Datos técnicos:
Título: La boca del diablo.
Autor: Teo Palacios.
Editorial: Edhasa.
1ª edición: octubre/2018
Encuadernación: tapa dura con solapas
y lazo de
punto de lectura.
Idioma: Español.
ISBN: 978-84-350-6313-5.
Nº pág.: 286
Sinopsis:
Tras
el desastre de la Gran Armada, Baltasar de Zúñiga consigue arribar
a las costas españolas, acompañado por su escolta y compañero Juan
Lobo. Su misión: informar al rey. Tras hacerlo podrán descansar.
Sin embargo, ya de vuelta a casa, Zuñiga tiene una nueva misión
para Juan: deberá acompañar y proteger a dos inquisidores a los que
se les ha encargado investigar la desaparición de varias muchachas
en un pueblo de Toledo.
Sin
embargo, la situación en el pueblo será mucho más compleja de lo
que pensaban pues rápidamente descubrirán que en la villa se ha
instalado un clima de terror y que los vecinos declaran haber visto a
brujas y demonios entre sus calles. Ahora será necesario investigar
si realmente Satán ha descendido de los cielos para castigar una vez
más a los hombres o si lo que está ocurriendo en la villa nada
tiene que ver con los poderes demoníacos.
Opinión
Personal:
La
boca del diablo
es la nueva obra del escritor de novela histórica Teo
Palacios (Dos Hermanas-Sevilla, 1970), y la tercera que leo de este
autor afincado ahora en tierras gallegas (Cangas, Pontevedra), tras
La predicción del astrólogo (reseña) y El trono de barro (reseña). En esta ocasión
me sorprende -y supongo que también a quienes leyeron alguna de sus
novelas- con un registro diferente al que nos tiene acostumbrados en
su su narrativa, pero en el que muestra que sabe cómo moverse en
terrenos diferentes a los que frecuenta en este género literario.
Sin duda alguna, y como acostumbro a decir en estos casos, quienes no
sean lectores habituales de novela histórica tienen en La
boca del diablo
un título que les animará a sumergirse en sus páginas, porque
encontrará en él ingredientes propios de las novelas de misterio e
intriga, con investigación detectivesca incluida, y un trasfondo
histórico que lleva al lector a una época en la que tiene como
punto de partida el desastre de la llamada Armada Invencible, con la
que el rey Felipe II pretendía destronar a Isabel I e invadir
Inglaterra.
(Casarrubios del Monte-Toledo)
Tal
y como está estructurada los 34 capítulos que conforman La
boca del diablo,
estoy seguro que más de un lector se diría que el comienzo es
propio de las novelas de misterio e intriga. Y es que sentimos
interés por todo lo que ocurre a lo largo del desarrollo de la trama
desde las primeras páginas, porque Teo Palacios muestra en los
primeros capítulos los diferentes frentes con los que lidiarán los
dos inquisidores a los que tiene que proteger el soldado Juan Lobo,
al ser enviados por Baltasar de Zúñiga para investigar la
desaparición de varias muchachas en un pueblo de Toledo, Casarrubios
del Monte. Al lector le esperan por delante 34 capítulos de corta
extensión que lo mantendrán atento a lo que sucede a lo largo de la
novela, porque el autor estructura la trama de tal forma que nos
encontraremos con episodios que atraerán nuestra atención en cada
uno de los capítulos que la conforman. Teo Palacios dosificó a
conciencia la información que quería ofrecer al lector para que
fuera partícipe de todo lo que sucedía durante la investigación, e
incluso diría que invita al lector a averiguar si lo que sucede en
Casarrubios es realmente obra de las fuerzas demoníacas que campan a
sus anchas por el pueblo, o si las desapariciones de esas muchachas
tienen un origen más terrenal.
La
boca del diablo
es una novela muy dinámica, no solo por la diversidad de situaciones
a las que se enfrentan los tres personajes ya mencionados, sino por
las diferentes localizaciones por las que se mueven, y que nos
ofrecen una visión de la España de Felipe II. A lo largo de los
capítulos de esta novela las escenas costumbristas ofrecerán al
lector una estampa de la vida cotidiana de la
época, ya que son estos los que conforman la gran mayoría de
personajes secundarios que se cruzarán en algún momento dado con
las investigaciones realizadas por los dos inquisidores. El narrador
omnisciente ubicará su relato en diversos puntos de nuestra
geografía: desde la llegada de Baltasar de Zúñiga y Juan Lobo a
las costas españolas, teniendo que desplazarse a El Escorial para
dar parte al rey Felipe II del desastre de la Armada Invencible en la
Jornada de Inglaterra, pasando por Galicia, en donde Juan Lobo se
encontrará en el pueblo con un panorama muy distinto al que había
dejado tras su partida. Valladolid y Casarrubios del Monte serán las
otras dos poblaciones a las que se desplazarán, tanto para
encontrarse con los dos frailes inquisidores a los que protegería en
su investigación, como para realizar la labor que les habían
encomendado. Al igual que en las dos novelas anteriores que leí de
Teo Palacios, la ambientación es un punto fuerte, y el lector
sentirá en todo momento que realiza un viaje literario a la España
de Felipe II, especialmente a Cassarrubios del Monte, que es un
personaje más de la novela, pues el narrador nos describe de forma
clara y precisa cada uno de los rincones que visitan estos tres
personajes.
