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miércoles, 19 de octubre de 2022

Reseña La madre de todas las ciencias, de Cristina Grela.

 









Datos técnicos:



Título: La madre de todas las ciencias.

Autora: Cristina Grela.

Autoeditado Amazon (enlace).

1ª edición: Mayo/2021.

Formato: Ebook.

ASIN: B093Z85PJK.

Idioma: Español.

Nº pág.: 209.


Precio: 2, 99€ en ebook. 17 € tapa dura y 9, 99€ tapa blanda. 


Sinopsis:



En un pueblo tranquilo donde nunca pasa nada cuando Eulalia Olmedo desaparece todos piensan que la encontrarán pronto. Pero sus vecinos la odian. Pero está enferma. Pero si no recibe pronto su tratamiento morirá.

¿Dónde está doña Eulalia? ¿Serás capaz de encontrarla?


La tranquilidad del pequeño pueblo de Servandero se ve interrumpida por la desaparición de una de sus vecinas, Eulalia Olmedo, que debe someterse a diálisis para vivir. Nacho Merlo, un periodista en paro, se traslada allí para conseguir la exclusiva del caso y, con ella, un trabajo fijo en un periódico de la capital.

Los agentes de la Guardia Civil saben que solo hay una forma de encontrar a la anciana con vida: hacerlo pronto. Y para ello será imprescindible la colaboración de un pueblo que no parece dispuesto a ayudar.



Opinión Personal:



Cristina Grela es una escritora independiente a la que ya conocía de nuestro mundo blogueril, en el que utiliza el nombre de @CrisMandarica. El hecho de que La madre de todas las ciencias es uno de los títulos que se proponen para el reto literario organizado por la escritora Mónica Gutiérrez Artero en la edición del presente año, Serendipia recomienda, fue la excusa perfecta para leer una de las tres novelas que tiene autoeditadas en Amazon hasta la fecha. Tengo muy claro que uno a mi paisana al grupo de autores habituales que frecuento porque fue un gran acierto la elección de la obra en la que presenta al periodista Nacho Merlo, y porque lo pasé muy bien con el interrogante que plantea a lo largo del desarrollo de una trama solvente y muy bien hilvanada. En mi caso, a medida que se sucedían los capítulos tenía algún claro candidato al que señalaba como posible culpable de la desaparición de doña Eulalia, sobre todo cuando me aproximaba al desenlace, si bien no contaba con la última sorpresa que tiene guardada la autora.

La escritora gallega define sus novelas como country noir, un subgénero de lo negrocriminal en donde todos los episodios transcurren en un ambiente rural y que tiene unas características muy diferentes al urbano, sobre todo en lo que se refiere a la idiosincrasia de sus habitantes. La mayor parte de la trama de La madre de todas las ciencias se desarrolla en el pueblo ficticio de Servandero, ubicado en la provincia de A Coruña, cerca de la costa, y que está a unos treinta kilómetros de la capital de la provincia (cap 4). Pero también algunas escenas se desarrollan en el vecino pueblo de San Silvio, en donde está el Puesto de la Guardia Civil así como en las oficinas del diario Noticias al Cuadrado, ubicado en la capital. Sin embargo, diría que estamos ante una novela de personajes, porque las descripciones que se hacen sobre los espacios por los que se mueven son breves pero claras, lo suficiente para que el lector se imagine cómo son, sobre todo los que guardan una relación más directa con la desaparición de Eulalia Olmedo.

Servandero es un pueblo tranquilo en el que nunca pasa nada pero, como suele suceder también en la vida real, la tranquilidad da un vuelco y la rutina de sus habitantes se ve alterada porque sucede un episodio del que todos los convecinos están muy pendientes. Es entonces cuando empieza a practicarse uno de los deportes nacionales por excelencia, el cotilleo, en el que los dimes y diretes entran en escena y las cábalas sobre lo que pudo haber sucedido forman parte de las conversaciones que se mantienen, en las que se utiliza cualquier excusa para sacar a colación ese suceso que tanto les inquieta. Pero hay alguien más que está pendiente de lo sucedido en Servandero, porque es consciente de que es un buen caladero en el que la noticia jugosa le puede dar buenos dividendos al diario local que dirige. Cualquier diario de bien que se precie tiene un director que se frota las manos ante semejante oportunidad, al imaginarse cómo las rotativas echan humo y se dispara la venta de los ejemplares en el que su diario lanza la noticia a los cuatro vientos. Para ello cuenta con la presencia de un periodista en paro que se persona en las oficinas de Noticias al Cuadrado y solicita que le contraten o, cuando menos, le den una oportunidad con la puesta a prueba de turno, porque el susodicho es un sabueso cojonero que no para de buscar en donde sea para obtener una información suculenta que estamparle a su jefe. Información suculenta que, también hay que decirlo, puede resolverle al periodista el problema de su precariedad laboral.

