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viernes, 27 de agosto de 2021

El bosque de los cuatro vientos, de María Oruña.


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Datos técnicos:


 

 

Título: El bosque de los cuatro vientos.

Autora: María Oruña.

Editorial: Destino (Grupo Planeta).

Primera Edición: Agosto/2020.

Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta.

Idioma: Español.

Nº pág.: 424.



Sinopsis:



La novela que anticipó el hallazgo de los anillos mágicos de Santo Estevo.

Galicia, 1830, una mujer se enfrenta a las convenciones de su tiempo.


A comienzos del siglo XIX, el doctor Vallejo viaja de Valladolid a Galicia junto con Marina, su joven hija, para servir como médico en un poderoso monasterio de Orense. Allí descubrirán un mundo y unas costumbres muy particulares y vivirán la caída de la Iglesia y el fin definitivo del Antiguo Régimen. Marina, interesada en la medicina y la botánica pero sin permiso para estudiar, luchará contra las convenciones sociales que su época le impone sobre el saber, el amor y la libertad y se verá inmersa en una aventura que guardará un secreto de más de mil años

En nuestros días, Jon Bécquer, un inusual antropólogo que trabaja localizando piezas históricas perdidas, investiga una leyenda. Nada más comenzar sus indagaciones, en la huerta del antiguo monasterio aparece el cadáver de un hombre vestido con un hábito benedictino propio del XIX. Este hecho hará que Bécquer se interne en los bosques de Galicia buscando respuestas y descendiendo por los sorprendentes escalones del tiempo.



Opinión Personal:



De nuevo me acerco a la narrativa de María Oruña ((Vigo, 1976), porque de sus obras sólo leí Puerto Escondido, novela con la que tuve sentimientos encontrados. Aunque a medida que se desarrollaban los capítulos me encontraba más a gusto con lo que sucedía en las dos líneas temporales, no terminé de conectar con el equipo de la Guardia Civil que investigaba el primer caso que le encargan a la teniente Valentina Redondo, sobre todo porque me pareció muy artificial la actuación de los personajes que conforman su equipo de investigación. Pero me resarcí con su última novela publicada, El bosque de los cuatro vientos, con cuya lectura disfruté muchísimo, tanto en la subtrama que se desarrolla en la línea temporal actual como la que tiene lugar en la primera mitad del siglo XIX, en la que a acompañamos a Marina Vallejo hasta el año 1835.

(Claustro de los Caballeros-M. Sto. Estevo-Ourense)
Sin duda alguna, la escritora viguesa refleja con maestría nuestra idiosincrasia a lo largo de los capítulos que conforman El bosque de los cuatro vientos, y tiene muy claro en qué episodios debe referirse a los rasgos que nos caracterizan, que se manifiestan en los personajes con total naturalidad. A lo largo de los capítulos se percibe la pasión que siente por nuestra tierra, como lo refleja en la dedicatoria: «Para mi bella y querida Galicia», al igual que el fragmento que elige de la Introducción a Follas Novas, escrito por la propia Rosalía de Castro, la banda sonora de canciones que se citan en algunos episodios, del grupo folk Luar Na Lubre, Carlos Núñez o el grupo de música instrumental gallega Matto Congrio. En este sentido, he de reconocer que tenía cierta ventaja en relación con los lectores de allende el Padornelo, porque sonreía con la retranca que utiliza, sobre todo, el sargento Xocas Taboada, de la demarcación de la Guardia Civil de Nogueira de Ramuín, en las conversaciones que mantiene con el profesor de antropología e investigador Jon Bécquer, que formó con su socio una empresa a la que se dedica a recuperar obras de arte desaparecidas o robadas. Otro tanto sucede con la hospitalidad con que acogen a este personaje algunos vecinos de Santo Estevo, y que se sorprende por este recibimiento, pese a no conocerlo, el respeto y el culto que se tiene en nuestra tierra la muerte, —como se podrá comprobar en alguno de los capítulos que conforman esta novela—, o la atracción que mostramos hacia las leyendas que tanto abundan por la geografía galaica, o los ritos y las costumbres de nuestros ancestros —de los qu todavía se conservan algunos—, sin olvidarme de la pasión que sentimos por la belleza de nuestros paisajes y riqueza y variedad de nuestra gastronomía.

