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martes, 31 de marzo de 2020

Yom Kipur y El sueño de Makar (relatos), de Vladimir Korolenko.



















Datos técnicos:

Título: Yom Kipur/El sueño de Makar.
Autor: Vladimir Korolenko.
Traducción: Nicolás Tasin.
1ª edición: enero/2013.
Edición inicial: Yom Kipur: 1890.
El sueño de Makar: 1885.
Editorial: Hermida Editores.
Colección: El jardín de Epicuro. Ficción.
Encuadernación: tapa blanda con solapas.
ISBN: 978-84-940159-3-9.
Idioma: español.
Nº Pág.: 140.


Sinopsis:


Yom Kipur y El sueño de Makar son dos de los relatos más conocidos de Korolenko. Son divertidos, porque Korolenko así lo decide, pero también son tristes, y sus personajes, Iankel y Makar, nos conmueven, los compadecemos, pero no son penosos, sino solo seres humanos que intentan salvar su “pellejo” en un medio hostil.
Korolenko exhibe un característico estilo narrativo ingenuo, realista, natural, con un humor inteligente y nada irónico. El dominio y la libertad plástica con los que maneja a sus campesinos rusos, la descripción y la trama, le convierten en un maestro del relato y del cuento, lo que le ha llevado a consagrarse como uno de los mejores escritores eslavos.
Ambos relatos retratan la vida del campesinado ruso del último tercio del siglo XIX, y Vladímir es un narrador comprensivo, observador, humanista y paciente, que deja aflorar en sus personajes caracteres extremos, duros, desafinados, que viven en condiciones climatológicas y políticas adversas, y que acaban renunciando, primero a su dignidad, después a una convivencia pacífica con los demás hombres, y por último resignándose a un fatal destino, pero que sorprendentemente, y para el descanso de sus personajes, nunca llega. Y es que Korolenko no es trágico, sino cómico, y por eso sus personajes no son miserables, sino muy humanos, con muchos defectos y taras, pero a la hora de juzgarlos, en el día de Yom Kipur o a las puertas del cielo, todos sus pecados se vuelven triviales y vuelven a gozar de una feliz libertad, robada entonces y por fin devuelta ahora.


Opinión Personal:


De nuevo me acerco a la Colección El jardín de Epicuro, de Hermida Editores, en la que hay varios títulos que merece la pena tener en cuenta, por lo que recomiendo a quienes disfrutan con los autores clásicos que le echen un vistazo. Este que reseño es el cuarto libro que leo de esta colección, y ya tengo marcado el siguiente que espero pase a formar parte de mi biblioteca. Hoy comparto mis impresiones sobre un libro que contiene dos de los relatos más atractivos de Vladimir Korolenko: Yom Kipur y El sueño de Makar, que es uno de los más famosos del escritor ucraniano, y por el que fue considerado uno de los mejores escritores de la época, como indica Mónica Mesa Fernández en la biografía del autor. Con este libro de relatos participo en la cuarta edición del reto que organizo en mi blog, Nos gustan los clásicos, y en el reto Todos los clásicos grandes y pequeños, que organizan Las Inquilinas de Netherfield, en la premisa clásico de autor que leas por primera vez.

Pese a que siempre comento que no soy muy dado a la lectura de relatos o novelas en las que domina el elemento fantástico, en este ocasión he de reconocer que los leí con total naturalidad, porque tanto Japun como el gran Toyon están representados de tal forma que los demás personajes que interactúan con ellos apenas son conscientes de que tienen ante sí a seres imaginarios, y comparten escenas y situaciones con los demás personajes porque Vladimir Korolenko los perfila como uno más de entre los que intervienen en cada uno de los relatos. En mi caso, quizás sea el diablo judío Japun quien más inadvertido pasa a los personajes que tienen alguna relación con él en alguna fase de la trama, si bien el lector juega con una mayor ventaja, porque sabe quién es este ser imaginario desde que aparece en las primeras escenas.

