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lunes, 31 de octubre de 2022

Reseña Mühlberg, de Víctor Fernández Correas.

 










 


 

Datos técnicos:




Título: Mühlberg.

Autor: Víctor Fernández Correas.

Editorial: Edhasa.

1ª edición: Mayo/2022.

Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta.

ISBN: 978-84-350-6396-8.

Idioma: Español.

Nº pág.: 380.



Sinopsis:




«Vine, vi, y Dios venció», tales fueron las palabras de Carlos V tras la batalla de Mülhberg. Porque Mülhberg fue algo más que una batalla: históricamente fue el punto más álgido del imperio, y a la vez el comienzo de la decadencia del emperador. Comienza esta historia en las riberas del río Elba. Una, ocupada por las tropas imperiales españolas, lideradas por Fernando Álvarez de Toledo, duque de Alba; la otra, por los luteranos, comandados por Juan Federico de Sajonia. Y pronto la fuerte corriente del Elba, envuelta entre la niebla, se manchará de sangre… Pero no es ésta sólo la novela de los hechos, crudos, latentes, vivos aún, si no la de personajes inolvidables, más allá de los grandes nombres que han pasado a la Historia: los soldados Cristóbal de Mondragón y su amigo Diego Cubero, que se enfrenta a la muerte con la ayuda de la prostituta Dorothea; Baltasar Carrillo, arcabucero gaditano sediento de matar luteranos, y su compadre, más cabal, Íñigo Mendizábal; el espía Norbert Bachmann, inteligente mercenario, o Barthel Strauchmann, habitante de Mülhberg a quien deberán los imperiales la victoria… Ellos son unos pocos, pero hay muchos más. Y vale la pena conocerlos.

Víctor Fernández Correas se adentra en una época y unos personajes que conoce como si hubiera estado allí y nos transporta al siglo XVI con una fuerza e ímpetu de forma así inconcebible. Con prosa certera, diálogos ágiles y unos personajes vivos como pocos, es Mühlberg una novela que va mucho más allá del género histórico. Una Novela en mayúsculas y quizás la mejor novela sobre la batalla de Mühlberg y sobre Carlos I escrita hasta la fecha



Opinión Personal:



Quienes visitan este blog saben que mi género literario preferido es la novela histórica. Un género literario en el que el autor de turno recrea un período determinado de la historia, sea pretérita o contemporánea, y ofrece una trama que desarrolla de tal forma que atrae mi atención. Una atención que se incrementa sobre todo si obtenemos información que nos sorprende, bien por desconocerla o por el desarrollo del hecho histórico en si, o bien por el enfoque con el que la voz narrativa relata un hecho con el que estamos familiarizados. En mi modesta opinión, entiendo que Mühlberg, la nueva novela de Víctor Fernández Correas, se encuadra dentro de la última pauta que acabo de comentar en las últimas líneas de este párrafo.

(Batalla de Mühlberg-Alemania)
Estoy seguro de que, quienes frecuentamos la narrativa del escritor nacido en Saint Denis (Francia), pero extremeño confeso, nos dejó ojipláticos con el desarrollo y planificación de la historia que gira en torno al emperador Carlos I de España y V de Alemania. En las redes sociales, sobre todo en su página de Facebook, muestra su querencia por este monarca de quien, con un estilo desenfadado, desgrana episodios de su vida y obraEsta querencia y/o pasión que siente por el césar, como así le llaman en algunos diálogos que mantiene con sus más fieles y allegados servidores del ejército imperial, se refleja en torno a los episodios que se desarrollan en la batalla de Mühlberg, en las que las tropas que pone al mando del hombre de mayor confianza y obediencia al monarca, el Duque de Alba, Fernándo Álvarez de Toledo —como se podrá comprobar en varias fases de la trama—, se enfrentan a las luteranas que encabeza el príncipe elector Juan Federico de Sajonia.

El hecho de que califique como ojiplática la primera impresión que sentí tras la lectura de Mühlberg, se refiere al acertado enfoque que le confiere el autor a un hecho histórico por todos conocido, y del que ya sabemos el desenlace. ¿Por qué entonces una novela sobre una batalla tan señalada? En un principio, llama la atención el que utilice el tiempo presente para el relato de la voz narrativa pero, a medida que se desarrollan los capítulos y el tiempo que dura todo lo sucedido en torno al 24 de abril de 1547, me dije que era la opción más acertada para que el lector los viviera como si fuera un espectador preferencial. A ello hay que añadir el dinamismo que se mantiene a lo largo de los capítulos porque la voz narrativa ofrece en tiempo y hora lo que sucede durante la batalla, tanto en los campamentos de ambos bandos como en el desarrollo de la batalla en si, con el río Elba como testigo principalal igual que lo que sucede en Mühlberg tras conocerse quién fue el vencedor, y la posterior persecución, que tiene como escenario clave el bosque de Lochauer Heide, en la que se reflejan las artimañas que utilizan ambos estrategas para que la victoria sea rotunda. Una persecución en la que se refleja la fijación que el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico tiene por apresar y decapitar al príncipe elector Juan Federico de Sajonia, por lo que la acción en este tramo está también servida. En este sentido, diría que el autor juega con la intriga y provoca tensión narrativa porque es consciente de que es la forma de mantener la duda en el lector, pese al resultado por todos conocido: acierto total, sin duda. También me provocó alguna que otra sonrisa tal y como adelanta la voz narrativa alguno de los encabezamientos a los que me acabo de referir.

