viernes, 29 de mayo de 2020

El alma en la piedra, de José Vicente Pascual.




















Datos técnicos:


Título: El alma en la piedra.
Autor: José Vicente Pascual.
Editorial: Pàmies.
1ª edición: 23/03/2020.
Encuadernación: rústica con solapas.
ISBN: 978-84-17683-69-6.
Idioma: español.
Nº pág.: 320.



Sinopsis:



Altamira, 13.000 años antes de Cristo.
El clan Tiznado se reúne en torno a la hoguera, frente a la gran cueva que los protege del mundo. Ibo Huesos de Liebre, hábil rastreador, también experto en representar imágenes en los techos y paredes del sagrado refugio, trae noticias sobre la próxima cacería: ha localizado el cubículo donde se guarecen una osa y sus dos oseznos. La joven Ojos Grises escucha encandilada el relato del cazador.
Abajo, en el valle, tribus de ancestrales adversarios del clan Tiznado esperan la menor oportunidad para acabar con sus enemigos. El destino de lucha y supervivencia está marcado, aunque Ibo Huesos de Liebre intuye que para los suyos no hay futuro sin conocimiento, sin saber quiénes son y por qué habitan en este lado de la existencia, el territorio de los Aún Vivos.
El drama de la vida, la esperanza y la muerte aguarda como siempre a unos y otros.


Opinión Personal:


«Me gustaría saber qué es lo cierto. No me gusta no saber»
Carl Sagan. Cosmos.


El alma en la piedra es la quinta novela que leo del novelista —así es presentado en la biografía— José Vicente Pascual (Madrid, 1956). También es la primera ficción histórica que leo ambientada en la Prehistoria, pese a que hubo varios títulos que atrajeron y siguen atrayendo la atención del lector, pero nunca estuve por la labor de acercarme a ninguna de ellas. Pero al comprobar quién era el autor de El alma en la piedra, tuve muy claro que no había excusa para hacer un viaje literario al Paleolítico Superior, porque el escritor madrileño afincado hace ya un tiempo en las islas afortunadas, es para mi uno de los autores de este género a tener muy en cuenta en el panorama literario nacional. Su extensa bibliografía, galardones literarios, calidad narrativa e imaginación desbordante a la hora de construir y desarrollar historias atractivas, son un claro aliciente para quienes disfrutan de la buena literatura.
(Pinturas rupestres Altamira-Cantabria)
Una imagen vale más que mil palabras, dice el adagio. El lector que se tope en las librerías físicas o tiendas online con la portada de El alma en la piedra, y es un apasionado de este género literario, se sentirá imantado por la expresión airosa que muestra el joven miembro del clan Tiznado, que porta un mazo en el brazo izquierdo y eleva ambos miembros hacia el Hogar de Todos. También comprobará que el texto que está a la altura del costado izquierdo del joven le indica una fecha y un lugar, Altamira, año 13.000 a C., acompañado de una leyenda: El clan Tiznado lucha por sobrevivir en un entorno hostil. Ese personaje bien podría ser Ibo Huesos de Liebre, entiendo que el protagonista de la novela, porque en torno a él gira la trama. Es el encargado de pintar los animales que se convertirían en sus presas en Los Cielos del Alma de de la Tribu, así como un buen rastreador, y su relación con la joven Ojos Grises atraerá la atención del lector, pese al egoísmo que muestra este personaje en alguna fase del desarrollo de la trama. Ibo Huesos de Liebre es reflexivo, porque no se preocupaba solo por vivir y durar lo máximo posible sobre el mundo, sino que se sumía en cavilaciones sobre el porqué de todo lo que les rodea y sobre ellos mismos, para lo que aprovechaba las escenas apropiadas para sus diálogos internos.

Lo que comenté hacia el final del primer párrafo de esta reseña está corroborado por la historia que relata un narrador omnisciente a lo largo de los 25 capítulos en los que se estructura la novela. Una trama que está planificada de tal forma que al lector le sucederá lo mismo que con la portada, porque se sentirá atraído por las escenas que relata la voz narrativa. El lector se encontrará con escenas sublimes, porque tal y como se describen palpa en ella la tensión, y se percibe el dinamismo y la plasticidad, al igual que se preguntará por el desenlace que les espera a los personajes que las protagonizan, porque el narrador sabe que la incertidumbre atrae a quien está pendiente de su relato, y si es acompañado por escenas inolvidables, pues miel sobre hojuelas. Pero, a pesar de que hablo de un narrador omnisciente, en todo momento tuve la sensación de que las presenciaba en primera fila —suerte la mía, aunque sabía que jugaba con ventaja porque estaba bien parapetado, y me sentía un testigo directo de la intensidad y en ocasiones dramatismo de tales escenas—, y era una voz en off quien me contaba todo lo que sucedía en la película documental, porque es su relato el que domina con mucha fuerza, dinamismo y nitidez en varias fases de la novela frente a los diálogos que mantienen los personajes. 
(Pinturas rupestres Altamira-Cantabria)
El alma en la piedra es la historia del clan Tiznado. Un clan que lleva varias generaciones instalado en una cueva a la que siente como su hogar, porque en él se cobijan al abrigo de la noche y de las alimañas que los merodean. En él se aman, cuidan a algunos de los ancianos y amamantan a los recién nacidos, o pintan a los animales que se convertirían en sus presas en la segunda cúpula de la cueva, a cuyo techo llaman Los Cielos del Alma de la Tribu. En este sentido, el lector se sorprenderá con las técnicas de pintura que seguían en el Paleolítico Superior, y el carácter cinematográfico que tiene principalmente una escena que será objeto de polémica. Para ellos este recinto es sagrado y están obligados a cumplir las leyes que se dictan, y posteriormente aprueban, salvo situaciones excepcionales en las que, sobre todo por precaución, adoptan medidas para sentirse más protegidos. Ibo Huesos de Liebre será el foco de atención del lector por las decisiones que toma, algunas discutidas, pese a que ya fue advertido por Rag el que Ve, el más anciano de todos, y el que muestra sus opiniones ante lo que hacen, ya fuera para felicitarlos o reprobarlos. En este sentido, atrajo mi atención las disputas verbales que mantenía este personaje con Agah la Cierva —quien realiza labores sanadoras, trata enfermedades con métodos rudimentarios o prepara brebajes—, porque discuten con vehemencia, pero con respeto, los problemas que surgen en el clan, sobre todo si son de índole sagrada, porque tenían la clara creencia de que La que Existe podía tomar represalias por las decisiones acordadas.

