viernes, 31 de enero de 2020

Los Horcher, de Mª Ángeles López de Celis.




















Datos técnicos:

Título: Los Horcher.
Autora: Mª Ángeles López de Celis.
Editorial: La esfera de los libros.
1ª edición: octubre/2019.
Encuadernación: cartoné  con sobrecubierta.
ISBN: 978-84-9164-398-2.
Idioma: español.
Nº páginas: 352.


Sinopsis:


En 1943, huyendo del conflicto, Otto, el hijo de Gustav, se traslada con su familia a una España en plena posguerra e inaugura de nuevo su restaurante en el Madrid del estraperlo y las cartillas de racionamiento, bajo la protección de la ficticia neutralidad de Franco. Son los años en los que agentes secretos, espías y contraespías invaden la ciudad, convirtiendo sus establecimientos más emblemáticos en centros de poder y decisión.
Al cumplirse el 75 aniversario de la inauguración de Horcher Madrid, Gustav Otto Richard, tercer Horcher, y su hija Elisabeth, cuarta generación al frente del negocio familiar, novelan la apasionante historia de una saga referente de la excelencia gastronómica internacional, en un testimonio vivo de la grandeza de su leyenda

Opinión Personal:


Hoy comparto mis impresiones sobre una novela que degusté con fruición -creo que esta es la expresión culinaria que más se ajusta para definir la sensación que me causó su lectura-, porque en ella me encontré con ingredientes muy apetecibles: Los Horcher,  de Mª Ángeles López de Celis. Cuando vi la portada de Los Horcher entre las novedades editoriales del último trimestre de 2019, me dije que tenía una oportunidad inmejorable para repasar la historia del pasado siglo XX desde una perspectiva diferente. Y es que el lector se encontrará con las vicisitudes de una saga familiar dedicada en cuerpo y alma a la restauración de la alta cocina, como lo podrá comprobar a lo largo de los cuarenta capítulos más el epílogo  que la conforman, y con el aliciente de que también podrá contemplar en sus páginas centrales láminas que muestran la evolución del restaurante de la familia, desde la sede inicial que inauguraron en Berlín en 1904, hasta que en 1943 la decidieron ubicar en el número 6 de la calle Alfonso XII de Madrid, tras el cariz que estaban tomando los acontecimientos que se sucedían en Berlín en plena Segunda Guerra Mundial, y que también afectarían directamente al negocio familiar. Al final de la novela también figuran algunas recetas de Horcher.
(Restaurante Horcher-Berlín)
Los Horcher es una novela en donde también están presentes los secretos familiares. Y es que Mª. Ángeles López de Celis construye una trama en la que en los primeros capítulos el lector será testigo de cómo Elisabeth Horcher -la cuarta generación del emblemático restaurante-, siente la necesidad de dar a conocer la historia de su familia, después de presenciar  «en el cementerio de Sthansdorf, en el municipio de Südwestkirchhof, a las afueras de Berlín»(pág. 9), un encuentro en el que una desconocida observaba a cierta distancia la escena familiar en la que cumplían con el ritual establecido  para dar definitiva sepultura a las cenizas de sus abuelos y de sus padres, que finalmente descansarían en Alemania. Esa desconocida lograría mantener un encuentro con Gustav Holcher, en el que le entregaba  una caja de mediano tamaño que contenía unos diarios escritos por Esther Zuckerman en los que, para sorpresa del restaurador, se mencionaba a su familia. Aunque Elisabeth Horcher no lo tendría fácil para hacer realidad ese proyecto literario que fue pergeñando tras leer esos diarios, porque tuvo que convencer sobre todo a su padre para llevarlo a cabo, por la reticencia que mostró en un principio.

El restaurante Horcher, primero en Berlín y posteriormente en Madrid, sería testigo directo de los principales acontecimientos históricos que cambiarían el orden mundial establecido hasta entonces, sobre todo tras el estallido de la Primera Guerra Mundial y tras poco más de veinte años de incierta paz, los alemanes verían cómo su aclamado y mesiánico líder embarcaba a su país en un nuevo conflicto bélico, la Segunda Guerra Mundial, sin olvidarse tampoco de los episodios que se vivirían también en suelo germano en la llamada Guerra Fría y los posteriores episodios que se sucederían hasta la reunificación del país germano. 