Si bien la editorial la cataloga El bosque de los cuatro vientos como novela negra y thriller, en mi modesta opinión diría que tal y como se desarrolla la trama la encuadraría mejor como de intriga, misterio y detectivesca, en la que el lector se encontrará en la segunda línea temporal con una subtrama que tiene ingredientes costumbristas, intimistas, de novela romántica y un claro trasfondo histórico, por cómo influye la historia del país en Santo Estevo. Un trasfondo histórico que influye sobre todo en el monasterio, porque las decisiones que se toman afectan a los monjes benedictinos que lo habitan, quienes ven cómo la desamortización cambia sus vidas, y va acompañada de la expoliación, como lo podrá comprobar el lector en la línea temporal que se desarrolla en el presente, en la que es informado del destino que tuvieron los bienes que fueron incautados y se dispersaron, algunos de los cuales serán visitados por Jon Bécquer en Ourense, a quien le atrae la historia que le cuenta Rosa, la jefa de recepción del ahora convertido en el primer parador museo de historia. «Esta parte es especial porque aquí estuvieron enterrados los nueve obispos. Habrá visto usted sus mitras en el escudo del monasterio, ¿verdad? Los anillos de estos obispos atrajeron a miles de peregrinos durante siglos —concluyó haciendo ademán de marcharse y, desde luego, dando por hecho que yo sabía qué demonios era una mitra» (pág. 17).

(Fuente C. Obispos-Plaza do Ferro-Ourense)
María Oruña planifica y desarrolla una historia bien engarzada entre las dos líneas temporales, porque diría que ambas se complementan para que el lector tenga una mayor información sobre lo que sucedió en el monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil en lo que se refiere a los nueve anillos leyendarios y milagrosos. Una historia en la que la intriga está muy presente porque los capítulos están estructurados de tal forma que su desenlace anima a interesarse por lo que sucede tanto en los episodios que tienen lugar en la línea temporal que se desarrolla en el presente como la que transcurre en el pasado. En mi modesta opinión, entiendo que la autora distribuye de forma muy estratégica la información entre ambas, porque lo que sucede en el siglo XIX contribuye de una forma u otra a aclarar el posible destino de los legendarios y milagrosos anillos, de los que cada vez está más convencido de su existencia el profesor de antropología e investigador, quien en vez de descansar en este monasterio convertido ahora en parador, como le recomendó su socio, trabaja en la localización y recuperación de unas piezas que son el símbolo de la autoridad de los prelados. El lector se encontrará con una historia que transcurre en la línea temporal que se desarrolla en el presente que me pareció muy de corte clásico, porque en todo momento tuve la impresión de que en buena parte de los capítulos que la conforman algo se me pasaba, porque me decía que no podía ser una subtrama en la que apenas sucedían episodios que atrajeran mi atención, pese a que en la huerta del antiguo monasterio aparece el cadáver de un hombre vestido con un hábito benedictino propio del XIX, como adelanta la sinopsis. Esta constante sensación corroboró la sospecha que tenía, porque con el paso de los capítulos estaba cada vez más convencido de que algunos personajes no eran como se presentan ante Jon Bécquer, con el añadido de que el lector recibe más información que éstos, por lo que le confiere rasgos de corte clásico ya mencionados a esta subtrama. Una subtrama que va de menos a más porque el último tercio es muy absorbente y me dije que el desenlace era acertado, tratado con sumo cuidado y que me recordó a cómo resuelve sus novelas Ágatha Christie.

