Cecilio Rubes es un fabricante de bañeras cuarentón, superficial y egoísta que no tiene amigos, no ama realmente a su mujer y sólo se acuerda de Dios en los peores momentos. A la hora de educar a su hijo, sólo le guiará el deseo de que «sea feliz». No le importará que frecuente los bajos ambientes ni que deje los estudios. Y la disciplina con que los Sendín ―prototipo de la clase media conservadora y contrapunto a la propia familia de Cecilio― educan su hijo, le parece cómica e innecesaria. Pero su despreocupación recibirá su castigo, al revelársele el inmenso absurdo de su vida. Delibes hace gala en Mi idolatrado hijo Sisí de su ajustado tratamiento de los personajes, su lenguaje rico y preciso, su maestría para recrear situaciones y acontecimientos de la vida española, su amplitud de registros y su intensidad.




Opinión Personal:




Miguel Delibes (Valladolid, 1920-2010) es uno de los escritores que más admiro de la narrativa contemporánea española. Un autor que nos encandila a quienes nos acercamos a su extensa bibliografía y a la temática que aborda en sus obras, no sólo por su impecable y absorbente estilo literario sino también por el realismo que se refleja a través de las historias que relatan las voces narrativas de turno. Otro tanto sucede con los personajes cercanos que las protagonizan, con quienes no tardamos en familiarizarlos y estamos muy pendientes de las vicisitudes que le acompañan en su ciclo vital. Mi idolatrado hijo Sisí es la novela elegida la quinta obra que leo y reseño de su autoría en este blog—. El lector se encontrará con un trabajo literario en el que Delibes hace una sátira del control de natalidad, en especial de las familias que deciden tener un solo hijo; de hecho, la dedicatoria es para sus siete hermanos, y antes del cuerpo de la novela figura el fragmento bíblico «Creced, multiplicaos y henchid la tierra».

Al igual que en La sombra del ciprés es alargada (reseña) y en El Camino (reseña), Delibes aborda en Mi idolatrado hijo Sisí el tema de la infancia, si bien lo hace desde un punto de vista diferente. Los niños que el escritor vallisoletano perfiló en sus obras se catalogan en dos grupos, porque traza con maestría los que son de pueblo y los de ciudad. Pero esta novela tiene un añadido claro, que ya comenté en las líneas centrales del párrafo anterior. En esta ocasión, el escritor vallisoletano se decanta por una sátira moral en la que elije un período concreto de nuestra historia para reflejar la actitud que toman los padres en relación con el camino que quieren que elijan sus hijos. Sin duda alguna, los tres libros en los que se estructura el desarrollo de la trama muestran un claro paralelismo entre la evolución de la sociedad española de aquel entonces, y que el escritor vallisoletano tuvo muy en cuenta para que estuvieran en consonancia con la personalidad del protagonista y, sobre todo, con el ciclo vital de su hijo: la inestabilidad que hay durante el reinado de Alfonso XIII entre 1917-1920, durante la dictadura de Primo de Rivera, en concreto entre 1925 y1929, y la Segunda República junto con los prolegómenos y el estallido de Guerra Civil Española, entre 1935 y 1938. Un paralelismo en el que el protagonista, Cecilio Rubes, toma las decisiones que más le interesan teniendo muy en cuenta el provecho que obtiene de los beneficios económicos que le proporciona el negocio que regenta, y las posibilidades que éste le ofrece para seguir medrando, en base a la situación económica que vive el país, según se suceden los acontecimientos en los tres períodos que acabo de citar. Cree que a través de los materiales sanitarios que vende en «Cecilio Rubes – Materiales Higiénicos» ofrece a la sociedad una mejora en su calidad de vida, como se podrá comprobar en alguna fase de la trama, pese a que en más de una ocasión el lector comprobará la capacidad que tiene como empresario, en base a algunas reflexiones que hace al respecto.

Mi idolatrado hijo Sisí es una novela de personajes. Unos personajes bien perfilados, creíbles, y que reflejan la relación entre las diferentes capas de la sociedad española de la época, aunque diría que la voz narrativa la describe tal y como la percibe el protagonista. Unos personajes que conforman un universo que gira en torno a la figura omnipresente de Cecilio Rubes, a quien lo define a la perfección la sinopsis: fabricante de bañeras cuarentón, superficial y egoísta que no tiene amigos, no ama realmente a su mujer y sólo se acuerda de Dios en los peores momentos. No creo que ningún lector que se interese por el protagonista del que se dice es su proyecto literario más ambicioso, empatice con un personaje tan vanidoso, egoísta, y lujurioso, y que sólo piensa en el beneficio que la sociedad le puede dar a él, y no lo que él pueda ofrecer a su prójimo. Es un hombre casado, pero no tarda uno en darse cuenta que el matrimonio que le une a Adela es una convivencia vacía, porque Cecilio Rubes sigue el mismo patrón que utiliza para relacionarse con sus congéneres.

