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lunes, 30 de abril de 2012

Lectura conjunta Libros que voy leyendo

 Libros que voy leyendo sortea tres ejemplares de la novela Secreto de Hermanas, de la escritora Belinda Alexandra así como lectura conjunta de la misma. El sorteo comienza hoy 30 de Abril y finalizará el 20 de Mayo de 2012.



El cuarto poder: El escándalo Watergate



Richard Nixon
El cuarto poder siempre es un término por el que se conoce a los medios de comunicación y su influencia en la vida cotidiana de la sociedad. Sin ellos la gente no se enteraría de lo que sucede en otras partes del mundo, en su mismo país, y hasta en su misma ciudad. Es el periodismo.

Hay películas relacionadas con esta denominación. En ellas, en se suele poner en tela de juicio la profesionalidad de los periodistas. Una de ellas es la protagonizada por Humphrey Bogart, titulada así, El cuarto poder, cuya trama gira en torno a Ed Hutcheson, un editor de un conocido periódico de Nueva York que está a punto de cerrar. Antes de que esto ocurra, Ed decide sacar un bombazo en la prensa y no es otro que los trapos sucios de un mafioso. Airear cierto tipo de temas no le traerá tranquilidad, precisamente.

El escándalo político llamado Watergate salió a la luz en 1972 y afectaba directamente al Presidente y a sus consejeros más cercanos. La prensa reveló que Nixon y sus allegados no sólo realizaron un robo en la sede del Comité Nacional del Partido Demócrata, sino que también estaban implicados en crímenes, abusos, fraude, espionaje político, sabotaje y escuchas ilegales a gran escala, entre otros delitos.

Una película, Todos los hombres del presidente dirigida en 1976 por Alan J. Pakula y protagonizada por Robert Redford, Dustin Hoffman, Jack Warden, Jason Robards, Martin Balsam, Hal Holbrook y Jane Alexander en los papeles principales.
 
Está basada en el libro homónimo de Bob Woodward y Carl Bernstein, publicado en 1974, que relata la historia de la investigación periodística que condujo al famoso escándalo de "Watergate", que obligó a Richard Nixon a dimitir como presidente de los Estados Unidos.

En 2010 fue incluida entre los filmes que preserva el National Film Registry de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, por ser considerada «cultural, histórica, o estéticamente significativa».
Dustin Hoffman y Robert Redford encarnan a los periodistas del Washington Post, Carl Bernstein (Dustin Hoffman) y Bob Woodward, que investigan un asunto de carácter político que aparentemente tiene poca importancia. Al ver que renombrados abogados están trabajando en el caso, se dan cuenta de que detrás de todo ello puede haber algo mucho más importante. Intensifican sus averiguaciones siguiendo todas las pistas que se van abriendo ante ellos, hasta que consiguen la colaboración de un confidente. Al final destapan un asunto sucio que implica a la Casa Blanca, y con ello al mismo presidente de la nación.


 La trama no se limita a los eventos políticos ocurridos durante el Escándalo Watergate y abarca también las discusiones de los periodistas con sus jefes del Washington Post sobre la forma en que deben tratar las noticias, las implicancias de revelar graves actos ilegales de los asesores presidenciales, y las peripecias vividas por Bernstein y Woodward para sustentar sus reportes y artículos.

A diferencia del libro, la película en sí sólo cubre los primeros siete meses del escándalo de Watergate, desde el momento de la incursión en el Edificio Watergate (julio de 1972) hasta la toma de posesión de Richard Nixon el 20 de enero de 1973. Mientras tanto, el libro cubre los sucesos desde la incursión al Edificio Watergate hasta junio de 1973, cuando se revela la existencia de un sistema de grabaciones secretas dentro de la Casa Blanca en abril de 1973.

Todos los hombres del presidente es una verdadera joya del periodismo de investigación. Dustin Hoffman y Robert Redford realizan un trabajo excelente interpretando a estos dos periodistas, audaces y valientes, que destapan una olla, que era nada menos que la olla del país más poderoso del mundo. Y ya sabemos cuáles fueron sus consecuencias.  Ambos actores realizaron un gran papel, como era de esperar. 

Buen cine, sin lugar a dudas, que gusta recordarlo de vez en cuando. Son películas que merecen tener un lugar especial en nuestra filmoteca particular. 