El bisabuelo Gustav Horcher «había acariciado la idea de abrir un restaurante desde que tenía memoria y conciencia de ella» (pág. 22), contando para ello con su esposa Helene Horcher, que formaba con su marido un equipo compacto, y enseguida vería cómo el éxito del establecimiento era una realidad, y su fama fue agrandándose hasta convertirse en uno de los emblemas de la capital berlinesa. Aunque también verían cómo la Gran Guerra les afectaría de pleno, porque el restaurador recibió la carta de alistamiento, al igual que su hijo Otto, y tuvo que ser su esposa quien se pusiera al frente del restaurante, con la misma solvencia que Gustav, pero muy pendiente de lo que sucedía en el frente, ante la incertidumbre que le embargaba su ausencia.
(Interior restaurante Horcher-Madrid)
Con el paso de los años, Otto  Horcher se haría con las riendas del restaurante. El sucesor de Gustav Horcher tenía la mosca detrás de la oreja ante la serie de episodios que tenían lugar en Berlín, protagonizados sobre todo por el partido nazi. Presentía que la paz pendía de un hilo, y como «Adolf Hitler asumió el control absoluto del proceso político» (pág. 61), era consciente que un nuevo conflicto bélico a nivel mundial no tardaría en estallar. Al hijo del fundador del emblemático restaurante le preocupaba sobre todo lo que le podía suceder a algunos de sus empleados, principalmente los de origen judío, por lo que no dudó en dejarle las cosas claras a los jerifaltes nazis que frecuentaban su establecimiento, entre los que estaba el mismísimo Göring. Pese a que sonaban tambores de guerra, y al ver que el negocio iba sobre ruedas, Otto Horcher decidió expandir el negocio con franquicias, aunque no siempre lo hacía en beneficio propio. Tal y como actuaba este restaurador, me decía que era un Schindler más, pese a que finalmente tuvo que tomar la decisión de abandonar su país para instalarse en Madrid, como ya comenté en el primer párrafo de esta reseña.

