Datos técnicos:
Título: Atrapando la luz.
Autora: Sara Mañero.
Editorial: Verbum.
1ª edición: 21/03/2018.
Encuadernación: Tapa
blanda.
Idioma: Español.
ISBN:
9788490746332.
Nº
pág.: 396.
Sinopsis:
Una mujer adelantada a su tiempo, la fotografía como pasión
insoslayable, las guerras del Ril como tan solo uno de sus
contrapuntos históricos...Elvira desde la lejanía de una existencia
vivida con intensidad nos permite acompañarla en su viaje a través
de un mundo cambiante. El mapa de su vida- de Dueñas a Madrid, de
Madrid a Melilla y de su vuelta a Madrid- estará marcado por la
rebeldía, la independencia, el dolor, la duda...y un deseo perpetuo
de atrapar la luz con su cámara “Porque no recuerdo la realidad
sino su retrato, como si la fotografía no solo fuese razón de vida
sino vida misma”, afirma la protagonista, que enfoca con su
objetivo tanto los conflictos de la historia de España en la que se
ve inmersa, como un espacio íntimo tensionado por ilusiones y
decepciones.
Opinión
Personal:
La
primera novela que leí y reseñé en este blog de la escritora Sara
Mañero fue El
sueño del árbol (reseña).
En su momento reconocí que, cuando afronté su lectura, había
entrado con el pie cambiado y veía que no daba enderezado el rumbo.
Pero tuve claro que tenía que darle una segunda oportunidad, porque
me daba la sensación de que me estaba perdiendo una historia que
merecía la pena leer. Y ya lo creo que fue una decisión acertada,
porque disfruté mucho con su relectura. Hoy vuelvo
a acercarme a la narrativa de Sara Mañero, y en esta ocasión le
toca el turno a su novela Atrapando
la luz,
cuya lectura me encandiló de principio a fin, porque a lo largo de
las casi cuatrocientas páginas que la conforman me encontré con un
personaje inolvidable, de los que cuesta trabajo despedirse cuando el
desenlace está próximo.
(Colegio Teresianas-Dueñas (Palencia))
Atrapando
la luz
es de esas novelas en las que uno tiene en todo momento la impresión
de que está invadiendo la intimidad de este personaje, sobre todo en
las escenas en las que reflexiona en su interior sobre todo lo que
le tocó vivir. Elvira aprovecha esos silencios que le hacían
pensar a su nieta que estaba descansando, pero que el lector es
consciente de ser un receptor privilegiado porque tiene ante si a una
mujer que le muestra el interior de su alma sin pudor alguno; aunque
también se dirigirá su nieta, porque cree que su abuela no se da
cuenta de la situación delicada que está atravesando.
Atrapando la luz es una novela en la que no se tarda en empatizar con la fuerte personalidad que se va
asentando a lo largo de los años en un personaje como Elvira
Villegas, a medida que se da cuenta que tiene que enfrentarse a los
prejuicios de la sociedad en la época que le tocó vivir. El papel
que le espera como mujer se lo recordarán sus padres en más de una
ocasión, ante la firme decisión que tiene su hija de querer
estudiar para adquirir más conocimientos. Sor Emilia, una de las
monjas de las Teresianas en cuyo colegio está realizando Elvira sus
estudios, le dice que tiene cualidades para ser maestra, y se lo hace
saber también a sus padres, lo que le dará fuerzas a la protagonista
para que su objetivo no sea solo una quimera. Pronto se dará cuenta
el lector de que en esa niña que sabía lo que quería se estaba
forjando una mujer adelantada a su tiempo, que no dudaría en
enfrentarse a quien le impidiera cumplir el papel que ella quería
desempeñar en la sociedad. Sara Mañero traza un personaje
intrépido, valiente, pero también muy apegada a los suyos, pese a
que en algunos episodios nos da la impresión de que no lo demuestra.
Pero Elvira es consciente de que tiene que sacrificar su vida
familiar para poder dedicarse a un trabajo que la apasiona, porque el
querer dedicarse a la fotografía le exige mucho en un mundo laboral
copado por los hombres, con el añadido de que lo tenía todavía más
difícil si no contaba con los permisos necesarios para acceder a él.
(Universidad Central-Madrid)
Un
gran atractivo de esta novela es que el lector conocerá la época en
la que se desarrolla la trama siempre a través de la perspectiva de
la protagonista, sobre todo desde que es consciente de su pasión por
la fotografía. Un claro ejemplo de lo que acabo de comentar es el
fragmento que el lector encuentra antes del cuerpo de la novela, y
que la autora tomó del promotor de arte especializado en fotografía,
J.Fontcuberta, con el que avanza una clara idea de lo que sucederá a lo largo de los capítulos: «Fotografiamos
para afirmar lo que nos complace, para cubrir ausencias, para detener
el tiempo y, ilusoriamente, posponer la ineludibilidad de la muerte.