Y para complementar esta película podría visionarse la dirigida por Oliver Stone, Nixon, en la que un magistral Anthony Hopkins en el papel principal, el director nos cuenta la historia del 37° presidente de los Estados Unidos (20 de enero de 1969 - 9 de agosto de 1974). Relata su vida desde la niñez, su carrera política, hasta su dimisión como consecuencia del escándalo Watergate.


La película no es una apología del estadista pero tampoco omite sus importantes proyecciones como actor político.  Deja ver los serios problemas de Nixon -y su esposa Pat- con el alcohol, pero no lo retrata como un ebrio descontrolado.  Muestra su lado más desquiciado y su sed de poder, pero también sus alegrías como padre y marido, el dolor de perder a sus hermanos y a su madre, su tristeza al saberse solo. Finalmente uno termina comprendiendo más al sujeto y menos al presidente, congraciándose con el hombre y repudiando a la figura pública, involucrada en intrincadas redes de corrupción y actos ilegales.


Fuentes: www.decine21.es, www.canalhisoria.es, cine.mysofá.es, www.lunasazules.com

domingo, 29 de abril de 2012

HITCHCOCK, EL GENIO


Hoy toca rendirle mi pequeño homenaje al gran director de cine, maestro de maestros, sir Alfred Hichcok. El nombre de mi blog, Un Lector Indiscreto se me ocurrió por su mítica película, y para mi modesto entender, una de las mejores, La ventana indiscreta, con James Stewart y Grace Kelly, dos de sus actores favoritos con los que trabajaría en varias películas.

Precisamente, en la presentación de mi blog digo que un lector es como James Stewart que, en la famosa película, para escapar al tedio de su convalecencia, observaba meticulosamente la vida de sus vecinos. Con los libros pasa lo mismo, pues“me voy enterando de lo que en ellos sus autores me cuentan. Así, irán desfilando, personajes legendarios, reales o imaginarios, gente de toda condición social, acontecimientos históricos que influirán de uno u otro modo en el devenir de la Humanidad. Sentimientos, emociones, celos, alegrías, tristezas, todo lo que conforma la condición humana y que, aunque sean de una u otra época, bien pueden darse en nuestros días, porque las costumbres sociales van evolucionando con el tiempo pero lo que es universal, lo que no cambia, son las sensaciones que experimentan los protagonistas, con las cuales nos sentiremos, en la gran mayoría de las ocasiones, identificados.

Alfred Joseph Hitchcock nació el 13 de agosto de 1899 en Leytonstone (Inglaterra), hijo menor de Emma y William Hitchcock, matrimonio de clase media que se dedicaba a al comercio de verduras. Su estricta educación católica, unida a su aspecto algo grueso, hizo que el pequeño Alfred fuera un niño tímido y apocado, elementos de su personalidad que lo acompañarían durante toda su vida. Fue educado en colegios católicos, estudiando desde 1910 con los jesuitas en el St. Ignatius College de Londres.

Debido a la muerte de su padre tuvo que abandonar el colegio en 1915 para comenzar a trabajar en la Compañía telegráfica Henley. Hitchcock siempre fue un ávido admirador de Charles Dickens y Edgar Allan Poe y un amante del cine, especialmente tras haber visto "El nacimiento de una nación" de David Wark Griffith.
Fue en esta época cuando el joven Alfred comenzó a apasionarse por el mundo del cine, consiguiendo su primer trabajo relacionado con la industria fílmica al ingresar en 1920 como diseñador de rótulos para la Famous Players Lasky de la Paramount.
  
Fue con “El Enemigo De Las Rubias (The Lodger)” (1927) cuando Hitchcock comenzó a plasmar su verdadero estilo cinematográfico, manejando con maestría el suspense con el protagonismo principal de Ivor Novello, una gran estrella del cine británico de la época. En la película también ofrecía su primer cameo, un hecho característico en casi todos sus trabajos posteriores. 

En la Famous Players Lasky conoció a Alma Reville, que trabajaba como montadora, y con la que se casaría en 1926. Alma fue ayudante de dirección y guionista de varias películas de su marido.

Su primera película completamente acabada: El jardín de la alegría, una coproducción germano-británica que se haría muy popular. Poco después, el realizador londinense dirigió la primera película de cine sonoro de Inglaterra: Blackmail, en 1929. Durante el rodaje, recibió la visita sorpresiva de Isabel Bowes-Lyon, duquesa de York, quien sería la madre de la actual monarca. 