Si bien más de la mitad de la novela transcurre en Madrid, Ángeles López de Celis ofrece al lector unos escenarios dinámicos. Junto a las localizaciones ya mencionadas en esta reseña, el lector acompañará a Gustav Richard  Horher  en su periplo formativo, pues había tomado la firme decisión de seguir la senda marcada por su padre. Aunque el narrador omnisciente tampoco se olvidará de Berlín y todo lo que sucede en la capital alemana, porque relatará episodios cruciales para el devenir de una Alemania que empezaba a resurgir de las cenizas causadas por la guerra, algunos de los cuales cogerían por sorpresa a sus habitantes ante el nuevo mapa que se establecía ante ellos, sin apenas darse cuenta, y presenciados por quienes habían mantenido una estrecha relación con los Horcher. Esta variedad de localizaciones me ayudó a que la lectura se me hiciera más fluida, lo que es de agradecer en una novela de corte histórico, pero que la escritora madrileña supo como estructurarla para que el lector se encontrara con una historia amena, y en la que no faltaran episodios que atrajeran su atención, con algunos giros que incrementan el interés por todo lo que sucederá en la capital de España, en una época en la que, pese a la declarada neutralidad del país, había determinados puntos neurálgicos en los que se encontraban frente a frente espías de los dos bandos beligerantes, siendo el restaurante Horcher uno de ellos. En este sentido, el lector se encontrará también con algunos personajes que llevan una doble vida, algunos de los cuales aprovechaban su profesión para realizar labores de espionaje en esos centros neurálgicos sin levantar sospechas. Sin duda alguna, la escritora madrileña realizó una ardua labor de documentación para causar el efecto deseado en el lector a lo largo de los cuarenta capítulos  más el epílogo que conforman la novela. Esto que acabo de comentar queda reflejado tanto en la ambientación espacio temporal, como en los episodios en los que están muy presentes las labores de espionaje y contraespionaje, al igual que la llevada a cabo por los llamados cazanazis, porque sabían que en Madrid y otros rincones de España campaban a sus anchas antiguos dirigentes del Tercer Reich, ya que se sentían protegidos por el Gobierno de Franco, e incluso había quienes les prestaban la colaboración necesaria para que pudieran escapar del país, como lo podrá comprobar el lector en varios episodios de esta novela. Seguro que como nido de espías sonará más el Embassy, sito en el Paseo de la Castellana, aunque en este salón de té también se realizaban otras labores que corrían a cargo de su fundadora, la irlandesa Margarita Kearney Taylor.
(Maxim´s-París)
Los Horcher es una novela coral, en la que el lector se encuentra con un elenco de personajes bien construidos. En la portada se resalta que contiene una trama en la que la ficción y la realidad, historia y gastronomía se mezclan en un recorrido por la Europa del siglo XX a través de una saga familiar a la que el lector conocerá a lo largo de los capítulos, no solo por los rasgos que describe el narrador omnisciente, sino también a través de las láminas a las que me refiero en el primer párrafo de esta reseña. Las mujeres de esta saga familiar trabajaron con ellos codo con codo y tuvieron incluso que ponerse al frente del negocio familiar cuando las circunstancias lo hicieron necesario. El lector conocerá el coraje y la valentía que mostraron tanto Helene como Elizabeth, quienes apoyaron a sus esposos en las decisiones que tomaban para que el restaurante resintiera lo menos posible los efectos de los períodos convulsos que les tocó vivir, e incluso les pidieron su opinión al respecto antes de que la decisión fuera firme. Junto a los miembros de la saga de los Horcher, el lector se encontrará con otros personajes secundarios, unos históricos y otros ficticios, todos ellos bien perfilados por la autora, sobre todo estos últimos, por lo que parecían cobrar vida propia. En este sentido, incluso busqué información sobre alguno de ellos, porque tal y como interactuaban con los históricos, me hacían dudar de su origen ficticio. Y de nuevo incido en el trabajo de documentación realizado por Ángeles López de Celis, pues logra ponerlos a la altura de los personajes históricos que desfilan por las páginas de esta novela, con el añadido de que le dan mucho juego a la trama. Junto a los miembros de las cuatro generaciones de los Horcher, el lector se encontrará con personajes históricos conocidos, sobre todo nazis, aunque también con algún que otro no tan conocido, y que son buscados por quienes quieren entregarlos a la justicia para que rindan ante ella cuentas de la barbarie que cometieron contra millones de inocentes. En este sentido, prefiero que sea el lector quien descubra estos nazis no tan conocidos que menciono y que campaban a sus anchas por una España en blanco y negro, al igual que los personajes ficticios a los que me refiero.

Los Horcher es una novela le resultará muy amena a quienes disfrutan con la lectura de las sagas familiares, con el añadido de que se encuentra con el mundo de la alta cocina como eje sobre el que gira la trama. En mi modesta opinión, la tercera esposa de Gustav Horcher define muy bien el estilo narrativo de esta novela en uno de los diálogos que mantiene con su familia el estilo narrativo que se encuentra el lector a lo largo de los capítulos que la conforman: «A la gente le gusta la Historia con mayúsculas, pero si, además, se relata a través de unos personajes con encanto, de una manera emotiva y amena, con realismo y fuerza narrativa, creo que el conjunto puede resultar enormemente atractivo». A esto añado una narración cercana al lector, lo que le hace se implique de pleno en la historia que relata de esta saga familiar, en los acontecimientos históricos que les tocó vivir, sin olvidarse de la evolución de una España empobrecida tras el sinsentido que supuso la Guerra Civil Española, y una difícil y dura postguerra en la que la gran mayoría de los españoles vivían ajenos a ese ambiente de glamour y lujo, porque solo podían acudir a la cartilla de racionamiento y, quienes tenían posibles, al estraperlo. Sin duda alguna, es una buena lectura para conocer la historia de la Europa del siglo XX, acompañados por las voces de las comandas, las órdenes de los chefs y de los restauradores, así como los ruidos de fondo que se sienten desde los fogones del restaurante, que muestra ante comensales el aliciente de un ritual muy poco utilizado en nuestro país en estos establecimientos. Ahora es Elisabeth Horcher, la primera mujer que regenta el negocio familiar, «que está entrando en otra dimensión, la del siglo XXI quien aúna tradición y vanguardia, afrontando nuevos retos para recuperar el esplendor del mejor Horcher»(pág. 294).



