miércoles, 1 de junio de 2016

Entrevista a Carmen de la Rosa, autora de Acuario con peces rojos









El pasado día 20 de este mes de mayo publicaba en este blog mi reseña de la novela Acuario con peces rojos, de Carmen de la Rosa. Es esta su tercera novela que leo, por lo que creo que ya va siendo hora de que conozcamos un poco más sobre esta autora de raíces sevillanas pero afincada en su querida Heidelberg (Alemania). 

Biografía:

Carmen de la Rosa es autora de las novelas El inglés del Serón, El Al Mizar, La Carta de Lucrecia y Amapola, 15, además de 25 relatos inéditos y cuentos infantiles, entre ellos Arre, burro, arre, presentado en la Fundación Zenobia-Juan Ramón de Moguer en el Año de Platero. Escribe un blog culinario, fruto de sus estudios de gastronomía en Le Cordon Bleu de Londres y de su experiencia como chef en la agencia de publicidad Go Ya!, que creo en la localidad alemana de Heidelberg.

Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense, realizó dos años de Doctorado y un curso de Relaciones Internacionales en el Instituto Ortega y Gasset de Madrid. Obtuvo la licencia de piloto privado y el título de profesora de danza española en el Conservatorio de Murcia.

Nació en Sevilla, en una familia de la burguesía rural. Ha vivido en Sevilla, Almería, Madrid, Múnich, Hamburgo, Düsseldorf y Londres. Actualmente reside en Heidelberg.

Entrevista:

1) Francisco Portela.- Ya tenía ganar de entrevistarte para que, quienes visitan mi blog, supieran algo más de Carmen de la Rosa y, sobre todo, de su narrativa. Gracias por permitirme mantener esta conversación contigo, aunque sea virtual y en la distancia.

Carmen de la Rosa.- Es un placer para mí contestar a tus preguntas, Francisco. Espero que la entrevista resulte natural y cercana, como si estuviésemos en mi cuarto de estar, aquí en Heidelberg, frente al Neckar.

2) F.P.- Viendo tu extenso currículum laboral y literario sorprende su dinamismo. Por lo que deduzco de tus datos biográficos trasladas a los personajes que creas parte de tus vivencias Corrígeme si me equivoco, ¿puede ser este el motivo por el que las historias que nos cuentas se nos hacen más cercanas?

C. R.- Te confieso, Francisco, que mi currículum no tiene ningún mérito. Eso sí, me gusta terminar lo que comienzo y hacerlo lo mejor posible, soy una mujer activa. Y privilegiada. He podido dedicarme a mis lecturas, a mis estudios en la Universidad, a mis aficiones, he trabajado en lo que me gusta. Por otra parte, es cierto que en mis novelas retrato la forma de ser y de actuar de algunas personas cercanas. Describo sus rasgos físicos, sentimentales o intelectuales, siempre disfrazados, idealizados. O fantaseados. Yo misma soy un buen ejemplo. Amalia, la protagonista de El Al Mizar, narra la historia de su familia desde su vida en Heidelberg. Me reconozco en ella, es mi alter ego. Aunque no es una mujer frívola, Amalia se guasea de lo humano y lo divino, tiene un sentido del humor muy parecido al mío. Claro que a veces se deprime, cae en el sentimiento trágico de la vida de su admirado Unamuno. Ella es Carmen de la Rosa... mejorada, por supuesto.
Sobre tu pregunta: sí, tienes razón. El lector siente cercanas mis historias y se adentra fácilmente en ellas porque utilizo hechos que me han pasado a mí, o a gente que conozco. Un caso que ahora me viene a la memoria es la escena surrealista del amante de la funeraria que aparece en La carta de Lucrecia. Aquella fue una odisea absolutamente verídica que le pasó a una amiga. Eso de que la realidad supera a la ficción ocurre en todas mis novelas. Yo invito a tus seguidores a que elucubren sobre el nivel de veracidad de mis narraciones. Y si sienten curiosidad por algún personaje o pasaje de ellas, que me pregunten sus dudas a través de facebook...

3) F.P .- Como otros muchos autores, tu incursión en la literatura fue tardía. ¿Qué motivó el hecho de que finalmente decidieses publicar tus manuscritos? 