(Castillo de Casarrubios del Monte-Toledo)
El
lector se quedará prendado también de los tres personajes que
tienen más peso en la trama, y focalizan su atención a lo largo de
los capítulos: Juan Lobo, fray Gonzalo y fray Bernardo, porque los
que conocerá perfectamente a medida que avanzamos en la lectura de
esta novela. Están perfilados de tal forma que parecen cobrar vida
propia, porque nos familiarizaremos con ellos no solo por su aspecto
exterior, sino también por su forma de ser y actuar; incluso
conoceremos algunos episodios que le sucedieron a Juan Lobo,
ocurridos durante su participación en la llamada Jornada de
Inglaterra. Son tres personajes que dan mucho juego a la novela, por
lo diferentes que son cada uno de ellos. Entre ellos se producen una
serie de situaciones que atraen nuestro interés, ya sea por sus
puntos de vista ante los episodios que presencian o les relatan; ya
por los diálogos que mantienen en relación con las investigaciones
que realizan: ambos ilustran a Juan Lobo en una misión que en un
principio no era muy de su agrado, por todo lo que significaba la
Inquisición en aquella época. Sin duda alguna, el lector se
encontrará con dos inquisidores muy diferentes, porque uno de ellos
afronta la investigación de una forma más acorde con lo que
representa, y el otro acude más a la razón y a la deducción para
explicar los hechos que tienen lugar en Casarrubios. Juan Lobo es el
contrapunto a las disputas que mantendrán en más de una ocasión
ambos inquisidores, y mostrará ante ellos sus dudas y temores ante
lo que presencia, para lo que recibirá respuestas de uno y otro
siguiendo sus diferentes formas de comprender el origen de esos
episodios que dicen ser demoníacos y de brujería. Aunque también
es un personaje que les servirá de apoyo porque ven en él a alguien
que les previene ante lo que se pueden enfrentar, al observar sus
reacciones en determinadas situaciones, como lo podrá comprobar el
lector en más de una ocasión a lo largo de la novela.
Junto
a los tres personajes mencionados en el párrafo anterior, el lector
se encontrará con una serie de secundarios, entre los que destacaría
el papel que tiene en la trama el padre Martín, quien recibirá a
los inquisidores y a Juan Lobo a su llegada a Casarrubios, y Baltasar
de Zúñiga, si bien este último figurará en escenas puntuales. No
me olvido de las escenas que presencia el lector en los primeros
capítulos en tierras gallegas, en donde descubrirá en compañía de
Juan Lobo lo que sucede en su pueblo, Pazos, a su regreso del
desastre de la Armada Invencible. Allí se reencontrará con su
madre, Ana, y su hermana Isabel, pero también con su prometida
Mariña, y el sobrino de Baltasar de Zúñiga, Beltrán Soutelo,
porque el lector se preguntará en más de una ocasión cuál será
su reacción ante el panorama que se le presenta, toda vez que tiene
que partir a la misión que le encomendó Baltasar de Zúñiga. Como
ya comenté en el primer párrafo de esta reseña, y como lo aclara
Teo Palacios en la nota del autor que acompaña al cuerpo de la
novela, el lector solo se encontrará con dos personajes históricos,
la condesa de Casarrubios, que aparece en algún momento puntual de
la novela, y Pedro Huete, el sastre, y la historia que se cuenta
sobre su padre, aunque ninguno de ellos tuvieron nada que ver con los
acontecimientos ficticios narrados en esta novela.
No
quería terminar mi reseña sin hacer mención de Umberto Eco y su
magnífica novela El
nombre de la rosa,
porque la tuve presente el tiempo que me duró la lectura de La
boca del diablo, por
cómo se llevaban a cabo las investigaciones de
todo todo lo que sucedía en Casarrubios. Aunque también me venían
a la memoria autores clásicos de novela de misterio, como Conan
Doyle o Ágatha Christie, por las explicaciones que recibía Juan
Lobo ante los episodios que presenciaba, sobre todo los relacionados
con el Maligno, y los propios de brujería, que me recordaban a la
forma en la que cierran estos autores los casos protagonizados por
sus personajes.
La
boca del diablo
es una novela histórica que tiene unos ingredientes que atrae a quienes
disfrutan con las novelas de misterio e intriga, con investigación
detectivesca incluida, ambientada en una época en la que la brujería
y las supersticiones estaban muy presentes, causando temor en la
población, que pedía la protección divina para que les apartara de
las influencias del Maligno. El lector se encontrará con una trama que tiene un ritmo muy fluido, y con algunas escenas espeluznantes, y
muy visuales, por la claridad con la que están descritas, y que le
llevarán a reflexionar si lo que sucede en Casarrubios es realmente
obra del Maligno.
Biografía:
(Dos
Hermanas, Sevilla, 1970) estudió Marketing y Diseño, pero ha
encontrado su vocación real en la literatura. Colaborador habitual
de varias revistas –Cambio 16, Clío, La Aventura de la Historia y
Cuadernos para el Diálogo– y programas de radio. Forma parte del
comité organizados de las Jornadas de Literatura Fantástica de Dos
Hermanas, además de impartir cursos y talleres de creación
literaria. Ha publicado hasta la fecha 4 novelas: Hijos de Heracles
(Edhasa,
2010), La predicción del astrólogo (Ediciones B, 2013), El
trono de barro (Edhasa,
2015), Muerte
y Cenizas (Edhasa,
2017) y La boca del diablo
(Edhasa
2018).
Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía del autor, tomados de la web de Edhasa. Imagen de Casarrubios del Monte, tomada de la web Paradise Lost. Imagen del castillo de Casarrubios tomada de la web Descubre Coca. Fotografía de Teo Palacios tomada de Facebook.