miércoles, 4 de septiembre de 2019

Los infinitos nombres del diablo, de Jordi Siracusa.
























Datos técnicos:


Título: Los infinitos nombres del diablo.
(Una aventura diabólica de JB)..
Autor: Jordi Siracusa.
Editorial: Comuniter Editorial.
1ª edición: Abril/2019.
Encuadernación: Rústica con solapas.
Idioma: Español.
ISBN: 978-84-16565-57-3.
Nº pág.: 188.



Sinopsis:


De nuevo la singular pareja formada por el comisario Ripoll y el joven Jordi Brotons, director del hotel Manila, enfrentados esta vez a una oscura trama de asesinatos, ambiciones políticas y pactos diabólicos.
De nuevo Barcelona, escenario fantástico y también protagonista, personaje estelar de aquella Cataluña tardofranquista de 1971.
En esta segunda entrega de la saga que comenzó con Manila Hotel, a la ingeniosa intriga propia de la novela negra más auténtica, el talento de su autor, Jordi Siracusa, añade en sabias proporciones pinceladas de novela gótica y cómplices referencias a nuestra Historia reciente. Un cóctel literario que, degustado el primer sorbo, atrapará al lector en una sutil tela de araña en la que permanecerá gozosamente enredado hasta la última página.
Los infinitos nombres del diablo, a pesar de su infinitud o acaso precisamente por ella, se contienen en la mezquina y despreciable pequeñez de la maldad humana. El maligno está mucho más cerca de lo que suponemos. Nos acecha (te acecha, lector) a la vuelta de la siguiente esquina o al paso de la siguiente página.




Opinión Personal:




En abril del año pasado reseñé en este blog Manila Hotel. Una aventura de JB (reseña), la primera novela de una saga que el escritor barcelonés afincado en Zaragoza, Jordí Siracusa, publica en la Editorial Comuniter con el título genérico de Los misterios de JB. Hoy comparto mis impresiones sobre la segunda entrega de la saga, Los infinitos nombres del diablo, en la que el lector tiene el entretenimiento asegurado, porque la trama tiene todos los ingredientes necesarios para que el lector no pierda detalle de todo lo sucede a lo largo de los capítulos que la conforman. Jordi Siracusa crea la figura del peculiar detective Jordi Brotons, o JB, como le llaman quienes forman parte de su círculo más cercano. Y es que JB, a parte de resolver los casos que se le presentan como tal -aunque realmente no lo sea-,es el joven director del Manila Hotel.
(Códex Gigas)
Esta serie de aventuras que protagoniza el joven director del Manila Hotel lleva al lector, a través de un viaje literario en el tiempo, a la Barcelona del período que se conoce como tardofranquismo, más concretamente a 1971, una época en la que el narrador y protagonista ofrece una serie de pinceladas en las que se plasma el cambio que se percibía en la ciudad condal, como la apertura a la algarada turística en un país que iba transformándose lentamente, a pesar del gran obstáculo que suponía el dictador y todo su entorno (pág. 13). A lo largo del desarrollo de la trama se refleja el poder que el clero tenía en aquella época,y más concretamente el Opus Dei, porque algunos de sus miembros aprovecharán su situación privilegiada en esta prelatura de la Iglesia Católica, porque están dispuestos a tomar el timón de los destinos de España, pero también los de Cataluña. Intentamos, para bien del país, estar en todas las instituciones y en las entidades culturales y financieras (pág. 62).


En Los infinitos nombres del diablo el detective JB tiene que lidiar con un caso que se irá haciendo más complejo con el paso de los capítulos. Tras el fallecimiento de uno de los comensales que asistían a un ágape que tenía lugar en el salón principal del hotel, el detective JB tiene la intuición de que esa muerte no fue consecuencia de una simple parada cardíaca. Desde ese momento comenzará sus indagaciones y sus contactos con el comisario Enrique Ripoll, quien es el encargado de llevar a cabo la investigación oficial, y a quien el detective mantendrá informado de sus pesquisas. Ambos personajes forman un equipo compacto, y no dudarán en llegar hasta donde sea necesario con tal de conocer todo lo que se oculta tras la muerte del numerario del Opus Dei Josep Camperol, que estaba muy entusiasmado con sus objetivos dentro de los planes que había establecido la Obra en Cataluña.
(Catedral Santa Cruz y Santa Eulalia-Barcelona)
Al igual que en Hotel Manila Hotel. Una aventura de JB, la trama de la novela que hoy reseño parte de episodios que tuvieron lugar en el pasado. El lector comprobará a lo largo de los capítulos cortos que conforman esta novela cómo los episodios que se desarrollan en 1971 guardan relación con hechos que sucedieron en la Guerra Civil Española y con la llamada Biblia del Diablo o Códex Gigas, un manuscrito creado a principios del siglo XIII en el monasterio benedictino de Podlažice. A través de saltos temporales, un narrador omnisciente relata el proceso de elaboración de ese códice, y el lector conocerá todo lo sucedido durante la contienda civil española en Flix. Será mejor que el lector que sienta interés por esta novela averigüe qué relación hay entre esos episodios, y si puede haber alguna conexión entre el fallecimiento del mencionado Josep Camperol y otros episodios luctuosos que tienen lugar en algunas fases de la trama y que traen de cabeza al detective JB y al comisario Ripoll. 

