El
pasado 2 de marzo del presente año, publicaba en este blog mi reseña
sobre la esperada novela que pone fin a la trilogía El final del
ave Fénix, de Marta Querol, título de la primera de las novelas que la conforman (reseña), sigue con Las guerras de Elena (reseña), y finaliza con Yo que tanto te quiero (reseña). En mi modesta opinión, es una
magnífica trilogía que tiene un claro trasfondo histórico «con los acontecimientos principales del último siglo en nuestro país
y una historia intensa y realista de fondo que los integra de forma
natural». Creo que
merecía la pena entrevistar a la autora para que nos contase algunos
aspectos de la misma, con el fin de incitar a su lectura.
«Es
una trilogía dura, con muchos metatemas de calado, como la
manipulación de los niños en las separaciones y divorcios, el
chantaje emocional, el sentimiento de culpa, la ambición, la
soledad, la hipocresía social, la emancipación de la mujer, lo
difícil que es juzgar a nadie…»
«Las tres novelas, que pueden leerse de forma independiente, hablan de la vida, un tema universal, y ha llegado a un público universal»
Biografía:
Marta Querol
nace en Valencia, España; estudia Ciencias Económicas y
Empresariales, se especializa en gestión del comercio internacional
y más tarde en ingeniería y gestión de la calidad. Tras más de
veinte años como profesional reconocida, un golpe emocional le abre
los ojos a su verdadera vocación, la literatura. El
final del Ave Fénix,
su ópera prima, es una de las diez
finalistas en el Premio Planeta 2007 y,
publicada en 2008, sorprende a crítica y público por su gran
calidad literaria y por la profundidad de los personajes. La novela
ha sido reeditada también por Aladena (2010) y Ediciones B (2012).
En febrero de 2012 se sitúa en el nº 1 en ventas del Top100 más
seguido en Internet. Su segunda novela, Las
guerras de Elena,
se publica en 2012 con Ediciones B y obtiene excelentes críticas.
Hasta finales de 2011 colabora con el periódico Las
Provincias (Grupo
Vocento) con una columna semanal y colabora con diversas
publicaciones, programas de televisión y de radio (Pegando
la Hebra,
El
barometre de
Radio Nou Talento
Mediterráneoen
Mediterráneo TV…). Es autora de diversos relatos cortos y ha
participado en antologías como Relatos
de la Caverna profunda o Una maleta llena de relatos.
ENTREVISTA:
1)
Francisco Portela.- Creo que merecía la pena conocer un poco más
sobre la trilogía en la que, a través de la familia Lamarc Company,
nos ofreces un magnífico documento de la historia de nuestro país
desde 1934. Gracias por la entrevista, Marta.
Marta
Querol.- Gracias a ti, Paco. La verdad es que con la trilogía he
creado una especie de Century nuestro, con los acontecimientos
principales del último siglo en nuestro país y una historia intensa
y realista de fondo que los integra de forma natural.
2)
F. P.-¿Qué fue lo primero que pensaste cuando diste por concluida
la última novela que pone fin a la trilogía, Yo que tanto te
quiero?
M.
Q.- Más que pensar, sentí. Estaba emocionada, las últimas páginas
me arrancaron una lágrima con muchos significados. Tenía la
sensación de haber hecho un buen trabajo y de que por fin había
acabado lo que me propuse en 2006. También me quedé con un enorme
vacío. Fue todo muy intenso. Y tuve un arranque de temor ante las
dudas de qué pasaría con una obra a la que me había entregado de
forma tan intensa.
3)
F. P.-¿Se están cumpliendo las expectativas que tenías puestas en
esta trilogía en cuanto a su aceptación por parte de los lectores?
M.
