Hoy
os traigo una entrevista muy especial para mi. Una entrevista a un hombre
entrañable, muy querido por quienes le conocen y están a su alrededor. Un
caminante incansable, a la antigua usanza, con su mochila a la espalda y
preparado siempre para recorrer nuevas sendas y disfrutar del paisaje que le
rodea así como de las gentes con las que se para a habar y aprender algo de
ellas, de sus costumbres, de su hospitalidad, de sus sueños.
Andrés Ferrer
Taberner ha realizado en solitario todos los caminos de España que van hacia
Poniente. Caminante impenitente, el autor del libro De árboles, nubes y sueños. El
caminar de un peregrino a Santiago ha
participado y organizado ciclos culturales en la montaña, aunando el senderismo
con el conocimiento, en línea con la Institución Libre de Enseñanza. Ha sido,
además, profesor de Historia del Arte y se define como un «poeta del
pensamiento libre, un gran observador y divulgador que investiga, explora y
transmite con ilusión, describiendo todo aquello que ve, más allá de la mirada,
convirtiendo al lector en compañero cómplice de sus andanzas entre nubes y
montañas».
De árboles, nubes y
sueños es una suerte de ‘road movie’ novelada, iconoclasta, irreverente,
lírica, épica y libre como su autor. Difícil de clasificar, al no sujetarse a
género alguno, salta de la historia a la comedia, de la geografía a la poesía y
del arte al relato, pasando por el ensayo.
Sinopsis:
Esta obra es capaz de
sumergirnos en un relato que nos llevará a lugares y paisajes que sólo se
pueden vivir andando, por el Camino de Santiago o por cualquier otro camino de
la geografía de este país que se abra en el horizonte. Un caudal de
experiencias viajeras desgranadas en una crónica de imágenes llenas de afectos
y risas, esfuerzo y vida.
Es ésta una suerte de roadmovie novelada, iconoclasta, irreverente,
lírica, épica y libro como su autor. Deliciosamente incorrecta y difícil de
clasificar al no sujetarse a género alguno, más bien cimbrea, muta y salta, en
insolente vodevil, desde la historia a la comedia, de la geografía a la poesía
y del arte al relato pasando por el ensayo. Todo ello sin perder un ápice de
interés para quien decida iniciar este gran viaje caminando.
De recomendable lectura
para todo aquél que hizo, hace o hará el Camino de Santiago. Y especialmente
para quien no quiere hacerlo sino desde su imaginación, un camino que le
trasnportará a un espacio de emociones del que no deseará volver hasta no haber
llegado al final.
Título:
De árboles, nubes y sueños
Autor:
Andrés Ferrer Taberner
Editorial:
Carena Editors
Primera
edición, 2012
Encuadernación
rústica con solapas
Nº
páginas: 368
ISBN: 9788492932573
Vamos a hablar con él de El
Camino Francés. Sus experiencias vividas en ese largo trayecto hasta el Campus
Stellae aparecen plasmadas en el libro del que hoy nos va a hablar. Al
final de la entrevista escribiré una pequeña semblanza sobre esta ruta, la más
antigua de las que conducen a los peregrinos que van a visitar al Apóstol
Santiago.
El Camino
Francés es el itinerario jacobeo con mayor tradición histórica y el más
reconocido internacionalmente. Su trazado a través del norte da Península
Ibérica se fijó a finales de el s. XI, gracias a la labor constructiva y de
promoción de monarcas como Sancho III el Mayor y Sancho Ramírez de Navarra y
Aragón, así como de Alfonso VI y sus sucesores.
Esta ruta peregrina adquiere un trazado preciso en Francia a
través de las cuatro vías principales ya descritas en el Codex Calixtinus. Tres
de estas rutas (París-Tours, Vézelay-Limoges y Le Puy-Conques) entran en España
por Roncesvalles, en Navarra, mientras la cuarta (Arles-Toulouse) entra por el
puerto de Somport y continúa hasta Jaca, en tierras de Aragón. El itinerario de
Roncesvalles, que cruza la ciudad de Pamplona, se une con el aragonés en Puente
La Reina (Navarra).
Desde Puente La Reina, el Camino Francés mantiene un único
itinerario que atraviesa localidades y ciudades del norte de España tan
significativas como Estella, Logroño, Santo Domingo de la Calzada, Burgos,
Castrojeriz, Frómista, Carrión de los Condes, Sahagún, León, Astorga,
Ponferrada y Villafranca del Bierzo, adentrándose en Galicia a
través de O Cebreiro, Portomarín, Palas de Rey y Santiago de Compostela.
En León, algunos peregrinos optan por desviarse hacia Oviedo
(Asturias), para seguir el camino de visita a San Salvador ; así rezaba el dicho ya en la Edad
Media: Quien va a Santiago y
no a San Salvador honra al criado y olvida al Señor. Retomar el Camino
Francés lleva al peregrino a La Virgen del Camino, donde los romeros pueden
rendir culto a la imagen homónima, patrona del Reino de León
1.- De árboles, nubes y sueños. Es el
título de su libro pero ¿pueden ser estas tres palabras el resumen de su
experiencia tras haber hecho a pie el Camino de Santiago?
