Entrevista a Teo Palacios, autor de El trono de barro. Jaque al duque de Lerma

Hoy retomo una sección que tenía un tanto olvidada, como es la de entrevistas. Y la reactivo con una en la que Teo Palacios nos habla de cómo se fraguó  El trono de barro. Jaque al duque de Lerma, una novela que, pese a que la trama tiene lugar entre los siglos XV y XVI, bien puede trasladarse a nuestro tiempo, cambiando algunos datos.

Teo Palacios (Dos Hermanas, 1970) ha desarrollado su labor profesional en el márketing y el diseño. Actualmente colabora asiduamente en diversas publicaciones periódicas (Cambio 16, Cuadernos para el Diálogo) y forma parte del comité organizador de las Jornadas de Literatura Fantástica de Dos Hermanas, además de impartir cursos y talleres de creación literaria. Su primera novela, Hijos de Heracles (Edhasa, 2010), tuvo una gran aceptación por parte del público y la crítica. La Predicción del Astrólogo (Ediciones B) fue su siguiente publicación.

1) Francisco Portela.- Gracias por concederme esta entrevista. Ya me tardaba el disfrutar de una nueva novela tuya. En El trono de barro das un salto considerable en el tiempo. ¿Por qué eliges al figura del duque de Lerma?

T.P. -Fue una casualidad; me encontré con el personaje durante un viaje a Lerma y me fascinó. Empecé a buscar documentación y vi que era una vida increíble que había quedado en el olvido. Me pareció una historia que había que contar.

2) F.P.- ¿Y por qué crees que esta es una figura de la que, sin embargo, hay poco novelado sobre ella? Todo lo contrario que ocurre con su sucesor, el conde-duque de Olivares.

T.P.- Precisamente porque quedó eclipsada por los acontecimientos anteriores y posteriores. Antes de Lerma, justo antes, se produjo el gran desastre de la Armada Invencible. Justo después se produjo la Guerra de los Treinta Años. Un personaje que buscara la paz y se enriqueciera a cualquier precio es, histórica y tristemente, mucho menos importante que esos dos acontecimientos.

3) F.P. - ¿Qué motivos piensas que llevaron al rey Felipe III para que Francisco de Sandoval y Rojas fuese su valido? ¿O fue el propio duque de Lerma quien le hizo ver al monarca que era él la persona adecuada para ocupar el cargo?

(duque de Lerma)                                                                                                                             

T.P.- Felipe era un muchacho bastante despreocupado. Ya desde pequeño se veía que su tendencia era más por las fiestas que por los asuntos de gobierno. Francisco hizo muy bien su trabajo ganándose durante años la confianza del príncipe; que luego mostrara el camino que este debía seguir beneficiaba a ambos: uno porque podía olvidarse de los tediosos asuntos del imperio y sus preocupaciones, el otro porque conseguía el poder que ansiaba desde hacía años.

4) F.P.- ¿Por qué eliges la presentación de este personaje en forma de crónica novelada?

T.P.- Salió así, simplemente. La primera versión era una crónica aún más descarnada, con muchísimos más datos históricos que se fueron perdiendo a medida que iba revisando el texto. Si quería mostrar con claridad qué ocurrió en la época y quién era el personaje principal me parecía el método más sencillo y fácil de asimilar.

5) F.P.- Sin embargo, creo que muchos lectores pensarán que al novelar de esta forma El trono de barro se lo pensarán muy mucho a la hora de darle su oportunidad. Igual habrá quién crea que es una técnica cercana al ensayo. Pero, en mi caso, me sentí cómodo con su lectura. Sin duda, es una magnífica forma de aprender hechos de nuestra historia.

Te puedo asegurar que no tiene nada que ver con el ensayo. Solo para la vida de un personaje secundario, como fue Baltasar de Zúñiga, leí una biografía de más de 800 páginas, así como varios artículos. Multiplica eso por todos los personajes de la novela. Creo que quien piense que una novela es cercana a un ensayo le falta el respeto a los historiadores, sin cuyo trabajo nosotros no podríamos ficcionar la historia.

