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jueves, 9 de agosto de 2018

El sueño del árbol, de Sara Mañero Rodicio.























Título: El sueño del árbol
Autora: Sara Mañero Rodicio
Editorial: Verbum
1ª edición: 7/7/2015
Formato: Ebook
ISBN: 978-84-9074-186-3
Nº pág.: 356



Sinopsis:


El sueño del árbol explora la historia de Filipinas a través de los ojos de un joven gallego cuya vida queda inexorablemente marcada por su experiencia en las islas. Desde su llegada a Madrid para buscarse la vida, Arnaldo emprende una travesía llena de expectativas y que termina por convertirse en un viaje iniciático que le lleva a vivir a caballo entre Madrid y Luzón (Filipinas). Se inicia así una saga de dos familias separadas por el océano que, a lo largo de varias generaciones, nos descubre una realidad desconocida, capaz de sorprendernos y emocionarnos.
Dramas, amores, sueños, esperanzas, guerras y paces, muertos y vivos...Un compendio al que no falta detalle y que atrapa al lector desde las primeras páginas. La autora sabe asombrar y conmover.


Opinión Personal:


Ya comenté en este blog que hay muy pocas novelas ambientadas en Filipinas, y creo que la historia de este país tiene episodios que merecen la pena ser conocidos, sobre todo por lo que este territorio significó para el Imperio Español, del que fue una de las últimas posesiones, hasta la derrota definitiva en la batalla de Cavite ante las tropas estadounidenses. Hoy comparto mis impresiones sobre la novela El sueño del árbol, de Sara Mañero Rodicio, buena parte de ella ambientada en Filipinas, y más concretamente en la isla de Luzón. Aunque he de reconocer que, en esta ocasión, retomé su lectura porque cuando la afronté el año pasado tuve que abandonarla, pues me daba la impresión de que había entrado con el pie cambiado y no daba enderezado el rumbo. Me dije que la dejaría reposar un tiempo y darle una nueva oportunidad, porque estaba convencido de que merecía la pena leerla. Finalmente, esa segunda oportunidad llegó y disfruté mucho con su lectura, sobre todo con el personaje de Arnaldo Verín, carismático donde los haya, que creo se ganará la empatía de los lectores que decidan conocer sus peripecias. Sin duda alguna, El sueño del árbol satisfará a los lectores que frecuenten novelas de ficción histórica.
(Batalla de Cavite-Filipinas)
En mi modesta opinión, diría que El sueño del árbol está escrita como si se tratase de una crónica novelada de la época. Y es que creo que Sara Mañero respeta, en la medida de lo posible, las fechas en las que tuvieron lugar los episodios históricos más destacados de ese período y los personajes reales que los protagonizaron, que influirán en el devenir de los acontecimientos que suceden en torno a la figura del protagonista. El lector se encuentra también con estampas costumbristas que ofrecen imágenes de cómo era la vida en aquellos años tanto en España como en Filipinas, perfectamente reflejadas a través de la galería de personajes que desfilan por sus páginas. Casi todos los episodios que tienen lugar en la novela son relatados por un narrador omnisciente, que narra lo que sucede en la trama desde la perspectiva del personaje principal, Arnaldo Verín, aunque el lector se encuentra también con algún narrador más que se alterna con el principal, que complementa la información relativa al protagonista de la novela. Son dos las líneas temporales que conforman la novela: una que comienza en 2010, y que abarca pocos capítulos, y otra que nos traslada a finales del siglo XIX, a 1895, a partir de la cual el lector acompaña al protagonista a lo largo de la novela.

Como adelanta la sinopsis, El sueño del árbol explora la historia de Filipinas a través de los ojos de un joven gallego cuya vida queda inexorablemente marcada por su experiencia en las islas. El lector es testigo presencial del ciclo vital del protagonista de esta novela, Arnaldo Verín, que debe buscarse otro modo de ganarse la vida, como acuerda con su padre en una conversación que mantiene en el primer capítulo porque, como era habitual en aquella época, porque no tenía los mismos privilegios que el primogénito de la familia, y solo le quedaba la opción de ordenarse sacerdote. Pero Arlando lo tenía muy claro, aunque no le informase a sus padres se sus verdaderos planes, porque su deseo era conocer lugares lejanos, viajar a tierras distantes. Cuba era el destino que tenía previsto, pero su tío y mentor, el dominico fray Ismael, viajaba hasta Filipinas en donde pasaba varios meses en la hacienda que tenían en Calamba. El joven comenzó a hacerle preguntas sobre cómo eran esas islas y las gentes que en ellas vivían, y la idea de acompañarlo en su viaje fue tomando cuerpo cada vez con más decisión. Aunque Arnaldo se encontraría, más que con un viaje en el que comprobar por sí mismo la información que le facilitaba su tío, con una verdadera odisea, pues en sus idas a las islas del sudeste asiático se encontraría con un viaje lleno de episodios adversos y favorables.