…para
recordar aquello que hemos fotografiado, para
salvaguardar la experiencia de la precaria fiabilidad de la memoria».
Elvira
ofrece en su narración unas descripciones muy claras y visuales de todos
los escenarios que formaron parte de su vida, así como de los
episodios históricos que presenció en vivo y en directo. Cuando el
jefe le propuso salir a la calle a cubrir los eventos
sociales que tenían lugar en Madrid no lo dudó, pese a ser consciente de lo que
suponía por ser mujer. Quienes trabajaban con ella se
dieron cuenta de que estaban ante una compañera que tenía
grandes cualidades para la profesión, por lo que no dudaron en
tratarla como un miembro más en los ratos de
ocio en los que podían disponer de tiempo para intercambiar impresiones
entre ellos. La protagonista quería solicitar permiso a su jefe,
el fotógrafo Manuel Alviach, porque tenía claro que quería ir a
África como reportera gráfica y contar a la sociedad española
cuanto allí sucediera. Era consciente de que el país tenía que
estar informado con objetividad y respeto sobre las desgarradoras
imágenes que envía a Madrid del que se conoce como el segundo
conflicto del Rif, y sobre todo el desastre de Annual, pero también presenciará con dolor los tristes episodios que tuvieron lugar en la Guerra Civil Española, porque vio cómo familiares y allegados fueron víctimas de este sinsentido.
(Antiguo Hotel Reina Victoria-Melilla)
Otro
atractivo de la novela es la estructura que utiliza la autora,
teniendo en cuenta sobre todo la edad muy avanzada de la protagonista
y narradora de Atrapando
la luz.
Elvira lo recordará en algunas fases de su relato, como una especie
de acotación, en las que le dice a su nieta que se está desviando
mucho de la fase de su vida que le estaba contando en ese momento. En
mi modesta opinión, me encontré con una narración natural, que
fluía como una conversación íntima que mantienen abuela y nieta,
conocedoras de que el fin de la protagonista está cada vez más
próximo. Inés no dudará en preguntarle por episodios del pasado, aunque sabe que algunos pueden resultarle incómodos y dolorosos. Esa narración que nos parece
desordenada se complementa con otra información que recibe el lector, y es contada por personajes que tuvieron una relación muy directa con la
protagonista -resaltada en letra cursiva-, lo que da lugar a que tenga una información más directa que la receptora sobre
determinados episodios. A esto hay que añadir el que Sara Mañero
atrae la atención del lector en todo momento, porque logra que la
intriga le incite a estar pendiente de cómo se van a desarrollar los
capítulos que todavía tiene que relatar Elvira, y en los que se
encontrará con algunos giros que atraerán todavía más su
atención, sobre todo al ser informado de la desagradable pérdida de
algunos personajes con los que nos habíamos encariñados. Incluso
los primeros párrafos son ya de por si intrigantes, tal y como están
relatados, porque dan a entender que algo grave está sucediendo y
que Elvira tiene que tomar una decisión para evitar ese desenlace
funesto.
Atrapando
la luz es una novela escrita con un lenguaje muy cuidado, con el que la narradora describe con realismo escenas histórico-costumbristas de la época que le tocó vivir a la protagonista. El lector recibe información directa de los episodios trascendentales que vivió
Elvira en vivo y en directo, siempre relatados desde su perspectiva
como reportera gráfica. En su relato narra la vida que
llevaba con su familia en el Cuartel de la Guardia Civil en
Astudillo, las escenas en las que relata su estancia en Dueñas, así
como las descripciones que hace de Madrid y Melilla aprovechando sus trabajos como reportera gráfica para describirnos estas dos ciudades. Es de destacar también
el ambiente familiar y la camaradería que había en la casa de
huéspedes de la señora Pilar, en la que vivía desde que se marchó
a Madrid, y que le ayudarán a enfrentarse a los episodios más
preocupantes tras la información que recibe del cabo Gervasio, quien
se había desplazado hasta la capital par advertirle del peligro que
corría. Sin duda alguna, Atrapando
la luz
es una novela que deleitará al lector que tenga interés en conocer
la vida de un personaje inolvidable.
Biografía:
Sara
Mañero Rodicio es Licenciada en Filología Inglesa y Doctora en
Filología Hispánica por la Universitat de Valencia. Su tesis
doctoral, “El Arcipreste de Talavera de Alfonso Martínez de
Toledo”, obtuvo el premio “Fernández Abril” de la Real
Academia Española. Ha colaborado en traducciones dramáticas y
poéticas (La comedia de las equivocaciones, de Shakespeares; Dos
Leyendas; de Ted Hughes, Cuatro cuartetos, de T. S. Eliot,...) así
como en adaptaciones teatrales.
