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martes, 31 de enero de 2017

Entrevista a José Vicente Pascual, autor de Isla de Lobos













El 13 de enero publicaba en este blog mi reseña sobre la última novela publicada por José Vicente Pascual, Isla de Lobos. Creo que ya tocaba hacerle una entrevista para conocer un poco más cómo se fraguó esta novela y sobre su narrativa en general. Con Isla de Lobos se alzó con el galardón literario Alfons el Magnànim de Narrativa 2016

Biografía


José Vicente Pascual (Madrid, 1956) es autor de numerosas novelas y libros de relatos. Entre sus obras destacan La montaña de Taishán (Premio Azorín 1989), El capitán de plomo (Premio Café Gijón 1993), Palermo del cuchillo (Premio Alfonso XIII 1995; Ediciones B, 1996), Juan Latino, El país de Abel(finalista del Premio Nacional de la Crítica 2002), La diosa de barro, Homero y los reinos del mar (finalista del Premio Caja Granada de novela histórica 2009), Las vírgenes del desierto (reseña) (Ed. Traspiés 2009), Los fantasmas del Retiro, La hermandad de la nieve (reseña) (Premio Hislibris a la mejor novela histórica y mejor autor de 2012), Almirante en Tierra Firme (Premio Hispania de novela histórica 2013), Interregno (reseña) (Ed. B, 2015).
Durante dos décadas ha sido redactor y colaborador habitual en diversos medios de prensa escrita. En la actualidad forma parte del equipo de redacción de varios medios digitales.Es miembro de la Academia de Buenas Letras de Granada. 


Entrevista: 

1) Francisco Portela.-Creo que la ocasión es propicia para que el lector conozca un poco más sobre lo que se encontrará en tu última novela, Isla de Lobos. Y, ante todo, enhorabuena por haber sigo galardonado con este premio literario, Valencia— Alfons el Magnànim de Narrativa, 2016.

José Vicente Pascual.- Gracias a vosotros, a Un lector Indiscreto y a los lectores de este blog, por la atención que hasta ahora habéis dedicado a mi novela.

2) F. P.- ¿Qué es lo primero que siente un escritor cuando le conceden un premio literario?
J. V. P.- Lo que sienten los demás, no lo sé. Para mí, un premio literario es un reconocimiento concreto, en un momento determinado y por un jurado con nombres y apellidos, sobre el valor literario de una obra. Por supuesto que un galardón literario lleva aparejados otros estímulos (edición de la novela, recompensa económica…); pero lo importante, desde mi punto de vista, es la satisfacción de haber sabido “seducir” a un grupo de lectores cualificados. Eso debe de significar que uno, en su modestia, no hace las cosas mal del todo. Un premio es aliento para seguir adelante.

3) F. P.- Y hablando de premios literarios, ¿Crees que los autores cambian un tanto su estilo narrativo cuando presentan una novela a los certámenes literarios?

J. V. P.- Entiendo que hablamos de premios literarios reales, no de las operaciones comerciales, planificadas con mucha antelación, que se publicitan reforzadas por el prestigio de un supuesto premio literario. En el primer caso, que es el que nos interesa, no creo que los autores cambien su estilo de manera consciente. Sí es cierto que en ocasiones se denota cierta precipitación, como apuro por acabar la novela a tiempo de presentarla. Álvaro Cunqueiro, por quien tengo veneración, como sabes, siempre se quejó de que a su novela “Un hombre que se parecía a Orestes” le faltaban unos meses de trabajo. ¡Pero ganó el premio Nadal con ella! A veces hay que elegir, y a veces se acierta y otras no. Esto último parece una simpleza porque lo es. 

4)F. P.- Cuando publiqué mi reseña sobre Isla de Lobos, hubo lectores que comentaron que no tenían claro cuál era el mensaje que querías enviar a través de la novela. Aunque en la previa nota del autor hablas de tu fascinación por el siglo XVIII. Vi a los personajes de esta novela como un fiel reflejo de la sociedad de la época. Como ejemplo, creo que doña Aguas Santas Rivero sería una monarca absolutista que pondría a temblar a más de uno.

