miércoles, 14 de octubre de 2020

Como el viento de otoño, de Teresa Cameselle.



 


 

 

 

 

 

 

 

 

Datos técnicos:


Título: Como el viento de otoño.

Autora: Teresa Cameselle.

Editorial: Libros de Seda.

1ª edición: febrero/2019.

Encuadernación: Rústica con solapas.

ISBN: 978-84-16973-41-5.

Idioma: Español.

Nº pág.: 416.



Sinopsis:


Octubre de 1934, Enma de Castro tiene veinticinco años, un título de maestra y la única ilusión de ejercer su oficio.

En una aldea gallega demasiado alejada de su Madrid natal, se enfrentará al reto de educar a sus alumnas con métodos novedosos que despertarán recelos entre los padres. También pondrá en marcha la escuela de adultas, ganándose la amistad y confianza de las mujeres.

Elías Doval, un hombre culto y refinado, señor de la aldea y también líder sindical, se convertirá en su mejor amigo, lo que desatará las habladurías. Miguel Figueirido, un campesino viudo, rudo, que adora a su hija, también se cruzará en la vida de Enma, haciendo que se replantee su decisión de no formar familia propia.

Y mientras, la II República se tambalea y nadie está preparado para lo que se avecina.

¿Conseguirá Emma superar las dificultades y ser la maestra que soñaba?



Opinión Personal:



Hacía ya casi un lustro que no me acercaba a la narrativa de la escritora mugardesa afincada en Ferrol (A Coruña), Teresa Cameselle. Pese a ello, Como el viento de otoño es la sexta novela que leo de su autoría. He de reconocer que me llevé una gratísima sorpresa al comprobar que en esta ocasión tenía entre manos una novela de ficción histórica ambientada en Galicia durante la Segunda República. Sin duda alguna, Teresa Cameselle conoce muy bien el oficio de narrar historias, porque el lector se siente cómodo con su estilo cercano y cautivador, pero al mismo tiempo sabe también cómo conseguir que muestre interés por todo lo que sucede a lo largo de los capítulos en los que se estructuran sus novelas. Y es que tienen unos ingredientes muy equilibrados, con el añadido de que uno tiene la sensación de ser un personaje más entre los que transitan por sus páginas, porque la historia relatada por el narrador de turno invita a realizar un viaje literario en el tiempo a la época en la que se desarrolla la trama.


(Playa de Esmelle-Serantes-Ferrol)

Las primeras líneas de la sinopsis y el fragmento que encabeza el cuerpo de la novela son una clara declaración de intenciones sobre los que van a ser los pilares básicos de la trama: «Con esta reforma, que es a la vez social, cultural y económica, la República tiene la intención de formar, independizar, sostener y fortalecer el alma del maestro, con el fin de que sea el alma de la escuela» (Domingo y Llopis. Citado en Las maestras de la República, pág. 60). A lo que acabo de comentar hay que añadir que Teresa Cameselle elige un período convulso pero muy atractivo para los lectores, porque la historia comienza en octubre de 1934 y continúa hasta después de las elecciones generales de febrero de 1936, período en el que se percibe que la II República se tambalea y nadie está preparado para lo que se avecina, como adelanta la sinopsis. Enma de Castro Latorre tiene 25 años y es consciente de la inquietante inestabilidad que vive el país, pero no por ello deja de preocuparse por su futuro personal. Y es que ve cumplido su sueño de ejercer como maestra y ahora le toca esperar para conseguir la ansiada plaza en la que enseñar a sus alumnos los principios pedagógicos que preconiza la Institución Libre de la Enseñanza. Recibe por fin la carta y se encuentra con el reto de que le corresponde en propiedad una escuela unitaria de niñas en la parroquia de Esmelle, en el ayuntamiento de Serantes, provincia de A Coruña.