El alma en la piedra es una historia de lucha y supervivencia, porque los miembros del clan Tiznado saben que la naturaleza les da todo lo que necesitan, pero también son conscientes de que puede reclamarles lo que es suyo, y entonces tendrían que verse obligados a abandonar el cobijo que los ha acogido durante generaciones y marchar en busca de otro en el que poder acampar y pasar la noche al abrigo. Esa es su principal misión, porque tienen que cazar o pescar para alimentar a los de su clan, pero también tienen que defenderse de los animales que pueden acabar con sus vidas, o prevenir su seguridad ante un posible ataque de sus enemigos naturales, a los que llaman los rastreadores del valle, si bien opinan que son más torpes que ellos. Esa supervivencia los llevó a distribuir las labores entre todos, según las habilidades de unos y otros, y también utilizan como material de trabajo los despojos tras descuartizar los animales cazados, con los que confeccionan la vestimenta, el calzado o las herramientas y armas que emplean, sobre todo, en sus cacerías; incluso también elaboran algunos juguetes que parecen realizados en 2D, porque cuando se usan dan la sensación de movimiento. Todo lo que acabo de comentar está distribuido a lo largo de los capítulos de tal forma que el lector se familiariza con las costumbres del homo sapiens del Paleolítico Superior. Aunque el lector comprobará también cómo algunas escenas tienen un carácter simbólico, porque guardan relación con lo que acabo de comentar en las primeras líneas de este párrafo. Son escenas que provocan dramatismo en los miembros del clan, y dan lugar a una serie de giros que atraen la atención del lector, porque se preguntará cuántos infortunios les deparará, y sobre todo estará expectante ante el desenlace que les aguarda a quienes tenían como hogar la cueva de Altamira.
(Arpones Paleolítico)
Supongo que atraerá la atención del lector los nombres que menciono a lo largo de la reseña. A esta particularidad hace referencia la voz narrativa, que explica su origen en los primeros capítulos de la novela, para que se familiarice con ellos. Otro tanto ocurre con los relativos a su creencias, como lo aclara José Vicente Pascual en la Nota del Autor, que merece la pena leer tras tras finalizar esta apasionante historia, porque el lector comprenderá mejor las decisiones tomadas a la hora de desarrollar la historia. El lector se encontrará con unos personajes bien construidos, entre los que destacaría al ya mencionado Ibo Huesos de Liebre, y a los ancianos Rag el que Ve y Agah la Cierva, junto con la joven Ojos Grises, de quien conocerá su pasado, y por qué es muy celosa con el cuidado de su hermana Aún sin Nombre. No me olvido tampoco del perro negro y blanco de dientes amarillos, porque protagoniza varias escenas que sorprenderán a los cazadores y al lector, pese a los malos presagios que auguraban sus movimientos iniciales.

El lector se encontrará con una historia escrita con un lenguaje sencillo y simplificado, si bien el tiene unos diálogos mantenidos con naturalidad y soltura. Estoy seguro de que quienes disfrutan con las novelas de ficción histórica ambientadas en la Prehistoria disfrutarán con la lectura de El alma en la piedra, porque se encontrarán con una trama solvente y muy atractiva, pese a que domina la narración frente al diálogo. Pero las escenas sublimes y descripciones que realiza el narrador omnisciente, en las que la naturaleza está muy presente y recuerdan a las que realizaba el mítico Félix Rodríguez de la Fuente, son un verdadero estímulo para que el lector no sienta ese desfase mencionado entre la narración y el diálogo. La intriga que le mantiene en vilo, que se incrementa desde que se toman decisiones trascendentales para el clan, lo que le incita a estar pendiente del desenlace que se va a encontrar, sobre todo por giros que se encuentra a partir de esa determinación relevante para el devenir del clan Tiznado.



Biografía:


José Vicente Pascual (Madrid, 1956) es novelista y colaborador habitual en prensa. Ha publicado varios libros de viajes y relatos. Entre sus novelas destacan las premiadas La montaña de Taishán (1989), El capitán de plomo (1993), Palermo del cuchillo (1995), Juan Latino (1998), El país de Abel (2002), La diosa de barro (2006), Los fantasmas del Retiro (2011), Almirante en Tierra Firme (Premio Hispania de Novela Histórica 2013), La Hermandad de la Nieve (2012), Interregno (2015), Isla de Lobos (2016). Es miembro de la Academia de Buenas letras de Granada, en cuya colección literaria publicó en 2018 Viaje a Canarias y el resto de la península.