J. V. P.- Planteas dos asuntos en la misma pregunta. Un poco de orden. A ver…
En cuanto al “mensaje”, nunca ha sido mi intención, como autor literario, construir mensajes para nadie ni “transmitir” nada (para transmitir están la radio y la TV); mi propósito es más humilde: intento participar al lector algunas inquietudes de las muchas que me ponen a pensar, y que esas mismas reflexiones, esas preguntas muchas veces sin respuesta posible, penetren en el ánimo del lector y lo pongan a cavilar igual que yo me muero en la incertidumbre. Si el empeño se lleva a cabo con buen tono, elegancia estilística y adecuado ritmo narrativo, el resultado puede ser interesante.
Sobre los personajes, son paradigmas. Podrían pertenecer al siglo VXIII como al XXI. Otra cosa es que eligiera esa “falsa ambientación” dieciochesca para mi novela (impostura reconocida en el mismo texto, declarada por los mismos personajes que cuentan el tiempo de una manera peculiar, sin sujeción a ningún calendario conocido); pues ciertamente, el XVIII es un siglo apasionante, de grandes viajes y descubrimientos, avances científicos y técnicos, maduración de ideas humanistas e ilustradas… En tal sentido, doña Aguas Santas Rivero podría ser un/a monarca absolutista, un Robespierre cualquiera o la Reina de Corazones en Alicia en el País de las Maravillas. Es una encarnación estereotipada del poder por sí y para sí. Una simpática tirana que reina en el rincón más apartado del mundo, una isla minúscula en medio de un océano muy grande. Los mecanismos psicológicos del poder son así: lo mismo se apetece ser concejal de un pueblo de Soria que presidente de los Estados Unidos. La ambición es siempre así, única y a menudo obsesionante, un sentimiento que, por definición, siempre es desmedido.

5)F. P.- Creo, incluso, que los personajes que pueblan esta isla volcánica, así como los episodios que se suceden a lo largo de la novela, son una clara alusión, en un tono exagerado, a las vicisitudes del que se conoce como Siglo de las Luces.
J. V. P.- Hay algunos elementos, en efecto, como la obsesión por dar sentido al lugar en el mundo de cada individuo, por explicar la naturaleza, catalogarla, compendiarla y encontrarle acomodo en una enciclopedia. Los franceses de La Parousse que no pueden regresar a su patria porque temen ser guillotinados, aunque cargan dos bajeles con fascinantes riquezas acumuladas durante su viaje, son otra referencia a las convulsiones y tremendos conflictos de aquel siglo.
(Cunqueiro y García Márquez)
6)F. P.- De nuevo en Isla de Lobos nos encontramos con un tono próximo al realismo mágico, aunque creo que un tanto distinto al que encuentra el lector en la novela Interregno, anterior a Isla de Lobos. ¿Con cuáles de los principales exponentes del realismo mágico te identificas más: García Márquez, Alejo Carpentier o Álvaro Cunqueiro?

J. V. P.- Alejo Carpentier y Álvaro Cunqueiro son los dos grandes referentes de la narrativa en lengua española, en el siglo XX. En el caso de Cunqueiro, algunas de cuyas principales obras están escritas en gallego, la expresión “lengua española” tiene sentido muy amplio. (Aclaro que, para mí, son españolas todas las lenguas que se hablan en España). García Márquez es un buen discípulo de Carpentier y de Miguel Ángel Asturias (posiblemente, también de Uslar Pietri). Lo que tengo muy claro es que sin Carpentier y Cunqueiro, el mapa de la novelística en lengua española habría sido bastante más inhóspito, aburrido, sin el pulso y la emoción que ambos supieron imprimir a su gigantesca obra.

7)F. P.- Junto con ese realismo mágico también encontramos connotaciones fantásticas, tanto en Isla de Lobos como en Interregno. De hecho, en mi reseña hago mención a J. M. Barrie y su archiconocida obra de teatro Peter Pan. ¿Voy mal encaminado en esta influencia que reflejo?

J. V. P.- Desde luego que no. Isla de Lobos, como espacio geográfico ficticio, es un Newerland, una Utopía (que, por cierto, también estaba situada en el Atlántico), un país de Liliput, una Itaca… Lugares a los que merece la pena acudir porque en ellos habita la leyenda, el mito y, acaso, la perdición. La vida es drama y los escenarios de nuestra existencia, siempre tienen, a su vez y llegado el momento, algo de dramáticos. No quiero parecer sombrío ni pesimista, pero es una verdad inexorable que los escenarios donde ríen nuestros amigos bajo la luminosa caricia de la vida, mañana serán un lugar donde los recordaremos y dedicaremos lágrimas a su memoria. Un buen escenario de hoy, es templo para la nostalgia de mañana.

8) F. P.- Incluso me atrevería a mencionar también la famosa Utopía de Thomas Moro y Un mundo feliz, de Aldoux Huxley como espejos en los que se mira Isla de Lobos.

J. V. P.- Bueno… Me he adelantado con la referencia a Utopía. Un mundo feliz, cabe. Cabe toda concepción de un espacio y un tiempo (utópico o distópico), en el que seres humanos con marcado acento de soledad ante un universo inmensamente grande e inmensamente ajeno, se enfrentan a la necesidad de explicarse a sí mismos y, al mismo tiempo, edificar un mundo que los reconcilie con su destino. Mis personajes en Isla de Lobos ansían en el fondo lo que cualquiera: saber quiénes son, por qué están donde están y vivir acomodados y a sosiego, aceptando su naturaleza y destino.