Teresa Cameselle sabe cómo atraer la atención del lector en cada uno de los 25 capítulos más el epílogo en los que se estructura la novela. Construye una trama atractiva en la que va alternando tres subtramas que enriquecen el eje sobre el que giran, en el que el lector estará pendiente de cómo la protagonista pone en práctica la firme convicción que tiene en el método didáctico al que ya me referí en el párrafo anterior, si bien con algunas objeciones que enumera en algunas fases del desarrollo de la trama. Son tres los escenarios en los que centra su atención la voz narrativa: La adaptación de la protagonista a unas costumbres que nada tienen que ver con el modo de vida que lleva una señorita de ciudad, quien llega a un valle en el que lo único que importa son los cultivos, el clima y el ganado. Tal y como se observa la rutina en sus habitantes, da la sensación de que su ubicación geográfica ayuda a que la inestabilidad preocupante del país no les afectará, pero se podrá comprobar en varios episodios cómo esa situación convulsa también irrumpe en la parroquia de Esmelle, centrando el narrador omnisciente el foco de lo que sucede en esas fechas tanto en Enma de Castro como en Elías Doval. La tercera subtrama guarda relación con la firme decisión que toma la maestra de no formar familia, pero a medida que se suceden los capítulos me pregunté en varias ocasiones si terminaría replanteándose su determinación, por el interés que suscita la relación que mantiene con el ya mencionado Elías Doval y con Miguel Figueirido, un campesino viudo, rudo, que adora a su hija, y que también se cruzará en la vida de Enma. Sin duda alguna, el atractivo de esta subtrama está en el juego de escenas que se desarrollan entre los tres personajes.

(Hotel Restaurante El Suizo-Ferrol)
Al igual que en las novelas anteriores que leí de su autoría, el lector se volverá a encontrar con el marcado realismo con el que el narrador omnisciente describe todo lo que sucede a lo largo de los capítulos, y con la maestría con la que la autora recrea las costumbres de los habitantes que viven en la parroquia de San Juan de Esmelle. En mi caso, disfruté mucho con las escenas en las que se plasman el día a día en el rural gallego en aquella época, con el añadido de que sonreía en algunas de ellas por la reacción que mostraba la maestra en determinadas labores, porque son escenas que me resultan muy familiares, sin olvidarme de aquellas en las que el narrador omnisciente en las que muestra cómo se divierten los habitantes del valle. Sin duda alguna, el aspecto costumbrista de la trama servirá para que se observe la evolución de la protagonista y su adaptación a un modo de vida muy diferente al suyo, lo que no impedirá que esté decidida a llevar a la práctica la labor educativa no sólo a las niñas de la parroquia, sino también a los adultos, como se podrá comprobar en algunos episodios, pese a la reticencia inicial de las mujeres para asistir a una actividad que decían que nada tenía que ver con ellas. Pero este aspecto costumbrista también le servirá a Enma de Castro para que tenga la sensación de estar entre dos aguas, porque se encuentra con el trato distante que recibe en la llamada casa grande, en la que vive Elías Doval junto con su madre, doña Virtudes, una mujer de rancias costumbres. Por contra, se siente recompensada y a la par sorprendida cada vez que tiene la oportunidad de desplazarse hasta Ferrol y disfrutar de un ambiente que le resulta más familiar, ciudad a la que siempre irá acompañada por el ya mencionado Elías Doval, un hombre culto y refinado, señor de la aldea y también líder sindical, se convertirá en su mejor amigo, lo que desatará las habladurías. Si bien también la maestra disfrutará de la belleza de los  parajes que rodean a Esmelle cuando el tiempo lo permite, porque se da cuenta de que el día a día está marcado también por las inclemencias meteorológicas. El realismo se plasma también a través de los diálogos entre los personajes, porque en ellos se refleja el estrato social de cada uno; en este sentido, el lector se encontrará también con algunos vocablos y frases cortas escritas en gallego, y resaltadas en cursiva, pero que no son obstáculo alguno para comprender el contenido de la conversación entre los personajes.  
 
(Calle Real-Ferrol)
En mi modesta opinión, Teresa Cameselle construye unos personajes diría que simbólicos, porque entiendo que refleja a través de ellos lo que significó la Segunda República Española, aunque también se perciben los estratos sociales de la época. El lector se encontrará con una clara diferencia social que se manifiesta de una forma notoria en el medio rural, lo que se observa en las relaciones que mantienen los vecinos de la parroquia de San Juan de Esmelle. Estas relaciones me traían a la memoria la gran novela de Emilia Pardo Bazán, Los Pazos de Ulloa, por el trato distante que se manifiesta sobre todo con el señor de la aldea, Elías Doval, y su madre, o el párroco, don Jesús, y Enmma de Castro, la maestra, si bien ésta trata de ganarse la confianza de sus convecinos, tanto para que la tomen como una vecina más de la parroquia, como para conseguir que sientan interés por asistir a la escuela de adultos. En este sentido, atrajo mi atención la relación que se fragua de una forma muy natural entre Enma de Castro y Miguel Figueirido, sobre todo por la  personalidad muy diferente de ambos personajes, pero al mismo tiempo también me preguntaba por esa otra relación paralela que fluye entre la protagonista y Elías Doval, pese a los propósitos iniciales que manifiestan sobre la misma, así como las rumores que hay en torno a este personaje, sobre todo por Ferrol. Es en Ferrol en donde se percibe la inestabilidad política y convulsa que vive el país, y en donde queda constancia de quiénes defienden la ideología republicana, y quiénes presienten que se avecina algo para lo que nadie está preparado.