Pero junto a la personalidad de Cecilio Rubes también estuve muy pendiente de la evolución de su hijo Sisí, porque el vendedor de materiales sanitarios quiere que a su vástago no se le eduque siguiendo las pautas tradicionales, porque lo único que desea para él es que sea feliz. En este sentido, Delibes incide a lo largo de los capítulos en el tema de la educación, en el que toma como base las discusiones que mantiene con su esposa al respecto, por lo que, dado que no tardé en calificarlo como un matrimonio disfuncional, ponía en duda el que algún día se pusieran de acuerdo sobre la enseñanza que quieren que reciba su hijo para que sea un hombre de provecho. Mientras tanto, Sisí crece y uno no tarda en darse cuenta el camino que elige, porque ya tiene en casa a la persona que se lo muestra. Sin embargo, y en mi modesta opinión, el lector se encontrará con un niño que le dará alguna sorpresa a medida que la juventud y determinados episodios que le toca vivir le hacen recapacitar y darle un vuelco a su vida. Pese a los pronósticos de algunos contertulianos de Cecilio Rubes en el Real Club sobre la duración del triste y cruento conflicto fratricida, el empresario y egocéntrico cuarentón teme que el joven Rubes sea llamado a filas, y mueve Roma con Santiago para que no lo recluten o, en su defecto, sea destinado a un puesto lejos de la primera línea de fuego, y pase los días sin preocuparse de que la vida de su hijo sea segada.

El desarrollo de la trama de Mi idolatrado hijo Sisí tiene lugar en una ciudad de provincias ficticia de la que la voz narrativa ofrece algunas descripciones, en las que el protagonista se fija, sobre todo, por dónde se extiende, y opina sobre las decisiones toman que las autoridades municipales, sobre todo pensando en el beneficio que pueda sacar su negocio de ese crecimiento, porque estima que la sociedad tiene que tener más en cuenta su higiene personal. En este sentido, todas las escenas trascendentales de la trama tienen lugar en espacios cerrados, salvo las relativas a la guerra civil, de los que la voz narrativa ofrece unas descripciones claras y concisas con las que el lector puede imaginarse cómo son los inmuebles en los que interactúan los personajes. Destaco las reuniones que tienen lugar en casa de los Sendín, sus vecinos, una familia idealista, católica y tradicional en lo que respecta a la educación y formación de sus hijos, al igual que el papel que desempeña la esposa de Luis Sendín. Es una relación diría que curiosa y que me atrajo al mismo tiempo, porque me interesaba saber cómo evoluciona el trato entre ambas, sobre todo a medida que son conscientes de que no tardará en ser una realidad la sublevación del ejército rebelde que quiere derrocar al Gobierno legalmente establecido, y sobre todo a los episodios que protagonizan ambas familias durante este conflicto bélico.

No espere el lector que se va a encontrar con una trama en la que el narrador omnisciente le ofrezca grandes giros narrativos, si bien el último tramo de Mi idolatrado hijo Sisí me pareció impactante, por cómo se desarrollan los episodios que en ellos se relatan, sobre todo el último capítulo, porque es un gran colofón para esta novela. En mi modesta opinión, entiendo que el interés por lo que sucede a lo largo de los capítulos se encuentra en estar muy pendiente de la forma de ser y actuar de Cecilio Rubes, que es propenso en imponerse propósitos, una vez que se fija en determinados aspectos personales o en situaciones que le afecten, pero en los que influye el carácter voluble que tiene para llevarlos a cabo. Otro tanto sucede con las reflexiones que hace en algunos episodios sobre decisiones que cree son determinantes para sus intereses, de las que estuve muy pendiente de los consejos y advertencias que le dicta su madre al respecto, porque su progenitora no se fía de esas determinaciones, aunque es consciente del valor que tiene su opinión al respecto.

Me gustó mucho Mi idolatrado hijo Sisí, que es catalogada como la novela más ambiciosa de Miguel Delibes. El escritor vallisoletano utiliza la sátira para hacer una reflexión moral sobre el control de la natalidad, y en especial sobre quienes deciden tener un único hijo, como se refleja varias veces en algunas fases de la trama. La trama se desarrolla en un claro contexto histórico, si bien no puede catalogarse como una novela histórica. Incluso el autor ofrece al principio de los capítulos información tomada de los diarios de la época, de las que entiendo que el lector sentirá interés por cómo evolucionan los episodios, sobre todo los que guardan relación con la Primera Guerra Mundial y con la Guerra Civil Española. En mi caso, leí los capítulos con mucho interés, pese a que no me encontré con grandes vuelcos narrativos, salvo en el último tramo y, en especial, el capítulo final. Delibes escribe una historia en la que predomina la narración frente a los diálogos, pero tal y como es relatada por la voz narrativa, el estilo impecable y absorbente del autor me mantuvo muy pendiente de lo que sucede a lo largo de los extensos capítulos en los que se estructura. Delibes es consciente de que Cecilio Rubes y su hijo Sisí son dos personajes que atraen la atención del lector, en la que también hay que tener en cuenta a Paulina, la joven amante del padre de Sisí. Un interés al que se añade el carácter disfuncional que conforma la familia Rubes, al igual que la relación que mantienen con el polo opuesto que representan los Sendín, sus vecinos. El mismo Cecilo Rubes reconoce que «Él no amó nunca a Adela y tal vez no pudiera amar a ninguna mujer, porque Cecilio Rubes se consideraba superior a todas» (pág. 23).




Biografía:




Miguel Delibes (Valladolid, 1920-2010), se dio a conocer como novelista con La sombra del ciprés es alargada, Premio Nadal 1947. Su extensa obra literaria le ha valido numerosos galardones, entre ellos el Nacional de Literatura, el de la Crítica, el Premio Nacional de las Letras y el Premio Cervantes de Literatura. Su extraordinaria capacidad para extraer de la vida diaria los más puros resortes de su arte, su profunda creencia en el individuo y en la naturaleza, convierten su obra en una referencia inapelable para entender la literatura española del siglo XX.





Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía del autor tomada de la web de Planeta. Fotografía de Miguel Delibes tomada de Wikipedia. 

lunes, 20 de febrero de 2023

Lecturas de la semana 8/2023.


Comenzamos una nueva semana de febrero, y ya estamos en Carnavales. En lo que a lecturas se refiere, le toca el turno a La mirada de la tortuga, de Jon Arretxe, y Lope de Vega. El desdén y la furia, de Blas Malo




Sinopsis: 

Podría ser la calle San Francisco de Bilbao, pero se trata del barrio madrileño de Lavapiés. Allá, en una corrala, vive nuestro detective Touré, tras huir de un pequeño pueblo del Pirineo navarro y desambular un tiempo por París.

En el parque del Retiro, pensando que se trata de un lugar seguro, ha escondido un montón de joyas robadas en la capital francesa, pero han desaparecido. En el escondrijo, en lugar de las joyas, alguien ha dejado una pequeña tortuga con una misteriosa inscripción. Esa es la única pista con la que contará Touré para resolver el misterio.

Nuestro detective no estará solo en esta investigación, Sa Kené, su amiga y amante de San Francisco, será su compañera en esta búsqueda, plagada de obstáculos y peligros.

Con su habitual escritura ágil y dinámica, en esta octava entrega, Arretxe recupera el humor de los inicios de la saga. Por otra parte, y más allá del relato policial, el autor insiste en la denuncia de la dramática situación en la que viven los marginados sociales(208 pág., rústica con solapas).




Sinopsis: 


Nobles y artistas ríen y aplauden en Valladolid cuanta ocurrencia barbota su real majestad y su solícito valido, pero la corte huye de la villa de Madrid. Y, entretanto, una lucha feroz se entabla por las noches en las calles de la antaño capital del reino. El motivo es claro: el desmesurado e inesperado éxito de un viejo cascarrabias metido a prosista frente a la feroz insensatez de un joven dispuesto a desbancarlo del parnaso literario.

Carismático, alegre y seductor. Así es Lope de Vega. Y ni Quevedo ni Góngora quedan a salvo de la contienda entre Cervantes y él, que se extiende como una mancha de aceite por todos los mentideros y las tabernas, bajo las faldas de lujuriosas cortesanas y entre nobles mecenas de muchas deudas y pocos dineros, siempre sometida a la mirada vigilante de inquisición. Hasta el rey deberá elegir entre el desdén maledicente de un viejo manco de Lepanto que saborea al fin el éxito y la inquina de un insomne devorador de mujeres y creador de rimas, furioso contra aquél por el mayor de los ultrajes (432 pág., tapa dura con sobrecubierta).



jueves, 16 de febrero de 2023

Reseña Nadie sabrá de mí, de Javier Arias Artacho.


 









Datos técnicos:




Título: Nadie sabrá de mí.

Autor: Javier Arias Artacho.

Editorial: Berenice (Grupo Almuzara).

1ª edición: Febrero/2021.

Encuadernación: Tapa blanda con solapas.

ISBN: 978-84-18578-72-4.

Idioma: Español.

Nº pág.:



Sinopsis:



Durante la posguerra barcelonesa, la vida no es nada fácil para María. Solo el amor parece dar tregua a tanta pobreza, aunque su pasión por el señor Albert sea un imposible que malogrará su inocencia... y condicionará la vida de otra mujer.


¿Qué relación existe entre María e Isabel, que vivirá en el Buenos Aires de 1976, durante la dictadura de Videla? ¿De qué modo está vinculado el secuestro de esta última con el pasado de aquella joven?


Quizá la respuesta se encuentre oculta en la novela que Marisa descubre, junto al cadáver de su amante, en un viejo hotel de Barcelona. ¿Cómo alterará su existencia la lectura de sus páginas?


Tres historias aparentemente inconexas que avanzarán en paralelo hasta confluir en una única trama de pasiones cruzadas, certezas a medias e intereses silenciados que acabarán por salir a la luz. Viajes de ida y vuelta entre el presente y el pasado que nos revelarán la tozudez y la fuerza del destino, así como la belleza de unas vidas imperfectas... Sacudidas, siempre, por el amor.



Opinión Personal:




Nadie sabrá de mí es la segunda novela que leo del escritor Javier Arias Artacho (Barcelona, 1972), en cuya narrativa se percibe el cariño y el conocimiento que tiene sobre la tierra en la que se crió: Argentina. Esta segunda novela refrenda lo que comenté en el primer párrafo de mi reseña sobre La tierra del viento (reseña): está claro que es un buen contador de historias, y sabe cómo dosificar las escenas que atraen la atención del lector, sobre todo por los giros que provocan un impacto con el que incrementar su interés, porque le incita a estar muy pendiente de los episodios que le esperan, sobre todo a medida que se aproxima a las últimas páginas. Sin duda alguna, esta es una de las grandes bazas que atrajeron mi atención sobre la novela que hoy reseño y no dudo en recomendar, porque tal y como se suceden los giros a los que me refiero, en más de una ocasión me pregunté qué más sorpresas me depararía el desarrollo de la trama hasta llegar al desenlace.