Nota: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía del autor, tomados de la web de Pàmies. Imágenes pinturas rupestres cuevas de Altamira, tomadas de las webs 20minutos.es y diario El Español. Imagen arpones Paleolítico, tomada de Wikipedia. 





miércoles, 27 de mayo de 2020

Aroma de azafrán, de Almudena Navarro Cuartero.






















Datos técnicos:


Título: Aroma de azafrán.
Autora: Almudena Navarro Cuartero.
Editorial: Caligrama.
1ª edición: 30/11/2019.
ASIN: B0825D7P8M.
Idioma: español.
Formato: ebook.
Nº pág.: 301.



Sinopsis:


Victoria ha crecido acurrucada bajo una larga mesa de desbriznadoras de azafrán. A pesar de que su hermano y ella son huérfanos, han sido criados por sus tíos en un hogar cálido y desahogado de un pequeño pueblo manchego. La vida colectiva de Casas Rojas gira alrededor del cultivo de azafrán, aunque ya no resulte tan rentable como antaño.
Tras la repentina muerte de su marido, al año de la boda, Victoria ve como todo por lo que ha luchado su familia se derrumba, sumiéndoles en la ruina. Poco a poco, gracias a su creatividad, la joven viuda consigue levantar su finca sin ayuda y prosperar en un mundo imposible para una mujer. Tendrá que aprender agricultura, mecánica, economía y contabilidad cuando apenas sabía leer. Sin embargo, su historia no ha hecho más que empezar.
El cadáver de su querido hermano Manuel aparece en extrañas circunstancias. A falta de interés policial por la investigación, Victoria tendrá que volver a reinventarse, dejando de lado todos sus prejuicios, para poder reconstruir los últimos días de la persona a la que más ha querido en el mundo. Una lucha que la llevará a descubrir sus límites y la realidad del mundo que la rodea.



Opinión Personal:



Aroma de azafrán es la tercera novela que leo de Almudena Navarro, las tres con un claro trasfondo histórico. Si bien La Alejandría olvidada (reseña) tiene elementos propios de un thriller, La alcoba escondida (reseña)que retoma el título de La papeleta en blanco — aúna la ficción histórica y la costumbrista. Sin embargo, catalogaría Aroma de azafrán como narrativa contemporánea, porque su trama contiene elementos propios de varios géneros literarios, como la novela histórica, costumbrista, policíaca y romántica, este en el último capítulo, e incluso diría que familiar. Pese a que frecuento este último género literario, esta parte es la que menos me gustó porque, en mi modesta opinión, porque no me convencieron algunos episodios que tienen lugar entre los dos personajes que los protagonizan; aunque, como digo en estos casos, es apreciación mía, lo que no quita que a otros lectores sí les convenzan más.
(Desbriznadoras azafrán-La Manchuela-Albacete)
Aroma de azafrán relata la historia de Victoria Peñarrubia, una joven que se enfrenta a los infortunios con los que se tropieza en su ciclo vital, pero su fortaleza y vitalidad consiguen que se sobreponga a esas adversidades, pese a que el dolor por la pérdida de sus seres queridos está muy presente en ella. Victoria y Manuel estaban muy unidos desde jóvenes, porque sus padres habían fallecido siendo niños, pero se habían hecho cargo de ellos sus tíos José y María Dolores, que los querían como si fueran hijos propios. La fortaleza de Victoria la impulsa a trasladarse a Madrid para averiguar las causas reales de la muerte de su hermano, porque no le convence la publicación que facilita la prensa, en la que se menciona a su hermano Manuel, porque su cadáver aparece en extrañas circunstancias en el riachuelo de las Ventas, en Madrid. El caso había sido cerrado como suicidio por la policía de la Comisaría de las Ventas, pese a las sospechas que tenían el comisario Matías López y el inspector Álvaro López, porque querían seguir investigando para descubrir las verdaderas causas de la muerte, porque tenían claras sospechas de que no había sido un suicidio. En este sentido, no tardé en darme cuenta en qué dos personajes archiconocidos se había fijado la autora para ubicarlos en la trama, si bien su papel me pareció ajustado con acierto a las labores que desempeñan.