En
el campo de la ficción, cuenta con diversos relatos publicados,
siendo finalista del concurso “Erradicando la violencia de género”
(Asociación Eleanor Roosevelt) con el texto “Cuando el sueño
engendra monstruos”. Su primera novela, Mientras sorprendan los
días (Ed. Hades), se publica en 2015, y en ese mismo año Verbum
edita El sueño del árbol, un viaje por la historia de Filipinas.
Atrapando la luz, su tercera novela, supone un homenaje a las mujeres
que se anticiparon a su tiempo, así como al mundo de la fotografía.
Nota: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía de la autora, tomados de la web editorial Verbum. Imagen del Colegio Teresianas de Dueñas, tomada de la web El Norte de Castilla. Imagen de la Universidad Central de Madrid, tomada de Wikipedia. Imagen del Antiguo Hotel Reina Victoria de Melilla, tomada de Wikipedia.
Nota: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía de la autora, tomados de la web editorial Verbum. Imagen del Colegio Teresianas de Dueñas, tomada de la web El Norte de Castilla. Imagen de la Universidad Central de Madrid, tomada de Wikipedia. Imagen del Antiguo Hotel Reina Victoria de Melilla, tomada de Wikipedia.
De las tres novelas que conozco de la autora seguramente es esta que nos traes hoy la que más me llama la atención y no me importaría leerla. A ver si me animo y le hago hueco. Bonita reseña Paco.
ResponderEliminarBesos
Nada que añadir. Estoy totalmente de acuerdo contigo. Leí la novela hace unos meses y me pareció fabulosa. Está muy bien documentada, además. Todo lo que cuenta acerca de la Guardia Civil me sorprendió mucho y me gustó más aún. veo que tú no lo mencionas y es que es una novela con tantos matices que es imposible hablar de todo.
ResponderEliminarNo he leído "La sombra del árbol", pero es que me da pereza meterme con una historia sobre Filipinas. Sé que es una tontería mía y terminaré por leerlo, pero desde que de pequeña vi "Los últimos de Filipinas" y me aburrí mucho (no era una película para niños) es una historia que me produce un poco de repulsa.
Un beso.
Una novela anterior a esta de la autora me gustó bastante, creo que me la recomendaste tú, efectivamente, pero me gustó mucho y todo lo que has contado aquí desde principio a fin me encanta; te iba leyendo y se me iba haciendo la boca agua, ya estaba disfrutando de la historia en mis propias manos y vista por mis propios ojos 😅😅😅
ResponderEliminarhombre muy realista no soy porque no tengo tiempo de leer todo lo que quiero leer y tengo que leer, pero por gustarme me gusta mucho, es como la cantidad de coches que me gustan y de buena gana me llevaría a mi casa, pero no puedo 😂😂😂
Besitos carinyet 💋💋💋
Tengo curiosidad por leer algo de Sara Mañero, y este libro que comentas lo tengo apuntado.
ResponderEliminarPor cierto que buena la frase de Fontcuberta.
Un abrazo
Hola.
ResponderEliminarNo he leído el libro y no creo que lo haga por el momento. No me llama mucho el libro y tengo demasiados pendientes.
Nos leemos.
Fantástica reseña, Paco. Es uno de mis pendientes que estoy convencida de que leeré. Lo merece ella y su bella forma de escribir.
ResponderEliminarBesos
Pues no he leído nada de la autora aún. Y creo que esta novela que nos traes hoy es muy buena opción para estrenarme. Me gusta lo que cuentas.
ResponderEliminarBesotes!!!
Menudo personaje se ha marcado Sara Mañero con Elvira¡¡ Es de los que dejan huella. Un abrazo
ResponderEliminarEstupenda reseña Paco. A mi la novela me ha encantado. Sara Mañero es una escritora a la que merece la pena seguir. Espero leer pronto alguna de sus otras novelas. Besinos.
ResponderEliminarPronto me estrenaré con la autora. Tengo esperándome Mientras sorprendan los días. Esta que comentas la conocía y pinta muy bien. Un abrazo.
ResponderEliminarNo he leído nada de la autora y, aunque no me importaría, tendrá que esperar..
ResponderEliminarBesos
Es una autora que tengo pendiente, y no sé cuando voy a poder. Buena reseña 😉
ResponderEliminarUn beso
Qué reseña tan bonita, Paco, me ha encantado. Tengo muchas ganas de leer a Sara Mañero, pero no soy mucho de este tipo de novelas de recuerdos realistas. Quizás me vendría mejor empezar por la del árbol, no sé. Besos.
ResponderEliminarOhh, una reseña preciosa. Yo no he leído nada de la autora todavía!! Si es que no doy más de mí! Tendré en cuenta esta lectura y te confieso que hay otras que también me llaman. Besos
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