(Poblenou-Barcelona)
En este caso, el escritor barcelonés afincado en Carcaixent (Valencia), planifica y desarrolla una trama compleja a lo largo de tres líneas temporales, que parecen no tener nada en común. Sin embargo, tal y como las relatan las dos voces narrativas, tuve la sensación de que confluirían de una forma u otra. La pericia del autor provocó que, en un principio, creyera que tenía una clara idea inicial sobre el nexo que utiliza para unir las tres líneas temporales. Pero, a medida que avanzaba el desarrollo de la trama, su relato me dio a entender que me estaban ocultando alguna información con la que no contaba, lo que origina un mayor interés por lo que sucede a lo largo de los capítulos, e incluso por cómo se desarrolla el desenlace de la trama.

La trama de Nadie sabrá de mí se reparte en tres líneas temporales que narran la historia de tres mujeres, María, Isabel y Marisa, en un marco espacio temporal que se desarrolla entre Barcelona y Argentina. La primera línea temporal se ambienta durante la postguerra española, en la década de los años 40 del siglo pasado, la segunda en febrero de 1977 durante la dictadura de Videla en Argentina, y la tercera en Barcelona, en el año 2010. Tres líneas temporales que se alternan a lo largo de 59 capítulos cortos, en los que el autor utiliza la técnica metaliteraria en la primera de ellas, con cameo incluido, por lo que el lector se encontrará con dos novelas en una. Tres líneas temporales que confluyen en un desenlace que, sin duda, supone un gran broche para Nadie sabrá de mí, por el impacto que provoca en el lector, tanto por lo que Marisa descubre en una novela que encuentra junto al cadáver de su amante, en un viejo hotel de Barcelona, como por el contenido de la trama de esa obra, que atrae mucho su atención y levanta en ella algunas sospechas. 

En lo que se refiere al contenido de las tres líneas temporales que conforman Nadie sabrá de mí, puede que sea la que se desarrolla en la década de los años 40 del siglo XX la que menos interés despierte en algunos lectores. Sin embargo, en mi caso sucede todo lo contrario, porque la historia que cuenta María me resultó muy atractiva, tanto por las descripciones que ofrece sobre Barcelona, ciudad muy devastada durante la Guerra Civil Española por los bombardeos de la aviación italiana, como por el interés que suscitan los personajes que transitan por las páginas de esta subtrama. Unos personajes que saben qué lugar ocupan según los estamentos sociales a los que pertenecen, y entre los que se refleja una gran diferencia abismal, sobre todo si los miembros de la alta sociedad son afectos al régimen franquista; aunque, en este caso, son respetuosos con el personal que trabaja a su servicio. Personajes que tienen un carácter complejo, como el de María, porque cree que el amor acaba de llamar a su puerta. Un amor imposible que le lleva a tomar una decisión drástica y definitiva, sobre todo tras el temor que siente ante las fuertes broncas que recibe de Carlos Villader, su marido, originadas por las habladurías que se vierten contra su mujer. En la segunda línea temporal, el lector estará muy pendiente de la relación que mantiene el secuestrador —el coronel Jorge Azcona— con la secuestrada, Isabel, esposa de un guerrillero al que buscan los militares. Una línea temporal que, no tiene desperdicio, por los diferentes episodios que protagonizan ambos personajes, y porque uno se pregunta si el militar cumplirá finalmente su obligación, una vez que no obtiene la respuesta requerida de la capturada, dada la ambigüedad que suscita entre ambos el encierro. Un encierro en el que las amenazas, las situaciones tensas y varias situaciones desconcertantes están muy presentes. En la tercera línea temporal, destaca la figura de Marisa Boix, que vive en Cardedeu con su marido Antoni. Tras la lectura de las páginas de la novela a la que me refiero en el párrafo anterior, decide realizar unas investigaciones con las que pretende aclarar las dudas que se acumulan en su interior sobre el pasado que en ella se relata, y en la que se encuentra con un personaje que atrae mucho su atención. Sin embargo, se siente desconcertada por las respuestas que le ofrece el autor, tras pedirle una cita para conversar con él sobre la trama de la novela, después de asistir a la presentación de la obra en Barcelona.

(Carrer de València-Barcelona)
Javier Arias Artacho describe a través de las dos voces narrativas una ambientación que incita al lector a imaginarse cómo son los espacios por los que transitan los personajes. Está claro que cuidó con celo las descripciones espacio temporales de las tres historias que conforman la trama de esta novela. Pese a lo que acabo de comentar, el lector se encontrará con descripciones escuetas, salvo si se refieren a espacios cerrados, porque lo que sucede en ellos consigue causar el efecto deseado, sobre todo en los crudos y difíciles años de la postguerra española, o en los que tienen lugar en Argentina en 1977 durante la dictadura del general Videla. En la postguerra se refleja con detalle cómo se van agrandando las diferencias entre las zonas de la ciudad condal en la que residen las clases sociales adineradas, como sucede en el Carrer de València, en donde está la residencia de los Girbés, para la que trabaja María, o la miseria que se percibe en el Poblenou, en donde está la humilde casa en la que vive este personaje con su tía Carmen. Un Poblenou que tiene que subsistir malamente con lo poco que les ofrecen las cartillas de racionamiento, o si tienen la suerte de recibir algunos productos de los familiares o amigos que se dedican al estraperlo, con el que lucrarse a costa de quienes pueden pagar los precios desorbitados que se piden por los productos que se comercian en el mercado negro. Me gustó mucho el retrato que ofrece la voz narrativa sobre las localizaciones que describe de Argentina, sobre todo en las que ofrece algunos detalles, por lo que se percibe el conocimiento que tiene el autor sobre el país en el que se crió.