En El sueño del árbol, el lector asiste al ciclo vital de Arnaldo Verín, ya que lo conocerá desde que era un niño de doce años hasta el adulto en el que se convirtió sin que casi los que compartían vida con él apenas se dieran cuenta del cambio que iba produciéndose en su cuerpo. Un ciclo vital que, como ya comenté en el párrafo anterior, está lleno de episodios adversos y favorables, de los que sacará provecho en época de bonanza, y resurgía como si un de un ave fénix se tratara cuando se encontraba en medio se situaciones que pondrían incluso en peligro su vida, al probar en sus propias carnes las consecuencias del período convulso que vivían las islas, primero ante la revolución filipina que finalizaría con el enfrentamiento armado con los estadounidenses, y posteriormente en el conflicto que estalló entre estos últimos y los filipinos. En ambos conflictos en pueblo tagalo sería el peor parado porque muchos de ellos se vieron desterrados en su propio país.
(José Rizal-Calamba-Filipinas)
La vida del joven Arnaldo Verín transcurre entre Madrid y Manila, ciudad a la que realiza varios viajes a bordo de buques de la Compañía Trasatlántica. En Madrid es acogido por los dominicos en el monasterio de Santo Domingo El Real, en donde ayuda a fray Ismael en los oficios religiosos, y realiza las labores que le encomiendan las monjas; incluso llega a sustituir en las clases que imparten a los niños porque les gustaban los métodos que utilizaba para que éstos comprendan mejor las enseñanzas que reciben. Pasados unos meses, le encuentran trabajo como mancebo de un ultramarinos propiedad de la familia Baena y, ya adulto, trabaja en una carpintería, en el que su encargado se da cuenta de las magníficas tallas que hace el joven personaje, y esto hace que el dueño del taller y la tienda le encomiende nuevas labores, pasando a desempeñar con el paso del tiempo trabajos de mayor responsabilidad, que le llevan a desplazarse a Filipinas para encargarse de la compra de madera para la carpintería. Pero será en Manila en donde el protagonista de esta novela se encuentre con lo mejor y peor del ser humano, porque es en la capital filipina donde es acogido por la familia de Gumag-ang como uno miembro más; de hecho, Arnaldo hace suyos sus problemas y les ayuda en la medida de sus posibilidades. Junto a esta familia será testigo directo de los episodios bélicos que le toca vivir y que, como ya comenté en esta reseña, sufre en su propia persona los efectos de estos conflictos. Pero también es objetivo de los roces que se producen entre fray Ismael y fray Pío, dos personajes que crean episodios de alta tensión, sobre todo el segundo, cuyas malas artes influirán en el futuro de Arnaldo, sobre todo en el aspecto sentimental, como lo puede comprobar el lector sobre todo en el último tramo de la novela.
(Convento Santo Domingo el Real-Madrid)
El sueño del árbol es una novela en la que el lector se siente en todo momento como si fuese un personaje más del elenco que la conforman, porque tal y como se relatan los capítulos en los que se estructura y el carácter visual de los episodios que presencia, surte el efecto que acabo de comentar. De hecho, en todo momento me dio la sensación de que el protagonista compartía conmigo todas sus sensaciones, emociones y sentimientos, y me hacía sentir como un intruso en su vida privada, porque los refleja de tal forma que no resultan indiferentes todas las vicisitudes que le acompañan a lo largo de su ciclo vital. En este sentido, Sara Mañero ofrece unas descripciones claras, precisas y muy visuales que ayudan a que imaginemos perfectamente los episodios que relatan, en donde nos impregnamos de los colores, olores y sabores que nos ofrecen las escenas costumbristas de ese territorio de ultramar. El exotismo de la isla de Luzón cautiva a Arnaldo Verín, y no es de extrañar, porque los paisajes tanto urbanos como rurales son descritos de una forma tan plástica que hacen sentir al lector las mismas sensaciones que siente este personaje.

Sara Mañero construye una galería de personajes muy atractiva para el lector, a través de los cuales refleja perfectamente la sociedad de la época que le toca vivir al personaje principal, y los personajes históricos que influirán en el devenir de los hechos que presencia. Son personajes de carne y hueso, porque son descritos de tal forma que parece que cobran vida propia. Ya mencioné a algunos de ellos a lo largo de esta reseña, caso del dominico fray Ismael, de carácter firme y hondas convicciones; los miembros de la familia Baena, con la que pasará buenos momentos, pero también comprobará cómo la traición afecta a su continuidad como empleado del ultramarinos que lleva directamente, ante la confianza que en él deposita su propietario. Mejor suerte tiene en la carpintería, en donde se rodea de personajes que le apoyan y se dan cuenta del potencial que tiene para el oficio. En Filipinas, a parte del ya mencionado fray Ismael, se encuentra con fray Joaquín López, que le sirve de gran ayuda a Arnaldo Verín en los momentos de mayor dificultad. Aunque el lector comprueba cómo se vuelca con la familia del ya mencionado Gumad-ang, en donde entabla una gran amistad con su hijo Saquiod, y se prenda de su hermana Mandi. A ellos les enseñará el español y aprenderá el tagalo con el paso de los capítulos, lo que puede comprobar el lector en algunos diálogos que tienen lugar entre ellos, ya que la autora los refleja en algunas de sus conversaciones. También tiene contacto con alguno de los líderes de la guerrilla filipina, caso de Manuel Tinio, y tendrá noticias de otros líderes que tendrán un gran peso, tanto en la independencia del país, como en el conflicto con los Estados Unidos: el lector conoce a personajes históricos que seguro le resultan desconocidos la gran mayoría de ellos, caso de Emilio Aguinaldo, los miembros de la llamada Gomurza, o José y Paciano Rizal.