La madre de todas las ciencias es una novela negra rural que tiene un ritmo de lectura muy ágil, incluso diría que frenético en algunos tramos. No es que el lector se encuentre en estos episodios mucha acción, sino que la autora sabe cómo atraer su atención a lo largo de los 52 capítulos más el epílogo en que se estructura el desarrollo de la trama. Me sorprendió el número de capítulos, pero en mi caso entiendo que acertó en la estructura por lo que acabo de comentar sobre el ritmo, y también que en cada uno de ellos sucede algún episodio que atrajo mi atención. En este sentido, el final de cada capítulo incita a elucubrar sobre las posibles sorpresas que pueda encontrarme en los siguientes, porque dan a entender que haberlas, haylas. El ritmo de lectura está provocado también por los diálogos, que son el punto fuerte de esta historia, porque tienen un gran predominio en el desarrollo de la trama frente a la narración. Unos diálogos que me resultaron muy naturales, vivos y dinámicos, en los que la voz narrativa ofrece información primordial sobre todo lo relacionado con la búsqueda de la anciana desaparecida, pero también incita a que nos familiaricemos con los personajes que conforman el elenco de esta novela. Unos diálogos en los que la autora utiliza con maestría la retranca, lo que provocó en mi más de una sonrisa.

Pese a que la trama de La madre de todas las ciencias se desarrolla en 209 páginas, me encontré con unos personajes bien perfilados, sobre todo desde su perspectiva psicológica; incluso algunas escenas que protagonizan los vecinos de Servandero provocan la duda ante su posible implicación en la desaparición de Eulalia Olmedo. Un predominio psicológico que se incrementa a medida que el desenlace está próximo, porque si no aparece en un período de tiempo determinado, morirá al no poder seguir con el tratamiento dialítico. Por las páginas de este country noir transita un atractivo elenco de personajes. En mi caso, no sólo estuve pendiente de la investigación del periodista Nacho Merlo, o de la que lleva a cabo la Guardia Civil del Puesto de San Silvio, sino que la voz narrativa incita a interesarse por la forma de ser y actuar de los habitantes de Servandero. Atrajeron mi atención, sobre todo, los personajes femeninos, dos de los cuales originan escenas que incitan a preguntarse qué deriva toma su relación con el periodista: Nereaactual novia de Nacho Merlo, y Mónica, con quien antaño mantuvo una relación sentimental, o Merche, la criada de Eulalia. No me olvido del personaje pasivo de Eulalia Olmedo, bien perfilado a través de los diálogos que mantienen sus convecinos, sobre la que no se vierten opiniones muy favorables, lo que origina con el paso de los capítulos una mayor intriga sobre las causas de su desaparición. Pero también hay personajes masculinos a resaltar, como el vecino al que se conoce como «el hombre de la olla», sin olvidarme de los hermanos Cuadrado, por el papel que desempeñan ambos en la trama, quienes mantienen entre ellos o con Nacho Merlo unos diálogos que le dan mucho juego a la trama.

La madre de todas las ciencias es una novela negra rural bien escrita, con una trama muy creíble, muy entretenida y adictiva, en la que Cristina Grela utiliza un lenguaje sencillo pero cuidado, y va directa al grano, tanto en el relato del narrador omnisciente como en los diálogos. El lector se enfrenta a una historia que no tiene desperdicio y se lee de una sentada. El título me resultó atractivo, a la par que curioso; si bien, en mi modesta opinión, entiendo que es acertado, aunque prefiero que sean quienes se interesen por esta novela corta los que confirmen si están de acuerdo con mi apreciación.




Biografía:



Cristina Grela es escritora de novela negra rural. Actualmente compagina su trabajo de contable con su pasión por la escritura.




Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía de la autora, tomados de Amazon. 
Fotografía de Cristina Grela tomada de la web Mapa de Escritores. 

3 comentarios:

  1. Paco, qué contraste tan fuerte entre la trama y el título y la cubierta del libro. A priori, ver el libro no me incitaba a leerlo. No me podía imaginar que contuviera una desaparición y una investigación. Si no fuera porque te he leído, no me hubiera interesado por esta novela. Besos

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  2. Pues muy de acuerdo con todo lo que señalas. Disfruté mucho con esta historia y repetiré con la autora seguro.
    Besotes!!!

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  3. Esta novela me crea sentimientos encontrados, por un lado el título me llama la atención, pero como indica Marisa, me desbarata todo lo que nos cuentas. Por otro lado lo del country noir me ha dejado traspuesto....no conocía ese término, pero vamos voy descubriendo muchas variantes del noir. El argumento no termina de convencerme, pero en cambio si llaman mi atención la retranca galega, la agilidad de la novela, que pienso pueden aportar algo diferente, así que no sé... Abrazos y buena reseña, Paco ¡

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