Al igual que sucede en La tierra del viento, el desarrollo de la trama de Nadie sabrá de mí es de lectura amena y tiene un ritmo ágil, en el que también influye la dosificación que utiliza el autor para que la información trascendental que ofrecen las dos vo es narrativas surta el efecto deseado. El lector se encontrará con tres historias que en un principio parecen no guardar conexión entre ellas. Unas historias en las que se percibe el trabajo minucioso que realiza Javier Arias Artacho para que encajen las piezas que conforman un entramado complejo una vez que se aproxima el desenlace. Pese a que Nadie sabrá de mí es una novela de 272 páginas, por ella transitan unos personajes bien perfilados, que parecen cobrar vida propia, y que son un fiel reflejo de la época que les toca vivir. Sin duda alguna, el último párrafo de la sinopsis refleja lo que encontrará las tres historias que parecen no tener nada en común, pero en las que al lector le aguardan unos giros muy interesantes, sobre todo porque no cuenta con el efecto que provocan algunos de ellos.




Biografía:



Javier Arias Artacho nació en 1972 en Barcelona, aunque creció en Argentina. Es licenciado en Filología Hispánica, Diplomado en Ciencias Religiosas y Máster en Bioética. Dedica su vida a la docencia en Secundaria y Bachillerato y cada novela es un milagro que le concede la literatura y su familia. Está casado, tiene tres hijas y reside en Valencia. Su trayectoria como escritor le ha permitido alcanzar el éxito de crítica y lectores, así como el reconocimiento de sus novelas juveniles en el ámbito de la educación. Sus trabajos más conocidos son Eitana, la esclava judía, El general maldito y La tierra del viento, pero también Argentina, un sueño extinguido, La sombra de Masada, Náufragos o No cierres los ojos. Su página web es www.javierariasartacho.es


Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía del autor, tomados de la web del Grupo Almuzara. Fotografía del autor tomada de la web de Levante EMV. Imagen de Poblenou, en Barcelona, tomada de la web del Arxiu Historic de Poblenou. Imagen del Carrer de València tomada de Viquipèdia. 




lunes, 13 de febrero de 2023

Lectura semana 7/2023: Mi idolatrado hijo Sisí, de Miguel Delibes.

 

Comenzamos una nueva semana del mes de febrero, ya con la vista puesta en los Carnavales. Le toca el turno a Mi idolatrado hijo Sisí, de Miguel Delibes. 




Sinopsis: 


Cecilio Rubes es un fabricante de bañeras cuarentón, superficial y egoísta que no tiene amigos, no ama realmente a su mujer y sólo se acuerda de Dios en los peores momentos. A la hora de educar a su hijo, sólo le guiará el deseo de que «sea feliz». No le importará que frecuente los bajos ambientes ni que deje los estudios. Y la disciplina con que los Sendín —prototipo de la clase media conservadora y contrapunto a la propia familia de Cecilio— educan asu hijo, le parece cómica e innecesaria. Pero su despreocupación recibirá su castigo, al revelársele el inmenso absurdo de su vida. Delibes hace gala en Mi idolatrado hijo Sisí de su ajustado tratamiento de los personajes, su lenguaje rico y preciso, su maestría para recrear situaciones y acontecimientos de la vida española, su amplitud de registros y su intensidad (334 pág., tapa dura).



jueves, 9 de febrero de 2023

La biblioteca de fuego, de María Zaragoza.

 










Datos técnicos:



Título: La biblioteca de fuego.

Autora: María Zaragoza.

Editorial: Planeta.

1ª edición: Abril/2022.

Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta.

ISBN: 978-84-08-25590-1.

Idioma: Español.

Nº pág.: 528.



Sinopsis:



En el efervescente Madrid de los años treinta, Tina sueña con convertirse en bibliotecaria. Junto con su amiga Veva, se adentrará en un mundo de cabarets y clubs feministas, libros malditos y viejos fantasmas. Así descubrirán la Biblioteca Invisible, una antigua sociedad secreta que vela por los libros prohibidos.


Pronto Madrid se convierte en una ciudad sitiada, donde la cultura corre más peligro que nunca. En medio de una guerra que lo arrasa todo, Tina vivirá una historia de amor clandestina que marcará el resto de su existencia mientras trata de proteger los libros no sólo de los incendios y las bombas, sino también de la ignorancia y los saqueadores.


Una novela emocionante e imprescindible sobre el amor a la cultura. Un sincero homenaje a quienes arriesgaron sus vidas para preservar el tesoro de nuestras bibliotecas.

A veces las personas pequeñas hacen grandes cosas y guardan después silencio.


Una novela imprescindible sobre el amor a la cultura.