Biografía:


Gustav (1940) y Elisabeth Horcher (1980), padre e hija, tercera y cuarta generación, y propietario y gerente respectivamente del restaurante Horcher Madrid.

Mª Ángeles López de Celis, escritora madrileña, licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma y funcionaria de carrera, ha formado parte, durante treinta y dos años, de la Secretaría de los cinco presidentes del Gobierno de la democracia. Está en posesión de la Cruz de la Orden del Mérito Civil (2006).

En 2010 comenzó su andadura literaria con Los presidentes en zapatillas. Después vendrían El síndrome de Alí-Babá y Las damas de La Moncloa, así como las novelas Las crónicas de Armikelo y La diputada.








Nota: Datos técnicos, sinopsis, biografía de Gustav y Elisabeth Horcher, y de Mª Ángeles López de
Celis, tomados de la web de la editorial.  Imagen restaurante Horcher Berlín, tomada de web Horcher.
Imagen interior restaurante Horcher Madrid, tomada de web diario El Español.  Imagen Maxim´s París, 
tomada de web Zeleb.es. Fotografía de Ángeles López de Celis, tomada de la web Radio Navalmoralcope.


13 comentarios:

  1. No conozco ni el restaurante ni a la familia. Este libro es una buena oportunidad. Apuntado como futura lectura. Saludos.

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  2. Pues me gustan las sagas familiares y me gusta la cocina. También me gusta la historia europea del siglo XX por lo que creo que este libro es para mí. Tomo buena nota. No me sonaba el título, pero en cuanto he visto la portada me ha resultado muy conocida y he recordado haberlo visto por las redes.
    Un beso.

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  3. Sabes que a mí me das una saga familiar, con trapicheos al máximo, me la colocas en la segunda Guerra mundial o posguerra española y a mí me tienes ganada Paco, lo sabes 😄
    Pedazo de reseña, desde luego no me puedo ir sin el libro.

    Besitos 💋💋💋

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  4. Tiene todos los ingredientes que me gustan en una novela.

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  5. Hola.
    No conocía el libro pero tampoco es que me llame especialmente, así que lo dejo pasar.
    Nos leemos.

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  6. Muy interesante esta propuesta, a través de la saga familiar vamos repasando grandes eventos del siglo. López de Celis es una autora que tengo en cuenta desde que leí Las crónicas de Armikelo. Un abrazo

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  7. No conocía el libro pero me has convencido. Historia del siglo XIX, saga familiar, secretos familiares, cocina... ¡qué mezcla tan apetitosa!
    Besos

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  8. Madre mía, si el libro fuera un plato de alta cocina, tendría todos los ingredientes necesarios para convertirse en una delicatessen. Qué historia más interesante y qué contexto más apetecible. Gracias Paco.

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  9. Me encanta la cocina y me gustan las sagas familiares así que estoy segura que la disfrutaría. Me la llevo apuntada. Besinos.

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  10. Me lo llevo apuntado, Paco, desde luego tiene una pinta estupenda pero yo avanzo poco y no puedo meterme en muchos líos que ando sin tiempo.
    Besos

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  11. Pues la verdad es que me parece muy muy tentador, me lo llevo apuntado Paco.
    Besos

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  12. Me llaman muchas de las cosas que señalan, y no lo conocía, así que gracias por el descubrimiento
    Besos

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  13. ¡Hola!
    No conocía esta novela y por todo el tema del restaurante no me estaba llamando hasta que te has empezado a meter en la ambientación, los problemas de algunos cocineros de origen judío, vamos, todo el tema que se iba caldeando con Hitler cada vez más alto. Me lo apunto.
    ¡Un saludo!

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