C. R.- Mi incursión en la literatura fue tardía, pero no tanto como la de mi admirado Andrea Camirelli, que comenzó su serie del comisario Montalbano rozando los setenta. En mi caso, y remontándome cincuenta años atrás, recuerdo las larguísimas cartas que escribía de jovencilla. Entonces no podía escribir otra cosa, no tenía nada importante que contar. O eso me parecía a mí. Pero lo que en realidad me faltaba, aparte de la necesaria experiencia vital, era la técnica literaria y un rico lenguaje para expresarme. Eso me lo aportó mis lecturas y especialmente la carrera de periodismo que comencé con 35 años. Sinceramente, yo escribo por azar, y fue gracias a la visita que me hizo, hace seis años y después de casi treinta sin vernos, una amiga de Serón. Nos pasamos la tarde recordando los días felices que pasamos en La Zalea. Cuando nos despedimos, le dije que todas las personas que disfrutamos aquella preciosa casa de las antiguas minas inglesas teníamos algo en común: peternecer a un club entrañable. Así llamé a mi primer libro, El Club de Serón. Escribí esas vivencias en un librito que edité solo para los socios de aquella especialísima peña. Le siguió El Al Mizar, que fue publicada por la editorial Almuzara, todo un éxito para una principiante.

4) F. P.- Acuario con peces rojos es tu último título publicado hasta la fecha. ¿Cómo surge la idea de esta novela?

C. R.- Planchando. Los ratos de la plancha son ideales para reflexionar, fantasear, porque, al revés que en la cocina, no hay que estar pendiente de la temperatura del horno, ni de si tiene suficiente pimienta el guiso. ¡O que se pegue en un descuido! Solo hay que controlar el calor de la plancha y dejar la imaginación volar. Además, mi rincón de la plancha está pegadito a un ventanal que da a los preciosos techos y jardines de mis vecinos de Heidelberg. Pues un día, ensimismada en la idea de escribir una nueva novela, me fijé en una acuarela de mi hermana Asunta. Mi hermana, que es discapacitada psíquica y que tiene una sensibilidad artística que ya la quisiera tener yo, pinta unos cuadros muy hermosos. Pensé: mi próxima novela llevará en su portada ese pato azul. Y me puse a ello. Pero, aunque el pato representaba para mí la emigración, comprendí que el nombre no era muy apropiado para un libro. Un amigo literato me dijo que El pato azul le recordaba a un producto de limpieza para el baño, nada que ver con el tema del exilio mexicano. Así que ya terminada la novela, y con gran dolor de mi corazón, cambié el pato azul por peces rojos, los bellísimos peces rojos que pintó Matisse en muchos de sus cuadros. Ellos, en su pecera, simbolizan mejor el tema del exilio republicano a América, en mi caso a México. Y bueno, mi hermana nunca conocerá esta historia pero ella, con su arte, fue la que me inspiró el tema. Desde aquí le doy las gracias a Asunta.

5) F.P. - ¿Y por qué elegiste este cuadro de Matisse como eje en torno al que giran las historias cruzadas de los personajes?

C. R. - Cuando me decidí por los peces rojos me informé y descubrí que, aparte de que tienen fama de dar mala suerte, existe el llamado síndrome del acuario nuevo. El hallazgo me vino como anillo al dedo porque era justo lo que les ocurre a los miembros de la familia Ortiz de Peñarroya cuando llegan a México. Como los peces, los exiliados españoles en México necesitaron un período de tiempo más o menos largo para aclimatarse a sus nuevas vidas. Unos lo consiguieron sin mayores problemas, y otros no. Y ahí aparece en mi novela el dolor, el drama, ...

6) F.P.- De las cinco novelas publicadas hasta la fecha, he leído tres de ellas, y veo que en todas hay algo en común: el destacado papel que desempeñan las mujeres.