Q.- Es difícil de explicar. Empecé a escribir sin ninguna
expectativa concreta, escribía para mí, para los míos. Eso cambió
al quedar entre los finalistas del Planeta. Me dio confianza. Cuando
publiqué y desde el principio me llegaron comentarios muy positivos
de El
final del ave Fénix,
me sentí feliz. Luego ha pasado lo mismo con las siguientes. También
he tenido opiniones negativas, pero la verdad es que muy pocas y
alguna de ellas por escritores que tengo identificados por lo que no
las tengo en cuenta.
Con
las siguientes novelas me preocupó no estar a la altura de lo que
los lectores esperaban tras leer la primera. Confiaba en que también
gustaran, pero ahí era yo la que había generado una expectativa muy
alta, ya que a lo ya comentado se añadió que alcanzara el número
uno en Amazon. Eso da vértigo, y más cuando sólo has escrito una
novela. Es un estreno muy potente para la primera obra de alguien
ajeno al mundo literario.
Las
siguientes también han tenido muy buena aceptación. No solo de
España, me llegan comentarios de otros países también, como
México, Estados Unidos o Perú y, además, de públicos muy
distintos, y esto sí que era totalmente inesperado. Es este aspecto,
me siento muy satisfecha. Me han leído desde maestras hasta
narcotraficantes —no es que sea precisamente un influencer
literario, pero da una muestra de la diversidad—, pasando por todo
el espectro social y generacional.
Hasta
2016 se han vendido casi 20.000 libros entre los tres títulos (papel
y digital), más en papel que en digital —imagino que por el
pirateo—, a pesar de lo serios problemas editoriales que tuve con
las dos primeras ediciones de El
final del ave Fénix
y las dificultades para distribuir la tercera. Si tengo en cuenta las
cifras que se manejan en otros autores más conocidos me siento
afortunada, pero mentiría si no reconociera que pensaba que
llegarían más lejos, con todo lo acontecido hasta la fecha.
4)
F. P.-Me imagino que te lo preguntarían más de una vez, pero me
gustaría que nos contaras algo de la relación de El
final del ave fénix
con el Premio Planeta.
M.
Q.- Fue una sorpresa maravillosa. Cuando acabé de escribirla no
tenía ni idea de cómo publicarla. Era a finales de mayo. Me
sugirieron enviarla a algún premio y el primero que cerraba
convocatoria era el Planeta, en junio, y allí la envié. Tenía la
sensación de que había escrito algo bueno, que valía la pena. Tuve
el presentimiento de que algo iba a pasar, aunque a la vez pensaba
que era imposible llegar ahí. Y no me refiero a ser premiado sino
simplemente a que la seleccionaran. Pero, como decía mi madre, el no
ya lo tenía. Cuando me enteré por la prensa de que estaba entre las
diez seleccionadas me eché a llorar. Fue algo crucial para seguir el
camino empezado, sobre todo por las alentadoras palabras de don José
Manuel Lara y por el informe de lectura que tuvo la amabilidad de
enviarme. Imagino que habría seguido escribiendo en cualquier caso,
pero tal vez lo habría hecho de forma menos pública, para los
amigos, para la familia, para mí. Tal y como empecé.
5)
F. P.- Y el hecho de haber quedado finalista del Premio Planeta,
¿ayudó a encontrar una editorial que apostase por su publicación?
M.
Q.- Más bien al revés.
Tras
regresar de la gala de los Planeta pensé que publicaría con
facilidad. No fue el cuento de la lechera, pero sí que me creé una
expectativa errónea. Desconocía por completo el mundo editorial, no
tenía padrinos, ni amigos en el sector, y las cosas fueron mucho más
difíciles de lo que imaginé.
El
Sr. Lara me aclaró que ninguno de los 16 sellos de Planeta publicaba
a los finalistas, al menos durante varios años. Contacté con otras
editoriales conocidas: me rechazaban sin leer la obra al saber que
había sido uno de los finalistas del premio Planeta. Fui contactando
con editoriales más modestas, menos conocidas, y al final publiqué
con una ¿editorial? local que me presentó un conocido y resultó
ser una estafa en toda regla. Fue muy triste y desesperante.