Vladimir Korolenko utiliza en ambos relatos elementos fantásticos que humaniza, por lo que el lector se implica más en la narración. En Jom Kipur todo gira en torno a la festividad que da nombre a esta novela corta, en la que Japun, el diablo judío, se dirige a la sinagoga para llevarse a uno de los hebreos que allí se reúnen para celebrar esa festividad. En El sueño de Makar es la figura del gran Toyon quien atrae la atención del lector. Este ser imaginario juzga el bien y el mal en una balanza en la que se pesan los actos buenos y malos que hicieron en vida quienes se presentan ante él para que decida el destino final que les espera, con la particularidad de que la balanza que utilizan para juzgar los actos de Makar es diferente a la habitual, aunque prefiero que sea el lector quien descubra el motivo por el cuál no se utiliza la ordinaria. Caben resaltar en este relato los diálogos que mantienen el pope Iván y Makar de camino hacia la itsba en la que va a ser juzgado, en los que no falta el humor, así como la confesión del protagonista ante el gran Toyon, por la actitud que adopta a la hora de justificar sus actos para que cause mayor impacto ante quien lo juzga.
(Taiga Yakutsk-Siberia)
Otro gran aliciente de estos dos relatos es el paisaje que plasma el escritor ucraniano en ambas historias. Y es que los personajes conviven con un medio hostil al que no les queda otra que adaptarse para subsistir como buenamente pueden, porque los recursos que tienen para satisfacer sus necesidades básicas son escasos. Quizás sea El sueño de Makar el relato que más me atrajo en lo que respecta a las descripciones que hace el narrador omnisciente sobre el paisaje de la taiga siberiana de Yakutsk. Y es que Korolenko ofrece unas magníficas pinceladas sobre los escenarios por los que se mueve Makar que, aunque breves y precisas, ayudan al lector a imaginar cómo son los escenarios que atraviesa para dirigirse a la itsba en la que será juzgado. Si bien las descripciones que se hacen sobre el paisaje en el relato de Yom Kipur no dan la impresión de que los personajes viven en un medio tan inhóspito como el que se describe en El sueño de Makar, el autor logra atraer la atención del lector por los escenarios que describe el narrador omnisciente, porque Japun ayuda a mostrar una panorámica complementaria a la que se percibe por los demás personajes que conforman el elenco de esta trama. Si bien la diferencia de paisaje se percibe porque el primer relato transcurre en una aldea de Rusia y el segundo en la taiga siberiana.

Aunque El sueño de Makar es el relato por el que Vladimir Korolenko fue considerado uno de los mejores escritores de la época, particularmente me gustó más Yom Kipur. Quizás influyera en ello el hecho de que la trama sea más compleja y ofrece al lector unos ingredientes más atractivos. Los doce capítulos en los que está estructurada esta novela corta de 90 páginas tienen el aliciente de que el autor sorprende al lector con escenas atractivas en cada uno de ellos, e incluso se encuentra con algún giro que redobla su interés por lo que sucederá hasta el desenlace. Y es que este relato atrae la atención del lector desde las primeras páginas, en las que en la aldea saben que el diablo Japun se llevó al judío Iankel, y la disposición que muestra Felipe el molinero para apropiarse de su taberna y así ser el más rico de la aldea. Pero esto es solo un avance de la trama, porque tiene otros atractivos, con el añadido de que la sonrisa está muy presente en la lectura de esta historia, principalmente en las escenas en las que se desarrollan diálogos ingeniosos, sobre todo si se mantienen con Japun. En este sentido, estaba muy pendiente de sus reacciones, porque quería comprobar si era capaz de ocultar su verdadera identidad, o bien era descubierta ante alguna reacción inusual que lo delatara, y también de la decisión que toma el molinero en el plano sentimental, porque veía que sus intereses tomaban unos derroteros diferentes a los iniciales. En esta historia se muestra hasta dónde es capaz de llegar la codicia del ser humano, sin importar que sus semejantes salgan perjudicados por sus actos, aunque también la astucia está muy presente, porque se sirven de ella quienes deciden utilizarla para conseguir sus fines. Todos los episodios que se suceden en esta novela corta abarcan prácticamente un año, por lo que el narrador omnisciente invita al lector a adivinar a quién se llevará Japun en su próxima visita a la sinagoga. Sin duda alguna, Vladimir Korolenko es un autor que recomiendo para quienes frecuenten los clásicos y quieran salirse de su zona de confort.

Biografía:


Vladímir Galaktiónovich Korolenko nació en Zhytomyr, capital de Volinia (Ucrania), en 1853. Por entonces Volinia era una región políticamente ambigua.
Ya desde el Tercer reparto de Polonia de 1795 la parte oriental pertenecía al Imperio ruso y la occidental al Imperio austrohúngaro. De hecho, Vladímir aprendió a leer polaco antes que ruso, pues su familia desconocía la nacionalidad que le sería adjudicada.
Tras la anexión de de Volinia al Imperio ruso, a la familia Korolenko se le dio a “elegir” la nacionalidad rusa. En 1870 estudió en Petersburgo en el Instituto de Tecnología, y después en la Escuela de Agricultura de Moscú, aunque interrumpió los estudios al ser expulsado por pertenecer a una organización política secreta vinculada al movimiento revolucionario.
Arrestado y deportado en 1879 al norte de la Siberia oriental, pasó varios años en la aislada región Yakut, hasta que en 1885 se le permitió volver a Rusia y se instaló en Nizhny Nóvgorod, donde conoció al joven Máximo Gorki. En este mismo año publicó uno de sus relatos más famosos, y por el que fue considerado uno de los mejores escritores de la época, El sueño de Makar, que narra la triste vida de un Yakut abandonado a su “mala suerte”.
En los años consecutivos, su escritura nos prodiga con otros relatos como El murmullo de la selva, El vagabundo y otros cuentos, El músico ciego, y Yom Kipur, de 1890. Korolenko exhibe un estilo narrativo ingenuo, realista, natural, con un singular humor inteligente y nada irónico. En 1893 viaja a América. A su vuelta a San Petersburgo participa en la dirección de la revista populista La palabra rusa (Russkoie slovo), lo que le facilita una lucha pública directa de su pluma contra los abusos de poder.
Periodista activo, crítico social y militante político, Korolenko decide en 1895 abandonar la literatura para dedicarse a denunciar las injusticias en las leyes y en la policía, convirtiéndose en una figura popular.
En 1900 se asienta en Poltava y es elegido miembro de la Academia de la Lengua, título al que renuncia a los dos años, cuando el zar veta la entrada de Gorki en la Academia. En 1906 dirige una campaña contra la ley militar y la pena capital. La única obra de este período es una corta autobiografía con el título Historia de uno de mis contemporáneos, cuya primera parte aparece en 1910; la otra, incompleta, se publica póstumamente en 1922.
A partir de 1917 manifestó su hostilidad hacia los bolcheviques, a los que en unas cartas dirigidas al comisario de Instrucción Pública, Anatoli Lunacharsky, tachó de enemigos de la civilización. Murió en 1921 en Poltava, en plena guerra civil.
Nota: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía del autor, tomados de la web de Hermida Editores. Imagen de la taiga de Yakutsk, tomada de la web Travel tour guide. 















13 comentarios:

  1. Conozco al autor de nombre, pero nunca había leído nada suyo. Tampoco parece tener una obra muy extensa.
    Tampoco me llama mucho la atención esa fantasía que hace a los demonios personajes de los relatos, pero puede que me decida a leer estos para conocer a otro de los autores rusos con el suficiente criterio como para enfrentarse a los zares y a los bolcheviques.
    Interesante aportación.
    Un beso.

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  2. No he leído nada del autor, tampoco conocía el libro, pero no es para mí. Besos.

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  3. Sabía que te iba a gustar y me imaginaba que a mí también y tal y como pensé, el paisaje juega un papel importante, si de por si ya es un punto a favor en cualquier novela aquí es punto y cesta 👏👏👏
    Qué bien se siente uno cuando lee un buen libro.

    Besitos carinyet 💋💋💋

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  4. Pues no conocía ni autor ni libro, pero es una editorial que suele traer títulos súper interesantes y generalmente acierta en cuanto a mis gustos.
    Me gusta lo que cuentas, me lo llevo apuntado.

    Besotes

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  5. Hola, tuve mi época de escritores rusos y descubrí y leí muchos de ellos, pero este autor no lo conocía y por lo que cuentas estoy segura que me gustará. Me lo llevo, así como la editorial, que he leído varias reseñas tuyas de libros publicados en ella, y me apetece echarles un vistazo. Besinos.

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  6. No conocía al autor. Y desde luego me dejas con ganas de leer estos relatos. Esta editorial también está empezando a formar parte de mis favoritas.
    Besotes!!!

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  7. hola Francisco! He pasado un rato bellisimo en tu compañia y con una buena propuesta , tomo nota! gracias, un abrazobuho.

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  8. En esta ocasión no me lo llevo Paco... No me suelo llevar bien con el género
    Besos

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  9. No conocía para nada al autor ucraniano que hoy nos presentas, si bien no soy nada entendido en la literatura de ese país, pero siempre es interesante para mi descubrir cosas nuevas. Tampoco soy de leer mucha literatura con elementos fantásticos. Lo de la ambientación si que me atrae bastante, porque son países más desconocidos para mi. La verdad es que siento mucha curiosidad por los dos relatos que nos traes. Un abrazo y gracias por darme a conocer al autor.

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  10. Me suena mucho el nombre del autor aunque yo diría que no he leído nada suyo, en principio no me lo llevo aunque nunca se sabe.
    Un abrazo Paco

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  11. Pues me dejas que no sé qué decir... La verdad es que la brevedad de la obra me invita a leerla pero, por otra parte, no sé si yo disfrutaría de esta novela. Lo pensaré. Besos

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  12. Estoy segura de que disfrutaré del libro. Ya está en mi lista :-)
    Besos.

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  13. Pues no lo he leído (no he leído nada del autor, en realidad) y me encanta lo que cuentas. Y qué curioso que te haya gustado menos el que más fama le dio al autor y te haya parecido más redondo el otro, porque también suelo llevar un poco la contraria en ese tipo de cosas :) Apuntadísimo para cuando se pueda.

    ¡Besote!

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