No me extraña que la sinopsis que ofrece Edhasa en el último párrafo de la sinopsis afirme que Mühlberg es la mejor novela sobre estabatalla y sobre Carlos I escrita hasta la fecha. Sin duda alguna, uno de los grandes atractivos es el que el lector se encontrará no sólo con todo lo que sucede en torno al choque armado entre soldados imperiales y luteranos, sino que me encandiló porque me encontré con una historia de historias. Y es que en una batalla de este calibre hay personas que se juegan la vida, que dejan atrás una familia, seres queridos o allegados que están muy pendientes de si los volverán a ver con vida. Otro tanto sucede con los que, sin comerlo ni beberlo, se encuentran metidos en un fregado que ni les va ni les viene; pero, claro, una vez metidos, primero es el pellejo de uno y hay que salvarlo, sea como sea. Sin duda alguna, este es, en mi modesta opinión, el mayor aliciente de la novela. De hecho, mientras me enfrascaba en la lectura de Mühlberg, me acordé en más de una ocasión de un programa que había en la radio pública en el que, precisamente, se hablaba sobre historias de la Historia. Para mí fue una delicia, ya lo creo. Y es que disfrutaba de lo lindo con las interesantes anécdotas e información que ofrecía sobre determinados personajes o hechos históricos el divulgador Pancracio Celdrán. Por eso me encantó la nueva novela de Víctor Fernández Correas.

(Carlos V en Mühlberg-Alemania)
Con permiso del emperador Carlos I, que supongo entenderá el comentario que reflejo en este párrafo, Mühlberg es una novela coral, porque todos los personajes que conforman el elenco que transita por sus páginas desempeñan un papel que atrae la atención del lector a lo largo de los capítulos. Un papel en el que todos se la juegan y dan lo mejor de si, sean de un bando o de otro, porque de sobra saben cuál puede ser el desenlace si no ponen los cinco sentidos en el fregado en el que se metieron. Al ser históricos casi todos los personajes militares que menciona el narrador omnisciente, entiendo que estamos ante una crónica novelada de este hecho histórico, que puso fin a la contienda que mantuvieron durante varios años los soldados imperiales con los luteranos que conformaban la Liga de Esmalcalda, conformada por príncipes y ciudades protestantes, para defender sus privilegios y luchar contra el emperador y rey Carlos V, defensor del catolicismo frente a la reforma luterana. Se percibe que el autor realizó una ardua labor de documentación para reflejar a lo largo de los capítulos todo lo sucedido en el río Elba y Mühlberg, en la que entiendo que aprovecha los episodios que cree se pueden prestar para describir el papel que desempeñan los pocos personajes ficticios que crea. Como ya es habitual cuando en una historia toman parte personajes reales y otros creados por la imaginación del autor, fluye con total naturalidad la interrelación que mantienen.