9) F. P.- Esta es la cuarta novela tuya que leo. En las dos últimas, el realismo mágico está presente. ¿Es quizás la novela histórica el género que más se presta para utilizar los recursos propios de esta corriente literaria?

J. V. P.- Puede ser, aunque nunca me he parado a pensar detenidamente en ello. De algo sí estoy convencido: la novela histórica “pura” es aburrida (que me perdonen los incondicionales del género). Es muy aburrida porque se conoce el final desde la primera página. Otra cosa es ingeniar tramas de “ambientación histórica” donde el desarrollo y desenlace dramáticos no estén condicionados por el calendario y el 2+2=4 de la historiografía en puridad. En tal sentido, novelas como El Siglo de las Luces y El nombre de la rosa son admirables. Respecto a introducir elementos “fantásticos”, ¿por qué no? La magia ha existido a lo largo de la historia, igual que la religión, igual que las ideas filosóficas (algunas razonables, otras muy equivocadas). En la Edad Media, la magia, la hechicería, obraban en la realidad, condicionaban la manera de pensar y entender el mundo. Si un joven llamado Marco Polo escribía su “Libro del millón” y contaba que el emperador de Kambalik tenía a su servicio extraordinarios magos, los cuales obraban maravillas como, por ejemplo, hacer llover mansamente sobre palacio cuando apeteciera al monarca, la gente lo creía a pies juntillas. Esa información, tan peregrina para nosotros, se integraba en las convicciones del común. La magia, lo fantástico, lo inexplicable, forman parte de nuestras vidas y, por supuesto, ayudan a configurar nuestra personalidad desde la infancia. Y ya sabemos que un adulto es el resultado de los deseos de un niño...
(Ulises y las sirenas)
10)F. P. Me dio la impresión, también, de que los nombres de los personajes de Isla de Lobos tienen un marcado origen literario, algunos de ellos con claras alusiones mitológicas.

J. V. P.- No te equivocas. La novela se construye a partir de dos mitos literarios: el mito del náufrago (desde Jonás a Robinson Crusoe), y el mito del regreso odiseico. Seguramente esos nombres a los que refieres (Ariadna, Ivo, el perro Brillo —el griego Argos se traduce por Brillo en español —y otros que aparecen en el mismo escenario) tienen mucho que ver con el retorno de Odiseo a Itaca, sus afanes y trabajos para recuperar la corona del perdido reino, es decir: la consumación de la sabiduría tras el larguísimo viaje iniciático que lo tuvo perdido diez años en los mares, hasta volver a su anhelado hogar.

11)F. P.- ¿Es la novela de ficción histórica el género literario en el que más a gusto te encuentras a la hora de escribir?

J. V. P.- Me encuentro a gusto escribiendo la novela que en cada época me apetece escribir. No me interesa mucho la compartimentación de la narrativa en géneros, hay mucho en eso de interés comercial. No niego, desde luego, los géneros netamente diferenciables (novela negra, ciencia ficción, etc). Pero, ¿no encontraríamos dificultades para catalogar 1984 de Orwell como ciencia ficción, o El Siglo de las Luces como novela histórica? La novela es eso mismo, novela, esté ambientada la trama en el siglo V o en el XXIV, trate de asesinatos o de viajes al espacio. ¿Madame Bovary es una novela “romántica”, de amor y lujo? Un autor no debería necesitar la muleta del género para sustentar el valor de su obra. Hay que escribir, hacerlo bien y ser ambiciosos en el buen/mejor sentido. Luego, que los críticos “coloquen” la novela en el estante que quieran.

12) F. P.- Te hago la anterior pregunta porque guardo un grato recuerdo de la primera novela tuya que leí, Las vírgenes del desierto, y que me encantó. No sé si tienes guardada en el cajón alguna historia posible para Aníbal Monrad, investigador privado y criminólogo. Creo que este personaje gustaría a los lectores y se haría un hueco en el mundo de la novela negra.

J. V. P.- La tengo, así es. Pero el bueno de Aníbal está esperando que algún editor curioso se interese por él. En cuanto ese editor me pregunte: “¿Tiene usted escrita alguna otra novela con este personaje protagonista?, mentiré, diré que sí y me pondré a la faena. Mientras, otros proyectos me ocupan.
Las vírgenes del desierto fue la primera novela que se publicó en España sobre los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez y la actividad de los cárteles y mafias policiales en el norte de México. Hasta ese momento, casi nadie se había ocupado de un contenido tan terrible. Sólo Sergio González Ramírez, con su extraordinario ensayo Huesos en el desierto, y Elena Poniatowska, habían investigado y escrito sobre el tema (y se habían jugado la vida, de paso). Encaré la escritura de Las vírgenes del desierto como un acto de justicia, de compromiso con la verdad, una reivindicación literaria sobre los esfuerzos (literalmente heroicos), de unas pocas personas por clamar al mundo y denunciar el horror que estaba ocurriendo en Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua y en todo el norte mexicano (justo donde Trump seguirá construyendo la Gran Muralla). Pensé, ingenuo de mí, que la novela llamaría la atención de los medios y los lectores. Pero lo cierto es que pasó inadvertida.