Pese a lo que comenté al final del primer párrafo, Aroma de azafrán me resultó una lectura atractiva y muy dinámica. Un dinamismo que está protagonizado sobre todo por Victoria, aunque también su hermano Manuel atraerá la atención del lector, tanto como personaje con presencia activa en la trama, y pasiva, en la reconstrucción que realiza la protagonista para averiguar lo que le pasó realmente a la persona que más ha querido en el mundo. Manuel también toma parte en uno de los capítulos con más marcado carácter histórico, porque lo llaman a a filas y embarca en el acorazado Infanta María Teresa, en el que toma parte en la batalla naval de Santiago de Cuba. Junto a este hecho histórico, el lector será informado de forma muy esporádica sobre el período histórico que viven los personajes, sobre todo a través de Julio, ya casado con la protagonista, quien le hace algunos comentarios sobre el ascenso al trono del rey Alfonso XIII y muestra su parecer sobre la regencia de María Cristina de Austria.
(Batalla naval de Santiago de Cuba)
A parte de los episodios de carácter policíaco ya mencionados en el primer párrafo de esta reseña, el narrador omnisciente relata unas escenas costumbristas muy atractivas, porque consigue que el lector se sienta un personaje más que toma parte en las labores que se llevan a cabo en torno a la recogida del azafrán, y las duras labores de desbriznado y el tueste posterior del llamado oro rojo son descritas con detalle por el narrador omnisciente, lo que indica que detrás de toda esta información que facilita hay una labor documental exhaustiva que realiza la autora, al igual que para reflejar en la novela la ambientación de la época en la que se desarrolla la trama. A lo que acabo de comentar hay que añadir las costumbres propias de la época que imperan en pueblos pequeños de la comarca en la que está situada Casas Rojas, sobre todo en lo que a relaciones familiares y matrimoniales se refiere,  así como los inconvenientes con los que se encuentra Victoria cuando pasa a ser propietaria de la finca de El Navazo, por el hecho de ser mujer. En un mundo imposible para la mujer, los trabajadores de su marido tienen que amoldarse a las órdenes que les da, a los que convence con su propio trabajo, como lo podrá comprobar el lector en algunas escenas que tienen lugar en estas tierras, en las que se sorprenden por su actitud a la hora de demostrarles que, pese a ser una mujer, puede realizar el trabajo igual que ellos.
(Ministerio de Gobernación-Madrid)
Al igual que en sus dos novelas anteriores, Almudena Navarro cuida con celo la construcción de los personajes. Creo que es mejor que el lector descubra a Victoria Peñarrubia, indiscutible protagonista de esta novela, a parte de lo que ya se adelanta sobre ella en la sinopsis y las impresiones que comparto sobre la protagonista en la reseña. Su hermano Manuel es todo lo contrario, porque tiene un carácter soñador y deja los estudios para buscar fortuna en Madrid. Solete es prima y amiga de Victoria, de la que siempre está pendiente, y no duda en hacerle bromas y confidencias para levantarle el ánimo, y la apoya en lo que sea necesario, sobre todo cuando las desgracias familiares afectan la estabilidad emocional de este personaje. Pero también destacaría la labor que desempeñan José y María Dolores, que criaron a los dos hermanos en un hogar cálido, así como los ya mencionados policías López y López, que realizan sus investigaciones a la antigua usanza, y redoblan su esfuerzo desde que Victoria se desplaza a Madrid para averiguar lo que le ocurrió realmente a su hermano. Otros personajes que guardan una relación directa con Victoria son su tía Isadora, Julio, el esposo de la protagonista, Manuela, que cobra un papel destacado en el último tramo de la novela, o la marquesa de Culgas, un personaje cuyo papel intrigará al lector.

Aroma de azafrán es una lectura muy entretenida, que traslada al lector a la comarca albaceteña de La Manchuela, en donde buena parte de la trama transcurre en la población ficticia de Casas Rojas, pero a lo largo de los capítulos el narrador cita a Casas Ibáñez y Fuentealbilla. A lo largo de los capítulos se encuentra con escenas de corte costumbrista, que también tienen lugar en Valencia, así como policíacas y de novela romántica en Madrid. El ritmo de lectura muy fluido, por el dinamismo al que me refiero en el tercer párrafo de esta reseña, y por el equilibrio que percibí entre la narración y los diálogos, que le dan mucha viveza a la narración.



Biografía:



Almudena Navarro Cuartero nació en Madrid, pero actualmente reside en Rocafort (Valencia). Es licenciada en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Valencia y cuenta con un máster en Gestión de la calidad. Ejerció como financiera y controller.
Autopublicó con éxito sus dos primeras novelas en Amazon: La papeleta en blanco estuvo más de 240 días en el top 100 y fue editada por la Editorial Roca con el nombre de La alcoba escondida, y La Alejandría olvidada ganó el premio Speed Dating de Amazon de 2015, también en el top 100.


Nota: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía de la autora, tomada de la web de la editorial. Imagen de desbriznadoras azafrán La Manchuela, tomada de la web EnFormol. Imagen de la Batalla naval de Santiago de Cuba, tomada de Wikipedia. Imagen del Ministerio de Gobernación tomada de Telemadrid. 




martes, 26 de mayo de 2020

Entrevista a P. L. Salvador, autor de La prodigiosa fuga de Cesia.























Hoy publico la segunda entrevista en esta sección reactivada del blog. En esta ocasión le toca el turno a un escritor con el que me topé por casualidad en la blogosfera, P. L. Salvador. Me llamó la atención su novela distópica, 2222 (reseña). Después leí La prodigiosa fuga de Cesia (reseña), que me gustó porque tiene una trama atractiva y se aprecia cambio en el estilo narrativo del autor, pero sobre todo me sorprendió el alto componente metaliterario. Pese a lo que acabo de comentar sobre su estilo narrativo, conserva su esencia.

Biografía: 

Publicó su primera novela en 1999. En 2010 ganó el ‘I Certamen Literario Imprimátur’ conla novela Egregios, y el ‘Premio de relato breve Ciudad de Arnedo’ con ¿No es un día seductor?.
Ha sido Finalista de los Premios ‘Tandaia’ con la obra La última novela y ‘Buscando grano entre tanta paja (mental)’ con la novela 2222.
Ha publicado también Donde la brisa te habla (1999), El séptimo sentido (2000), Nadando contracorriente (2000), De lobos (divergentes) (2015) y Nueve semanas (justas-justitas) (2016).
En 2015 empezó a colaborar con el periódico Ciudad Real Digital. En la actualidad hace crítica y entrevistas literarias para dicho periódico y para la revista literaria Monolito.


« En cualquier caso, mi literatura es optimista. Incluso mis tragedias son   optimistas. Siempre dejo un hueco a la esperanza» 


1) Francisco Portela.- Gracias por concederme esta entrevista. Espero que estas preguntas sirvan para que el lector conozca un poco más a P. L. Salvador y se interese por su carrera literaria, a la que la música está también muy ligada.

