Páginas

domingo, 30 de junio de 2024

Reseña El coronel no tiene quien le escriba, de Gabriel García Márquez.

 






         




Datos técnicos:




Título: El coronel no tiene quien le escriba.

Autor: Gabriel García Márquez.

Editorial: Club Bruguera.

1ª Edición: Junio/1980.

Año de publicación inicial: 1958.

Encuadernación: Tapa dura.

ISBN: 84-02-07207-0.

Idioma: Español.

Nº páginas: 145.




Argumento:





El coronel es un veterano de la última guerra civil colombiana que malvive en una casa de una villa en la costa atlántica del país junto a su esposa. Durante 15 años, el coronel va cada viernes a la oficina de correos del puerto con la esperanza de recibir una confirmación con una pensión de veterano de la guerra civil. Sin ninguna fuente de ingresos, la única esperanza de ganancia es un gallo de pelea, heredado de su difunto hijo, que el coronel ha estado criando en su casa durante varios meses, con la intención de hacerlo pelear en enero y obtener un beneficio de las apuestas.







Opinión Personal:






De Gabriel García Márquez sólo leí, y hace años, Cien años de soledad, la novela que le ha dado a su autor fama universal, y que recuerdo que me gustó mucho. De nuevo me acerco a su universo literario con la que es considerada una de las mejores 100 novelas escritas en español durante el siglo XX, por el El Mundo, El coronel no tiene quien le escriba.

(Guerra de los Mil Días-Colombia)
Por aquel entonces, García Márquez es corresponsal en París, del diario colombiano El Espectador. El cierre de este rotativo en la capital francesa supone un golpe económico para el escritor. Un escritor que trabajaba en la que sería su novela La mala hora, y decide guardarla en un cajón para escribir la historia de un coronel que luchó en la guerra civil colombiana, llamada Guerra de los Mil Días, y que cada viernes se dirige a la oficina de correos del puerto, con la esperanza de recibir una carta que le confirme la aprobación de la pensión que le corresponde como veterano de esta contienda fratricida. Sin embargo, antes de ser publicada como novela en 1962, el manuscrito pasó por manos de cinco editores. Parece ser que la obra parte de un hecho biográfico, porque tiene como punto de partida un episodio protagonizado por su suegro, también coronel. Basada en esta novela el director mexicano Arturo Ripstein rodó una película en 1999, por por si algún lector siente interés en verla.

Antes de exponer mis impresiones quiero resaltar que no es una novela que se pueda recomendar alegremente, sino que entiendo que es apta para quienes quieren disfrutar de una buena historia en la que se reflejan las características que marcan la narrativa de quien recibió el Premio Nobel de Literatura de 1982, y es considerado como padre del realismo mágico. Un realismo mágico que ya se percibe en esta historia y, con las primeras alusiones a la mítica población ficticia de Macondo y al coronel Aureliano Buendía. Pese a que fue escrita y publicada en los primeros años de la segunda mitad del siglo pasado, el narrador omnisciente incide en aspectos que están muy vigentes en la actualidad. Aspectos relacionados con la realidad de un país en el que la población está sometida a los dictados de los gobernantes. Muestra la esperanza, pero también la desazón del protagonista ante la no recepción de la carta que le puede devolver la dignidad, porque está convencido de que las autoridades nacionales tienen la obligación de cumplir el compromiso prometido a los excombatientes que participaron en una contienda que supuso un duro golpe para Colombia.

El narrador omnisciente describe cómo el coronel malvive con su esposa, enferma de asma, en una casa en las afueras de una población ubicada en la costa atlántica colombiana. En la trama se refleja un claro trasfondo histórico marcado por las consecuencias derivadas de esa guerra civil, como se podrá comprobar a lo largo de los capítulos. Consecuencias que en determinados episodios alteran la vida de sus habitantes. Alguno provoca situaciones tensas, pese a que los ciudadanos son conscientes de que saltarse las ordenanzas pueden acarrearles serios problemas. Una de ellas lo vive el protagonista, al reencontrarse con un personaje que le trae amargos recuerdos.

Me encantó la atmósfera que crea Gabriel García Márquez a lo largo de los siete capítulos en los que se estructura el desarrollo de la trama. Una atmósfera provocada por la angustia, por la desazón que acompaña al coronel, cada vez que se acerca al puerto para ver si la lancha trae en la saca de correos la ansiada carta. El que se respira la miseria que reina en la casa que comparte con su esposa. También es agobiante el calor sofocante que reina en esa estación del año, unida a los escasos medios que tiene la mayoría de población para combatirlo. Época en la que, sobre todo en octubre, para el coronel supone un «mes aciago en los intestinos» (pág. 9).

(Fotograma película El coronel...)
Pese a la enfermedad que acarrea, la esposa saca fuerzas de flaqueza cuando el asma le da un respiro y, con carácter, lleva las riendas del hogar. Le hace ver a su marido la realidad en la que viven y cómo tiene que apañárselas para poder alimentarse. Pero el coronel está obsesionado con el gallo de pelea que tiene en casa, que era de su hijo -fallecido hace un año- porque está convencido que es la esperanza que les queda para sacar unos buenos dineros con los que relanzar su paupérrima economía. La tensión se cruza entre la esperanza y la realidad, porque el coronel siente que es pisoteado y necesita alzar la voz para reclamar lo que por derecho le corresponde, pese al carácter idealista que manifiesta, y la nostalgia que lo acompaña.

