Datos técnicos:
Título: La paradoja del bibliotecario
ciego
Autores: Ana Ballabriga/David Zaplana
Editorial: Amazon Publishing
1ª edición: 27/03/2018
Encuadernación: Tapa blanda
Idioma: Español
ASIN: B0777PR16F
Nº
Pág.: 469
Sinopsis:
Confianza
y engaño, fidelidad y traición, amor y abuso.
¿Qué
hacer cuando tus peores miedos, tus más siniestras pesadillas, tus
recuerdos más amargos se agazapan junto a ti, tras la puerta
contigua, o duermen a tu lado, en tu misma cama?
Poco
imaginaba Camilo, escritor de novela negra de gran éxito aunque de
escasa altura literaria, que el hallazgo de una llave escondida
dentro de una pistola que perteneció a su padre iba a desatar una
serie de acontecimientos que revelarían secretos de sus seres más
cercanos y de sí mismo. Poco a poco, los miembros de su familia se
adentran en un laberinto infernal del que no saben escapar... acaso
porque no existe salida.
En
esta novela negra, coral y no exenta de crítica social, los
personajes se ven envueltos en una espiral imparable de violencia en
la que cada uno se muestra como víctima y verdugo, donde el
claroscuro del alma humana aflora con todo su esplendor y muestra
también su faceta más oscura.
Opinión
Personal:
Si
la memoria no me falla, La paradoja del bibliotecario ciego es la
primera novela que leo escrita a cuatro manos. Leí varias reseñas
muy positivas sobre el título que hoy reseño por lo que, cuando
Laky la ofertó mediante sorteo para quienes estuvieran interesados
en leerla y tomaran parte en el mes temático dedicado a la
metaliteratura, no me lo pensé y tuve la suerte de ser uno de los
afortunados en hacerme con uno de los tres ejemplares que se
ofertaban. El resultado de su lectura fue muy satisfactorio, aunque
con algunas puntualizaciones que aclararé a lo largo de esta reseña. Y aquí viene el
primer pero que le pongo a esta novela, y no es otro que su título,
porque durante la primera parte de la mitad de la trama me preguntaba
por su origen: guarda relación con Borges y Umberto Eco, y la obra
que lo encumbró, como es El nombre de la rosa, pero me quedé con
las ganas de saber el porqué real del mismo, ya que la conversación
que mantienen por dos veces dos de los personajes de la novela, Félix
y Martirio, me dejó un tanto decepcionado, ya que uno de ellos
ofrece su opinión ante el posible significado, y su interlocutor le
responde que podría ser ese el razonamiento, pero que se lo
explicaría en otro momento; y ahí terminó ese debate.
(Antiguo barrio del Molinete, Cartagena-Murcia)
La
paradoja del bibliotecario ciego es una novela negra -diría que muy
negra, con elementos propios del género literario que se conoce como
domestic
noir,
por las investigaciones que llevan a cabo Camilo, -un escritor de
este género literario de gran éxito aunque con escasa altura
literaria, como indica la sinopsis- y Pura, porque el fallecido padre
del autor le pide a través de un escrito que encuentra en una caja
de seguridad de un banco de Cartagena, que finalice la investigación
de un crimen cometido hace veinte años y que afecta al personaje
femenino que le acompaña en las pesquisas que llevan a cabo. Esta
sería una de las subtramas, pero hay otras que atraen el interés
del lector y que, como también adelanta la sinopsis, se refieren a
la violencia de género, al acoso escolar, el maltrato animal, los
engaños e infidelidades, o el tema del alzhéimer, que empezará a
manifestarse en uno de los personajes, sin olvidarme de la referencia
que se hace a la inmigración y al racismo a través de una de las
tres familias que cobran protagonismo en la trama, a través de los
personajes de Halima y su hija Turia, sobre todo: la primera de ellas
trabaja en la casa del escritor, y Turia es amiga de Sergio, uno de
los dos sobrinos del protagonista. Como puede comprobar el lector,
tiene ante sí una trama compleja con una serie de subtramas que la
enriquecen, y que los autores van cerrando a medida que se acerca el
desenlace de la novela. En este sentido, aquí viene otro pero mío,
ya que en el capítulo 79, que hace las funciones de epílogo, el
lector comprobará que se da un salto hasta 2018 y el narrador
informa cómo es en esa fecha la situación de los personajes a los
que cita: me faltó saber qué le había sucedido a Antonio tras la denuncia interpuesta contra él, porque
veo que llama a su hijo Sergio para decirle que la abuela Martirio se
está muriendo, y que otro de los personajes, Beatriz, a los que se
refiere el narrador en este capítulo, era ahora la madrastra de sus
sobrinos, el ya mencionado Sergio, y su hermana Paula.