P. L. Salvador.- Un placer. Soy un gran desconocido, ciertamente. O un pequeño desconocido. O un pequeño gran desconocido. No sé. Me interesa más tener buenos que muchos. Aunque lo ideal sería tener muchos buenos. Con esta entrevista sabrán de mí algunos más. Buen grano.

2) F. P. - Quienes leímos alguna de tus novelas decimos que eres un escritor que siempre sorprende al lector, porque está expectante por conocer qué temática tratarás en tu nueva publicación y en qué género literario se catalogará. 

P. L. Salvador.- Soy mi primer lector y también lo digo. El día que no me sorprenda (a mí mismo), creo que dejaré de escribir. Busco una nueva frontera en cada libro. Me encanta cruzar fronteras.

3) F. P.- Para quienes no conozcan tu carrera literaria, ¿cómo te definirías como escritor?

P. L. Salvador.- Dice Diego Medrano que escribo con todo el cuerpo, como Unamuno. También el crítico Luis Arias Argüelles-Meres piensa que soy el único discípulo de don Miguel. En cualquier caso, mi literatura es optimista. Incluso mis tragedias son optimistas. Siempre dejo un hueco a la esperanza. Diego Medrano, que me ha leído muy bien, dice que soy un clásico y un romántico.

4) F. P.- ¿Cuáles son tus escritores de cabecera? ¿Son también los que más han influido en tu estilo narrativo?

P. L. Salvador.- No tengo muchos escritores de cabecera. Solo a Baricco. Que no ha influido en mi estilo porque le leí tarde. Pero una novela me marcó. Me hubiera gustado escribirla. Envidio a ese escritor. Estoy hablando de Charles Webb. Estoy hablando de El graduado. Si en otra vida he de ser personaje, quiero ser Benjamin Braddock.

5) F. P.- ¿Eres escritor de mapa o de brújula? ¿Con qué fase de la escritura disfrutas más?

P. L. Salvador.- Escribo sobre la marcha, sin esquema (de ningún tipo). Mis personajes cobran vida y me sorprenden. Cuando escribo, estoy a su servicio. Yo no hago nada: todo lo hacen ellos. Soy un farsante. Disfruto, sobre todo, releyendo. Soy un vicioso enamorado de mi estilo. Supongo que no soy un gran escritor, pero sí soy mi escritor preferido.

6) F. P.- Pero también P. L. Salvador está muy ligado a la música, lo que también queda reflejado en sus novelas, sobre todo en La prodigiosa fuga de Cesia —coincidimos en gustos en su banda sonora—. ¿Sigues tocando acordes con tu guitarra eléctrica? Háblanos un poco sobre tu grupo musical, Prolýmbux.

P. L. Salvador.- Prolýmbux es un sueño hecho realidad. Nos reunimos los domingos por la tarde. Componemos. Grabamos. En 2021 cumpliremos diez años. Y ya estamos con el séptimo álbum. Toda nuestra música está disponible en las plataformas digitales. Si alguien prefiere el formato físico, también hay CD`s.

7) F. P.- Se dice que detrás de un escritor hay un gran lector. Y, como casi todos los escritores, comienzas con relatos. ¿Qué te impulsó a escribir tu primera novela? Aunque si uno tiene la intención de publicarla, hay que llamar a muchas puertas para que algún editor apueste por el manuscrito que le ofreces. ¿Qué te dijiste cuando por fin aceptaron el primero para publicarlo?

P. L. Salvador.- Empecé a los nueve años. Pero, en serio, a los treinta y nueve. Con un relato. Para una revista. Se lo leí a mi mujer y me pidió la segunda parte. Y luego la tercera. Y la cuarta. Así nació Donde la brisa te habla. Está agotada. Ya la reeditaremos. Los editores quieren autores. Nombres. Las novelas no les interesan. Lo que importa es la firma. Yo, aunque había ganado un par de premios, no tenía nombre. Lo que me dije, lo que sentí cuando supe que mi sexta novela iba a ser la primera en tener algo de repercusión, no vino dado por la firma del contrato sino por el prólogo que Constantino Bértolo me escribió para Nueve semanas (justas-justitas). Con ese prólogo, Constantino me instituyó como escritor, y yo me dije que mi sueño se había hecho realidad. Escribí un artículo sobre esto. Adjunto enlace:

(Adjuntado queda).

8) F. P.- En mi modesta opinión, y por las dos novelas tuyas que leí, deduzco que en tu obra literaria reflejas problemas sociales que no dejan indiferente al lector. Una problemática social que se manifiesta a través de historias de personajes que muestran sus diferentes puntos de vista.

P. L. Salvador.- Me preocupa la sobrepoblación, la moral, la estupidez y otra cosa que no mencionaré para que al menos quede una carta boca abajo.

9) F. P.- De tu bibliografía leí 2222 y La prodigiosa fuga de Cesia, dos novelas que tienen como denominador común la metaliteratura. ¿Es un ingrediente común en tu narrativa?

P. L. Salvador.- Mis primeras cinco obras no contienen metaliteratura. Las cuatro últimas, sí, y la que viene, también. No sé qué pasará en el futuro. Por suerte.

10) F. P.- Me llamó la atención el desarrollo epistolar de 2222, que es poco habitual en la novela distópica. ¿Por qué elegiste esta estructura?

P. L. Salvador.- Salió sola. Como dije antes, yo no hago nada. Pongo a trabajar a los personajes. Soy un chulo literario. Zalt empezó a escribir una especie de diario y cuando llegó el momento de pasarle el testigo a Kest, supe que la obra sería epistolar y que los narradores serían también narrados y podrían leer lo que de ellos se había escrito.

