Sumergido en...(5-2016)

Empezamos la primera semana del mes de febrero. En cuanto a lecturas se refiere, ayer domingo terminé la lectura de la novela Yo también fui Jack el Destripador, de Fernando García Calderón. Una magnífica novela, de lectura pausada para degustarla como una buena comida, que rebosa metaliteratura por sus páginas y nos invita a visitar Londres de tal forma que, como bien dice Marisa G. en su reseña, parece que la estamos viendo en 3D. 

Hoy lunes cambio de registro y me voy con un autor del quien ya tenía ganas de volver a disfrutar con su narrativa, y es que Pedro Feijoo fue todo un gran descubrimiento tras el éxito cosechado por su novela Los hijos del mar, con la que disfruté mucho durante su lectura. 

Y resulta que Pedro Feijoo nos sorprende con una novela de humor. Y, como veo que está gustando esta dantesca historia que contiene, pues me dije que era un buen momento para leerla.

Sinopsis: 

Con su permiso voy a introducir un argumento: cuando la señora Chismes, vecina del segundo derecha, llamó a mi puerta, yo pensé que lo que venía buscando era mi amor. O un poco de sal… Pero por lo visto el asunto no iba por ahí. En lugar del deseo ardiente de verme en ropa interior, lo que aquella mujer traía en la cabeza eran dos cosas bien distintas: demasiada colonia barata, y la intención de implicarme en el mayor robo del siglo.

Lo que estoy a punto de compartir con ustedes es la disparatada aventura de una serie de supervivientes de este tiempo cruel, personajes sin oficio ni beneficio conocido, desesperados y, para mayor complicación, incapaces de sumar entre todos ellos una única neurona útil…(352 pág., rústica con solapas).

Y, si no hay novedad, espero finalizar la semana con la lectura de El octógono de Candiá, de Jacobo Otero Moraña. Una novela de corte erótico pero con un claro trasfondo mitológico. Fui lector cero de esta novela y me gustó el planteamiento de la misma. 

Sinopsis: 

 Maihol es el mejor arquitecto de su tiempo. Él y su hijo son contratados por el monarca de Candiá, quien desea construir en su isla el más grandioso de los palacios. Pero lo que parecía un encargo normal, poco a poco empieza a convertirse en otra cosa. Nada en ese lugar es lo que parece. Los protagonistas se ven inmersos en un juego de pasiones incontroladas, como si una extraña fuerza diabólica habitase aquel paraje y a la mayor parte de sus pobladores. Y es que a veces, se deben dejar de lado los compromisos en favor de aquello que nos dicta la razón, aunque suponga traicionar la palabra dada. De lo contrario, uno puede acabar perdiéndolo todo, incluso aquello que más quiere. Por eso, solo un ser tan especial como Maihol es capaz de enfrentase al mito y reescribir la Historia.(146 pág., rústica). 

A lo largo de esta semana, daré a conocer quien es el afortunado o afortunada en llevarse el ejemplar de la novela Lo que dicen los dioses, de Alberto Ávila Salazar. 

Y la frase sobre la lectura de esta semana: 

"Uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído"

(Jorge Luis Borges)

¡Felices Lecturas!