Opinión Personal:



Estoy seguro de que, quienes estén interesados en la última obra de la escritora natural de Campo de Criptana (Ciudad Real), María Zaragoza, La biblioteca de fuego, con la que obtuvo el Premio Azorín de Novela 2022, no se sentirán indiferentes ante la temática que aborda la trama, y también estoy convencido de que más de uno despotricará a diestro y siniestro ante la barbarie que se comete con el patrimonio nacional. Una trama que gira en torno a lo que significó la cultura en la década de los años treinta del siglo XX, por lo que en aquel entonces supuso salvaguardar las obras de arte y el fondo bibliográfico español, sobre todo tras el estallido de la cruenta y triste Guerra Civil Española. Tras este conflicto fratricida los libros fueron sometidos a los mal llamados autos de fe por el bando sublevado contra el Gobierno legítimo de la República, y que sería el vencedor de este conflicto fratricida, si es que puede decirse que hubo vencedor en una guerra en la que media España luchó contra la otra media. El nuevo régimen no dudó en saquear bibliotecas públicas y privadas, y quemar una ingente cantidad de obras que consideraban perniciosas, porque «envenenaban la mente y el alma de los buenos españoles», como afirmó en sede parlamentaria, durante la Segunda República, Ramiro de Maeztu. La escritora criptanense rinde un merecido homenaje a todas las personas que participaron en el salvamento del tesoro artístico y bibliográfico durante la guerra civil, a los invisibilizados que no dudaron en ayudar en una ardua y peligrosa labor, porque eran conscientes de que su vida corría peligro, sobre todo a medida que el fin de este conflicto bélico estaba cada vez más cercano, con las consecuencias que este desenlace supondría para ellos, como lo podrá comprobar el lector en el tramo final.

(Casa Profesa Jesuitas-Madrid, 1931)
Defino la La biblioteca de fuego como una historia circular que no tiene desperdicio. Una historia circular en la que la protagonista y narradora, Tina Vallejo de Mena, es una joven que desea convertirse en bibliotecaria. Ya en Madrid, y terminada la Guerra Civil, le recomiendan que vaya al «viejo edificio de la universidad en la calle San Bernardo, donde se iba a celebrar el Día del Libro por primera vez desde 1936»(pág. 11). Pero Tina se queda horrorizada al presenciar el aberrante espectáculo que tiene lugar una vez que leyeron un pasaje de archiconocido capítulo VI de El Quijote. María Zaragoza ya atrapa al lector desde las páginas que conforman el preámbulo, que para mí supuso un claro incentivo para estar muy pendiente de lo que me iba a encontrar a lo largo de los 22 capítulos titulados, más un preámbulo y un epílogo, en los que se estructura el desarrollo de la trama.

Me gustó mucho la historia que relata en primera persona Tina Vallejo de Mena, una joven que pudo acceder a un estilo de vida muy diferente a las mujeres de su clase social de aquel entonces, por obra y gracia de su padre, como lo cuenta en los primeros capítulos. Tina aspira a convertirse en bibliotecaria pero no espera que su labor como tal vaya a ser tan arriesgada, sobre todo durante la Guerra Civil Española. Sin duda alguna, María Zaragoza planificó y desarrolló un complejo rompecabezas en el que van encajando todas las piezas a medida que se aproxima el desenlace. Un complejo rompecabezas que invita al lector a realizar un viaje literario a esa década tan convulsa del siglo XX, porque la voz narrativa relata de forma clara los capítulos que se tienen lugar en Madrid, con lo que el lector tiene una visión diría que cinematográfica, porque puede imaginarse cómo son los episodios que se suceden en la capital española. Una ciudad en la que es testigo de cómo es el día a día durante la Segunda República, pero en la que también se le encogerá el corazón ante el horror que se relata durante los tres largos e interminables años que duró el conflicto bélico fratricida. Impresiona ser testigo de cómo sus habitantes, al igual que en el resto del país, tratan de llevar una cierta rutina, aunque pendientes, sobre todo, de los bombardeos que siembran de terror y muerte la capital, y tienen que salir corriendo a los refugios antiaéreos. Una población que para sobrevivir como buenamente pueden está muy pendiente de los escasos alimentos que les ofrece la cartilla de racionamiento, sin olvidarse de que empezaban a escasear y los habitantes del Madrid sitiado tienen que apañárselas como pueden, salvo que tengan acceso a quienes les surtieran algunos productos, sobre todo cuando son conscientes de que la victoria de los sublevados se una realidad innegable, y no tardarían en entrar triunfantes en una ciudad que habría que reconstruir desde las cenizas y los escombros que provocaron los bombardeos, cada vez más frecuentes.

(Casa de las Siete Chimeneas-Madrid)
A lo largo de los capítulos se percibe un claro equilibrio entre las diferentes subtramas que enriquecen a la principal. Subtramas en las que las alusiones literarias están muy presentes, sobre todo en lo que se refiere a la poesía, como se podrá comprobar en los poemarios que leen Felipe y Tina de jóvenes, las referencias al Romancero Gitano o Él Amor de don Perlimpín con Belisa en su jardín, pieza teatral que desconocía del poeta y dramaturgo granadino. Destaco Poeta en Nueva York por el simbolismo que representa este manuscrito en la obra del escritor granadino Federico García Lorca. También se hacen mención a los poemas que se leen en Sevilla en la casa del poeta Fernando Villalón. Me gustó mucho la subtrama que se desarrolla en la pensión de la tía Paca, en la que va a vivir Tina mientras realiza sus estudios de bibliotecaria, aunque ella era más partidaria de ingresar en la Residencia de Señoritas. En esta pensión ubicada en la calle Colmenares tienen lugar episodios que atrajeron, no sólo por la figura de quien la regenta, y que además ejerce como espiritista. Una tía Paca que sorprenderá con un secreto que guarda, y que será revelado con el paso de los capítulos. También estuve muy pendiente de las peculiares conversaciones que mantienen los cuatro ancianos que viven en ella, sobre todo entre don Germánico y don Gabriel, o de Carlos, un joven de origen humilde que estudia medicina, y que protagonizará varios episodios de interés.