En el caso de esta obra, el mayor reto fue ser fiel a lo que había ocurrido, pero cuidando mucho el modo en que se presentaba la información al lector para que la trama avanzara y no se hiciera una lectura lenta, sino más bien todo lo contrario. Que lo haya conseguido o no ya es otro cantar, pero desde luego nada que ver con un ensayo, no.

6) F.P.- Me imagino que el haber utilizado esta técnica requerirá una mayor rigurosidad a la hora de plantear la trama.

T.P.- Prácticamente todo lo que se narra en el libro tiene eco en la historia, incluso los aspectos más rocambolescos, como la búsqueda de la piedra filosofal. Eso sí, soy novelista, y por tanto mi trabajo consiste en tomar los diferentes elementos históricos e hilarlos entre sí para que formen un todo. El reto consiste en que esas puntadas no se noten.

7) F.P.- Y también me imagino que un mayor trabajo de documentación para ajustarte a lo sucedido en el período en el que se desarrolla El trono de barro. ¿Cuál fue el personaje histórico de los que aparecen en la novela que mayor dificultad te dio en este aspecto?

T.P.-Quizá la figura de Baltasar, no por no encontrar información, sino porque su trama surgió muy avanzado el proyecto, cuando de hecho yo ya lo había dado por terminado. Tomar su vida y encajarla en el resto de la historia fue bastante complejo.

                                                                                                                                                                              (Palacio ducal de Lerma)

8) F.P.- Presentaste la novela en el palacio ducal de Lerma. ¿Qué pensaste al tener esa posibilidad? Me imagino a don Francisco de Sandoval y Rojas mirándote con cara de pocos amigos.

T.P.- Eso mismo me imaginé yo, no te creas… La verdad es que fue un privilegio. Y una responsabilidad. Lerma vive al duque muy de cerca incluso hoy y el pueblo se volcó con la presentación. La verdad es que fue un privilegio estar en aquellas salas presentando una novela sobre quien las mandó construir.

9) F.P.-Y seguro que a quienes hayan leído El trono de barro les habrá pasado lo mismo que a mi: Irremediablemente nos vienen a la memoria casos candentes que se producen, por desgracia, a día de hoy. Está claro que esa piedra, con el paso del tiempo, sigue estando ahí en el camino y nadie hace por apartarla. El capítulo 41 de la novela está muy vigente hoy día: las declaraciones que se escuchan de los imputados poco varían al respecto.

T.P.-Sin duda. Lo curioso es que cuando empecé con este proyecto era 2008 y los grandes casos de corrupción que han sacudido nuestra política no habían sacudido España todavía. Es sorprendente ver cómo los políticos de hoy son tan corruptos como los del siglo XVI y siguen, además, sus mismas tácticas.

10) F.P.- ¿Nos puedes adelantar algo sobre tu nuevo proyecto literario? ¿Vas a dar un nuevo salto en el tiempo o te vas a centrar en los períodos históricos con los que te sientes más identificados para novelar?

T.P. Sí, mi próxima novela vuelve a ser un cambio de registro histórico, incluso en cierto modo literario, porque por primera vez he escrito un thriller histórico. Ya está entregado a la editorial, aunque de momento no hay fecha de publicación. Lo único que te puedo adelantar sin que en la editorial me destierren es que la historia se desarrolla en el siglo I.

11)F.P.- Gracias por darnos a conocer un poco más sobre la figura de El duque de Lerma. Y espero que El trono de barro siga la misma senda de éxito que tus anteriores publicaciones.

T.P.-Gracias a ti por tratarme tan bien y seguir todos mis trabajos. Un abrazo para ti y todos tus lectores.

Nota.-Biografía tomada de la web de la editorial. Imágenes que acompañan a la entrevista tomadas de google imágenes.