Con películas como Asesinato, El hombre que sabía demasiado y, sobre todo, 39 escalones se convirtió en todo un emblema del nuevo cine internacional británico. Luego vendría su salto a Hollywood visitando, junto a su familia,  Nueva York en 1937  para entrevistarse con David O. Selznick, productor de Lo que el viento se llevó. Las condiciones del productor convencieron a Hitchcock y se trasladó junto a su familia a Estados Unidos en 1939.


En “Sospecha” coincidió por primera vez con Cary Grant, y en “La Soga” con James Stewart, sus dos actores favoritos que volvió a utilizar con frecuencia a lo largo de su carrera.

 
Actrices que interpretaron películas con el genial director fueron sus míticas rubias Ingrid Bergman, que en 1948 deja de actuar con Hichcok para trabajar con Roberto Rosellini. Con ella rodó Encadenados , protagonizada con Cary Grant y Spellbound  acompañada de Gregory Peck como actor principal.  Su nueva musa, Grace Kelly, a la que dirigió en La ventana indiscreta, coprotagonizada por James Stewart, Crimen perfecto con Ray Milland, y Atrapa a un ladrón , con Cary Grant. La boda de su "musa" con el príncipe Rainiero III de Mónaco y su retirada del cine, hicieron que su salud empeorase momentáneamente.

Alfred Hitchcock siempre procuraba escoger para sus películas actores y actrices ya conocidos por alguna faceta, ya fuera la de la sensualidad, la simpatía o la seducción, pensando que así el papel quedaba más fácilmente definido desde el principio.

A mediados de la década de los 50 también se estrenó con gran éxito una serie de televisión llamada “Alfred Hitchcock Presenta” (1955), una serie en la cual presentaba él mismo unas historias cortas en la línea de sus películas. con episodios de misterio y suspense dirigidos por gente como William Witney, Sydney Pollack, Ida Lupino, Robert Stevenson, Robert Altman, William Friedkin o Arthur Hiller. Cada episodio se iniciaba con la silueta del maestro del cine de suspense y los compases de "Marcha Fúnebre para una Marioneta" de Gounod.


 En 1958 recibió varios premios: el Globo de Oro a la mejor serie de televisión y la Concha de Plata en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián por "Vértigo (De entre los muertos)"  protagonizada por James Stewart y Kim Novak. Por desgracia, ese mismo año le diagnosticaron un cáncer a su mujer, lo que le afectó profundamente.

Característica común a muchas de sus películas fue el reservarse en ellas una breve aparición (cameo), siempre sin diálogo. Estas breves apariciones se convirtieron en la firma particular que Hitchcock introducía en todas su películas. Paulatinamente, fue situando dichas apariciones cada vez más próximas al inicio de la película, porque, tal como le contó a François Truffaut el público sabía que dicha aparición se produciría y esto causaba un efecto de distracción con respecto al desarrollo del film.


Su preocupación era encontrar un estilo narrativo propio, para lo cual descubrió nuevas posibilidades expresivas en el montaje, en los movimientos de cámara y en el empleo de la luz. Lo suyo era el arte de la cámara: su enorme dominio de la imagen, a nivel persuasivo y sentimental, hacía que el público se identificara con sus historias y con sus personajes y convertía en verosímiles la fantasía y el misterio, las situaciones extrañas y originales con que vestía la realidad. Su extraordinaria narrativa cinematográfica llevaba al público a vivir apasionadamente lo que sucedía en la pantalla.

Hitchcok, un maestro del cine, un genio del suspense. Películas inolvidables como Vértigo, Psicosis, Los pájaros, Cortina rasgada O Frenesí dan fe de ello.

El 29 de abril de 1980, uno de los grandes autores cinematográficos de todos los tiempos, falleció a la edad de 80 años. Su epitafio: “Esto es lo que le pasa a los chicos malos”.

Les dejo con este documento sonoro en el que el propio Hickcok nos habla sobre su película La ventana indiscreta.


 Fuentes: www.biografíasyvidas.com,  www.alohacriticon.com, www.cinefania.com, wikipedia, You Tube

miércoles, 25 de abril de 2012

Emilio Salgari, El Tigre de Malasia





 




















 
Quiero rendir mi pequeño homenaje a este escritor que fue uno de los que más influyeron en mí a la hora de aficionarme a la lectura. Recuerdo que, cuando estudiaba bachillerato, en mis ratos libres me iba a la biblioteca del colegio a buscar sus novelas y enfrascarme en las aventuras de El tigre de Malasia, Sandokán, y sus inseparables compañeros Yáñez o Tremal-naik.