C. R.- Es verdad, en mis cinco novelas publicadas el peso de la narración lo llevan las mujeres. Son novelas corales. En El Al Mizar las seis hermanas tienen voz, en El inglés de Serón la protagonista resuelve un antiguo crimen con su hermana, su hija, su tía, amigas...un grupo variopinto de mujeres. En La carta de Lucrecia nos encontramos a la abuela de la narradora y sus cinco amigas del gimnasio. Amapola 15 es la historia de Reina Margarita que llega de asistenta a una casa de Madrid parecida a un colegio mayor femenino. Y en esta última son una madre y su hija las que, a través de un fluido diálogo, narran la historia de los Ortiz de Peñarroya a lo largo de un siglo. También es muy importante el personaje de la abuela Guadalupe y de su amiga Mariona. Sí, tengo adoración por los personajes femeninos, pero no por ello mis novelas son para mujeres, ni mucho menos.

7) F. P.- Y entre el papel que desempeñan las mujeres, sobresale, sin duda alguna, la figura de la abuela: ¿Tiene esto algún significado para ti?

C. R.- Pues no lo sé, no me había parado a pensarlo pero es cierto que yo me crié sin abuelas. En mi casa de diez hermanos, y sin abuelos, fue Antonia, la cocinera, la que jugó ese papel tan importante en nuestras vidas. Ella aparece en El Al Mizar con su nombre y su auténtico papel en la familia. Para mí fue mucho más que una magnífica abuela, fue una madre. Antonia en El Al Mizar, la tía Leonor en El inglés de Serón, la abuela cubana hija de esclavos en La carta de Lucrecia, la simpática y áspera abuela Rosario en Amapola 15 y la mexicana Guadalupe, en esta última novela, son mujeres buenas, inteligentes, fuertes, formidables. Quizás la más conseguida de todas sea Guadalupe, por lo que tiene de mujer luchadora, emprendedora, ...claro que la negra Lucrecia no le va a la zaga. Bueno, todas ellas me son entrañables. La que más, mi queridísima Antonia.

8) F. P.- Cuando publiqué mi reseña sobre Acuario con peces rojos, parece que da la impresión de que es un título más en torno a la Guerra Civil Española y sus posteriores consecuencias. Aunque personalmente entiendo que no, que es una novela sobre segundas oportunidades.

C. R.- Así es, lo resaltó hace poco el economista Daniel Lacalle, mi yerno, en la presentación de Sevilla. Acuario con peces rojos lleva un mensaje de optimismo y de esperanza ante la adversidad, ante la crisis brutal que todavía sufrimos. Esa lucha contra la calamidad, contra el desastre, ocurre en la historia del exilio mexicano y en la actual. La abuela Guadalupe le da un vuelco al negocio decadente de Lupe, e insufla a la hija y a la nieta su fe inquebrantable en un futuro mejor. ¡Y todo ello gracias al descubrimiento del vintage!

9) F. P.-Lo que no cabe duda, es que la Guerra Civil Española está presente en las consecuencias posteriores: el exilio de los Ortiz de Peñarroya. Y en la novela vemos las dos caras de éste: Argelès-sur-Mer y México. ¿Puede decirse que lo que le ocurre a los Ortiz de Peñarroya es reflejo de lo que vivieron muchos otros exiliados que optaron por rehacer sus vidas entre los mexicanos?

C. R.- Hechos de la familia de Pablo Castillo, arquitecto y fundador del prestigioso Premio Internacional Jaén de Piano, me ayudaron a construir el exilio mexicano. Mi suegro estuvo cinco años en la cárcel por ser republicano de izquierda y al quedar libre se instaló en su ciudad, en Jaén. Allí rehizo su vida. Tres de sus muchos hermanos se exiliaron en México, otro en Inglaterra, dos en Francia...El exilio, que suponía la dispersión de las familias, fue uno de los dramas de la posguerra española. La acomodación a una nueva vida fue una tarea difícil y dolorosa para muchos exiliados. De eso trata la parte mexicana de mi historia, del cambio de acuario para los peces...rojos. Esta narración del exilio, basada en hechos históricos, es la parte más emotiva y dramática de mi novela.

10) F. P.- ¿Fue difícil documentarte sobre lo ocurrido en el campo de concentración de Argelès-sur-Mer y los exiliados en México?