En La biblioteca de fuego la amistad y el amor también están muy presentes la amistad y el amor. Una amistad inquebrantable que sobre todo mantienen Tina y Veva, que son dos mujeres de caracteres muy diferentes pero que, con el paso de los capítulos se complementan. Pese a que es inquebrantable, también mantienen algunas diferencias entre ellas, pero la reconciliación las limará y su relación cobra más fuerza. Los padres de la protagonista y narradora quieren que su hija se case, mediante matrimonio concertado, con Felipe, el hijo de un terrateniente amigo de la familia, para unir el patrimonio de ambas. Pero, como adelanta la sinopsis, Tina vive una historia de amor clandestina que marcará el resto de su existencia, por lo que el lector estará muy pendiente de la decisión que tome sobre su futuro sentimental, pese a lo que comentó a su amiga en varios episodios de la novela. En este sentido, ambas tienen afecto a Estrellita la Rápida, «era la provocación y rapidez, como indicaba su nombre artístico, y cantaba canciones de contenido sicalíptico a un ritmo poco adecuado para gente que sufriera del corazón»(pág. 61).

La biblioteca de fuego es una novela histórica en la que la autora focaliza la trama en torno a la labor que los bibliotecarios y voluntarios que se comprometieron a salvaguardar el patrimonio bibliográfico nacional, del que se realiza un minucioso trabajo para enviarlo primero a Valencia, y desde Barcelona a Ginebra, traslado auspiciado por las Naciones Unidas. Una trama en la que la voz narrativa relata, cuando los episodios se prestan a ello, los hechos históricos que tienen lugar en la década de los años treinta del siglo XX, si bien, como aclara en los agradecimientos, «los datos reales que aparecen en la historia han sido en varias ocasiones modificados en fechas o detalles para ajustarse a las necesidades del texto, ya que una novela debe ser coherente, aunque la realidad haya hecho por su cuenta lo que le haya venido en gana»(pág. 526).

(Biblioteca Nacional-Madrid)
Me gustó todo lo relacionado con la Biblioteca Invisible, que con el paso de los capítulos cobra protagonismo, y todo lo relacionado con quienes se implican en velar por los libros prohibidos, que es el objetivo que se marca esta antigua sociedad secreta que vela por los libros prohibidos. Una biblioteca en la que desempeña un papel trascendental el personaje conocido como Rayo de Luna, aunque también estará ligado a esta sociedad secreta un personaje que da mucho juego a la novela, a quien se conoce como Conde Duque. Un personaje cuya presencia origina episodios que atraen la atención del lector, por las actividades ilícitas que realiza y, sobre todo, desde que Tina está muy pendiente de la presencia de este personaje en episodios en los que es consciente de que puede sacar algo de provecho.

María Zaragoza también retrata a lo largo de los capítulos la sociedad de la época y cómo evoluciona el día día en los distintos estamentos sociales, sobre todo dependiendo del régimen político que impere en aquel entonces. En la primera fase de la novela se refleja el ansia de libertad, sobre todo tras la proclamación de la Segunda República. Una Segunda República en la que el lector es testigo tanto de la vida nocturna que describe la voz narrativa, en un mundo en el que los cabarets y otros lugares de ocio ofrecen a los madrileños lugares donde esparcirse y mostrar incluso a ojos de los demás sus inclinaciones sexuales, sin miedo alguno a ser señalados como invertidos. Pero también se percibe la implicación de la mujer en el mundo de la cultura, como la fundación del Lyceum Club Femenino, que tuvo su primera ubicación en la llamada Casa de las Siete Chimeneas, en el que se reunían mujeres que tenían un elevado nivel de educación, interés por la cultura y tiempo para desarrollar actividades. Tal y como se narra en el último tramo, todo este movimiento cultural desaparecerá durante la Guerra Civil Española y postguerra, período en el que la Sección Femenina marca la labor que desempeña la mujer en el régimen franquista, lo que da lugar a que se dude sobre el futuro que le espera a esta asociación de mujeres. Pero en la Segunda República el lector se encontrará también con las dos Españas, que se reúnen en la tertulia que tiene lugar en La Ballena Alegre, ubicado en el sótano del Café Lion, en el incluso trabaron amistad Primo de Rivera y García Lorca, aunque también se tiran pullas y bromas, como se podrá comprobar en algún fragmento de la novela. 