Emilio Salgari nació en Verona el 21 de agosto de 1862 en el seno de una familia de pequeños comerciantes. Desde chico quiso ser marino. Su experiencia como marino parece haberse limitado a unos pocos viajes de aprendizaje en un navío escuela, y un viaje posterior, probablemente como pasajero, en el barco mercante Italia Una, que navegó durante tres meses por el Adriático, atracando en el puerto de Brindisi. No hay evidencia alguna de que realizase más viajes, aunque el propio autor así lo afirma en su autobiografía, declarando que muchos de sus personajes están basados en personas reales que conoció en su vida como marino. Salgari se daba a sí mismo el título de «capitán» e incluso firmó con él algunas de sus obras. 

Vuelto a Verona se dedicó al periodismo, actividad por la cual pasó pronto a la literatura novelesca. Comenzó a escribir, por pasión y por necesidad. Se ató a contratos miserables que explotaban su genio y que apenas le daban para mantener a su familia. Eran historias de aventuras, con héroes románticos y audaces que hacían todo lo que su autor no podía realizar: luchaban por ideales, en medio de las selvas y el mar, en paisajes exóticos poblados de animales salvajes.

Comenzó a trabajar como cronista en un diario y se casó con Ida Peruzzi, el gran amor de su vida, con la que tuvo cuatro hijos. Sus libros alcanzaron un enorme éxito en Europa y América, y sin embargo Salgari jamás pudo escapar al fantasma de la miseria. Padeció el dolor de ver cómo su esposa enfermaba de locura y debió internarla en un hospital público.

Su vida personal y familiar acabó llena de calamidades que lo acorralaron en la desesperación y en ese último gesto de gallardía biográfica que, aunque a alguien pueda parecerle lo contrario, es de una radical coherencia con el carácter vitalista, intrépido, colorista y apasionadamente juvenil de sus libros y sus personajes.

Sus primeras producciones literarias fueron pequeñas composiciones líricas, relatos breves y memorias, pero un año después se inició en la novela con I selvaggi della Papuasia (1883), publicada por entregas en el periódico milanés La valigia.
 
También en 1883 se inició en el periódico veronés La Nuova Arena la publicación de su primera novela, Tay-See, que vería después la luz como volumen independiente con el título de La rosa del Dong-Giang. En octubre del mismo año comenzó a publicarse El tigre de Malasia, primera versión de la novela inaugural del ciclo de Sandokán, que se editaría posteriormente con el título de Los tigres de Mompracem, con algunos cambios. La primera novela en publicarse de forma independiente fue La favorita del Mahdi, en 1887. 

Gracias al éxito de sus obras, consiguió un puesto como redactor fijo en La Nuova Arena que mantuvo hasta 1893. Por entonces tuvo lugar un curioso incidente: ofendido por haber sido llamado «mozo» en un artículo por el periodista Giuseppe Biasioli, lo desafió a duelo. Como resultado, Biasioli tuvo que ser hospitalizado y Salgari pasó seis meses en la cárcel.

En 1907 cesó su contrato con Donatdh y pasó a trabajar para la edotorial Bemporad, para la cual escribiría, hasta su muerte, en 1911, un total de diecinueve novelas. Su éxito entre el público juvenil fue creciendo, llegando algunas de sus novelas a alcanzar tiradas de 100.ooo ejemplares.
A lo largo de su prolífica carrera como escritor Salgari escribió, según su biógrafo Felice Pozzo, ochenta y cuatro novelas, y un número de relatos cortos imposible de determinar.

 Ciclo Piratas de Malasia:

El protagonista de este ciclo de 11 novelas, el más extenso de Salgari, es el pirata Sandokán, llamado «el tigre de Malasia», un príncipe de Borneo desposeído de su trono por el colonialismo británico(es digno de mención el hecho de que, en la misma época en que la narrativa de aventuras británica glorifica sin ambages su política colonialista —véase, por ejemplo, la obra de H. Rider Haggard—, Salgari hace protagonista de sus novelas a un resistente anticolonialista). Los británicos —y sobre todo el llamado «rajá blanco» de Sarawak, en Borneo, James Brooke personaje que existió realmente— son los principales enemigos del héroe, quien cuenta con el apoyo de otros personajes, como su amigo fraterno, el portugués Yáñez, o Sambigliong.