Dos líneas temporales se desarrollan en épocas distintas y transcurren paralelas a lo largo de la trama.  Al igual que me sucedió en Puerto escondido, me resultó más atractiva la historia que tiene lugar durante la primera mitad del siglo XIX que la que transcurre en el presente, porque un narrador omnisciente relata una serie de episodios y giros que atraen la atención del lector. Esta línea temporal la protagoniza Marina Vallejo, hija del nuevo médico de Santo Estevo, que es un personaje que no deja indiferente. Me encontré con una mujer adelantada a su tiempo, que tiene muy claro que no quiere aceptar el papel que le corresponde a la mujer en aquel entonces. Una subtrama en la que estuve muy pendiente de los vaivenes del país, por lo que suponían para los benedictinos del monasterio y los habitantes de Santo Estevo, pero en la que también me preguntaba por el papel que desempeñarían en la vida de Mariana el oficial de los Voluntarios Reales, Marcial Maceda, y Franquila, un expósito acogido por los benedictinos y que ayuda a Fray Modesto en la botica del monasterio. Son dos personajes atractivos por la relación que mantienen con ella con el paso de los capítulos, sin olvidarme de la labor que realiza el abad del monasterio, fray Antonio, hermano de su padre. Ya comenté mis impresiones en el párrafo anterior sobre la línea temporal que transcurre en el presente que, en esta ocasión me gustó mucho más que la subtrama inicial de Puerto Escondido, sobre todo por el corte clásico que tiene y el gran aliciente que aporta el último tercio de la historia que protagoniza Jon Bécquer

(Bosque mágico Santo Estevo-Ourense)
En mi modesta opinión, diría que El bosque de los cuatro vientos es una novela de paisajes, descritos como verdaderas estampas por las dos voces narrativas, y con los que se mimetizan los personajes que transitan por sus páginas. Aunque el lector comprobará como tanto Jon Bécquer como Marina Vallejo se encuentran en un principio como fuera de sitio, no tardan en en ser imantados por la magia que ejerce sobre ellos el monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil y los bellos parajes que le rodean. Por estos parajes transitan unos personajes bien perfilados y muy creíbles, sorprendiéndome los rasgos particulares que definen al antropólogo, profesor e investigador Jon Bécquer, que supongo atraerá la atención de los lectores. Tanto este personaje —a quien ya se conoce como el Indiana Jones del mundo del arte—, y alguno más que conforma el elenco de la trama están inspirados en personajes reales, como aclara la autora en las Curiosidades que acompañan al cuerpo de la novela, caso de Amelia, la restauradora del taller del Archivo Diocesano en Ourense,  el sacerdote Pablo Quijano o fray Modesto, el boticario del monasterio de Santo Estevo en la línea temporal del pasado. Aunque también atraerán la atención del lector personajes como Ricardo Maceda, médico jubilado y actual propietario de la Casa de Audiencia, y su peculiar esposa, Lucrecia, o Germán, un profesor jubilado, que asesora al investigador en su búsqueda de los anillos obispales, porque con el paso del tiempo está convencido de su hallazgo

Al igual que en Puerto escondido, María Oruña utiliza un lenguaje sencillo y un estilo directo, pero adapta la voz narrativa a la época en la que se desarrolla cada una de las dos subtramas que conforman El bosque de los cuatro vientos. En la línea temporal que se desarrolla en el presente, tanto el narrador omnisciente como el relato que Jon Bécquer hace al sargento Xocas Taboada y a la agente Ramírez, se adaptan al registro que utilizan los personajes que transitan por ella, teniendo en cuenta su origen gallego, por lo que nuestro idioma también está presente en algunos diálogos. En su conjunto el ritmo de lectura se me hizo muy fluido tanto por los rasgos de corte clásico que se perciben en la línea temporal que se desarrolla en el presente,como a la variedad de episodios y giros que atrajeron mi atención en la línea temporal que se desarrolla en el siglo XIX, con el aliciente de los vaivenes políticos de este período de nuestra historia, sobre todo en lo que se refiere a los monjes del monasterio, quienes temen una nueva exclaustración, sin olvidarme de los episodios en los que el cólera diezma la población de Santo Estevo, a los que hace referencia la autora en la nota final. Disfruté mucho con la lectura de El bosque de los cuatro vientos. Quienes se interesen por El bosque de los cuatro vientos se encontrarán con una ambientación exquisita en las dos líneas temporales que la conforman, y se engarzan de alguna forma, como lo podrá comprobar el lector. En ambas, la escritora viguesa consigue que el lector realice un viaje literario a Santo Estevo de Ribas de Sil en dos planos temporales