A lo largo de los 17 capítulos, más un prólogo y epílogo en el que se desarrolla la trama, el lector se encontrará con un elenco de personajes en los que el autor muestra el lado más humano de cada uno de ellospese a que en un episodio de esta índole se resalta, sobre todo, la cara más oscura de la condición humana. Una condición humana que no duda en utilizar las artimañas y malas artes que sean necesarias,ya no sólo por derrotar al enemigo sino, sobre todo, para salvar lo más apreciado de cada uno, como es la vida. Pese a lo que acabo de comentar, resalto ese lado humano que sobresale en episodios que no dejan indiferente al lectorEl mismísimo emperador y su soledad, con la melancolía que le acompaña al recordar a su amada Isabel de Portugal. El duque de Alba echa muy en falta a su gran amigo el poeta GarcilasoEl príncipe elector Juan Federico de Sajonia y su enorme humanidad atrajeron mi atención en todo momento, porque protagoniza escenas que no tienen desperdicio, en alguna de las cuales mete en un buen compromiso a su chambelán Hans von Ponickau, sin olvidarme del mariscal Wolf von Schönberg. Pero la venganza y el odio están también muy presentes, caso de Lazarus Heynen, quien tiene sus motivos para verter tal sentimiento contra el emperador Carlos V. Hay también dos personajes femeninos que atrajeron mucho mi atención porque, como digo en estos casos, le dan mucho juego a la tramala prostituta Dorothea, que forma parte de los civiles que acompañan al ejército y que, pese a ejercer el oficio más antiguo del mundo, se prenda de Diego Cubero, un poeta metido a soldado, que protagoniza una serie de episodios de los que se está muy pendiente, porque el hombre está muy empeñado en entrar en combate. Cornelia es una vecina de Mühlberg, y vaya carácter que se gasta la mujer: un episodio que sucede en la granja en la que trabajan da lugar a que su esposo Barthel Strauchmann se vea envuelto en una guerra que no es la suya, y en la que será decisivo para el devenir de la misma. Pero la amistad también estará muy presente, como la que mantienen Cristóbal de Mondragón y el ya mencionado Diego Cubero, o la que hay entre el arcabucero Baltasar Carrillo y su compadre Íñigo MendizábalLa intriga la aportan dos personajes que dan lugar a que se desconfíe de sus actos, como el espía alemán Norbert Bachmann o Mauricio de Sajonia, al servicio del emperador, y a la sazón primo de Juan Federico.

(Juan Federico de Sajonia-Alemania)
Me encantó Mühlberg. Ojalá me hubieran explicado las lecciones de historia que tanto me atraían ya en mis años de estudiante. Víctor Fernández Correas es un autor que cuida con celo cada trabajo literario que publicaSe llamaba Manuel (reseña) y el libro de relatos La vieja calle donde el eco dijo (reseña) son un claro ejemplo de lo que acabo de comentar. Pero es que en esta novela que reseño y no dudo en recomendar, se superó. En Mühlberg el listón lo puso muy alto, pero estoy seguro de que lo iguala o incluso supera en sus próximos trabajos literarios, y no lo digo por peloteo, ni mucho menos, porque él sabe que le haría un flaco favor. Me sorprendió mucho el estilo narrativo que emplea. Sin duda. Ya comenté en esta reseña que el narrador omnisciente utiliza el tiempo presente, pero es que el estilo es muy directo, diría que incluso telegráfico en algunos fragmentos, porque lo que sucede en determinados episodios se presta a ello, lo que origina que el ritmo sea incluso trepidante en buena parte del desarrollo de la trama. Pero también determinadas escenas se prestan a utilizar un relato desenfadado, que el autor sabe cómo y cuándo emplear, con el que consiguió que no sólo sonriera, sino incluso soltara alguna risa floja. Es en estos episodios cuando emplea el lenguaje que gusta utilizar si la ocasión la pintan calva, porque la voz narrativa aprovecha la coyuntura para expresarse en modo ForgesLos diálogos son muy ágiles y dinámicos, y diría que muy atractivos, no sólo por lo que se cuece en algunos, sino también por el sarcasmo, la ironía, las dosis de mala leche o la tensión narrativa que se percibe también en las conversaciones que mantienen los personajes.


 

Biografía:



(Saint Denis, Francia, 1974) es hijo de la emigración, pero extremeño de cuna.  Profesionalmente, se dedica al periodismo, a la consultoría de comunicación, a la gestión de redes sociales y tecnologías de la información.

La Historia y la Literatura son sus grandes pasiones. Tras una breve inclursión en los relatos, su primera novela fue La conspiración de Yuste (La Esfera de los Libros, 2008), primera incursión en Carlos I de España y V de Alemania, cuya compañía frecuenta siempre que puede. Posteriomente, ha publicado La tribu maldita (Temas de Hoy, 2012) y Se llamaba Manuel (Versátil Ediciones, 2018). Ha participado en diversas antologías y sigue escribiendo relatos y artículos variados además de colaborar con la revista literaria Pasar Página.

 

Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía del autor, tomadas de la web de Edhasa. Fotografía del autor tomada de Amazon. Imagen de la Batalla de Mühlberg tomada de la web del diario El Confidencial. Imágenes de Carlos V y del Príncipe Elector Juan Federico de Sajonia, ambos en la Batalla de Mühlberg, tomadas de Wikipedia. 













3 comentarios:

  1. ¡Muchas gracias por la reseña! ¡Me ha encantado! Un abrazo.

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  2. Cómo se nota que la has disfrutado. Aún no me he estrenado con el autor y mira que tengo su anterior novela pendiente. A ver si me pongo pronto y me animo con ésta también.
    Besotes!!!

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  3. Paco, tu blog se ha convertido en una fuente de lecturas para mi marido. Él disfruta mucho más que yo del género histórico, así que esta reseña, se la envío a su correo electrónico. Besos

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