6)
F. P.- Uno de los grandes alicientes de esta trilogía es el
trasfondo documental de cada una de las tres novelas que la
conforman. ¿Fue difícil documentarte para ello? Te lo pregunto,
porque en cada una de las novelas relacionas los hechos históricos
que se mencionan y lo que le sucede a los personajes principales en
cada una de las novelas.
M.
Q.- Hoy en día Internet es una herramienta brutal para conseguir
información. También peligrosa, porque hay que contrastar mucho.
Dediqué muchas horas, tanto en el ordenador como visitando la
hemeroteca de Las Provincias. Incluso adquirí una colección del
NODO sobre la Guerra Civil y leí algún ensayo sobre los años 70.
Escuché grabaciones de la retransmisión de la Riada del 57 para El
final del ave Fénix,
exploré Beirut en el Google Maps para moverme con los personajes en
Las
guerras de Elena,
repasé todos los acontecimientos relevantes del siglo XX español
para seleccionar los que formarían parte de la historia y los del
estallido de la guerra en Beirut. No son novelas históricas, pero
abarca casi un siglo entre las tres y me preocupé porque el lector
se sintiera transportado a los años en que se desarrolla la trama en
cada momento con pequeñas pinceladas.
7)
F. P.- En Las
guerras de Elena,
no solo tocas episodios de la historia reciente de España, sino
también asocias los conflictos personales de Elena Lamarc con
conflictos internacionales como la Guerra del Líbano. Me imagino que
esto te supondría un plus de esfuerzo para coordinar el perfil de
este personaje con el mundo que le tocó vivir.
M.
Q.- A esta parte le tengo especial cariño. No fue casual que Elena
Lamarc fuera al Líbano y los Países Árabes en esa época. De hecho
fue un pequeño homenaje a mi madre y al coraje que le echó a la
vida. Ella hizo ese viaje y estalló la guerra del Líbano mientras
estaba en Beirut, por trabajo. La cronología de los hechos es real,
las fechas coinciden con las de los viajes de mi madre aunque, de
entre los sucesos dramáticos que cuento, unos sucedieron, otros no y
alguno le sucedió a otras personas que también estaban allí. No
aclararé aquí las partes que son ciertas y las que no, por no
destripar esa trama de la que, al ser casi policíaca, es mejor que
el lector no conozca los detalles. Es la parte más trepidante de las
tres novelas, creo. Pero sí puedo avanzar que mi madre fue la
primera mujer en España que obtuvo un visado para viajar sola, y
remarco lo de sola (sin compañía de su marido), por trabajo a
Arabia Saudí, que es otro de los escenarios que aparece en Las
guerras de Elena
y el visado lo consiguió como se explica. En los Clubs de lectura a
los que me invitan, como ya han leído la novela, sí que explico qué
partes son reales y cuáles no. En más de una ocasión me han
comentado que no era creíble que una mujer viajara sola entonces a
esa zona, pero lo cierto es que precisamente eso está basado en
hechos reales.
8)
F. P.- Y continuando con la documentación, el lector se encontrará
en Yo
que tanto te quiero
una magnífica banda sonora. ¿Por qué decidiste incluirla en el
cierre de la trilogía y no hacer referencia a canciones de la época
en las otras dos novelas que la conforman?
M.
Q.-
Yo que tanto te quiero
está escrita en primera persona, la narra Lucía, la hija de Elena,
es su alma la que escribe. Lucía comienza la narración con 12 años
y a lo largo del texto va a madurar, pasará la adolescencia, la
juventud, sus primeras relaciones sexuales, se casa y tiene hijos. La
adolescencia es una época muy influenciada por la música, raro es
el adolescente que no tiene un grupo favorito, sea de un estilo u
otro, del que se compre camisetas, cante sus canciones, las letras
sean su lema de vida. Yo recuerdo mi adolescencia y cómo la música
estaba presente, y he querido transmitir esa sensación además de
hacer también un pequeño homenaje a la música que me gustaba. He
intentado que cada novela tenga un tono, una ambientación que llegue
al lector sin darle demasiadas explicaciones. En El
final del ave Fénix
intenté transmitir el ambiente de las películas del cine americano
de los 50, lleno de glamour y de mujeres de carácter. Las
guerras de Elena es
setentera a tope, con el boom económico, los principios de libertad,
la evolución del papel de la mujer en la sociedad y la guerra fría
en el plano internacional. Y Yo
que tanto te quiero
es, fundamentalmente, ochentera, con ecos de la Movida, de la
modernidad, de los excesos, y en ello la música juega un papel
importante.
