Lo que dicen los dioses, de Alberto Ávila Salazar

Datos técnicos:

Título: Lo que dicen los dioses

Autor: Alberto Ávila Salazar

Editorial: Versátil

1ª Edición: 8/06/15

Encuadernación: Rústica con solapas

ISBN: 978-84-943582-3-4

Nº páginas: 224

Sinopsis:

Dicen que el tiempo lo cura todo, pero no es verdad, hay crímenes que son demasiado terribles.Lo que dicen los dioses trata de uno de estos crímenes que parecen destinados a obsesionar a las generaciones venideras.

En el Madrid de los años cuarenta, un carnicero emprende una brutal carrera asesina. Introvertido y seco, pero respetado y buen trabajador, alberga terribles fantasías morbosas. Varios años después un comisario de policía y una extraña médium, al rescatar del olvido aquel asunto, quedan trágicamente atrapados en él. Han visto más de lo que podían soportar y algo en ellos se ha roto, su mirada perderá toda inocencia. En 1975 una joven periodista vuelve a exhumar aquellos crímenes y descubre que detrás de ellos hay mucho más de lo que parece. Con el paso del tiempo se darán cuenta de que se enfrentan a un crimen cuya solución siempre es esquiva.

Opinión Personal:

Creo que la mayoría de quienes hemos leído Lo que dicen los dioses coincidimos en la originalidad de la misma, no solo porque junto con los rasgos propios de una novela negra al uso nos encontramos en ella con elementos de una novela de terror con claros tintes góticos, sino también por la distinta perspectiva que se nos ofrece de una ciudad como Madrid, ya que el lector se encontrará con una ambientación que se le hará extraña y que le costará hacerse a la idea de que realmente los escenarios principales de esta novela están ubicados en la capital de nuestro país. De esta forma, Alberto Ávila Salazar logra crear que esa atmósfera sobrenatural surta su efecto sobre el lector. Y creo que en consonancia con lo que acabo de comentar está, sin duda alguna, la portada, con esa imagen espectral de la diosa Cibeles, que atrae la atención del lector y hace ya que nos preguntemos por qué se nos presenta esta divinidad de una forma tan distinta a esa imagen que de ella tenemos en nuestra retina.

Sin duda, uno de los grandes aciertos del autor es desarrollar la trama presentándonos los hechos que se suceden en tres líneas argumentales que se van alternando a lo largo de las cuatro grandes partes tituladas en las que se divide la novela. Aunque no lo hace de forma correlativa, sino que atrae nuestra atención ubicándonos en el año 1954 al presentarnos a la médium Serena Conti que, paseando por la calle Héroes del 10 de Agosto, experimenta percepciones paranormales, lo que hace que se ponga en contacto con el comisario Roberto Iríbar, con quien ya había colaborado en otras ocasiones. Y así es cómo, a partir de este momento, vamos a retroceder a la década de los años 40, época en la que un carnicero había cometido unos horrendos crímenes asesinando a cinco niñas. La tercera línea temporal nos lleva a 1975 en donde vemos cómo la periodista Mariana Salgado, que trabaja en una pequeña revista sobre temas paranormales, Arcturus, se interesa por este suceso.

                                                                                                                           (Templo de Debod-Madrid)

Mientras iban sucediéndose las escenas, me preguntaba por qué el autor me trasladaba en algunos episodios de la novela a México D. F., si lo que realmente interesaba estaba ocurriendo en Madrid. Pero a medida que se acercaba el desenlace de la novela, estaba claro que de esta forma Alberto Ávila me invitaba a ver qué hacía el carnicero en la capital mejicana una vez que se fugó de España tras cometer los asesinatos, y que, de una forma u otra, me estaba diciendo que allí iba a ocurrir algún hecho con la figura de este personaje como protagonista. Sin embargo, el lector se va a encontrar con una ambientación en la que más bien dominan los espacios cerrados sobre los abiertos, como suele ser habitual en este tipo de novelas, para que así los personajes se rodeen de esa atmósfera de misterio y terror. La carnicería a la que acceden la médium Serena Conti y el comisario Roberto Iríbar y el inmueble ubicado en la calle Lagasca serán los escenarios donde tengan lugar esas escenas sobrenaturales magníficamente descritas y que tanto aterrarán a los personajes que se deciden a adentrar en estos locales en los que el vecindario dice que ocurren fenómenos extraños.

Sin duda, creo que el fuerte de Lo que cuentan los dioses está en los personajes que, para la extensión que tiene la novela, están perfectamente perfilados y a quienes iremos conociendo en profundidad a medida que avanzamos en la lectura. Cuatro de ellos son los que llevan el peso de la trama: el carnicero Rosendo Márquez, la médium Serena Conti, el comisario Roberto Iríbar y la periodista Mariana Salgado. Nos encontraremos con algunos secundarios como Amancio, Adrián, el periodista que trabajaba en Pueblo o Carlota, la esposa del socio de Rosendo Márquez en México D. F., sin olvidarnos de los espectros de las cinco niñas asesinadas, y de la diosa Cibeles, omnipresente en toda la novela.

Lo que cuentan los dioses es una novela escrita con un lenguaje sencillo, diría que coloquial, de lectura fluida y en la que Alberto Ávila nos presenta a Madrid como una ciudad en la que conviven tres mundos distintos: el mundo de los dioses, el de lo sobrenatural y el de lo humano. Estos últimos verán cómo sus vidas se verán afectadas por lo divino y lo sobrehumano.

Biografía:

Alberto Ávila nació en Madrid en 1975 y es licenciado en Derecho. Ganó el IX Premio de Arte Joven de la Comunidad de Madrid por la novela Todo lo que se ve (Lengua de Trapo, 2006). Ha colaborado en varios ensayos colectivos como Cuadernos del abismo. Homenaje a H.P. Lovecraft (Literaturas.com, 2008), De Galatea a Barbie. Autómatas, robots y otras figuras de la construcción femenina (Lengua de Trapo, 2010) y De Prometeo a Frankenstein. Autómatas, Ciborgs y otras creaciones más que humanas (Evohé, 2012). Dirigió junto a Guido Vincenzini el cortometraje Antes del fin (2012), ha colaborado con medios como el diario El País, la revista Esquire (ed. México) o El Estado Mental. Su primer poemario, El color y la forma (Sediento, 2014), ha sido recientemente publicado en México.

Nota: Datos técnicos, sinopsis, biografía del autor, así como fotografía de Alberto Ávila, tomados de la web de la editorial. Imagen del Templo de Debod tomado de google imágenes.