13) F. P.- Y volviendo a la novela histórica, ¿crees que la novela histórica española tiene la aceptación que se merece por los lectores de nuestro país? Incluso hay quien dice que la ficción histórica es el género literario que más se lee en España.

J. V. P.- España es el único país europeo donde la novela histórica no ha decaído notablemente sino que, por el contrario, tiene cada día más aceptación. Lo cual no quiere decir que los grandes maestros del género (sobre todo ingleses) no sigan teniendo un público fiel y una consideración excelente. No obstante, y en lo que concierne a España, yo creo que el fenómeno se debe a que en nuestro país ha habido durante muchísimo tiempo un desinterés endémico por la historia. Nos arreglábamos con cuatro batallitas, el descubrimiento de América, la guerra de la independencia y, por supuesto, la archisabida y archiescrita guerra civil. Como aquel que dice, acabamos de descubrir que la historia no es un compendio de espesas biografías de santos y héroes, mártires y villanos, sino que está colmada de personajes increíbles, hechos maravillosos, épocas fascinantes… Y como la gente, por lo general, no lee tratados académicos ni demasiados libros divulgativos, recurre la novela para “pasear” por esos ámbitos y disfrutar las delicias de la historia.

14)F. P.- Javier Marías divide a los escritores en dos grupos: los de brújula y los de mapa. ¿En cuál de ellos te encuadrarías?

J. V. P.- Sin dudarlo, soy de los que navegan siguiendo la estela de los delfines, guiándome por los cantos de las sirenas. Las brújulas y los mapas son para marinos de ciencia y método, para aventureros con posibles en todo caso. Yo soy pobre y no puedo permitirme esos lujos. Me agarro al primer mástil que encuentro y disfruto del naufragio.

15) F. P.- Y aprovechando la coyuntura, ¿estás trabajando en algún proyecto literario nuevo? ¿Tendremos una nueva novela de ficción histórica a la vista?

J. V. P.- La hay. Te anticipo el título: “En pie sobre las ruinas”. Un buen amigo me propuso, medio en serio medio en broma, la siguiente frase publicitaria: “Visite usted el siglo V más extraño y peligroso que pueda imaginar – No abandonen su vehículo ni se aparten del sendero, hay bárbaros sueltos”.

16) F. P.- Gracias por responder amablemente a esta entrevista y por dar a conocer a los lectores cómo se fraguó Isla de Lobos. Realmente, merece la pena leerla.

J. V. P.- Como dije antes, y con mucho gusto reitero: gracias a vosotros. A ti en particular y a los lectores de tu blog en general.

Nota: Biografía tomada de la web de Ediciones Versátil. Imágenes que acompañan al cuerpo de la entrevista, de google imágenes. 


15 comentarios:

  1. Me ha resultado interesante tu entrevista para completar mi visión del libro

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  2. Buena entrevista, Paco. Gracias.

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  3. Gracias por acercanos a este autor¡¡¡
    Besos

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  4. Gracias por la entrevista. Muy interesante.
    Un beso ;)

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  5. Muy buena entrevista. Siempre es grato conocer un poco más de la mente tras el libro.

    Un abrazo ;)

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  6. Gracias por la entrevista, es un autor del que aún no he leído nada
    Besos

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  7. ¡Hola!
    Gracias por la entrevista, muy interesante.
    Tuve el placer de leer Isla de Lobos hace poco y me gustó mucho.
    Un beso

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  8. Interesante y completa entrevista. Gracias por acercarnos un poquito más al autor. Besos

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  9. Muy buena entrevista, larga vida a la novela histórica. Estaremos pendientes de su próxima publicación, de la que has obtenido la primícia del título y de si salen nuevas aventuras de Aníbal Monrad. Un abrazo

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  10. Se que siempre digo lo mismo, pero es que me encanta conocer más cosas sobre los autores y sus obras, así que...¡Buen trabajo!

    Un beso
    Yolanda ❤ ❤ ❤

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  11. Gran novela, gran autor y gran entrevista... Besos

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  12. Muy buena entrevista. Preguntas precisas que nos ayudan a quienes no hemos leído la novela, a hacernos una muy buena idea. Abrazos.

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  13. Me ha gustado mucho la entrevista y el libro lo tengo apuntado, me gustaría leerlo pronto, ya te contaré :-)
    Besos.

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  14. No conocía al autor, y me voy con la entrevista y la reseña leída, y el título anotado. Un beso!

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