El coronel no tiene quien le escriba es una novela que merece la pena leer con un ritmo pausado para comprender mejor todo lo que sucede en el pueblo en el que el coronel ansía recibir la carta a la que hace referencia el título de la que considero que es una pequeña joya literaria. Gabriel García Márquez muestra los rasgos que marcan su narrativa, en la que el narrador omnisciente describe algún episodio propio del realismo mágico que predomina en su obra, sin que el lector perciba que traspasa la línea que separa la realidad de la fantasía. El coronel está rodeado de personajes que, en mi opinión, entiendo representan la situación histórica que vive el país, marcada por las leyes impuestas por el partido gobernante tras el final de la guerra civil colombiana, a la que se refiere la voz narrativa. El carácter realista y práctico de la esposa del militar jubilado, el alcalde y su autoridad para que se cumplan las órdenes gubernamentales; don Sabas, y el oscuro origen de su riqueza que, por su forma de actuar, se manifiesta en varios episodios; el médico del pueblo y la relación de cercanía que mantiene con el protagonista, dadas las comunes ideas que defienden; la labor que hace el padre Ángel con la censura, o el peculiar abogado que está a cargo del papeleo que acarrea la pensión del coronel. El coronel no tie lone quien le escriba está narrada con un estilo directo, sin rodeos, con descripciones claras y concisas que ayudan a imaginarse cómo son los espacios por los que transita el protagonista. Espacios que reflejan los escasos ecursos que dispone la mayoría de la población para subsistir. Los diálogos son muy cinematográficos, magistrales, en los que, pese a la situación que se vive, no falta el humor negro «-Parecen zapatos de huérfano -protestó-. Cada vez que me los pongo me siento fugado de un asilo» (pág. 27), la retranca «-Es lo mismo desde hace quince años -explica el coronel-. Esto empieza a parecerse al cuento del gallo capón» (pág. 32) y las frases lapidarias que intercambian, referentes a la situación actual del país «-No hay esperanza de elecciones -dijo el coronel. -No sea ingenuo, coronel -dijo el médico-ya nosotros estamos muy grandes para esperar al Mesías» (pág. 32), e incluso lo que significa un personaje como don Sabas «-Habrá que fusilarlo -dijo el médico dirigiéndose al coronel- La diabetes es demasiado lenta para acabar con los ricos» (pág. 113).







Biografía:






El novelista colombiano nació en Aracataca en 1928. Cursó los primeros estudios en los jesuitas de Bogotá. Más tarde trabajó como periodista de la agencia Prensa Latina de Nueva York, La Habana (donde vivió los favores revolucionarios de 1959) y Bogotá. En 1955 había publicado el relato La hojarasca, en el que aparecen ya los rasgos fundamentales de su narrativa; la creación fantástica de un ambiente colombiano (el imaginario pueblo de Macondo) y una perfecta asimilación de la técnica faulkneriana del monólogo interior. A partir de los años sesenta aparecieron Los funerales de Mama Grande (1962), La mala hora (1966), Cien años de soledad (1967), novela que ha dado a su autor fama universal, El otoño del patriarca (1975). El coronel no tiene quien le escriba (1962), la primera novela que cimentó su prestigio, es el retrato de un fracasado sobre el fondo de una ciudad provinciana.

Nota: Datos técnicos y biografía tomados de Club Bruguera. Argumento tomado de Wikipedia.  Imagen de la Guerra de los Mil Días tomada de wikipedia. Fotograma de la película El coronel no tiene quien le escriba, tomada de la web Ibermedia digital.


6 comentarios:

  1. Hola, Paco. Lo comentaba el otro día, que me encanta ver estos libros en los blogs, y no tantas novedades. De García Márquez he leído poco y este título no ha pasado por mis manos. Sí te diré que me acerco al realismo mágico con mucha cautela. No siempre me siento cómoda con estas lecturas, así que entiendo lo que dices, que no son recomendaciones para todo el mundo. En cualquier caso, y viendo lo que lo has disfrutado, me lo pienso. Besos

    ResponderEliminar
  2. Hola Paco, cómo ya te comenté en otro momento con esta novela corta me estrené con García Márquez. Me gustó muchísimo cuando la leí y guardo de ella muy buen recuerdo. Tras tu estupenda reseña me planteo una relectura. Besos.

    ResponderEliminar
  3. Hola,
    Es cierto que muchas de las obras de Márquez no son para todo el mundo. El realismo mágico en sí mismo es un género bastante complicado y a veces leer las críticas sociales que se hacen alrededor de historias donde se convive con la magia es un poco desconcertante, por no saber hacia dónde se va.
    A pesar de ser colombiana, poco he leído de Márquez más allá de sus Doce cuentos peregrinos, que también son historias que valen por completo la pena.
    Muchas gracias por tu opinión,
    Un beso <3

    ResponderEliminar
  4. Una lectura cortita, pero para leer de forma pausada, como bien indicas. Se disfruta más de cada detalle, de la brillante prosa del autor, y de sus maravillosos diálogos.
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
  5. Un imprescindible que muestra gran inteligencia por parte del autor en su análisis de la sociedad que describe. Uno de esos libros que te dejan pensando y con buen sabor de boca y una sonrisa en su frase final. Un abrazo

    ResponderEliminar
  6. Tendré en cuenta tu advertencia y lo leeré despacio. Seguramente me pondré con él dentro de unos meses.

    ResponderEliminar