11) F. P.-Si uno lee con detenimiento la sinopsis de 2222 a día de hoy se queda frío, sobre todo con lo que adelanta el primer párrafo, y la cuestión que plantea el coronel Nat a su interlocutor. ¿Crees que la reacción ante la pandemia que vivimos en la actualidad puede responder a esa pregunta?

P. L. Salvador.- No. El Coronel hace una pregunta que solo tiene una respuesta. Y da igual lo que respondas. La clave está en aceptar lo obvio. La reacción ante la actual pandemia es más una pregunta que una respuesta. Es más fácil preguntar. La respuesta es tan sencilla que da miedo.

12) F. P.- La prodigiosa fuga de Cesia está teniendo muy buenas críticas por los lectores. Supongo que para ti es una buena inyección de ánimo para continuar con tu carrera literaria, y para que los lectores que todavía no se han acercado a tu narrativa sientan más interés por tus novelas.

P. L. Salvador.- Es una novela gorda, de esas que te transportan a otro mundo. Estoy muy contento con la acogida que ha tenido.

13) F. P.- ¿Es La prodigiosa fuga de Cesia tu obra más personal? ¿Puede decirse que Cesia y Jairo tienen mucho de P. L. Salvador?

P. L. Salvador.- Sí. Son cincuenta años. Cuando comienza la historia, Jairo tiene cuatro. Me hubiera gustado ser Jairo. Somos de la misma quinta, nacimos en la misma ciudad, vivimos lo mismo y los dos cometimos muchos errores.

14) F. P.- ¿Esta es la novela más compleja que has escrito hasta la fecha? La trama es un verdadero engranaje en el que tienen que encajar todas las piezas a la perfección para que funcione. En ella, el lector se encuentra con dos novelas en una, y con unos personajes que están muy influenciados por las situaciones y el entorno en el que viven, así como por su relación con Jairo.

P. L. Salvador.- Es la más compleja junto con otra. La odisea íntima de Zora, se titula. Supongo que verá la luz en 2022 o 2023.

15) F. P.- Y ya para terminar, La extraña curación de Marta es tu última novela, escrita a cuatro manos con Mercedes de Miguel González, de quien leí La mente del asesino. Ya habéis escrito De lobos (divergentes). ¿Qué supone escribir una novela a cuatro manos y que el lector no perciba esta particularidad a lo largo de los capítulos que la conforman?

P. L. Salvador.- Supone mucho sufrimiento. Mucho trabajo. Estamos muy contentos con el resultado. Algún día empezaremos con la tercera. Con Mercedes no tengo problemas. No escribiría con nadie más. Bueno, sí, con Baricco (si insiste un poco).



Nota: Biografía y fotografía del autor, tomada de la web de la Editorial Última línea. Imágenes portadas de 2222 y La prodigiosa fuga de Cesia, tomadas de las webs de sus respectivas editoriales. Imagen de Prolýmbux, tomada del blog de este grupo musical.



sábado, 23 de mayo de 2020

Doce horas, de Mayte Esteban.




















Datos técnicos:

Título: Doce horas.
Autora: Mayte Esteban.
Editorial: Harlequín (Harper Collins Ibérica).
1ª edición: 21/4/2020.
ASIN: B087CSK6JD.
Formato: ebook. 
Idioma: español.
Nº pág.: 57.

Precio: 0 € (enlace Amazon)


Sinopsis:


En un rincón de una ciudad, doce horas son suficientes para demostrar que hace falta mucho más que un virus para detener la vida de sus habitantes. Ni aun en la primavera más extraña han dejado de cantar los pájaros. Pongamos que hablo de Madrid...



Opinión Personal:



Hoy toca reseñar un relato que no deja indiferente a quien lo lee, porque el lector que se asome a sus páginas sentirá que forma parte de él. De un día para otro todo cambió de repente, lo que entendíamos como rutina se trocó en una verdadera situación distópica que mudó nuestras costumbres. 2020 es un año que quedará marcado en nuestras vidas para siempre. Quedará marcado como una horrible pesadilla vivida, de la que despertaremos sobresaltados, ante la incertidumbre y el miedo que sentimos por la virulencia y letalidad causada por un virus que ya se llevó por delante miles de vidas y cinco millones de contagiados en todo el planeta, y la posibilidad de nuevos rebrotes.