C. R.- Para recrear el exilio republicano de la famila Ortiz de Peñarroya conté con la ayuda del libro de mi amigo Luis Miguel Sánchez Tostado que se llama Jaén en el exilio republicano. En esta interesante obra de investigación aparece la historia de mi familia política, y de muchos jienenses que se instalaron en México: sus vidas, sus casas, sus trabajos, sus penas y alegrías.

11) F. P.- Pero en la novela se reflejan situaciones que, de alguna forma, ocurren en la vida diaria de nuestro país, como es el empleo de las Redes Sociales y la crisis económica que padecemos. ¿Cómo se ve esta situación desde la distancia?

C. R.- El tema de la brutal crisis económica que padecemos es el escenario donde discurre la vida de la narradora y su familia. Pero yo no conozco la actualidad española desde la distancia. Aunque vivo en Heidelberg, mi vida está anclada en España a través de las redes sociales, por la lectura de todos nuestros diarios nacionales y mis libros, por los programas de informativos de TVE, con llamadas a mi hija, a mi hermana... Y todo gracia a internet, ese gran invento. Gracias a él, a facebook, he conocido a gente admirable de toda España, y de Latinoamérica. Hasta de Kabul; mantengo contacto con universitarios afganos que hablan español. Me encanta vivir en un mundo globalizado, tecnificado.

12) F. P.- ¿Y cómo ve una española que reside fuera de nuestras fronteras el panorama literario actual? ¿Crees que el escritor español necesita más apoyo ante la avalancha de títulos que proceden de otros países?

C. R.-Bueno no solo de otros países nos llega una avalancha de títulos. También de autores españoles. Actualmente, es más difícil mantener una obra en librería que encontrar una editorial que la publique. Cada mes llegan a las librerías un montón de libros que cubren la mesa de novedades. Y claro, si tu libro no se vende como rosquillas en unos días, la novela es devuelta a tu editorial. Con suerte dejan un ejemplar testimonial en las estanterías. Llegar a un gran número de lectores, en nuestro país, es nadar contra corriente. Pero bueno, esto pasa en todas las profesiones. Hay mucha oferta para una escasa demanda, por la crisis. Hoy lo pensamos mucho antes de gastar 20 euros en un libro. La solución para los grandes lectores es acudir asiduamente a las bibliotecas, como hacen los nórdicos. O a librerías de segunda mano como una que acaban de abrir en Sevilla.

13) F. P.- En Acuario con peces rojos uno de los personajes menciona a Stieg Larsson. ¿Es este uno de tus autores de cabecera? ¿Qué otros autores crees que influyen en tu estilo literario?

C. R.- He leido todos los libros de Stieg Larsson pero en realidad este autor sueco no ha tenido ninguna influencia en mi forma de escribir. He tenido más influjo de Vargas Llosas, Márquez, Bryce Echenique... Y de mi admirado Eduardo Mendoza, me encanta su sentido del humor y del absurdo. Otro escritor que me ha influido es Camilleri, su comisario Montalbano me es muy querido, aparece en El Al Mizar porque Amalia es una gran lectora de novelas negras y de misterio, pero de las mediterráneas que son mucho más lúdicas y cercanas a nuestra mentalidad que las duras nórdicas, o centro europeas. Amapola 15 comienza con el crimen de una anciana vecina que Reina Margarita y sus amigas terminan resolviendo al estilo de la novela policíaca inglesa. Indagan usando la razón y la observación. Y la intuición. Sin sangre a la vista. Sí, me gustan mucho las historias policíacas. Por eso mi próxima novela, ya escrita, tiene un Kommissar alemán de protagonista.

14) F. P.- ¿Con cuál de las fases del proceso creativo de tus novelas disfrutas más? ¿Qué es para ti el proceso creativo, puedes describirlo?