Como el viento de otoño es una novela que me supuso un gratísimo reencuentro con la narrativa de la escritora mugardesa afincada en Ferrol, Teresa Cameselle. Su estilo cercano y cautivador ayuda a que el lector disfrute de una historia en la que el narrador omnisciente relata la historia de Enma de Castro desde que obtiene su plaza en propiedad como maestra en la parroquia de San Juan de Esmelle, en el ayuntamiento de Serantes (A Coruña). El lector se encuentra con una novela que contiene una historia cargada de realismo por la que transitan personajes bien perfilados y diría que muy simbólicos, dado el período en el que se desarrolla la trama. Al mismo tiempo me resultaron muy atractivos a la par que familiares los rasgos costumbristas, aunque sin olvidarme del período convulso en el que se desarrolla la historia, porque a medida que el desenlace está próximo la voz narrativa da a entender de que no se sabe si Enma de Castro superará las dificultades y logrará ser la maestra que soñaba. El ritmo de lectura es fluido, y hay un claro equilibrio entre la narración y el diálogo, siendo éstos muy interesantes entre los tres personajes que dan mucho juego a la novela. La situación convulsa de la época da lugar a una serie de giros que atraen la atención del lector, si bien alguno tiene lugar en Esmelle, y no le deja indiferente.


Biografía:


Teresa Cameselle nació en Mugardos, A Coruña. Siendo como es una lectora voraz, lee de todo y en cualquier orden, y de la misma manera, se atreve a escribir historias de lo más variado. Después de la lectura, tiene otras dos pasiones: el cine y viajar.

En 2008 publicó su primer novela, La hija del cónsul (reseña), que ganó el Premio Talismán de novela romántica. Incansable, sigue escribiendo y de su pluma han surgido títulos como No todo fue mentira, El mapa de tus sueños (reseña) o No soy la bella durmiente (reseña). En 2015 ganó el Premio Vergara con Quimera (reseña). Si quieres saber más sobre ella y en qué está trabajando ahora, visita su página web www.teresacameselle.com.

 Nota: Datos técnicos, sinopsis  y biografía de la autora, tomados de la web de Libros de Seda. Imagen de la playa de Esmelle, tomada de la web Turismo de Galicia. Imagen del Hotel Suizo en Ferrol, tomada de la web Turismo de Galicia. Imagen de la Calle Real de Ferrol, tomada de Google.Sites. Fotografía de Teresa Cameselle, tomada de la web de La Voz de Galicia. 






5 comentarios:

  1. Conozco a Teresa Cameselle aunque solo he leído una pequeña novela suya. No me preguntes por qué no he leído más, porque tener, tengo varias novelas suyas en mi posesión. Esta en concreto no la tengo pero, por todo lo que destacas de ella, creo que sería una lectura que me gustaría, sin duda.
    No sé si has visto que ha ganado el Premio Letras del Mediterráneo con una novela ambientada en Morella (Castellón). Me parece que será esa novela la que me anime a leer.
    Un abrazo

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  2. Hola Paco, solo conozco a la autora de leer tus reseñas y posiblemente la tenga apuntada en alguna de mis listas interminables, la novela que traes hoy me llama mucho porque me gustan las novelas ambientadas en ese periodo de nuestra historia, así que me la llevo y tomaré especial nota de ella porque esta no quiero dejarla pasar. Besinos.

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  3. Pues me ha llamado mucho la atención esta novela, que me gustan mucho las historias ambientadas en esta época. Tomo nota y a ver si me estreno por fin con la autora.
    Besotes!!!

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  4. Tiene buena pinta, le echaré un ojo. Gracias Paco
    Besos

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  5. Muy interesante lo que nos cuentas de esta novela. Sin duda tanto la época como la situación, me son muy atractivas: Galicia ( que está muy de moda en las novelas este año) y II República. Una lectura muy apetecible

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