(Residencia de Señoritas-Madrid)
Por las páginas de esta novela con la que la autora se alzó con el Premio Azorín de Novela 2022 transita un amplio elenco de personajes que le confieren un gran interés al desarrollo de la trama, porque cada uno de ellos tendrá episodios en los que sobresale el papel que desempeña. Sin duda alguna, los personajes son un gran reclamo para el lector, porque se encontrará interrelacionados con naturalidad los ficticios con los reales, que son un buen e interesante ramillete. Pese a lo que acabo de comentar, no tardé en familiarizarme con ellos, sobre todo los creados por la imaginación de la autora, porque perfila cada uno de éstos con algún rasgo que lo caracteriza. El hecho de que hay personajes reales, me llevó a buscar en Internet alguno de ellos porque tenía la sensación de que me resultaban conocidos o, tal y como se describen los episodios en los que intervienen, tuve la sospecha de que eran reales. El poeta y dramaturgo Federico García Lorca es el que más presencia tiene en el desarrollo de la trama entre los reales, aunque también me interesó la labor realizada por Blanca Chacel, que fue miembro de la Junta de Protección del Tesoro Artístico y tuvo un papel muy destacado en el traslado del Patrimonio Nacional desde Cataluña hasta Ginebra en marzo de 1939, al igual que la también bibliotecaria Juana Capdevielle, la primera mujer jefa de una biblioteca en la universidad española. Otro tanto sucede con miembros conocidos del Lyceum Club Femenino, caso de María de Maeztu, Zenobia Campubrí o María Lejárraga. Me llamaron mucho la atención también personajes reales como la escocesa Fernanda Jackobsen y su labor humanitaria al frente de una expedición a Madrid de ambulancias escocesas con las que apoyaba, sobre todo, a la población civil y al traslado de heridos desde el frente, o Miguel Artigas como director de la Biblioteca Nacional, y su papel en esta institución una vez finalizada la guerra. Un Lyceo que atraerá la atención del lector, tanto desde su primera ubicación en la ya mencionada en esta reseña Casa de las Siete Chimeneas como el incierto futuro que le espera tras la Guerra Civil Española.

La biblioteca de fuego es una novela que se puede tomar como una magnífica lección de Historia, cuya trama gira en torno a la salvaguarda del fondo cultural español, sobre todo tras el estallido de la guerra civil en 1936. Tina Vallejo de Mena es la protagonista y narradora que relata lo sucedido entre 1930 y 1939, como un «merecido homenaje a los héroes y heroínas que participaron en el rescate del tesoro artístico y bibliográfico español durante la Guerra Civil Española, y que realizaron una labor extraordinaria con todo en contra... Es también un homenaje a los que siguen creyendo que en la cultura hay esperanza». (pág. 526). Pero también es una aventura para la protagonista, aunque no en el sentido literal de la palabra. Tina aspiraba a ser bibliotecaria, pero el estallido de la Guerra Civil Española truncó su labor como tal y se vio sumergida en una empresa muy difícil de realizar, dados los tiempos que corrían. Leí La biblioteca de fuego con mucho interés, porque María Zaragoza tiene un estilo narrativo que encandila, y con el que consigue que el lector se sumerja de pleno en el desarrollo de la trama, e incluso diría que la tome como si él participara también en cada uno de los 22 capítulos, más el preámbulo y el epílogo que conforman esta novela. Quizás por lo que acabo de comentar el ritmo me resultó fluido y diría que constante, porque tuve la sensación de que apenas decaía a lo largo del relato de la voz narrativa. El lector se encontrará con unos personajes muy bien perfilados —diría que de carne y hueso—. No tardé en familiarizarme con su forma de ser y actuar, e incluso llegué a sonreír en algún episodio que tiene lugar en la pensión de la tía Paca, en la que se aloja la protagonista mientras se prepara para ser bibliotecaria. En mi modesta opinión, diría que el lector se encontrará con una crónica novelada de la época, de la que estará muy pendiente, sobre todo, tras el estallido del conflicto fratricida y lo que le sucede a la población de Madrid ante el continuo bombardeo al que es sometida la capital de España.



Biografía:



María Zaragoza (Campo de Criptana, 1982). Narradora y guionista, ha publicado una docena de títulos entre novelas, cómics y libros de relatos, por los que ha sido galardonada con los premios Ateneo Joven de Sevilla y Ateneo de Valladolid, entre otros. Además, sus relatos se han incluido en numerosas antologías y publicaciones especializadas. También se ha adentrado en la literatura infantil y juvenil con Baba Yagá, obra ilustrada por El Rubencio. Fue becaria de la tercera promoción de la Fundación Antonio Gala para jóvenes creadores. En 2011, el Instituto de la Mujer de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha reconoció su trabajo a favor de la igualdad de género. Su obra Realidades de humo ha sido adaptada al cine por Joaquín Loustaunau, y en 2019 recibió el XXVII Premio de Guion Radiofónico Margarita Xirgu de RNE por «Un candidato para el fin del mundo».Actualmente compagina la escritura de guiones de cine con sus labores como tutora de narrativa y dramaturgia en la Fundación Antonio Gala de Córdoba, y es columnista del diario Manchainformación. Facebook: María Zaragoza OficialInstagram: @mariazaragoza00.


Nota:  Datos técnicos, sinopsis y biografía de la autora tomados de la web de la Editorial Planeta. Fotografía de María Zaragoza tomada de Wikipedia. Imagen de la Casa Profesa de los Jesuitas tomada de la web Jesuitas de España. Imagen de la Casa de las Siete Chimeneas tomada de la web de la Comunidad de Madrid. Imagen de la Biblioteca Nacional tomada de la web Fundación Sierra Pambley. Imagen de la Residencia de Señoritas en Madrid, tomada de la web del Diario La Razón.