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jueves, 26 de noviembre de 2020

El jardín de los espejos, de Pilar Ruiz.





 

 

 

 

 

 

 

 

 

Datos técnicos:



Título: El jardín de los espejos.

Autora: Pilar Ruiz.

Editorial: Roca.

1ª edición: Septiembre/2020.

Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta.

ISBN: 978-84-17541-08-8.

Idioma: Español.

Nº pág.: 480.



Sinopsis:



El monte de forma cónica, diferente a todos los del valle, guarda un tesoro en su interior: las magnéticas pinturas rupestres de las cuevas de El Castillo, creadas por el ser humano hace 30.000 años, junto a los valles del río Pas entre montañas verdes, muy cerca de la cueva mítica de Altamira. Las leyendas que atraviesan estas montañas y a sus habitantes salen a la luz en El jardín de los espejos.

En la actualidad, Inés llega desde Madrid con el encargo de documentar una futura película sobre la vida y la obra de un artista maldito obsesionado con las pinturas rupestres de la zona. Se aloja en "El jardín del alemán", una casona rural cerrada durante los meses de invierno y, en su investigación, descubre sucesos insólitos, apariciones, rituales antiquísimos, brujas clarividentes, recuerdos perdidos y un cuadro sin firma.

En 1949, Amalia huye de su marido y de sí misma para habitar esa misma casa, su mundo se ha venido abajo y no sabe cómo reconstruirlo. La única manera de descubrir su camino es pintar un cuadro en el que aparece una mujer misteriosa, a la que nadie más ha visto.

Y en 1919, en la misma casa, la fotógrafa Elisa espera la vuelta de su amante, uno de los participantes en la primera exploración de las cuevas de El Castillo que ha desaparecido en la Gran Guerra. Mientras, sigue haciendo fotografías, lo único que ha impedido que caiga en la desesperación.



Opinión Personal:



En 2014 leí y reseñé en este blog El corazón del caimán, la ópera prima de la escritora y guionista de series y televisión, Pilar Ruiz (Santander, 1960). Seis años después me acerco de nuevo a su narrativa, tras tomar finalmente la bendita decisión de leer El jardín de los espejos. Y digo bendita decisión, porque en un principio la sinopsis no terminaba de convencerme, pero influyeron en el cambio de opinión los comentarios y algunas reseñas que leí en las redes sociales y en varios blogs que frecuento. Disfruté mucho con la historia que cuentan los tres personajes femeninos que protagonizan cada una de las historias que se desarrollan en tres períodos temporales distintos, pero que las une un mismo nexo, porque las tres mujeres se alojan durante un tiempo en la misma casa de los valles pasiegos. Tres mujeres que me atraparon desde las primeras páginas, porque no tardé en interesarme por las vicisitudes que las llevaron a tierras cántabras, al igual que los secretos, reflexiones y temores que les hacen meditar sobre el pasado que les llevó a tomar esa firme decisión, sobre todo a Amalia y Elisa. Una firme decisión que, sin embargo, les depara un futuro incierto, aunque diría también que esperanzador, ante la fortaleza y el espíritu de superación que muestran a lo largo de los capítulos. Sin duda alguna, es una historia que cautiva, tanto por las tres protagonistas como por la ambientación espacio temporal de la novela.

(Balneario de Puente Viesgo-Cantabria)
Pilar Ruiz planifica un trabajo muy literario, construido con consistencia y cargado de realismo, tanto en los episodios que relatan las tres voces narrativas, como en la tremenda fuerza que se percibe en el amplio elenco de personajes que se encontrará el lector a lo largo de las tres líneas temporales. A través de este amplio elenco se ofrece un magnífico cuadro histórico costumbrista de la época en la que se desarrolla cada una de las tres tramas, en las que conocerá el origen que desencadena la decisión que lleva a dos las tres protagonistas a refugiarse en los valles pasiegos para reconstruir sus historias, porque hasta Puente Viesgo huye Amalia de su marido y de si misma, y Elisa espera la vuelta de su amante, uno de los participantes en la primera exploración de las cuevas de El Castillo que ha desaparecido en la Gran Guerra. Pero en la casa que en la actualidad se conoce como «El jardín del alemán» reside también durante unos días Inés, quien recibe el encargo de la empresa Gaula de documentar el proyecto y localizar para él exteriores interesantes, para filmar una futura película sobre la vida y la obra de un artista maldito obsesionado con las pinturas rupestres de la zona. Como adelanta la sinopsis, Inés descubre durante su investigación sucesos insólitos, apariciones, rituales antiquísimos, brujas clarividentes, recuerdos perdidos y un cuadro sin firma. Sin duda alguna, estos ingredientes conforman un conjunto narrativo atractivo que invitarán al lector a estar muy pendiente de todo lo que acontece a lo largo del desarrollo de los capítulos titulados más el epílogo en los que se estructura la novela.