Biografía:



María Oruña (Vigo, 1976) es una escritora gallega que desde joven conoce a fondo Cantabria.  Allí ha ambientado la serie de novelas «Los libros del Puerto Escondido», todas publicadas en Destino: Puerto escondido (2015), un exitoso debut en el género negro que ha sido traducido al alemán, al francés y al catalán; Un lugar a donde ir (2017), Donde fuimos invencibles (2018) y la nueva entrega Lo que la marea esconde (2021). En todas estas historias de misterio, los protagonistas son los paisajes cántabros y el equipo de la teniente Valentina Redondo, que se ha ganado la admiración de cientos de miles de lectores. Su última novela, El bosque de los cuatro vientos, la primera al margen de la serie, ha supuesto su consagración en nuestro país.


Nota: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía de la autora, tomada de la web Planetadelibros. Imagen del Claustro de los Caballeros del  monasterio de Santo Estevo, tomada de la web Flickr. Imagen de la fuente del Claustro de los Obispos, ahora en la Calle do Ferro, en Ourense, tomada de la web Turismo de Galicia. Imagen del bosque mágico de Santo Estevo, tomada de la web La Vanguardia.
















7 comentarios:

  1. Éste lo tengo en la lista, así que me guardo leer tu reseña para luego, a ver si coincidimos. Besos

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  2. Leí ya hace algún tiempo "Puerto escondido" y me gustó mucho, por lo que te leo más que a ti, y como tú ahí me quedé. Luego, paseando un día por la Cuesta Moyano de Madrid, compré en una de sus casetas "Donde fuimos invencibles" y la tengo aquí delante de mis ojos diciéndome en silencio por qué no la abro y me pongo a leerla. La verdad es que al ser la tercera de la serie Puerto Escondido siempre la he relegado esperando tener en mi poder la segunda entrega, algo que por ahora no ha sucedido. pero ten por seguor, Francisco, que la leeré porque María Oruña me parece una escritora fantástica.
    En cuanto a la que tú reseñas hoy, "El bosque de los cuatro vientos", ya sólo porque aparece el paisaje que rodea al Monasterio de Santo Estevo es motivo suficiente para que me anime con ella. También me atrae eso que comentas de la manera que tiene de conducir y dar solución al relato, al estilo de Agatha Christie.
    Tu reseña me hace anotar otro título a mi lista de lecturas en espera.
    Un fuerte abrazo, Francisco

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  3. Tengo sentimientos encontrados, me pasó como a ti con Puerto escondido, no me convenció y cuando lo intenté con el segundo, abandoné, así que no sé si darle una oportunidad.
    Lo de las etiquetas, otra vez, es de traca. Es algo que me da mucha rabia, sobre todo porque no todo tienen que ser thrillers.
    Me alegro de que lo hayas disfrutado.
    Besos.

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  4. Hola Paco, leí esta novela el año pasado, Me encantó y la disfrute muchísimo. Tampoco yo considero que sea un Thriller, es difícil de clasificar porque tiene un poco se todo: histórica, intriga, costumbrismo... Pero claro si la promocionas como Thriller vende más, aunque luego los lectores queden decepcionados. Me alegro que te haya gustado. Besos.

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  5. Ya lo hemos hablado así que ya sabes que me gustó mucho. Los escenarios son increibles y las dos historias me gustaron, aunque una más que la otra.
    Besos

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  6. Quizá ha sido personalmente la novela que más he disfrutado de María Oruña. Me ha encantado, escenarios, trama y personajes. Una gran novela. Un abrazo.

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