9)
F. P.- Las canciones que nos encontramos a lo largo de los capítulos
guardan relación con algún momento especial de los personajes. ¿Te
costó trabajo elegir el tema adecuado, o tuviste que elegir entre
varios para ver cuál era la que más se ajustaba a la escena a la
que querías relacionarla?
M.
Q.- La verdad es que me venían de forma inmediata. De muchas conozco
las letras (incluso aunque no me gustaran especialmente) y conforme
escribía la escena acudía a mi cabeza una letra o unos acordes
concretos. Me sucedió con Physical (Olivia Newton-John), Aire
(Mecano), Salta (Tequila), Alive and Kinking (Simple Minds), Our
House (Madness) y muchas otras.
10)
F. P.-La sensibilidad y la emoción están muy presentes en los
personajes de esta trilogía. Me imagino que será muy difícil para
un autor expresar estas cualidades del ser humano para que surtan en
el lector el efecto deseado.
M.
Q.-Es complicado. Es una trilogía dura, con muchos metatemas de
calado, como la manipulación de los niños en las separaciones y
divorcios, el chantaje emocional, el sentimiento de culpa, la
ambición, la soledad, la hipocresía social, la emancipación de la
mujer, lo difícil que es juzgar a nadie… Pero la idea era que no
se percibiera como tal, que fuera una consecuencia de la trama. No sé
si he conseguido el efecto deseado, cada lector es un mundo y me han
comentado reacciones de todo tipo. Muchos se han sentido
identificados, me han escrito cosas muy bonitas, y algunos, pocos por
fortuna, me han dicho que no les llegaba la historia. Imagino que
depende mucho de las vivencias propias y de la sensibilidad de cada
cual. Yo me quedo con que le ha gustado a muchísimos lectores, muy
distintos entre sí en cuanto a sexo, edad, formación, procedencia…
Las tres novelas, que pueden leerse de forma independiente, hablan de
la vida, un tema universal, y ha llegado a un público universal.
11)
F. P.- Prueba de esa sensibilidad y emoción que menciono es el
prólogo con el que inicias El final del ave fénix. ¿Fue quizás el
desgarrador inicio de esta trilogía el momento más difícil que te
encontraste para impactar al lector?
M.
Q.- El prólogo de El
final del ave Fénix
no tenía ninguna intención. Fue lo primero que escribí en mi vida,
cuando ni siquiera imaginaba que sería el inicio de mi andadura
literaria. Como he contado alguna vez, fue un desahogo personal
escrito para mí y para mis hijas, pero conforme avancé en su
escritura sentí que tenía que seguir escribiendo, que no podía
dejarlo. Fue como si toda mi vida hubiera caminado hacia ese punto
para encontrarme. Pensaba que lo leerían mis hijas y procuré ser
delicada, no entrar en situaciones escabrosas o morbosas, pero
tampoco disfrazar la realidad aunque fuera dura. Ese era el
aprendizaje para ellas, que en la vida hay momentos duros que pueden
vivirse y narrarse de forma hermosa. Al terminarlo fue cuando decidí
crear una historia contando la vida imaginaria de los personajes del
prólogo. Y así nació la trilogía.
Hay
mucho debate literario sobre si emocionar o no, sobre si es un
recurso capcioso para ganar lectores, pero, además de no haberlo
hecho de forma intencionada, yo creo que la literatura tiene que
emocionar, que provocar, no dejar indiferente.