Si en El corazón del caimán la escritora cántabra narraba una historia basada en sus lazos familiares con la isla, en El jardín de los espejos sitúa la trama en su tierra natal, y en una de las zonas más conocidas de su geografía, como son los valles pasiegos. El lector se encontrará ante una novela de paisajes y personajes, porque todo el entorno que rodea al río Pas es descrito por las tres narradoras de tal forma que se siente imantado por la pasión que se percibe en cada una de las estampas que contemplan, en las que se muestra la belleza de las localizaciones por las que transitan los personajes que se mueven por estos valles en las tres líneas temporales. Tres líneas temporales que muestran la evolución de los valles pasiegos en su historia reciente, pero que al mismo tiempo sirven para comprobar cómo sus habitantes conservan, pese al paso del tiempo, las costumbres y los rituales antiquísimos, que se convierten en una clara seña de identidad, pero que también provocan recelos hacia ellos, como se podrá comprobar en algunas escenas de la novela. Las descripciones que se ofrecen sobre el monte cónico de El Castillo y las cuevas del arte rupestre que alberga, el balneario de Puente Viesgo, la ya mencionada casona, y demás parajes invitan a visitar los escenarios que se describen y admiran las tres protagonistas.

(Cuevas Monte Castillo-Cantabria)
En El jardín de los espejos el arte está muy presente. Un arte que las tres voces narrativas muestran a través de sus instantáneas o lienzos lo que perciben unos ojos que se asombran ante la belleza que les rodea, o a través de una leyenda antigua recuperada del olvido, que por fin sale a la luz para vencer al tiempo y al silencio. Y es que no sólo son las cuevas de Altamira las que con su arte rupestre asombran a nuestros contemporáneos con las obras que atesoran desde hace miles de años, sino que también hay otras menos conocidas que provocan la misma impresión en quienes admiran las figuras que dejaron plasmadas sus moradores hace miles de años. Un arte con el que Pilar Ruiz encandila a los lectores a través de tres personajes femeninos inolvidables, quienes explican las técnicas que utilizan en su obra o analizan los detalles que atraen su atención mediante los diálogos que mantienen en sus conversaciones o en las descripciones en las que hacen mención a una afición que les sirve de apoyo para no caer en la desesperación o mantener la mente ocupada pensando en que su marido puede aparecer en cualquier momento para reclamar su regreso al hogar familiar. Un arte que forma parte de una leyenda, en la que también se mencionan a trasgos, druidas, curanderas o brujas.

En El jardín de los espejos la a autora combina con maestría paisajes, personajes, leyendas y tradiciones. El lector se encontrará con una amplia galería de personajes, pero no resultan impedimento alguno para familiarizarse con algunos de ellos, o incluso la gran mayoría, porque están construidos de tal forma que estoy seguro que atraerán su atención. Pilar Ruiz construye un elenco trazado con mucha fuerza, de tal forma que parecen cobrar vida propia. Tal y como estaban plasmados algunos de ellos, busqué información sobre los personajes que suponía reales, caso de la escultora Anne Coleman o el prehistoriador y paleontólogo alemán Hugo Obermaier, o bien me hicieron sospechar que, pese a ser ficticios, estaban basados en personajes históricos, como el director del balneario de Puente Viesgo, don Gustavo Zaragoza. Inés, Amalia y Elisa son las tres protagonistas y narradoras, con quienes el lector se va familiarizando a lo largo de las líneas temporales que protagonizan, y cuyo relato alterna la autora de forma hábil para que el lector esté pendiente en todo momento de sus vicisitudes, porque de ellos se deduce que el temor o la esperanza siguen presentes en Amalia y Elisa, ante la posibilidad de que sea descubierta su presencia en el valle, o aparezca por fin el amante desaparecido en la Gran Guerra, e incluso me preguntaba por el destino final que tendría el encargo que le habían hecho a Inés, por las dudas que sembraba en este personaje. Esta alternancia narrativa de las tres protagonistas da lugar a que el misterio y la intriga está muy presente en todo momento, porque también se encontrarán con la influencia que tienen en el valle personajes como don Santos, el Indiano, o el director del balneario de Puente Viesgo antes mencionado, sin olvidarme del papel que desempeñan el doctor Fidel Peña, el maqui Angelín o Martín, el operador de cámara que ayudará a Inés a conseguir las grabaciones para el documental.