Lo
que más me atrajo de La paradoja del bibliotecario ciego es el
componente metaliterario que el lector se encontrará a lo largo de
los capítulos, porque no solo se hacen alusiones a autores como
Jorge Luis Borges o Umberto Eco y su novela El nombre de la rosa,
sino que me encontré también con diversas facetas muy ligadas sobre
todo a los escritores, lo que aprovechan muy bien los autores para
hacer interesantes reflexiones a través de los personajes en torno
al mundo literario, y teniendo como eje central de las mismas la
labor como escritor del protagonista de este título que hoy reseño.
En este sentido, destacaría el diálogo que mantienen en el capítulo
26, Félix y Camilo, en torno a la novela El nombre de la rosa: como
digo en estos casos, no tiene desperdicio el análisis de Félix
sobre la magnífica obra de Umberto Eco; y los dardos que le lanza a
Camilo sobre su labor como escritor. También me atrajo la
conversación entre Felipe, amigo y compañero de su padre, a quien
ayudó a entrar en el Cuerpo de Policía, y fue su superior durante
muchos años, en el que alecciona al autor para que se aproveche de
su situación como escritor de éxito, y del éxito, para que mueva a
la sociedad ante los problemas que le afectan. No me olvido de las
menciones que se hacen a la obra literaria de Camilo, en una de las
cuales se habla sobre la creación del personaje principal de sus
novelas, el guardia civil Fulgencio León, y el desenlace que tenía
preparado para este personaje.
(Museo Nacional de Arqueología Subacuática, Cartagena-Murcia)
Ana
Ballabriga y David Zaplana ofrecen al lector un elenco de personajes
muy atractivos, todos ellos construidos con mucha profundidad y, en
mi modesta opinión, muy creíbles y cercanos, de los que a lo largo
de los capítulos conoceremos sus luces y sus sombras porque, como
indica la sinopsis, se desatan una serie de acontecimientos que
revelarían secretos de los seres más cercanos de Camilo y de sí
mismo. Estamos ante una novela de historias cruzadas y de personajes
que mantendrán la atención del lector en todo momento, provocando que las páginas se vayan
sucediendo de una forma casi vertiginosa, con el giro brutal que
tiene lugar en los capítulos ya próximos al desenlace, y que seguro
sorprenderá a más de un lector ante las revelaciones que recibe
Camilo cuando cree estar cerca de cumplir los deseos de su padre.
Aunque de la sinopsis se deduce que el mencionado Camilo es el
personaje principal de la trama, puede decirse que el lector tiene
ante sí una novela coral, porque junto a él se encontrará con un magnífico elenco de personajes secundarios de los que se irá conociendo su
historia a lo largo de los capítulos, y los episodios en los que
toman parte no dejarán indiferente al lector ante los temas que les
afectan, muy actuales por desgracia en nuestra sociedad, por lo que
la novela está también muy cargada de crítica social. Como bien
dice uno de ellos, los problemas que nos afectan pueden estar
provocados por alguien muy próximo a nosotros, incluso pertenecer a
nuestro círculo familiar, por lo que en muchas ocasiones no nos
damos cuenta de que comparte con nosotros el día a día. El lector
se encontrará con personajes con los que es difícil empatizar, por
esos claroscuros que les acompañan; pero, como digo en estos casos,
lo que importa es que estén bien construidos y sean creíbles: y ya
lo creo que son. De entre todos ellos, destacaría la figura de
Félix, sin olvidarme del peso que tiene Martirio a medida que se desarrolla la trama. Félix me atrajo tanto por sus reflexiones, como por su
relación con su nieto Sergio: los autores hacen un perfecto símil
al comparar a ambos con los personajes principales de la película
Karate Kid, por la influencia que ejerce uno sobre otro, ante los
problemas que le acorralan, y ve en él una tabla de salvación que
puede ayudarle a enfrentarse a ellos.