C. R.- El proceso creativo es para mí como una droga, intentaré describírtelo... La primera frase, que a veces me cuesta encontrar, hace fluir la historia y tecleo a velocidad de vértigo, y a lo que salga, sin pararme a limpiar los textos porque eso llega más tarde. Al poco siento que los personajes que voy creando se dotan ellos mismos de una personalidad a veces contraria a la que yo he proyectado concederles, cobran vida. La historia avanza, y yo siento que es bellísimo crear, que es una experiencia excepcional, maravillosa... Eso es para mí, en unas líneas, el proceso creativo. Yo escribo mis novelas en tres meses porque no me despego del sillón, no tengo descansos de fines de semana; son noventa días de trabajo sin pausas que me dejan agotada. Pero después viene la tranquilidad que me da el saber que al fin he logrado ponerle el punto final a mi obra. Me llega entonces la calma, el tiempo de las revisiones, mandarla a mi editora, nuevos repasos, múltiples lecturas, ampliaciones o recortes, modificaciones... Un proceso que, como mínimo, me lleva un año.

15) F. P.- Y ya para terminar, ¿nos puedes adelantar algo sobre tu próxima publicación?
(Heidelberg-Alemania)
C. R.- Mi próxima novela se llama Bye, bye, Heidelberg y está lista para ser publicada, pero tendrá que esperar varios meses. Como ya te he contado, es mi primera novela policíaca. Su protagonista es el Kommissar Lucas Mester, el narrador. Su estructura es original, no tiene capítulos, es una sucesión de textos fechados a la manera de un diario. Es una mezcla de novela negra y de la escuela inglesa, al estilo Montalbano pero con mentalidad alemana. El tema principal es la resolución del asesinato del concejal de urbanismo de Mannheim, una ciudad industrial y muy rica cercana a Heidelberg. En la historia aparece un general americano de las bases de esta región. Bueno, ya no puedo contar nada más.

16) F. P. - Muchas gracias por tu atención para con este blog y por los buenos ratos que me haces pasar con las historias que nos ofreces en tus novelas.

C. R.- Gracias a ti, Francisco, por difundir mi obra. 

Nota:  Biografía y fotografía de Carmen de la Rosa, tomadas de la web de Anantes Editorial. Imágenes que acompañan al cuerpo de la entrevista, de google imágenes. 







14 comentarios:

  1. Me apunté la novela cuando la reseñaste porque me llamó. Gracias por la entrevista!

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  2. Vaya mujer más polifacética! La verdad es que no he leído nada suyo pero hay varios títulos que me llaman. Gracias por una entrevista tan completa.
    Besos

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  3. Jajajaja, ya que a mí se me ocurrieran esas cosas planchando, voy a tener que cultivar un poco más mi intelecto en esos ratos. Me ha encantado la historia de su hermana Asunta y la forma en que sus vivencias y las personas de su alrededor han marcado sus historias. Una entrevista muy cercana, gracias Francisco y Carmen.
    Besos.

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  4. Gracias Paco!! Lo de la plancha ha tenido mucha gracia. Es verdad que es un momento en el que una rumia muchas ideas. Carmen es una bellísima persona y sin duda sus libros son una maravilla. Besos

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  5. Gracias por la entrevista, porque no conocía a la autora más que por tu otra entrada...
    Un beso

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  6. Buena entrevista. Yo cuando plancho sólo tengo tiempo de estar pendiente de que mi enano no se acerque o de no haga ninguna trastada, jajajaja

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  7. Gracias por la entrevista, Paco. Siempre es un placer conocer un poco más a los autores.
    Besos.

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  8. No ha perdido el tiempo esta escritora. ¡Y aprovecha hasta los ratos de plancha! Ya me gustaría a mí encontrar inspiración en esos momentos...
    Besotes!!!

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  9. No conocía a su autora y vaya descubrimiento! Muy interesante todo lo que cuenta, tendré que indagar más sobre su obra.

    Besitos

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  10. Muy interesante la entrevista Paco, de la autora he leído una novela así que me ha gustado conocerla un poco más
    Besos

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  11. Me ha encantado la entrevista, descubriéndonos cosas muy simpáticas de la autora como lo de la plancha, y como es su proceso creativo. Me ha encantado lo que explica del libro, el trasfondo histórico me encanta, así que queda más que apuntado. Un abrazo

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  12. Ya habías hablado muy bien de la obra de esta autora pero con la entrevista me ha conquistado. Me ha sorprendido que tengo un blog de cocina, a ver si lo localizo, y que Daniel Lacalle sea su yerno, muchas sorpresas. Su próxima novela tiene buena pinta, a ver si leo antes Amapola 15.

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