El sueño del árbol es una novela escrita con un estilo muy cuidado, en la que la autora cuida con mimo todos los detalles con los que confiere un claro realismo a los episodios que viven los personajes que desfilan por sus páginas. La descripción predomina sobre el diálogo aunque, pese a ello, es una lectura absorbente por todos los episodios que se suceden a lo largo del desarrollo de la trama, y en la que el lector se encuentra con un par de giros que atraen su atención, y que dan lugar a situaciones inesperadas que hacen más atractivo el desenlace de la novela. Sin duda alguna, es una atractiva lectura, pese a lo que comenté en el primer párrafo de esta reseña.


Biografía:



Sara Mañero Rodicio es Licenciada en Filoliogía Inglesa y Doctora en Filología Hispánica por Universitat de València. Su tesis doctoral, “El Arcipreste de Talavera de Alfonso Martínez de Toledo”, obtuvo el premio “Fernández Abril” de la Real Academia Española. Ha colaborado en traducciones dramáticas y poéticas (La comedia de las equivocaciones, de Shakespeare; Dos Leyendas, de Ted Hughes; Cuatro cuartetos, de T.S.Eliot…), así como en adaptaciones teatrales.
En el campo de la ficción, cuenta con diversos relatos publicados, siendo finalista del concurso “Erradicando la violencia de género” (Asociación Eleanor Roosevelt) con el texto “Cuando el sueño engendra monstruos”. Su primera novela, Mientras sorprendan los días (Ed. Hades), se publica en 2015, y en ese mismo año Verbum edita El sueño del árbol, un viaje por la historia de Filipinas. Atrapando la luz, su tercera novela, supone un homenaje a las mujeres que se anticiparon a su tiempo, así como al mundo de la fotografía.

Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía de la autora, así como fotografía de Sara Mañero Rodicio tomados de la web de la editorial. Imágenes que acompañan al cuerpo de la reseña, tomadas de google imágenes. 












9 comentarios:

  1. Interesante parece y a mí me gusta la ficción histórica. No conocía la novela y has conseguido que me intrigue.
    Un abrazo

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  2. No es un libro que a priori me llame la atención, pero lo tendré en cuenta para cuando me apetezca algo de este estilo.
    Besos

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  3. No me llama especialmente, pero sí me gusta mucho la ambientación, que como dices no es muy socorrida en general en novelas =)
    Lo apunto para más adelante.

    Besotes

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  4. Leí su primer libro y me enamoré de su prosa, este cómo el último, acabarán cayendo en mis ojos y la temática y ambientación me gustan.
    Buena reseña.
    Besos

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  5. ¡Gracias! No solo por leerme, que siempre es de agradecer; sobre todo por esa segunda oportunidad que has ofrecido a mi novela. Yo no siempre soy tan generosa, la verdad. Me alegra saber que al final no te ha decepcionado Arnaldo y su historia. Espero que pueda encontrarte de nuevo por mis letras en algún otro momento. Un fuerte
    abrazo.

    Sara

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  6. La leí hace unos años. Recuerdo que me costó un poco también entrar en ella pero luego me gustó mucho
    Besos

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  7. Una propuesta muy interesante la que nos traes, porque yo creo que la ambientación de Filipinas, como bien dices, no es un tema muy tocado, así que es bastante original. En cuanto a lo de dar segundas oportunidades, a mi también me pasa muchas veces, que tengo que "aparcar" una lectura porque no es el momento adecuado para leerla. Veo que ha valido la pena darle esa segunda oportunidad. Un abrazo

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  8. Acabo de leer “Atrapando la luz” que me ha encantado. Viendo la labor de documentación que tiene, lo que la autora haya hecho en “La sombra del árbol” puede ser magnífico. La apunto a ver si la encuentro porque en Amazon no está disponible.
    También me gusto “Mientras sorprendan los días”, pero “Atrapando la luz” es una novela mucho más madura y profunda.
    Un abrazo.

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  9. La verdad es que ahora mismo y con todo lo que tengo pendiente no me termina de convencer, lo dejo pasar
    Besos

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