A. F. T.-Para mí, desde luego. Cuando di con ellas y las combiné supe que resumían mi viaje y mi
estado de animo en él. Tanto los árboles como las nubes y los sueños -los míos,
naturalmente- fueron el hilo conductor de mi andadura. Los duendecillos que
mantenían mi corazón e imaginación despiertos y atentos a los prodigios de un
viaje tan increíble como es hacer el Camino de Santiago andando. Roncesvalles
2.- Don Vicente Blasco
Ibáñez era también un gran viajero. ¿Ha influido en su afición las impresiones
que nos dejó plasmadas de sus viajes el gran escritor valenciano?
A. F. T.- No. Quien
más ha influido en mí, en la manera de sentir el paisaje al menos, ha sido la
generación del 98, muy especialmente Antonio Machado. En cuanto a mi forma de
relacionarme con las personas a lo largo del Camino -tanto con mis compañeros como
con
los lugarenos cuyo trato frecuentaba -, ha sido el cine de Luis García
Berlanga el que me ha marcado su impronta desde la infancia. Ahí sí que me
siento muy valenciano. En mi manera de relacionarme con el prójimo suelo echar
mano de un análisis irónico crítico y cariñoso a la vez, rasgo berlanganiano
como pocos. El humor es una herramienta muy útil para conocer de verdad a la
gente. Y sobre todo a uno mismo.
3.-
¿Por qué eligió el Camino Francés?. Puente la Reina
A.
F. T.- Porque es la ruta jacobea por excelencia, tanto por razones históricas
como culturales en general. Además del Camino Primitivo (el que parte de
Oviedo), por supuesto.
4.-
Se define su libro como una obra iconoclasta, irreverente, lírica y épica. ¿Su
autor se puede definir también de esta forma?.
A. F. T.-Yo diría que
sí. Tengo una visión sobre la vida muy poética e irónica a la vez. Tanto que
puedo incurrir en algún que otro exceso al respecto.
5.-
¿El viajero mira el Camino de Santiago de una forma distinta al Peregrino?
A.
F. T.- Sí. Su punto de vista es más amplio. El viajero tiene la obligación de
aportar una visión más amplia y universal. Y sobre todo más literaria.
6.-
Un viajero se fija en todo lo que ve. ¿Qué fue lo que más le llamó la atención
a lo largo de su recorrido?
A. F. T.- Pues en el
control casi absoluto que tiene el paisaje en el estado de ánimo. Pesa mucho en
las alegrías o penas del caminante. Incluso modela el propio monólogo que
interiormente va manteniendo éste en sus largos ratos de soledad.
Catedral de Burgos
7.-
Dice del Camino de Santiago que es un espacio de emociones
del que no deseará volver hasta no haber llegado al final. ¿Tiene tanto embrujo
como para hacer que uno siga hasta el último kilómetro aunque le falten las
fuerzas?
A. F. T.- Sí, porque es
un espacio de plena libertad en donde el viajero se desplaza en tres
direcciones a la vez: en el geográfico, en el temporal (recorrido histórico y
artístico) y en el personal (a través de los propios sentimientos y
pensamientos que el Camino le va despertando). Por tanto, el peregrino o
caminante se sentirá impulsado por esa energía interna que alberga el ser
humano cuando está motivado o ilusionado de verdad y que es capaz de abordar
cualquier empresa. Porque al final el Camino de Santiago es un sueño que hacen
realidad los pies a fuerza de voluntad y convencimiento. Si el caminante a
Santiago goza de esa energía, una ampolla en el pie -por muy mala pinta que
tenga- le dará risa, puesto que la verá como una simple burbuja de aire
adherida a su piel. En cambio, si carece de ese impulso del que hablo, una
ampolla se le antojará tan dramática como una gangrena gaseosa al menos. Y
abandonará. Al final, como casi todo en la vida, es cuestión de carácter.
8.- Y la acogida al
viajero ¿Varía mucho de una Comunidad a otra?.
A. F. T.- No noté
diferencia alguna. España sigue siendo hospitalaria en cualquier rincón, sea
jacobeo o no.
9. - ¿Qué sintió al
llegar a la Plaza del Obradoiro?
A. F. T.- Lo mismo
que se siente en una noche de amor largamente acariciada: Un gran subidón y a
la vez una paz indecible. Y también ganas de repetir, claro.
10.- Lleva ya
recorrido medio orbe a pie o en bici. ¿Aún le quedan fuerzas para seguir
disfrutando de su gran afición? Belorado
A. F. T.- Bueno, lo
de medio orbe es muy exagerado, ya quisiera yo. Lo que sí puedo decir es que
cada paso dado por mis piernas ha sido a conciencia, sintiendo el camino tanto
en mis pies como en mi mente y corazón; ese debe ser el poso de los viajes
andando.
11.- Después de la
experiencia de haber publicado De árboles, nubes y sueños piensa plasmar
sus reflexiones sobre alguno de los viajes que realizó en algún otro libro?.
A. F. T.- Mi próximo
libro será de relatos cortos. Pero seguro que en un futuro no muy lejano habrá
otro de narrativa de viajes.
12.-
Quiero agradecer a este viajero incansable el hecho de haberme permitido dar a
conocer a los que visitan mi blog sus experiencias.
A F. T.- Soy yo el que
le agradezco la oportunidad que me ha brindado aquí para hablar sobre mi libro.
Fuentes:
www.libreríadesnivel.com, www.arteguías.com, prensa.SGAE.es, www.grance.com, wikipedia.