Varias autoras han publicado con el sello editorial HQÑ, de Harpercollins Ibérica, historias que guardan relación con el confinamiento que nos obliga a recluir en nuestra casa, como una de las medidas de prevención tomadas por las autoridades sanitarias, con la que se pretende evitar que haya el menor número de contagios posibles por el coronavirus. Mayte Esteban es una de las autoras que colabora en este Especial Confinamiento con el relato Doce horas.
(Madrid-marzo/2019)
Pese a que el relato es muy corto, de 57 páginas de extensión, la escritora arriacense muestra el talento que tiene para construir una historia solvente, y la estructura de tal forma que el lector siente interés por todo lo que sucede a lo largo de los 10 capítulos muy cortos, más prólogo y epílogo en los que está estructurado. Pese al final previsible que tiene, la historia está planteada de tal forma que me preguntaba si había alguna relación entre los personajes, o no; o, por lo menos, entre algunos de ellos. Le atraerán los diálogos que mantienen los personajes porque, una vez más, la autora vuelve a mostrar en ellos la fuerza y valor que tienen en su narrativa, con el añadido de que en esta situación de reclusión obligada que viven, emplean los medios tecnológicos que tienen a su alcance para comunicarse con la familia o las amistades más allegadas, aunque se sirven también de otros más convencionales. Doce horas es una historia de personajes bien perfilados y cercanos que viven una situación que le resulta muy familiar al lector, bien porque le sucedió a él algo similar o porque las vivencias que relata un narrador omnisciente le resultan familiares porque sigue las noticias que se ofrecen sobre la pandemia a través de los medios de comunicación. La historia refleja la actitud del ser humano en la situación excepcional y dura que vivimos, porque en ella están muy presentes la solidaridad, la amistad, el amor, la incertidumbre y la supervivencia, sin olvidarme de la emotividad y la sensibilidad.
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Doce horas es un relato que se lee en un suspiro, aunque también hará suspirar al lector ante los episodios que se desarrollan en él, sobre todo en aquellos que atraen más su atención por la incertidumbre creada en las escenas que lo conforman. Está estructurado en diez capítulos muy cortos más un prólogo y un epílogo, que tienen un ritmo de lectura muy dinámico, por el efecto multipantalla que surte en el lector, tal y como está planificado el desarrollo de la trama.


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Biografía:



Mayte Esteban (Guadalajara, 1970) es licenciada en Geografía e Historia por la Universidad de Alcalá de Henares, aunque hace más de dos décadas que reside en un pueblo de Segovia. Su entrada en el mundo literario fue en 2014 de la mano de Detrás del cristal (reseña) y tuvo su continuación con La chica de las fotos (reseña), novela con la que fue finalista del III Premio Digital HQÑ, 2015. Otras novelas suyas son Entre puntos suspensivos (reseña) (HQÑ, 2017), y Comer y amar todo es empezar (reseña) (HQÑ, 2019). La colina del almendro es su primera novela romántica de trasfondo histórico (reseña) (Harlequín Ibérica y Top Novel ( Harpercollins Ibérica)

También publicó La arena del reloj (2014, Amazon) (reseña). Tienen un relato muy bueno no publicado, que es Oasis de arena (reseña).

Nota: Datos técnicos, sinopsis y fotografía de la autora, tomados de Amazon. Imagen Madrid vacío, tomada de web Onda Cero Radio.


jueves, 21 de mayo de 2020

La fuente de los siete valles, de Félix G. Modroño.




















Título: La fuente de los siete valles.
Autor: Félix G. Modroño.
Editorial: Erein.
1ª Edición: abril/2019.
ISBN: 978-84-9109-446-3.
Encuadernación: rústica con solapas.
Idioma: español.
Nº páginas: 296.


Sinopsis:


Pablo Santos, a su regreso a su Logroño natal tras casi dos décadas al servicio del Archivo Secreto del Vaticano, con la misión de recuperar los libros desaparecidos del monasterio de San Millán de la Cogolla. Pronto descubrirá que uno de los ejemplares perdidos de la vieja botica benedictina guarda un importante secreto alquímico. Su búsqueda le llevará a enfrentarse no sólo a su pasado, encarnado en Lucía Garay —su amor de juventud—, sino también a un inquietante futuro.


Opinión Personal:



La narrativa Félix G. Modroño (Barakaldo, 1965) es habitual en este blog; de hecho, es de los pocos escritores de los que leí toda su bibliografía. Hoy reseño y recomiendo, nada más comenzar a compartir mis impresiones, la sexta novela del escritor vizcaíno afincado ahora en tierras cántabras, y que en esta ocasión publicó la editorial vasca Erein, La fuente de los siete valles, a la espera de que podamos encontrarnos en las librerías con su última novela, La ciudad del alma dormida.
(Santa María la Redonda-Logroño)
La fuente de los siete valles lleva al sacerdote Pablo Santos a Logroño. El obispo de Calahorra le ordena encontrar los libros que se llevaron de la biblioteca del Monasterio de San Millán de la Cogolla tras la desamortización de Mendizábal. Estuvo casi dos décadas al servicio del Archivo Secreto del Vaticano, y al poco tiempo de regresar a su ciudad natal, se reencontrará con su pasado, con personajes como David Morales y Lucía Garay, su amor de juventud. El lector disfrutará de una trama atractiva en la que, a parte del alto componente metaliterario que contiene la novela, hay dos subtramas que le dan un mayor aliciente, porque el romance y la alquimia atraen su atención. Ese reencuentro con Lucía Garay despierta en el protagonista pasiones de su juventud, en una época en la que mantenía con mayor frecuencia reflexiones internas sobre su vocación sacerdotal, lo que le llevaba a vislumbrar un futuro inquietante. Pero la inquietud se apoderaría todavía más del protagonista desde que descubre que uno de los ejemplares perdidos de la vieja botica benedictina guarda un importante secreto alquímico. Por eso, a medida que se sucedían los capítulos, me preguntaba qué desenlace me encontraría en ambas, y sobre todo estaba muy pendiente por conocer qué haría si descubre ese ejemplar perdido. En este sentido, tal y como se desarrollaba su relación con Lucía Garay, me venía a la memoria la novela de Colleen McCullough, El pájaro espino.