Otro
apartado que no me convenció mucho de La paradoja del bibliotecario
ciego es la ambientación espacio-temporal. Los autores sitúan la
trama de la novela en 2011, y posteriormente da un salto en el último
capítulo hasta 2018. Me pregunté en más de una ocasión por qué
se había elegido esta fecha para ubicar la trama, dado que en ningún
momento se hace mención a hechos que hayan ocurrido a lo largo de
ese año y que guardasen relación con los temas que se tratan en la
novela, salvo que se cita en un momento dado que los crímenes que
investiga Camilo tuvieron lugar hace veinte años. Los personajes se
mueven por varias localizaciones de la ciudad de Cartagena, aunque el
lector comprobará que apenas se hace mención a ellos, salvo a
través de los nombres de las calles o plazas por las tienen lugar
los escenarios que se relatan, y algunos datos puntuales que ofrecen sobre determinadas localizaciones por las que se mueven los personajes.
Soy de los que piensan que en un thriller o novela negra la
ambientación desempeña un papel destacado que en muchos casos juega
un papel destacado en la trama, y en otros sirve para sorprender a
los lectores ante la visión que se nos ofrece de la población en la
que tienen lugar los episodios relatados por el narrador de turno,
sobre todo si le resulta muy familiar.
La
paradoja del bibliotecario ciego es una novela que está bien escrita, con un estilo directo y un ritmo que se acelera o suaviza según lo requiera los
episodios que tienen lugar en cada capítulo. El lector tiene ante sí
una lectura adictiva, muy entretenida, y una trama bien hilvanada,
que atrae en todo momento su atención, para que no pierda detalle de
todo lo que ocurre a lo largo de los 79 capítulos de corta extensión
en que está estructurada la novela, todos ellos relatados por un
narrador omnisciente. Sin duda alguna, y pese a los pequeños peros
que comento a lo largo de mi reseña, merece la pena su lectura, por
los temas que trata la novela, y por la profundidad de los personajes
que se enfrentan a ellos.
Biografía:
Ana
Ballabriga y David Zaplana se conocieron en Valencia, cuando él
estudiaba una ingeniería y ella psicología. Su compartida pasión
por el arte de contar historias los llevó a hilar y escribir su
primera novela. Unos años más tarde se adentraron también en el
ámbito de la creación audiovisual y en 2006 fundaron su propia
productora, ADN Visual. Después de recibir varios premios por
cortometrajes y relatos, en 2007 se editó su novela Tras
el sol de Cartagena,
y en 2010 Morbo
gótico.
Aunque
continuaron escribiendo, sus siguientes obras permanecieron sin
publicarse hasta 2015, cuando Tras
el sol de Cartagena encontró
una segunda vida en Amazon. En 2016 presentaron también en esta
plataforma la primera novela que habían escrito, Cruzados
en el tiempo,
y la última, Ningún
escocés verdadero,
ganadora del Premio Indie de Amazon en 2016.
En
la actualidad ambos viven en Cartagena y compaginan el trabajo y la
crianza de sus dos hijos con la escritura.
Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía de los autores, tomados de Amazon. Imagen del antiguo barrio de El Molinete, en Cartagena, tomado de la web de Planout. Imagen del Museo Nacional de Argeología Subacuática de Cartagena, tomada de Wikipedia. Fotografía de Ana Ballabriga y David Zaplana, de la web de lecturalia.