El ciclo mezcla dos líneas narrativas: la protagonizada por Sandokán y Yáñez, y otra, que comienza en la India, protagonizada por el indio Tremal-Naik y el mahrato Kammamuri (Los misterios de la jungla negra) en su lucha contra los malvados thugs, adoradores de la diosa Kali. Ambas líneas confluyen en la novela Los piratas de Malasia, convirtiéndose Tremal-Naik y Kammamuri en grandes amigos y seguidores incondicionales de Sandokán y Yáñez.

El principal personaje femenino de la serie es la amada de Sandokán, la inglesa Lady Mariana Guillonk, llamada la «Perla de Labuán», cuyo trágico final marcará la vida posterior del héroe. Más suerte en sus amoríos tiene Yáñez, quien se convierte en príncipe consorte de Assam gracias a su matrimonio con la mahrajaní Surama.

 Ciclo Corsarios del Caribe:

Este ciclo está constituido por cinco novelas. La acción se desarrolla en el Mar Caribe, durante el siglo XVII, época de esplendor de la piratería. El protagonista principal es el Corsario Negro, Emilio di Roccabruna, señor de Ventimiglia, un noble italiano que ha adoptado la piratería como método de venganza contra el flamenco Wan Guld, gobernador de Maracaibo, que había asesinado a uno de sus hermanos. Inicialmente el Corsario Negro luchó junto a sus otros dos hermanos, el Corsario Verde y el Corsario Rojo, que fueron ambos ahorcados por su adversario.

El Corsario Negro, como ocurre con frecuencia en las novelas de Salgari, se enamoró de la hija de su enemigo, Honorata de Wan Guld, con quien vivió un breve idilio. Fruto de su matrimonio fue Yolanda, protagonista de la tercera novela, junto con el antiguo lugarteniente del corsario, Morgan. En los dos últimos títulos toma el relevo en el protagonismo de la serie Enrico di Ventimiglia (Enrique de Ventimiglia), el hijo del Corsario Rojo.

Del resto de su obra cabe mencionar también Los pescadores de Trepang (1896), Los tigres de Mompracem (1901), El desquite de Sandokán (1907) o En las fronteras del Far West (1908). A pesar de que vio cómo sus libros se convertían en Italia en auténticos best-sellers y de que fue reconocido como uno de los principales renovadores de la literatura italiana para jóvenes, distintas desgracias familiares y ciertas dificultades económicas le empujaron a quitarse la vida abriéndose el vientre con un cuchillo según el rito japonés del seppuku, el 25 de abril de 1911. Dejó escritas tres cartas, dirigidas respectivamente a sus hijos, a sus editores y a los directores de los periódicos de Turín.la vida en una colina cercana a Turín.

Fuentes: www.biografíasyvidas.com, www.profesorenlinea.cl y wikipedia.

 Les dejo estas imágenes de El tigre de Malasia:


lunes, 23 de abril de 2012

El día del libro


 



Como todos los años, hoy 23 de abril, se celebra el día del libro. Hoy es el día en el que  nuestro gran compañero es  homenajeado por toda la geografía de nuestro país: firma de escritores, actos de presentación de nuevos libros, charlas, coloquios, todo lo que uno se pueda imaginar pero que tiene un denominador común: el libro. Y es costumbre desde hace ya algunos años el celebrar este acontecimiento mediante la lectura conjunta de una de las obras más destacadas de la literatura española y universal: El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, la obra cumbre del llamado «Príncipe de los Ingenios».

Pero también en este día quiero acordarme de otro genio de las letras, William Shackespeare que falleció, según el calendario juliano, un 23 de abril de 1616 y del que Víctor Hugo, desde su destierro,  llegó a decir: "Shakespeare no tiene el monumento que Inglaterra le debe". Otelo, Hamlet, Macbeth, Romeo y Julieta, El sueño de una noche de verano, etc.

Día del libro. Dos genios se unen para conmemorar su celebración: Cervantes y Shakespeare. 

Shakespeare define la gloria como «un circulo en el agua / que nunca cesa de agrandarse / hasta llegar a ser tan ancho / que se disipa en la nada...». Su amigo y rival, Ben Jonson: «Él no era de una época sino para todos los tiempos».

Día de San Jorge, de san Jordi, del libro. Mis felicitaciones a todos ellos: escritores, lectores, libreros, y editores. En especial, por supuesto, a todos los blogueros y blogueras que por nuestra blogosfera se dedican a difundir y fomentar la lectura. Hoy todos tenemos algo en común: un libro.