Si la memoria no me falla, esta es la primera novela en la que Félix G. Modroño utiliza un narrador en primera persona, si bien ya utilizó esta voz narrativa en una de las dos subtramas de Secretos del Arenal. En un principio se me hacía raro que el narrador utilizara la primera persona, pero a medida que me acercaba al desenlace me dije que era la voz narrativa más adecuada, sobre todo por el carácter evocador que emplea en su relato, porque le da una relación más confidencial con el lector, y los rasgos emotivos que tiene por su reencuentro con el pasado, pese a que no tuvo una niñez fácil. Al ser narrada en primera persona, el lector tiene una visión subjetiva de los demás personajes, porque sólo conocerá en profundidad a Pablo Santos, quien revelará al lector algunos episodios pasados de su juventud y niñez, y a los demás que se relacionan con él los percibe desde su perspectiva. Pablo Santos es el protagonista indiscutible de la novela, rodeado por un elenco de personajes secundarios, que se cruzarán con él en determinadas fases del desarrollo de la trama, en función de las investigaciones que realiza para encontrar los manuscritos arrebatados al monasterio tras la desamortización, y de los desplazamientos que hace para tratar de rescatar el mayor número posible.
(Paseo del Espolón-Logroño)
«Quien haya leído alguna de mis novelas, conoce mi celo por la documentación, no tanto por abrumar al lector con datos históricos sino por mi afán de sumergirle en la historia a través de una ambientación que procuro cuidar» (Nota del Autor). Una de las grandes bazas de la narrativa de Félix G. Modroño es el contexto histórico y la ambientación espacial en el que ubica sus novelas. Una ambientación que complementa a lo que expresa el autor en el fragmento resaltado, y que ofrece una magnífica estampa sobre las costumbres de la época, en la que el lector comprobará los cambios que se observan en Logroño, tras la llegada del ferrocarril y posteriormente de la luz eléctrica. El lector visitará también Calahorra, San Millán de la Cogolla, Madrid y Bilbao, donde también el narrador percibe los cambios que observan en la capital vizcaína. También se encuentra con alusiones a la comida y repostería de la zona en las que realiza la búsqueda de los libros, y los caldos con los que degusta sus comandas, ingredientes habituales en su narrativa. Y es que en cada una de sus novelas el lector siente que realiza un viaje literario en el tiempo, no solo por los episodios históricos que se relatan en la trama, sino también por las costumbres de la época y los mínimos detalles que atraen su atención. En este sentido, me llamó la atención el origen del título de la novela —no porque el narrador me lo dijera directamente, sino porque siempre atrae mi atención, salvo que su origen sea muy claro— y la historia del monasterio de San Millán de la Cogolla. Es de agradecer que la información que ofrece el narrador de turno en lo que se refiere a hechos y anécdotas históricas no solo sea relatada por la voz narrativa, sino que también sea compartida por los diálogos que mantienen los personajes, por lo que estos datos que se ofrecen se vuelven las conversaciones más dinámicas.
(Monasterio de Yuso-San Millán de la Cogolla-Logroño)
Pese a que Pablo Santos es el protagonista indiscutible de la novela, el lector conocerá a otros secundarios bien perfilados, siempre dados a conocer desde su punto de vista. Entre los ficticios, y en mi modesta opinión, el personaje en el que más se profundiza es Lucía Garay, por la relación que mantuvo con el ahora sacerdote en su juventud, y porque se mantiene la intriga por conocer cómo avanza desde el reencuentro entre ambos personajes. Ya en menor medida describe al ya mencionado David Morales, o Esther, la peculiar dueña de la posada en la que se hospeda el protagonista en Logroño. En San Millán de la Cogolla, el sacerdote se encuentra con Eusebio Hervías, el panadero, o Íñigo Narro y Félix Narea, dos frailes agustinos recoletos que se encargan de la restauración del monasterio. Algunos personajes ficticios le resultarán muy familiares al lector, caso del general Espartero, o el escritor y erudito Marcelino Menéndez Pelayo, con el que coincide en Madrid, y a quien ya conocía de su estancia en Roma; otros son más desconocidos, como el marqués de Murrieta de la época, el obispo de Calahorra, o el diputado por Logroño, Donato Gómez, con quien Pablo Santos mantendrá una conversación relacionada con la búsqueda de los libros desaparecidos del monasterio.

En La fuente de los siete valles, el lector comprueba cómo de Félix G. Modroño es fiel a su estilo narrativo, cuidado y elegante, lo que supone un aliciente más para quienes sientan interés por su lectura. Un estilo narrativo que imanta de tal forma al lector que las páginas fluyen por sí solas y se siente partícipe de todo lo que sucede a lo largo de los 38 capítulos cortos en los que se estructura la novela.


Biografía:


Félix G. Modroño es un escritor vizcaíno, afincado a orillas del Cantábrico.
Tras licenciarse en Derecho en Salamanca, trabajó durante más de dos décadas en el sector financiero, que abandonaría para dedicarse en exclusiva a la literatura. En 2007 publica La sangre de los crucificados (reseña), protagonizada por el doctor Zúñiga, un peculiar investigador del siglo XVII, que también sería el protagonista de sus siguientes obras. Muerte dulce (2009) (reseña) y Sombras de agua (2016) (reseña) .Con La ciudad de los ojos grises (2012) (reseña) cosechó un gran éxito de ventas y el reconocimiento definitivo de los lectores. En 2014 obtuvo el XLVI Premio de Novela Ateneo de Sevilla, uno de los más prestigiosos en lengua castellana, con Secretos del Arenal (reseña). La fuente de los siete valles, publicada en 20019, es su sexta novela.

Nota:  Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía del autor, tomados de la web de Erein. Imagen de la Colegiata o Concatedral de Santa María la Redonda, tomada de la web La Rioja Turismo. Imagen del Paseo del Espolón, tomada de la web La Rioja. Imagen del Monasterio de Yuso, tomada de la web Monasterios de Yuso y Suso.