En mi modesta opinión, el gran atractivo de Los infinitos nombres del diablo es la ambientación. Y es que Barcelona es un personaje más de la novela, porque el autor ofrece unas descripciones claras y precisas de las localizaciones en las que tienen lugar los hechos más destacados de la trama. Las Ramblas, El Eixample, el Barrio Gótico, la biblioteca de las Egipcíacas o el conjunto arquitectónico que conforman la Catedral de la Santa Cruz y Santa Eulalia, son algunos de los rincones emblemáticos de la ciudad condal, y que Jordi Siracusa aprovecha para situar algunos de los episodios más trascendentales de la trama. El autor también muestra en algunas fases del desarrollo de la trama los lugares de ocio de la época más conocidos de la noche barcelonesa, en los que se reunían personajes que seguro resultarán conocidos al lector, o al menos algunos de ellos, y en los que el detective realizaba algunas de sus investigaciones. Otro tanto puede decirse de las descripciones que hace de las calles que frecuenta el protagonista, algunas de las cuales resultan muy apropiadas para situar las escenas góticas que forman parte de la trama. En este sentido, se presiente que algo va a suceder en esos episodios, por lo que el detective redobla la vigilancia y atención d ante la posibilidad de que pueda tener algún encuentro que le ocasione una situación comprometida.

Por esas localizaciones que menciono en el párrafo anterior el lector se encuentra con la singular pareja formada por el comisario Ripoll y el joven Jordi Brotons. Recalco que no es necesario leer la primera novela de esta saga para conocerlos mejor, porque el autor recuerda a través de algunas pinceladas los rasgos que los definen, sobre todo al detective. En esta nueva entrega llama la atención un nuevo personaje que se les une Félix Nogal, quien poseía cualidades precognitivas como consecuencia de la pérdida de la visión. A estos personajes hay que añadir miembros del Opus Dei que guardan alguna relación con los episodios luctuosos que tienen lugar esas fechas, así como personajes femeninos como la bibliotecaria de las Egipcíacas o la hija mayor de Josep Camperol, sin olvidarme de la joven y cautivadora Ruth, quien ya tuvo algunos escarceos con el detective en la primera entrega de la saga.

Los infinitos nombres del diablo es una es una novela negra con ingredientes góticos y una trama con dosis de intriga, acción, asesinatos, ambiciones políticas y pactos diabólicos, que se entrelazan con hechos de la historia reciente de España. A lo largo de los capítulos de corta extensión que la conforman, el lector tiene el entretenimiento asegurado, un ritmo de lectura ágil y diálogos atractivos en los que no falta la ironía ni la tensión narrativa entre los personajes. Se puede leer perfectamente de forma independiente a la anterior al ser es autoconclusiva, porque el autor ofrece pinceladas sobre cómo el protagonista se hizo cargo de la dirección el Manila Hotel, así como su faceta como detective.


Biografía:


Jordi Siracusa nació en Barcelona, residen en Zaragoza y se define como ciudadano universal. Publicó en 2005 el poemario Ola en tierra adentro, al que siguió su primera novela Adiós, Habana, adiós. En 2009, junto a otras dos escritoras, publica el libro de relatos Veintidós Grullas Doradas. A su segunda novela Al hilo de la vida. Eulalia de Borbón, la indómita, de 2011, le sigue otro libro de relatos La peregrina y otras perlas, publicado en 2013 y una nueva novela, Paoleta, la pasión de Haití, en 2015.
En su novela de 2017 Pingüinos en París. Bajo dos tricolores, de Editorial Comuniter, retrató, y a través de unos personajes inolvidables, la liberación de París por la famosa compañía de republicanos: La Nueve. Con Manila Hotel, la primera aventura de JB, también de Editorial Comuniter, nos condujo por la Barcelona de 1970 para desentrañar un misterio que ha permanecido oculto durante cincuenta años. Ahora, con esta nueva entrega de Los infinitos nombres del diablo continua la saga y los misterios. Esta vez el enemigo es terrenal y también diabólico.

Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía del autor, tomados de la web de la editorial. Imagen del Códex Gigas, tomada de la web Documentalium. Imagen de la catedral Santa Cruz y Santa Eulalia, tomada de Twitter. Fotografía del autor, tomada de la web de la Asociación Aragonesa de Escritores. 








6 comentarios:

  1. Pues yo quiero los dos, moriré entre terribles sufrimientos si no los leo 😋 a lo mejor no tanto pero casi 😂😂😂

    Pedazo reseña!
    Besitos 💋💋💋

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  2. Pues yo no leí el anterior Paco pero desde luego, entre este título y lo que cuentas de la novela, me resulta muy apetecible... Da rabia no poder llegar a todo!! Besos

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  3. hola Francisco! te dije? nada mas ver el titulo lo anoto y la reseña me enamoro tanto que ya quiero saber que les pasa a esos dos! gracias, saludosbuhos( amo estas lecturas)

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  4. Pues aunque no conocía al autor, me llama la atención especialmente que se desarrolle en Barcelona,(y parece que queda bien retratada), y también la época en la que se desarrolla , la época tardofranquista. Un abrazo

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  5. Pues aunque me llama mucho la atención lo que cuentas, no quiero empezar otra nueva serie sin terminar algunas que tengo por ahí colgando y a las que estoy intentando darles un empujón para quitarme pendientes de la estantería. Me he comprometido conmigo misma en terminar lo que tan bien empecé con algunos comisarios/as, inspectores/as de policía y que he quedado por ahí sin reencontrarme con ellos teniendo los libros.

    Bs.

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  6. Estoy tratando de no sumar y sobre todo no iniciar nuevas series de libros sin finiquitar otras que tengo pendientes todavía, así que este no me lo llevo
    Besos

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