12)
F. P.- Un nexo de las tres novelas es el mundo de la moda. ¿Por qué
relacionaste la vida de los Lamarc Company con esta industria?
M.
Q.- Porque lo conocía bien y era un esfuerzo menos a la hora de
documentarme. Me sentía cómoda en ese terreno. He utilizado
industrias en las que me he movido profesionalmente.
(riada Valencia, 1957)
13)
F. P.- Los personajes son uno de los pilares de esta trilogía. Están
construidos con mucha fuerza y, como decimos en estos casos, parece
que cobran vida propia. ¿Cuál fue el que más trabajo te costó
perfilar?
Es
difícil valorarlo. Los de Lucía y Elena fueron muy complicados
porque las dos comienzan de niñas y acaban de adultas. Esa evolución
no era fácil: los altibajos, los problemas vitales normales al
madurar, tenían que imbricarse en la trama sin distorsionarla y
moldear su carácter de forma coherente.
Por
razones distintas también me resultó difícil Javier Granados.
Tenía una idea clara del tipo de hombre que quería que fuera, pero
quería que el lector llegara a comprenderlo, a ver la realidad a
través de su mente. Tiene una evolución muy peculiar a los ojos del
lector, cuando él es igual desde el principio.
14)
F. P.- Y siguiendo con los personajes, ¿has logrado atarlos en corto
para que no se desviaran del papel que tenía que desempeñar cada
uno de ellos, o te has visto obligada a modificar su presencia en
alguno de los episodios de los que forman parte?
M.
Q.- Ha habido un poco de todo. Uno que se me escapó por completo de
las manos y se hizo un hueco inesperado fue Lorenzo Dávila. En
principio tenía una aparición instrumental, lo necesitaba para un
cambio en la vida de Carlos. Pero, cuando «lo vi» cruzando entre la
multitud hasta llegar a Carlos y comenzar a conversar con él, tuve
claro que no se quedaría ahí. Necesitaba alguien así en la vida de
Lucía. Y se quedó. Para mí es un personaje entrañable y que ha
ido modelándose a si mismo.
15)
F. P.- Elena Lamarc es un personaje que representa a la mujer
adelantada a su tiempo en la España que le tocó vivir. En este
sentido, ¿crees que ha avanzado mucho el papel de la mujer en
nuestro país a día de hoy, o todavía falta mucho camino por
recorrer para que la igualdad entre ambos sexos sea una realidad?
M.
Q.- Se ha avanzado muchísimo y en poco tiempo. Hoy gozamos en España
de muchos derechos que hace tan solo sesenta años eran, más que un
privilegio, una utopía. Nuestras abuelas y madres no pudieron hacer
muchas de las cosas que hoy las aceptamos como si siempre hubieran
estado ahí: abrir una cuenta, tener un talonario de cheques, ponerse
a trabajar, vender un inmueble… Negarlo sería mentir. Eso no
quiere decir que se haya llegado a la meta, queda recorrido, sobre
todo en lo que se refiere a la igualdad salarial ante los mismos
desempeños y el acceso a puestos de alta dirección, aunque esto
último ha mejorado también. Queda la asignatura pendiente de la
violencia de género, tal vez el problema más sangrante, pero
incluso en esto se ha avanzado, aunque nunca será suficiente.
Las
mujeres occidentales somos afortunadas aunque no se haya llegado a la
igualdad total. De todas formas es un tema difícil de resumir en
unas pocas líneas.
16)
F. P.- En mi caso —y
me imagino que a la gran mayoría de quienes leyeron la trilogía les
ocurriría lo mismo—,
me atrajeron la figura de los llamados “malos”; sobre todo
Verónica, un personaje que da mucho juego, tanto en Las
guerras de Elena,
como en Yo
que tanto te quiero.