Pilar Ruiz vuelve a hacer gala de un estilo literario claramente influenciado por su labor como guionista y directora de cine: directo, y muy cuidado, e incluso diría que elegante cuando los episodios se prestan a ello. El lector puede ver prácticamente cada escena que se narra, lo que ayuda a que nos olvidemos que estamos ante una trama cuyo desarrollo se acerca a las 500 páginas. El jardín de los espejos está escrito con  un estilo narrativo que ayuda a que la novela se lea con un ritmo fluido, porque esta sensación está influenciada por episodios que atraen su atención en cada uno de los capítulos titulados más el epílogo en los que se estructura la novela. Las tres protagonistas relatan en primera persona, y de forma alterna, las peripecias que les sucedieron antes de habitar una casa que se convierte en un personaje más de la novela, y que es mejor que sea el lector quien disfrute de las descripciones que se hacen de esta «casona del siglo XIX rodeada de jardín de estilo romántico» (pág. 17).

 

Biografía:


Pilar Ruiz (Santander, 1969) es licenciada en Periodismo, máster en guion y diplomada en dirección cinematográfica. Desarrolla su carrera profesional en diversas disciplinas del medio audiovisual: guionista de cine y series de televisión (La señora, TVE). Como directora de cine, su largometraje Los nombres de Alicia (2005) obtuvo una nominación al Mejor Sonido en los premios Goya, la Mención especial del Jurado en el Festival de Málaga y el Premio especial del Jurado en el Festival de Miami. Es autora de El corazón del caimán y La danza de la serpiente (B).


Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía de la autora, tomados de la web de Roca Libros. Fotografía de la autora, tomada de Facebook. Imagen del balneario de Puente Viesgo, tomada de la web Revistaibérica. Imagen cueva Monte Castillo, tomada de la web Wellness Magazine.

8 comentarios:

  1. Me alegra ver que te ha gustado tanto como a mí. Lo pasé genial leyéndola. Las carismáticas protagonistas y la excelente ambientación hacen de ella una gran novela.
    Besos

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  2. Es la tercera buena opinión que leo de esta novela, la verdad es que la historia me atrae mucho.

    Buena reseña Paco.
    Besos 💋💋💋

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  3. Me ha llamado la atención un poco todo lo que cuentas, la ambientación, los personajes, la historia...creo que no tengo que dejarlo pasar
    Saludos.

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  4. Se nota que lo has disfrutado un montón. Otro que se va para la lista de pendientes.
    Besotes!!!

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  5. Yo también he leído muy buenas opiniones de esta novela, lo que la hace más interesante. En estos momentos está todo un poco revuelto por mis lecturas pendientes pero no dejo de tomar nota. Sé que acabaré leyéndola, aunque sea pasando por la biblioteca.
    Gracias

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  6. Hola Paco, no he leído nada de la autora, pero no dejo de ver buenas reseñas sobre esta novela, y ya la tengo en mi punto de mira, no creo que tarde mucho en hacerme con ella porque cada vez me apetece más. Besinos.

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  7. Jo, Paco. Menuda reseña. Me tira mucho esta historia en los valles pasiegos. Había visto este libro por distintos blogs pero no me había parado a leer con detenimiento. Sin duda, el hecho de que consideres como bendita tu decisión a leer esta novela es un empujón que me das para intentar hacerle hueco. Miraré a ver cómo lo hago. Besos

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  8. Paso de puntillas por aquí. Este es un libro que me compré hace poco y que no quiero tardar mucho en leer. Veo que tu opinión general es que la novela merece mucho la pena.

    Cuando lea el libro pasaré por aquí con más detenimiento para comprobar si coincidimos en impresiones.

    Un saludo.

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