¿Por qué crees que el papel de estos personajes atrae más a los
lectores que el resto del magnífico elenco que nos encontramos a lo
largo de la trilogía?
M.
Q.- Los malos siempre tienen atractivo, pasa también en las series
de televisión o en las películas. Son el enemigo a vencer y dan
mucho juego. En esta trilogía no hay buenos buenísimos, todos
tienen sus matices o no serían creíbles, de hecho la propia Elena
Lamarc ha exasperado a más de un lector, pero la mala, al ser una
perversa de libro (me refiero al perfil psicológico de un perverso)
da muchísimo juego, no tiene límites y lo hace muy atractivo.
17)
F. P.- Y ya para terminar, ¿tienes algún proyecto literario nuevo
en mente?
Termine
una novela el año pasado que está pendiente de publicarse, de un
género completamente distinto: un thriller fantástico-psicológico.
Y estoy trabajando en una nueva novela, más cercana a las
anteriores, un drama contemporáneo.
18)
F. P.-Creo que esta trilogía se merecía alguna pregunta más pero, para no cansar a los lectores, y sobre todo, no destriparla, espero
que esta entrevista sirva de aliciente para que, quienes todavía no
la han leído, le den una oportunidad, porque les aseguro que merece
la pena. Te deseo mucho éxito en tus futuros proyectos literarios,
porque espero que nos sigas deleitando con tus obras.
M.
Q.-Muchas gracias por tu amabilidad, Paco.
Nota: Imágenes de las portadas las novelas que conforman la trilogía, tomadas de mis reseñas. Imagen de la riada de Valencia en 1957, de google imágenes.
Aún no me he estrenado con esta autora, la verdad es que aunque sé que escribe muy bien, sus libros no son de mi estilo. Buena entrevista Paco.
ResponderEliminarUn beso
Gracias por la entrevista, solo me queda el último por leer, a ver si puedo hacerle hueco pronto.
ResponderEliminarUn beso
Gracias por la entrevista, Paco. Yo aún tengo pendiente en casa el primer libro de la trilogía.
ResponderEliminarBesos.
Muchas gracias por permitirnos, con esta entrevista, conocer un poco más a Marta y su obra. Besos
ResponderEliminarMarta es fabulosa!! La trilogía me encantó y estoy deseando leer más de ella ya. Es encantadora y muyyyyyyy alta, te sientes tapón a su lado, que se lo digan a Posteguillo, en la última presentación que coincidí con ambos, Posteguillo y yo acabamos con tortícolis, jajsja. Qué mala soy...
ResponderEliminarEstupenda entrevista Paco!
Besos 💋💋💋
Me ha gustado mucho saber más de esta autora. No me he estrenado con ella todavía. A ver cuándo me animo.
ResponderEliminarBesotes!!!
Gracias por la entrevista. Aún no he leído nada de la autora.
ResponderEliminarMuy interesante la entrevista.
ResponderEliminarMe ha dejado sorprendida lo de que ser finalista del Planeta sea casi un obstáculo para luego publicar. Qué cosas
Besos
Tus novelas no se olvidan nunca, Marta. Me gusta que hables de ellas porque cada vez descubro un detalle que me recuerda los buenos momentos que pasé leyéndolas.
ResponderEliminarBuena entrevista. Gracias a los dos.
Qué entrevista más interesante, Paco. Marta es una magnífica escritora y un encanto de persona. Desde luego el mundo editorial es muy injusto y algunos premio en vez de allanar el camino lo hacen más cuesta arriba. Tengo pendientes de leer las dos primeras novelas por falta de tiempo, pero lo haré.
ResponderEliminarBesos
Pues no he leído nada de la autora todavía a pesar de que sus libros me llaman la atención. Gracias por permitirme conocer más a la autora. Besos.
ResponderEliminarTengo pendiente leer a esta autora que muchos me habéis recomendado. Muy buena entrevista, dan ganas de descubrir ya a los Lamarc. Un abrazo
ResponderEliminar